Si tú o un ser querido sufrís el Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM), aquí tenéis una serie de consejos que os ayudarán a lidiar con los cambios de humor mensuales y la tensión en la relación de pareja.
Sentimientos de rabia que surgen de la nada. Estar eufórica un día y llorar en la cama al siguiente, o esa noche. Sensación de cansancio y agobio que hace que te preguntes si las cosas mejorarán con el tiempo.
Índice
El TDPM es aterrador
El Trastorno Disfórico Premenstrual (o TDPM) es una enfermedad de origen hormonal que afecta a entre el 3% y el 9% de las personas que menstrúan.
Como ocurre con el síndrome premenstrual (SPM), los síntomas del TDPM aparecen aproximadamente dos semanas antes de que comience el periodo. Sin embargo, el TDPM es más grave que el SPM, y sus síntomas emocionales y a veces físicos pueden afectar a todos los aspectos de la vida de una persona.
Esto incluye el profundo impacto que el TDPM tiene en las relaciones, ya sea con tu pareja y tu familia, o con tus amigos y colegas.
“Muchas pacientes que vienen a verme no se dan cuenta de que tienen TDPM”, dice Brooke Sprowl, LCSW, directora clínica de My LA Therapy en California. “Me dicen que cada mes es como si se activara un interruptor. Se vuelven irritables, ansiosas y ‘no son dueñas de sí’. Piensan que están ‘locas’ o que hay algo terriblemente malo en la relación. Es muy difícil para ellas entender lo que está pasando y por qué”.
Un diagnóstico de TDPM no significa el desastre para una persona o las relaciones que mantiene.
De hecho, puede ser el primer paso para hacer la vida más llevadera. Una vez que las personas que lo padecen reconocen la conexión entre un ciclo y una serie de síntomas, y comprenden que el problema es fisiológico, estas personas son más capaces de gestionar la vida y de explicar a sus seres queridos por qué están pasando y cuáles son sus necesidades.
Conceptos básicos del TDPM
El TDPM y el síndrome premenstrual están relacionados con el ciclo menstrual, y sus síntomas se desencadenan probablemente por las fluctuaciones de los niveles hormonales. Pero muchas de las personas que sufren el TDPM se oponen a cualquier otra comparación.
“Es como comparar los dolores de cabeza ocasionales con las migrañas crónicas e incapacitantes”, dice Laura Murphy, directora de educación y concienciación de la Asociación Internacional de Trastornos Premenstruales.
“El SPM puede ser molesto o incómodo durante unos días. Pero el TDPM puede ser como una nube negra que se lleva todo el disfrute de tu vida durante la mitad de cada mes”.
– Laura Murphy
Clasificado como un trastorno depresivo específico, el TDPM afecta a las personas que ovulan, ya sean mujeres, hombres trans o personas no binarias. Puede provocar cambios de humor extremos y ansiedad que dificultan el funcionamiento. Las personas que lo padecen pueden pasar días o incluso semanas cada mes aisladas o en la cama.
El 15% de las mujeres que padecen TDPM intentarán cometer suicidio al menos una vez en su vida, según la IAPMD.
Entre los factores que aumentan el riesgo de padecer el TDPM están los antecedentes familiares o personales de trastornos del estado de ánimo o de ansiedad; los antecedentes personales o familiares de desregulación premenstrual del estado de ánimo; el estrés; y tener entre 20 y 30 años. Por lo general el TDPM comienza en un momento entre la adolescencia y el inicio de la menopausia.
Cómo afecta el TDPM a las relaciones
Siempre que te sientas ansiosa, irritable o fuera de sí, puede afectar a tu forma de relacionarte con las personas de tu vida. El TDPM lleva esa dinámica al extremo, mes tras mes.
“La mayoría de las relaciones pueden soportar un brote de vez en cuando. Pero cuando es un trauma recurrente que ocurre como un reloj, la experiencia e incluso la anticipación de esta, llega a ser agotadora”, dice Murphy.
Lo que complica aún más las cosas: El TDPM es capaz de distorsionar la percepción que tienes de ti y de tu valor para tus amigos y seres queridos.
“Durante esas semanas oscuras, alejaba a mi pareja y a mis amigos porque me sentía irritable y miserable y estaba convencida de que nadie podía quererme”.
– Laura Murphy
Su TDPM era tan grave que, al igual que otras personas con síntomas severos, se sometió a una operación de extirpación del útero y los ovarios para evitar la ovulación.
El TDPM no sólo tiene un coste emocional, es posible que desencadene un grave agotamiento físico y niebla cerebral, lo que dificulta aún más la productividad. Esto podría estresar aún más las relaciones en el hogar o en el trabajo.
Vivir con una persona con TDPM
Por lo general, son las relaciones más estrechas las que más sufren las consecuencias del TDPM, no sólo por la cantidad de tiempo que pasan juntos, también porque “son las personas con las que te sientes más segura y con las que eres más libre de estar irritable y emocional”, dice Sprowl.
Vivir en el mismo hogar también conlleva otros problemas.
“Tener a otra persona en tu espacio haciendo ruido y desorden cuando estás en lo más bajo puede ser realmente difícil. Para la pareja, tener que cargar con el trabajo suele ser abrumador y fomenta sentimientos de resentimiento.”
– Laura Murphy
Las investigaciones sobre las parejas que enfrentan el TDPM evidencian los estragos que causa esta condición. Un estudio de 2018 sobre parejas heterosexuales descubrió que:
- Las mujeres con SPM y TDPM estaban menos satisfechas y compartían menos buenas experiencias con sus parejas cuando se acercaba la menstruación.
- Los hombres de la encuesta informaron de una menor satisfacción en sus relaciones durante todo el ciclo de su pareja.
- Cuanto más graves eran los síntomas de una persona, más negativo era el impacto del TDPM en la relación.
Curiosamente, en un estudio anterior se descubrió que las parejas de lesbianas tendían a gestionar los retos del SPM y el TDPM de forma más eficaz que sus homólogas heterosexuales. Las entrevistadas lesbianas lo atribuyeron, en parte, a una mayor concienciación y comprensión de los cambios premenstruales entre la pareja y a una comunicación más abierta sobre las necesidades de cada uno.
La buena noticia para las personas con una relación: Cuando nos educamos sobre el TDPM y proporcionamos el apoyo necesario, influye positivamente en el grado de satisfacción de la relación e incluso disminuye la gravedad de los síntomas del TDPM.
Explicando el TDPM a tu pareja y a otras personas
Al igual que con el SPM, cómo, cuándo y si decides compartir tu diagnóstico con otros depende de tu conjunto específico de síntomas y circunstancias.
En el ámbito laboral, es posible que encuentres un horario o un puesto de trabajo que te dé el espacio y la flexibilidad que necesitas cada mes para lidiar con tus síntomas y poder seguir con ellos en privado.
En lo que respecta a las relaciones personales, se trata de lo que te hace sentir cómoda.
“Si estás saliendo con una persona, puede que no necesites contarlo de entrada”, dice Murphy. Es posible que quieras programar las primeras citas durante el momento del mes en que te encuentres mejor. Lo más probable es que, si la relación se va estrechando, puedas saber cuándo es el momento de dar una pista a tu posible pareja.
Si estás en ese punto con una nueva pareja o has sido diagnosticada recientemente y quieres compartir esta información con una persona con la que ya estás cerca, hay varias maneras de conseguir que entiendan el TDPM y lo que estás pasando.
No temas utilizar un lenguaje sencillo para describir cómo experimentas el TDPM.
“Hay personas que pueden decir que sufren una depresión severa en torno a su periodo”, dice Murphy. “O que el TDPM es como un trastorno bipolar, pero con hormonas. Este tipo de comparación apunta a la gravedad del trastorno en lugar de limitarte a decir que tienes un mal síndrome premenstrual”.
Una vez que has explicado el TDPM a tus seres queridos, hay muchas cosas que tanto tú como ellos podéis hacer para controlar el impacto que tiene en vuestra relación y calidad de vida.
Consejos para las relaciones de pareja de las personas que padecen TDPM
No seas un héroe
Ocultar tus síntomas a tus seres queridos probablemente no sea efectivo, y el esfuerzo que requiere puede agotarte aún más. Cuenta a otras personas lo que sientes con el TDPM y sé abierta sobre lo que necesitas para poder lidiar con él, no toda la comunicación tiene que ser verbal.
Comparte materiales impresos y enlaces a artículos que puedan ayudar a otros a entender tu experiencia.
Guarda las conversaciones significativas para tus semanas “buenas”
Si quieres plantear un tema delicado, por ejemplo, si tu pareja no te está apoyando de la manera que necesita, hazlo cuando te sientas lo suficientemente tranquilo y estable como para tener una discusión constructiva.
Sé directo y abierto sobre tus necesidades
Es posible que tu pareja no conozca que en realidad te gustaría que te acompañara en la cama para dormir una siesta. Por otro lado, un masaje en el cuello puede ser lo último que quieras cuando cada sensación se siente como una agresión física. Si necesitas espacio, dilo. Si sólo quieres desahogarte y no necesitas consejos, dilo.
Es probable que se sientan aliviados al tener ciertas ideas concretas sobre cómo ayudarte.
No asumas que sabrás que estás en tu ventana de TDPM
A veces, cuando estás en lo más profundo de las trincheras, puede que no te des cuenta de que todos esos sentimientos negativos están siendo alimentados por el TDPM.
Coloca un calendario en la cocina o comparte un calendario en línea que haga un seguimiento de tu ciclo para que tanto tú como tu pareja podáis estar atentos y conscientes.
Recuerda que tu pareja también puede estar luchando
No sólo por tu TDPM, cada persona tiene sus propios retos, preocupaciones y factores de estrés.
Haz lo mejor que puedas durante tus mejores semanas para estar ahí como oyente, amante o amiga, y para mostrar que aprecias el apoyo que te brinda y que eres consciente de que también tiene problemas.
Piensa en la terapia
Las investigaciones demuestran que la terapia de pareja puede reducir los síntomas del TDPM y mejorar la satisfacción en la relación.
No obstante, “A veces la terapia de pareja puede exacerbar problemas si una persona con TDPM tiene emociones muy intensas hacia su pareja y hay problemas subyacentes en la relación. Empezar con una terapia individual permite a la persona con TDPM ganar claridad en un espacio separado de su pareja”, dice Sprowl.
Cómo ayudar a una persona con TDPM
Lee y aprende todo lo que puedas
Cuanto más sepas, más entenderás y apreciarás por lo que están pasando y cómo puedes ayudar.
Tómate el TDPM en serio
El TDPM es una forma de depresión severa que puede llevar al suicidio, no una versión molesta del síndrome premenstrual o una serie de rasgos molestos que “probablemente estén todos en la cabeza de la persona”.
Atribuir comportamientos aleatorios al TDPM durante todo el mes o minimizar los síntomas de una persona puede ser hiriente y perjudicial.
Haz preguntas
Los consejos pueden ser muy buenos, si son solicitados. Pero con frecuencia, lo que más gusta y ayuda es que escuches y te intereses por el TDPM. Incluso puedes preguntar:
- ¿Quieres que te escuche o quieres que te dé mi opinión?
- ¿Qué es lo más difícil del TDPM para ti?
- ¿Qué es lo que hace que tus síntomas mejoren o empeoren?
Lo que te cuente puede ayudarte a apreciar y comprender la experiencia de sus necesidades.
No asumas que sabes lo que quieren
Ese masaje en el cuello o en los pies puede sonar muy bien para ti, al igual que una cena tranquila fuera de casa, pero no hay forma de saber instintivamente qué es lo que va a ayudar si no lo preguntas desde el principio: “¿Qué puedo hacer para ayudar?”
Es posible que te pida que cierres la puerta detrás de ti y te vayas, no te lo tomes como un asunto personal, acepta que es lo que necesita en ese momento. Luego no dejes de preguntar, puede que la respuesta sea diferente la próxima vez.
Vigila el calendario
El seguimiento del ciclo mensual te ayuda a predecir y a prepararte para cuando los síntomas del TDPM puedan aparecer.
Puedes planificar con antelación una ayuda extra con los niños o en la casa. O bien, incluir un tiempo en tu propia agenda para realizar tareas adicionales. Si tu pareja prefiere estar sola por la noche, planifica con antelación una noche de chicos o chicas (suponiendo que los niños, si los tenéis, estén cuidados).
Guarda las noches de cita, los planes de pareja y las salidas familiares para sus mejores semanas.
Practica la paciencia
Cuando una persona está enfadada, culpando o rechazando la ayuda durante un episodio de TDPM, es comprensiblemente frustrante, incluso enloquecedor, estar en el extremo receptor. Y es tentador devolver la rabia.
Sin embargo, tómate un tiempo y practica la paciencia. Reconoce que esta fase terminará y que en breve volverá a ser más como ella. Es entonces cuando puedes planear sentarte tranquilamente y hablar de cómo te sientes.
Establece límites
Hasta cierto punto, “es importante reconocer que los comportamientos difíciles del TDPM no son lo que tu pareja es en el fondo, al contrario, son el resultado de un desequilibrio fisiológico que está distorsionando su visión del mundo y sus experiencias”, dice Sprowl. Dicho esto, no puedes ser un mártir o un saco de boxeo humano.
Si estás desgastado, no podrás atender a tu pareja ni tener compasión por ella. “En los momentos en que tu pareja se siente bien, tienes que establecer límites sobre cómo puede hablarte. Y durante un episodio, tienes derecho a desconectar si están siendo abusivos”, dice Sprowl.
Cuida de ti
Cuidar de tu propia salud mental y física no es un lujo. Si te derrumbas, tu pareja, tus hijos y tú saldréis perdiendo.
Busca formas saludables de desahogarte; por ejemplo, una carrera nocturna en lugar de una copa o levantarte temprano para dar un paseo a paso ligero con los amigos. Por otra parte, no afrontes este reto en solitario. Confía en una persona de confianza o considera la posibilidad de una terapia individual para ti.
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