Lo más probable es que ya sepas que una relación sana requiere mucho trabajo, es un esfuerzo que a veces lo consume todo.
Desde la atracción original hasta los aspectos posteriores, cultivar una relación sana requiere tiempo y atención. Aunque definir una “relación sana” universal es francamente imposible, hay similitudes que se pueden establecer.
Sigue leyendo para conocer 18 datos sorprendentes sobre lo que contribuye a una relación sana.
Índice
1) Hablar de sexo
No es de extrañar que el sexo sea una parte importante de una relación sana.
Y aunque no es necesario que te pases todas las noches liándote, tú y tu pareja, sí que necesitáis fomentar los sentimientos de intimidad y afecto de forma mutuamente beneficiosa.
Inicia una conversación con tu pareja para saber con qué frecuencia te gustaría tener sexo y asegúrate de que te sientes cómodo expresando tus deseos y necesidades. Puedes volver a retomar esta conversación de forma regular.
¿Sabías que el sexo reduce la presión arterial y mejora el sistema inmunitario?
El sexo es bueno para ti. Casi todo el mundo pasa por un parón en su vida sexual en un momento determinado; no te preocupes, también ofrecemos asesoramiento en materia de salud sexual.
2) No apresurarse a mudarse juntos
Puede ser tentador mudarte con tu pareja al principio del juego.
Pagar dos alquileres, incluso dos hipotecas, cuando en realidad sólo se hace uso de una, podría parecer bastante inútil.
Un nuevo estudio del Consejo de Familias Contemporáneas ha demostrado que cuanto mayor sea la edad en la que se empieza a vivir juntos, más probable es que la relación no acabe en divorcio o separación.
Según el estudio, el 60% de las relaciones que dieron el paso de casarse o empezar a vivir juntos a los 18 años acabaron en divorcio. Mientras tanto, los que esperaron hasta los 23 años tuvieron un 30% de posibilidades de divorcio.
3) Pelear
Al contrario de lo que puedas pensar, no hay nada malo en pelear. Lo que realmente importa es cómo os peleáis.
De hecho, los terapeutas de parejas consideran que las discusiones acaloradas son una buena señal para el matrimonio: ¡están dispuestos a luchar por su relación! Participar en una discusión insiste en que abordéis los aspectos más débiles de vuestra relación.
Las discusiones son un campo de batalla muy complejo, y lo mejor que puedes hacer es abandonar la mentalidad de ganar o perder.
En su lugar, céntrate en las razones por las que merece la pena luchar por tu relación.
4) Entender la fuerza de los olores
Cuando se trata de los sentidos, el olor puede ser el más poderoso de todos. El olor tiene un efecto sobre nuestros recuerdos, nuestros estados de ánimo y nuestros comportamientos.
No es exagerado decir que también tiene un efecto en nuestras relaciones, pero no de la manera que podríamos pensar. Debido a las diferentes formas en que el hombre y la mujer suelen percibir los olores, hay más pruebas que sugieren que el poder del olor lo experimenta más el que lo lleva que el espectador.
Cuando los hombres de mediana edad llevan perfume, experimentan menos tensión, fatiga y depresión. Por su parte, las mujeres posmenopáusicas que llevan perfume experimentan menos cambios de humor extremos.
Además, la Fundación de Investigación del Olfato y el Gusto de Chicago ha descubierto que los aromas de lavanda, pastel de calabaza, regaliz negro y especias orientales aumentan el flujo sanguíneo del pene.
5) Hacer juntos las tareas del hogar
En toda relación, estar al tanto de las tareas domésticas requiere cierta planificación, por no hablar del tiempo. En lugar de confiar en reglas tácitas sobre quién hace qué tareas y cuándo, ¡habladlo y haced un plan!
Los estudios demuestran que, aunque una carga de trabajo doméstico equilibrada no afecta significativamente a la pareja masculina, sí tiene un gran impacto en la pareja femenina.
Las mujeres suelen sentirse más satisfechas en una relación en la que el hombre demuestra valor en un reparto equitativo de las tareas domésticas.
Mantener la casa limpia es un esfuerzo cotidiano; la terapia de pareja os puede ayudar a iniciar esta conversación.
6) Tener cuentas bancarias conjuntas
El dinero es un tema complicado, así que hablemos sobre la cuenta bancaria conjunta. Cuando hablamos de la relación entre la pareja y el dinero, nos viene a la mente el dicho “pon tu dinero donde está tu boca”.
Al abrir una cuenta bancaria conjunta con tu pareja, estás actuando sobre tu decisión de hacer que tu relación funcione, estás combinando física y metafóricamente tu medio de vida con el de tu pareja.
Por esta razón, nunca deberías abrir una cuenta bancaria conjunta antes de pensarlo bien.
7) Tener mascotas
Las mascotas son el mejor amigo del hombre, pero ¿lo son de la relación?
No hay duda de que las mascotas tienen el potencial de mejorar drásticamente el bienestar emocional y físico de una persona, pero ¿cómo podría repercutir esto en una relación de pareja?
Resulta que compartir la responsabilidad de una mascota puede mejorar vuestra relación. Con una mascota, se aprende el valor de las expectativas realistas, así como el perdón y la aceptación.
Cuidar de una mascota también mejora el vínculo que comparten como unidad. (Consulta el consejo nº 5 cuando decidas quién se encarga de la inevitable limpieza y aspiración diarias).
8) Gastar dinero por igual
Existe la idea errónea de que en la relación siempre hay un desequilibrio de poder causado por quién gana más dinero.
Sin embargo, parece que no importa (tanto) quién gana el dinero como quién lo gasta. Y aunque no importe quién gasta más en la compra o en la limpieza en la lavandería, sí se fomentará una relación más sana si hacéis juntos las compras más importantes.
Así que, en lugar de delegar todas las decisiones de compra en uno de los miembros de la pareja, haced el hábito de afrontar juntos las compras más importantes.
9) Tener horarios de trabajos similares o flexibles
Los horarios de trabajo continuos a menudo afectan a la relación, ya sea con tu pareja, tus padres o tus hijos. Por eso, tener un horario de trabajo similar, o mejor aún, flexible, permite una relación más sana.
La posibilidad de pasar más tiempo juntos se traduce directamente en una relación más satisfactoria.
10) Ser de una misma clase social
En las últimas décadas, la clase social se ha convertido en una variable a la hora de estudiar las relaciones de todo tipo.
El término “clase social” es utilizado para referirse a la ocupación, los ingresos o la educación, y es, en general, bastante difícil de definir. Cuando se les pregunta, la mayoría de las personas se clasifican como de “clase media”.
Dicho esto, en un estudio realizado por la psicoterapeuta Teresa McDowell, se descubrió que las ideas preconcebidas sobre los individuos de “clase baja” actuaban como obstáculos potenciales o reales en las relaciones de clase mixta.
Como resultado, las relaciones de clase mixta suelen incluir círculos de amigos separados, diferencias en la forma de ver y gastar el dinero y problemas para integrar a la pareja en la familia del otro.
11) Haber sido primero amigos
Ya sabes que la amistad es una parte importante de tu relación.
Pero, ¿conocías que las parejas que consideran prioritaria la amistad que tuvieron antes de empezar a salir, en realidad reportan mayores niveles de satisfacción sexual y romántica?
Para muchas parejas, una fuente de descontento puede ser la falta de apoyo.
La amistad y el apoyo van de la mano. Mientras que las relaciones románticas pueden incluir a veces un elemento de apoyo, la amistad se basa en el apoyo que se da y se recibe.
12) Ser capaces de leer entre líneas
Tu pareja no siempre te lo va a explicar todo, va a implicar, insinuar o, a veces, hasta eludir. Como participante voluntario en tu relación, es importante que aprendas a leer entre líneas.
La capacidad de interpretar el comportamiento de tu pareja es una valiosa habilidad para fortalecer tu relación, leer entre líneas significa prestar atención a las diferencias en el comportamiento o las emociones de tu pareja
Independientemente de si indican problemas en tu relación o en su vida personal, tu pareja necesita tu apoyo y es trabajo tuyo ofrecerlo.
13) Ofrecer pequeños gestos significativos
Oh, el pequeño gesto; un ramo de flores inesperado, una carta de amor garabateada rápidamente o una cita improvisada. Los pequeños gestos tienen un gran impacto en la salud y la longevidad de vuestra relación.
Estas acciones no programadas actúan como un recordatorio, tanto para ti como para tú pareja, de por qué vuestra relación vale la pena.
Estos pequeños gestos os recordarán a disfrutar de las pequeñas cosas y a buscar el placer y el disfrute en vuestra vida diaria.
14) Compartir similitudes
Aunque los polos opuestos se atraen en la ciencia, la naturaleza y, definitivamente, de vez en cuando en las relaciones exitosas, los estudios demuestran que son los “similares” quienes permanecen juntos.
Cuando nos referimos a relaciones duraderas, aquellos que comparten una religión, una creencia política, una afición, una edad o un interés tienen más probabilidades de permanecer juntos.
Y, sin embargo, ¡no todo el tiempo!
En un estudio realizado por los investigadores Nathan Hudson y Chris Fraley, se descubrió que las parejas que se consideraban agradables y moderadamente estables emocionalmente eran las más felices en sus relaciones.
Mientras tanto, las parejas que se consideraban extrovertidas, concienzudas y abiertas tenían menos probabilidades de ser felices en una relación.
15) ¡Ser saludables!
Tu relación afecta tanto a tu salud física como a tu salud emocional.
Cuando todo va bien, una relación sana te ayudará personalmente a adoptar hábitos saludables, sin embargo, si tu relación se tambalea, tu salud se verá afectada. En lugar de esperar a que tu relación dicte tu salud, adopta hábitos saludables que sean independientes de tu relación.
Dependiendo de vuestro horario de trabajo, de vuestros compromisos familiares o de vuestros objetivos de salud, tú y tu pareja podéis considerar la posibilidad de adoptar hábitos saludables juntos.
Empieza por dar un paseo largo y pintoresco una vez a la semana, o planea una excursión para un próximo fin de semana largo. Incluso podríais considerar la posibilidad de apuntaros a un gimnasio juntos. El estrés, la ansiedad y los problemas para dormir son problemas comunes relacionados con la salud que pueden surgir al principio de una relación poco saludable.
Vigila los cambios en tu bienestar general.
16) Entender vuestra comunicación no verbal
Al igual que la lectura entre líneas, la comunicación no verbal requiere que tu pareja participe activamente y esté atenta. ¿Sabías que la comunicación no verbal representa el 55% de lo que se dice cada día? La comunicación no verbal puede ser tan sutil como dar la espalda o poner los ojos en blanco.
Sin embargo, reconocer esta forma alternativa de comunicación no es suficiente, tanto tú como tu pareja debéis saber cómo y cuándo reaccionar ante su uso.
Las parejas que mantienen una relación sana han aprendido a reaccionar ante la comunicación no verbal de su pareja de forma solidaria y productiva.
17) Utilizar apelativos de mascotas
Los apelativos de mascotas, también conocidos como términos de cariño, son una forma informal de expresar afecto.
Estos nombres, al igual que los “chistes internos” entre amigos, refuerzan el vínculo que sientes con tu pareja. Al recurrir a ellos, estás haciendo referencia no verbal a tu relación y, por extensión, a que valoras tu relación.
Carol J. Bruess, profesora de la Universidad de St. Thomas, cree que las relaciones son una “minicultura” en sí mismas, y que los apodos actúan como un lenguaje privado no oficial que refuerza la relación. Así que no tengas miedo de usar apodos con desenfreno.
18) Perdonar y olvidar
En cualquier relación, habrá errores y ofensas que deberán ser superados para poder avanzar.
En una relación sana, los miembros de la pareja perdonáis y olvidáis voluntariamente los hechos que os han ofendido.
Reconocéis que lo ocurrido hace tres, cuatro o incluso seis meses no tiene nada que ver con el presente. Para muchas parejas, la terapia matrimonial puede ayudar a que el proceso de perdonar y olvidar no sea doloroso.
Cada relación es diferente, no hay una sola relación sana, pero tratar a tu pareja con amor y respeto es el nombre del juego. Aprende a ser honesto contigo mismo y, por extensión, con tu pareja.
Por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo. Es un proceso que requiere tiempo y determinación.
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