Lo que dice tu personalidad sobre tu vida romántica

Preguntas sobre las relaciones

Aunque cada persona intenta cocinar una receta única para el amor, la formación, el curso y la calidad de cada relación íntima es un reflejo de la personalidad y las experiencias que cada persona aporta a la relación.

Además de ser en gran parte agua, todos estamos hechos de características y recuerdos que nos conforman. Nuestra personalidad suele ser lo que más atrae a nuestra pareja romántica. Combinada con su personalidad, es lo que provoca un brebaje de química especial en el amor.

En lugar de confiar en los horóscopos de la astrología u otras formas de pseudociencia para predecir el éxito o el fracaso de una relación, los rasgos de la personalidad pueden estudiarse a través de una lente científica. Y sirven como una herramienta fiable y válida para mejorar la relación que tenemos con nosotros mismos y con una persona querida.

Antes de reflexionar sobre lo que hace que nuestras relaciones sean lo que son, deberíamos reflexionar sobre lo que nos hace ser quiénes somos y cómo nuestras personalidades e historias influyen en nuestro enfoque de las relaciones interpersonales.

Rasgos de personalidad en las relaciones

Imagina a tu pareja ideal, ¿qué es lo que más te gusta de ella?

Es habitual que muchos de vosotros tengáis la esperanza de tener una relación sentimental con una persona que esté por encima de la media en aspectos cruciales, la apariencia física, claro, pero lo más importante es que sea una persona que realmente admire y aprecie nuestra personalidad. Que sea confiable, expresivo y con buen sentido del humor. Queremos que el universo nos una a nuestra alma gemela.

A la hora de elegir una pareja para una relación a largo plazo, con frecuencia preferís a una persona de aspecto medio con una personalidad sorprendente que a una persona extremadamente atractiva con una personalidad media.

Las cualidades relativamente estables y distintivas que caracterizan a un individuo a lo largo del tiempo, en diversos escenarios, y que influyen en su forma de actuar y adaptarse al mundo, son conocidas como la personalidad.

Los Cinco Grandes

¿Existen rasgos de personalidad que parezcan estar relacionados con el éxito o el fracaso de una relación?

Los primeros intentos de explorar la relación entre una personalidad y la intimidad estuvieron centrados en los posibles problemas que podría causar una personalidad y el temperamento.

El psicólogo Lewis Terman se hizo famoso al identificar los factores que distinguen a una pareja felizmente casada de una infeliz. Propuso que la mayoría de las parejas casadas que tarde o temprano sentís que sois incompatibles, os sentís así no por nuevas informaciones o acontecimientos, sino por la predisposición a la infelicidad. Explicó que por naturaleza o por crianza carecíais de las cualidades que hace a las personas compatibles y que erais incapaces de encontrar la felicidad en cualquier matrimonio.

Esta teoría no prioriza la comunicación interpersonal ni explora la importancia y el impacto de la misma en una relación, Terman era un teórico de los rasgos y creía que, para entender una relación, había que inspeccionar la personalidad de cada miembro de la pareja.

Los cinco grandes rasgos, que son bastante generales y abarcan aspectos específicos de la personalidad, incluyen: la apertura, la consciencia, la extraversión, la afabilidad y la afectividad negativa o neuroticismo.

La apertura mide la receptividad a nuevas ideas, enfoques y experiencias. La Consciencia mide el grado de disciplina y organización de una persona. La extraversión mide la preferencia de una persona por la interacción social y la actividad animada. La afabilidad mide la preocupación desinteresada de una persona por los demás, la generosidad y el grado de confianza.

Personalidad, emociones y relaciones

Los Cinco Grandes de la mayoría de vosotros permanecen constantes a lo largo de vuestra vida. Incluso las medidas de personalidad de la infancia de una persona pueden predecir sus relaciones en la edad adulta.

Los niños que tienen numerosas rabietas antes de cumplir los diez años tienen el doble de probabilidades de divorciarse, y las mujeres con un historial de rabietas tienden a casarse con hombres de menor categoría profesional.

La evaluación de la personalidad de un adulto también permite establecer vínculos entre los rasgos de personalidad y las experiencias en las relaciones.

Prácticamente todos los estudios sobre los rasgos de personalidad y las relaciones han constatado que las personas con una alta afectividad negativa tendéis a rumiar las cualidades negativas que poseéis, las de los demás y las del mundo en general, parecéis ser vulnerables a las malas relaciones y tenéis una baja autoestima.

En un estudio de 50 años sobre el matrimonio, las personas comprometidas que eran negativas tenían más probabilidades de ser infelices y divorciarse. De esas parejas, los maridos tendían a ser más extrovertidos e impulsivos que los maridos infelices que seguían casados.

Positividad y negatividad

Los cónyuges infelices tienen más probabilidades de divorciarse si los maridos tienen rasgos de personalidad que les hacen propensos a adoptar comportamientos deconstructivos.

Estos comportamientos podrían ser como la infidelidad, la irresponsabilidad financiera y el consumo excesivo de alcohol. Los comportamientos que reflejan una afectividad negativa provocan angustia. Cuando se combinan con los rasgos de personalidad, darán lugar al divorcio o al sufrimiento pasivo en un matrimonio estable pero insatisfactorio.

Los demás rasgos de personalidad no han sido tan estudiados, pero es fácil suponer que las parejas más agradables o más concienzudas suelen ser más felices. Las personas con parejas desagradables afirmaís ser tratadas con condescendencia y falta de respeto.

Las personas con parejas neuróticas afirmaís que vuestras relaciones se ven perjudicadas por el egocentrismo, los celos, la dependencia y muchas críticas. Puedes entonces imaginar que estar en una relación con alguien que constantemente resalta tus defectos, que rara vez te da el beneficio de la duda cuando cometes un error y que suele ser hostil, no te hará feliz.

La vida sexual tiende a ser menos satisfactoria en las parejas en las que uno de los miembros, o ambos, sufrís de una gran tensión y angustia asociadas a la afectividad negativa.

Hay que tener en cuenta que las similitudes en la edad, la inteligencia general, las opiniones políticas y las creencias religiosas de una persona predicen la felicidad mejor que los rasgos de personalidad similares.

No es necesario que intentes salir con tu clon. Tu mejor apuesta es conectar con una persona que, en general, sea más agradable y positiva que otra que sea igual que tú en cuanto a los Cinco Grandes.

Los rasgos de personalidad marcan los límites de una relación y afectan a la forma en que los miembros de la pareja os comunicáis, percibís el comportamiento del otro y respondéis en los momentos difíciles. Los rasgos que más importan son la afectividad negativa, la amabilidad y la consciencia, porque marcan el tono emocional cotidiano de nuestras relaciones.

La afectividad negativa y la baja autoestima afectan a las relaciones de pareja

Investigaciones recientes sobre el modo de regulación de la dependencia demuestran que las personas con baja autoestima subestimáis la opinión favorable que tenéis de vuestras parejas. Esta subestimación desencadena un efecto dominó de sabotaje involuntario.

Por ejemplo, estar excesivamente a la defensiva, reaccionar de forma exagerada ante las críticas, desestimar los elogios genuinos y sentir y expresar fuertes emociones negativas como la ira.

Un ciclo negativo

El ciclo comienza con la experiencia personal de autoestima. Luego tu pareja subestima los sentimientos positivos hacia ella y la relación. Seguidamente te desvaloriza y te sentirás herido y desatendido, lo que te llevara a expresar tu descontento, y luego tú y tu pareja os volvéis pesimistas y estaréis insatisfechos con la relación, lo que refuerza este ciclo mortal.

El punto es que, cuando una persona tiene una baja autoestima crónica, la relación se ve realmente afectada. Asumís que vuestra pareja no os tiene en alta estima y que los demás comparten la percepción pesimista que tenéis de vosotros mismos. Los estudios demuestran que estáis equivocados.

Las personas inseguras os enfrentáis a la difícil decisión de expresar vuestras preocupaciones y arriesgaros a ser aún más vulnerables o ser demasiado cautelosos y autoprotegidos en la relación.

En un esfuerzo por proteger una identidad personal frágil, las personas con baja autoestima intentáis reducir el riesgo de rechazo, pero como resultado construís un muro entre vosotros y vuestras parejas, lo que aumenta vuestros sentimientos de inseguridad en la relación.

La inseguridad

Las dudas injustificadas siembran semillas mortales que pueden debilitar una relación.

Conducen a una forma de autosabotaje en la que las personas inseguras percibís que vuestra pareja es desfavorable, y expresáis vuestro descontento cuando todo lo que vuestro corazón desea es estar más cerca y recibir por confirmación, que sois especiales y amados.

Cuando las personas con un rasgo de personalidad de baja autoestima creéis que vuestra pareja no os quiere de verdad, buscáis pruebas de que sí, pero detectáis el rechazo incluso cuando no existe y desvalorizáis a vuestra pareja.

Quizás desvalorizáis a vuestra pareja como estrategia defensiva para creer que tendréis menos que perder si la relación se acaba. Por el contrario, las personas seguras de sí mismas y con una alta autoestima sois menos sensibles a las amenazas que afectan a la relación y no exageráis los problemas ni ponéis la relación bajo escrutinio como haría quien tiene sentimientos de inseguridad.

El rasgo de personalidad de la baja autoestima hace que las personas seáis propensas a sentiros heridas e ignoradas y que seáis más propensas a expresar la ira y la tristeza, especialmente después de los desacuerdos.

Esto añade más leña al fuego al empeorar las discusiones, promueve el distanciamiento emocional e impide que la pareja se disculpe, vuelva a conectar y sanee la relación. Curiosamente, hay personas con baja autoestima que tenéis relaciones satisfactorias y personas seguras de sí mismas que no. No obstante, el modelo de regulación de la dependencia especifica los procesos psicológicos clave que conducen a la insatisfacción en las relaciones.

Las experiencias de la infancia afectan a las relaciones de los adultos

Los rasgos de personalidad proporcionan información válida sobre las relaciones íntimas que tendrán las personas y sobre si durarán o terminarán. Hay que tener en cuenta que ni siquiera los mejores tests de personalidad pueden captar por completo la complejidad del carácter de una persona o cómo se comportará en una relación.

La mayoría de nosotros puede reconocer los efectos de la transmisión intergeneracional; que lo que somos como individuos y como parejas románticas fue moldeado por cómo fuimos criados. Los científicos de las relaciones han aprendido que cada nueva generación en una familia se parece parcialmente a las generaciones anteriores.

Las experiencias son transmitidas de una generación de padres a la siguiente, sus hijos, y el ciclo se repite. Algunos de los efectos más significativos surgen cuando las familias se disuelven, por ejemplo, en un divorcio, y luego reaparecen de otra forma. Aprendemos mucho sobre nuestras parejas al conocer a las familias en las que se han criado, sus familias de origen. Por ejemplo, es posible que tu pareja obtenga su sentido del humor de uno de sus padres o que le gusten las demostraciones de afecto en público porque sus padres no pueden dejar de tocarse.

La tasa de divorcio ha disminuido ligeramente desde los años 80, pero aproximadamente la mitad de los primeros matrimonios y una cantidad aún mayor de segundos matrimonios acaban en separación definitiva o divorcio.

Alrededor del 40 por ciento de todos los niños experimentan el divorcio de sus padres antes de convertirse en adultos jóvenes. Las experiencias varían drásticamente según las familias y los niños de una misma familia pueden variar la respuesta a la separación o el divorcio de sus padres.

Conclusiones clave

Cinco conclusiones clave han surgido de la investigación sobre cómo el conflicto de los padres, las disoluciones de las relaciones, afectan a las personas a medida que se desarrollan desde los niños hasta los adolescentes y los adultos:

     1. La separación o el divorcio de los padres suele afectar negativamente al rendimiento académico, la conducta y el comportamiento del niño, la adaptación psicológica, la autoestima y las relaciones sociales.

     2. El divorcio de los padres duplica aproximadamente el riesgo de consecuencias negativas para los niños, pero los niños con padres que tienen un matrimonio intacto también pueden experimentarlas.

     3. El divorcio pone en peligro la situación económica de la familia, compromete la salud mental de los padres, reduce la cantidad y la calidad del contacto entre padres e hijos y deja a todos los implicados vulnerables a nuevos tipos de angustia.

La calidad de crianza

A pesar de las mejores intenciones, la calidad de la crianza de los hijos a menudo se ve afectada por el divorcio, y la inestabilidad familiar disminuye las posibilidades de que el niño reciba el apoyo emocional y la orientación que necesita. Afortunadamente, el uso de habilidades de afrontamiento activas puede compensar los efectos adversos.

     4. Criar a los niños en hogares con problemas emocionales, incluso con los padres biológicos juntos, puede afectar negativamente a los niños, especialmente cuando los conflictos parentales no son resueltos adecuadamente. Los niños expuestos a mayores niveles de conflicto parental tienen menor autoestima, felicidad y satisfacción vital en la edad adulta temprana en comparación con los niños expuestos a menores niveles de conflicto parental.

     5. La salud psicológica de los hijos adultos depende de una compleja combinación de si sus padres se divorciaron y de la salud del matrimonio antes del divorcio. Un estudio realizado con jóvenes de 27 años descubrió que el bienestar de los hijos es más bajo cuando los matrimonios con poco conflicto terminan y cuando los matrimonios con mucho conflicto no terminan. Los divorcios inesperados disminuyen la capacidad del niño para desarrollar relaciones de confianza a largo plazo.

La comprensión completa

La comprensión completa de una relación íntima no empieza cuando dos personas os conocéis, comienza cuando los padres se conocen y crean una nueva familia.

  • Los hijos de divorciados podéis casaros antes que los niños que no han estado expuestos al divorcio de sus padres, lo que tal vez refleje el deseo de salir de situaciones familiares difíciles. También es más probable que conviváis sin casaros y que retraséis el matrimonio. Estáis igualmente motivados para entablar relaciones íntimas que los hijos de familias intactas, pero tendéis a ser más pesimistas sobre el matrimonio como forma de lograr ese objetivo.
  • Los hijos de familias inestables y con problemas tendéis a tener menos dinero y menos amigos cuando termináis la adolescencia y empezáis la edad adulta.
  • Los hijos de padres divorciados tenéis menos probabilidades de graduaros en el instituto o de empezar la universidad. También corréis un mayor riesgo de tener embarazos no deseados y relaciones insatisfactorias con vuestros padres incluso más adelante. Las relaciones padre-hijo son especialmente frágiles tras las rupturas familiares.
  • Los hijos de familias inestables experimentáis más dificultades en las relaciones y la disolución de las mismas. Las experiencias que tenéis en la vida pueden estar vinculadas a lo que ocurrió en la relación de vuestros padres. Independientemente de la educación, los ingresos y las opiniones religiosas de los padres, y de si se divorciaron o no, los hijos de padres infelices en el matrimonio son propensos a formar matrimonios relativamente infelices.

La teoría del aprendizaje social

Los hijos aprendéis sobre las relaciones observando cómo los miembros de la familia se relacionan entre sí, vuestras relaciones con los padres, hermanos y otros miembros de la familia, e interiorizáis modelos emocionales y de comportamiento para generalizar las relaciones fuera de la familia.

Los estilos interpersonales que aprendéis influyen en vuestras relaciones íntimas de adolescentes y adultos

Los niños expuestos a diversas formas de abuso y negligencia en la infancia lleváis con vosotros esas experiencias. En base a ellas, se puede predecir la calidad de los matrimonios de recién casados, incluyendo el aumento de la agresión psicológica y los problemas de relación, y la disminución de la confianza y la actividad sexual.

Incluso las parejas que os encontráis en la fase de noviazgo con un compañero procedente de una familia dura y conflictiva, tendréis un comportamiento menos positivo en la comunicación, debido a que la persona de la familia problemática tendrá menos autocontrol sobre las emociones y una mayor tendencia a tener actitudes hostiles y cínicas hacia otras personas en general.

Las parejas casadas que discutís problemas de relación, siendo uno de los miembros de la pareja de un hogar con problemas, sufriréis porque la persona con una historia de divorcio de los padres probablemente estará en desacuerdo, expresará falta de respeto y desprecio hacia vosotros, y se retraerá de forma improductiva.

Afortunadamente, los hijos que crecéis en familias cálidas y acogedoras os sentís más unidos a vuestra pareja 60 años después.

Lo conseguís gracias a que sois menos defensivos, sois más realistas en cuanto a los retos de la vida y os comprometéis más emocionalmente con esos retos mientras los gestionáis.

No cabe duda de que estamos moldeados por la forma en que nuestros padres gestionaban sus emociones y conversaciones cuando éramos niños, pero los efectos de la educación familiar en las relaciones de los adultos varían.

Muchas personas que crecisteis con padres conflictivos o divorciados sois capaces de crear y mantener relaciones íntimas satisfactorias.

La teoría del apego

Nuestro sistema de conductas de apego, un conjunto innato de comportamientos y reacciones moldeados por la evolución, ayuda a garantizar nuestra seguridad y supervivencia y rige nuestra capacidad para formar vínculos emocionales.

Por ejemplo, cuando tu pareja no responde a tus señales cuando quieres que te abrace, o no te dice cosas de apoyo cuando necesitas una charla de ánimo, ¿cómo te lo tomas?

Al igual que los políticos, las personas que mantenéis relaciones íntimas podéis dar un giro a los acontecimientos de forma constructiva o deconstructiva. Tal vez no te abrazaron ni te dieron una charla de apoyo porque sabían que eras lo suficientemente fuerte como para manejarlo por ti mismo y tenían fe en que podías manejar la situación de forma independiente.

O quizás no te abrazaron ni te dieron una charla de ánimo porque el otro día no lavaste los platos ni sacaste la basura aunque era tu turno y están tratando de vengarse de ti.

Modelos internos de trabajo

Nuestros modelos internos de trabajo afectan a la forma en que interpretamos este tipo de acontecimientos interpersonales.

Si tenéis un estilo de apego seguro tendéis a minimizar el impacto de los acontecimientos negativos, mientras que las personas con apego inseguro tendéis a magnificar el impacto de esos mismos acontecimientos.

  • Las personas con los modelos de trabajo más negativos de sí mismos y de los demás, los individuos temerosos, soléis tener las interpretaciones más pesimistas de los acontecimientos relacionales.
  • Si sois de los que intentáis reprimir vuestras emociones, expresáis menos emociones en respuesta a los acontecimientos de la relación y decís ser menos conscientes de las manifestaciones físicas de la ira, como la tensión y la aceleración del ritmo cardíaco.
  • Los que tenéis un apego ansioso compensaréis vuestra baja autoestima utilizando en exceso el apoyo disponible y puede que ni siquiera os satisfaga.
  • Si sois propensos a la evitación adoptaréis una posición defensiva y negaréis vuestra necesidad de apoyo, utilizaréis estrategias de distanciamiento para hacer frente a vuestra angustia.
  • Las personas con un estilo de apego seguro abordáis los problemas de relación con más calidez, más compasión y menos hostilidad. También sois propensos a mantener conversaciones abiertas con vuestra pareja cuando estáis disgustados y sois menos propensos a pensar en la ruptura.
  • Los individuos seguros soléis comunicar claramente vuestras necesidades, esperáis que vuestra pareja os ayude a satisfacerlas y aceptáis con gratitud los esfuerzos de vuestra pareja por ayudaros. En cambio si sois temerosos hacéis lo contrario, bloqueando y cerrando el contacto, y sois propensos a sacar conclusiones precipitadas sobre el fin de la relación.

La teoría del apego proporciona pistas esenciales sobre los tipos de comunicación que alimentan o perjudican las relaciones

Sin embargo, el sistema de conductas de apego no está siempre en funcionamiento, este se activa cuando una persona es desafiada o el acceso a su tutor se ve amenazado.

Por ejemplo, en el control de seguridad del aeropuerto, donde sólo los pasajeros podéis pasar por seguridad, se puede ver a muchos tratando de abrazar y besar hasta el último minuto y prometiendo volver a conectar lo antes posible.

Cómo superar la inseguridad

1. Autoafirmaciones

Identifica los valores que son importantes para ti, por ejemplo, la honestidad, el servicio a la comunidad, la espiritualidad, el trabajo duro, y escribe por qué son importantes para ti, cómo dan forma a tu vida y juegan un papel clave en tu autoimagen

2. Adopta la perspectiva de tu pareja

Imagina cómo es un día en la piel de tu pareja. Describe con detalle lo que captan tus cinco sentidos durante un día normal. ¿Qué ven, huelen, saborean, tocan y oyen?

3. Explícate en un cumplido

Piensa en una ocasión en la que tu pareja te dijo lo mucho que le gustaba algo de ti. Como una cualidad o habilidad personal, o algo que hiciste que le impresionó mucho. Explica con detalle por qué te admira, qué significa para ti y su importancia para vuestra relación.

4. Aumentar la cercanía psicológica y física

Trabaja con tu pareja a través de una serie de preguntas cada vez más personales y comentad juntos vuestras respuestas.

Como por ejemplo, si te murieras esta noche sin poder enviar un mensaje de texto o llamar a nadie. ¿Qué es lo que más lamentarías no haber contado a tu pareja? ¿Por qué no se lo has dicho todavía?

Después de responder a las preguntas profundas y de conectar sobre ellas, participad juntos en 30 minutos de estiramientos suaves y yoga, o cualquier otra actividad similar que se adapte a vuestras capacidades físicas y preferencias, como un paseo por la naturaleza.

5. Recuerda

Recuerda que las actividades sencillas pueden debilitar la influencia de los apegos inseguros en las relaciones. Pon en práctica las herramientas con regularidad en tu vida diaria. Recuerda que, independientemente de lo seguros o inseguros que nos sintamos, todos tenemos margen para mejorar nuestras relaciones y hay una gran cantidad de recursos a tu alcance.

Anímate a investigar y practicarlos, ¡una inversión en una relación nunca será un desperdicio!

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Te esperamos. 

Paula Massa Terapia Online

Autor: Paula Massa

Psicóloga experta en terapia online con 20 años de experiencia haciendo terapia.
7 años haciendo terapia online.
Supervisora de casos y apoyo del equipo de POA.

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