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¿Por qué dejar una adicción puede ser tan difícil?
Has reconocido que tienes un problema y que tu comportamiento adictivo está afectando a otras partes de tu vida. Ahora quieres saber cómo dejar tu adicción. Lo más probable es que no esperaras convertirte en un adicto cuando empezaste. Es posible que pensaras que sólo te estabas divirtiendo y que podías parar en cualquier momento.
Pero ahora estás preguntándote ¿De verdad puedo dejar mi adicción? Si, es posible.
Pero también es entendible que muchas personas que experimentan la adicción se sorprendan de lo difícil que puede ser dejarla. Es posible que acaben preguntándose: “¿Por qué no puedo hacerlo?”
Este artículo analiza varias de las razones por las que dejar una adicción es tan difícil. También trata de los retos a los que te puedes enfrentar y de las estrategias que podrán ayudarte a tener éxito.
¿Por qué es tan difícil dejar una adicción?
La adicción afecta a la corteza frontal del cerebro y altera el control de los impulsos y el juicio. El sistema de recompensa del cerebro también se altera, de modo que el recuerdo de recompensas anteriores puede desencadenar el ansia o el aumento del “hambre” de sustancias o experiencias gratificantes, a pesar de las consecuencias negativas.
“Estos cambios en el cerebro pueden dificultar el abandono, pero es importante recordar que las adicciones son tratables. Con el plan y los recursos adecuados, la recuperación es plenamente posible”.
La buena noticia es que se puede dejar de beber, fumar o cualquier otro tipo de adicción. Es un proceso complicado, hay muchos factores: físicos, mentales, emocionales y biológicos, que hacen que sea difícil la recuperación.
Esta complejidad es la razón por la que muchas personas encuentran ayuda en un tratamiento bien estructurado y enfocado en la pronta recuperación de su adicción. Aun así, cabe resaltar que hay muchas personas que pueden superar este proceso por sí solas.
Entender la tolerancia
La tolerancia y el síndrome de abstinencia son factores clave que contribuyen a la adicción.
Si las personas no desarrollaran tolerancia ni experimentaran síndrome de abstinencia, probablemente sería mucho más fácil superar una adicción.
La tolerancia es un proceso tanto físico como psicológico. Cuantas más veces se repite la conducta, menos sensibilidad se tiene a ella y más se necesita para obtener el mismo efecto.
Las drogas, como el alcohol y los opiáceos, actúan sobre partes específicas del cerebro, creando una tolerancia física.
Las conductas, como el sexo y el juego, producen sensaciones de excitación que van perdiendo intensidad con el tiempo. A medida que se desarrolla la tolerancia, es posible que quieras o necesites hacer más de la droga o del comportamiento para obtener el mismo efecto.
Síntomas de abstinencia
Cuando eres adicto a una sustancia o comportamiento, puedes experimentar síntomas de abstinencia al dejarla. Estos síntomas se alivian temporalmente cuando empiezas a consumir la sustancia o a realizar la conducta de nuevo.
Pero desaparecen con el tiempo y, a menudo, de forma permanente después de haber dejado de consumir.
Síntomas físicos de abstinencia
Es común experimentar ciertos síntomas físicos desagradables de abstinencia cuando dejas el hábito. Son ellos los que hacen la experiencia más difícil. El resultado de la abstinencia física dependerá de la naturaleza de tu adicción, pero los síntomas suelen incluir:
- Cambios en el apetito.
- Sensación de malestar.
- Dolores musculares.
- Náuseas.
- Temblores.
- Malestar estomacal.
La abstinencia física del alcohol y las drogas a menudo se resuelve en un período de varios días. Sin embargo, el proceso acostumbra a ser bastante desagradable y en ocasiones resulta peligroso.
Si decides dejar de consumir, es mejor que cuentes con el apoyo de un profesional de la salud.
Síntomas psicológicos
Además de los desagradables síntomas físicos de la abstinencia, también es posible que experimentes síntomas psicológicos. Estos incluyen:
- Ansiedad.
- Deseo de consumir.
- Depresión.
- Irritabilidad.
- Cambios de humor.
- Dificultades para dormir.
Del mismo modo que debes hablar con un médico sobre los síntomas físicos de la abstinencia, asegúrate de hablar también de los mentales y emocionales.
Una vez que has pasado por la abstinencia, todavía hay otros retos que dificultan el permanecer “en el vagón”. Si bien los síntomas físicos suelen durar sólo alrededor de una semana, los síntomas psicológicos de la abstinencia duran un tiempo más prolongado.
Desafíos al dejar la adicción
Cuando tu conducta adictiva llega al punto de crear conflictos, está desequilibrada con otras partes de tu vida. Incluso después de hacer un compromiso para dejar de fumar y pasar por la fase de abstinencia, estos conflictos simplemente no desaparecen.
Es habitual que las personas con adicciones dependan de su adicción para hacer frente al estrés.
Cuando dejas la adicción, pierdes ese mecanismo de afrontamiento. Por eso es tan importante tener otras formas de afrontamiento firmemente establecidas, idealmente antes de abandonar el consumo.
Un terapeuta es capaz de ayudarte con estos retos diarios. Sin estrategias de afrontamiento saludables, es probable que experimentes fuertes impulsos de volver a la conducta adictiva “una vez más”.
“El apoyo en las relaciones sentimentales es fundamental a la hora de lidiar con los conflictos y evitarlos sin utilizar tu conducta adictiva como consuelo y escape”.
La ambivalencia, los sentimientos encontrados de querer continuar con la conducta adictiva y querer dejarla, forma parte del proceso adictivo incluso en las primeras etapas de la experimentación.
A menudo, este desafío se siente en términos de “bien” y “mal”, especialmente en relación con las conductas sexuales e ilegales. En ciertos casos, los sentimientos de culpa son apropiados; en otros, no.
Culpa y justificación
El malestar que experimentas cuando tu comportamiento no encaja con tus propias normas de lo correcto y lo incorrecto es una fuerte motivación para hacer cambios.
A veces, sin embargo, esos sentimientos pueden ir en contra de ti, haciendo que justifiques tu comportamiento ante ti mismo y ante otras personas. Este proceso puede obstaculizar la decisión de dejar atrás la adicción.
Entre las justificaciones más comunes se encuentran las siguientes:
- Negación: “No es un problema”.
- Minimización: “Ya he reducido el consumo”.
- Comparaciones: “La contaminación es más peligrosa”, “El tío Carlos bebe mucho más que yo”.
- Desafío: “Prefiero vivir una vida más corta y ser feliz que dejarlo y ser miserable”.
- Racionalización: “Nunca he robado para financiar mi hábito”, “Soy mucho más sociable cuando he bebido”.
- El menor de los males: “Mejor que lo haga a que sea imposible vivir con él”.
- Información errónea: “Tiene usos medicinales, así que no pasa nada”, “El chocolate es la única cura para el síndrome premenstrual”.
- Sacar de contexto el comportamiento: “En ciertas culturas, la poligamia es aceptable”.
- Glorificación: “La reina Victoria lo hacía”, “Los patriarcas del Antiguo Testamento tenían muchas esposas”, “Jesús bebía vino”.
“Un gran error en la sobriedad es el enfoque de todo o nada”, explica la doctora Margaret Seide, psiquiatra certificada.
La terapia permite afrontar los sentimientos incómodos y ayuda a desentrañar los pensamientos irracionales que mantienen la adicción. Dejar atrás una adicción no es fácil ni sencillo, pero un buen grupo de apoyo y un programa de tratamiento te ayudarán a conseguirlo cuando estés preparado.
¿Cómo superar la adicción?
Superar una adicción es un proceso que requiere tomar la decisión de abandonar el hábito, planificar cómo dejarlo, lidiar con los efectos de la abstinencia y evitar las recaídas.
“En el caso de la adicción, hay que procurar estar preparado para el éxito. Eso significa que si estás tratando de evitar el alcohol, al principio de tu viaje de recuperación, evita los lugares donde sabes que habrá alcohol”.
– Dra. Margaret Seide
“Esto puede significar rechazar invitaciones a barbacoas o cenas, pero trata de recordar que habrá más reuniones en tu futuro cuando cuentes con más tiempo de sobriedad en tu haber y probablemente te sientas más cómodo tomando decisiones que estén en consonancia con tus objetivos”, añade.
Otras estrategias para dejar una adicción son:
- Prepararte para dejar la adicción: Antes de dejar el hábito, piensa en lo que tendrás que hacer para abandonarlo. Esto incluye la eliminación de los desencadenantes en tu entorno y la búsqueda de apoyo social.
- Piensa en tu entorno: Deshazte de cualquier cosa que pueda recordarte tu adicción o desencadenar un antojo. En determinados casos, es posible que necesites cambiar tus rutinas (como evitar bares o restaurantes donde solías beber) o patrones sociales (como no salir con personas con las que solías beber o consumir drogas).
- Busca distracciones: Mantenerte ocupado es una forma útil de distraerte de los antojos y las tentaciones de recaer. Planifica lo que puedes hacer cuando te llegue un impulso. Por ejemplo, ir a dar un paseo, leer un libro, ver un programa de televisión o llamar a un amigo.
- Busca apoyo: Habla con las personas cercanas a ti sobre tu plan y pide su apoyo. Saber que hay personas a tu lado que están dispuestas a ayudarte a afrontar los retos de dejar tu adicción te ayudará a sentirte más animado cuando te enfrentes a las dificultades.
La psicoterapia también es muy eficaz para ayudar a superar la adicción.
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es un enfoque que permite cambiar los patrones de pensamiento y aprender habilidades saludables.
Es importante recordar que no existe un único tratamiento adecuado para todos, por lo que trabajar con un terapeuta para encontrar el enfoque adecuado para ti te permitirá mejorar tus posibilidades de éxito.
Terapia Online – ¿Puedo superar mi adicción?
Tener una adicción es tener un hábito que acaba dominando tu propia voluntad.
Se trata de una dependencia, lo cual hace sentir a la persona adicta, que si no tiene aquello a lo que está enganchada, siente que no puede seguir adelante.
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El objetivo de conseguir una nueva normalidad consiste en aprender a vivir sin la conducta adicta.
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