Cómo aceptar y superar el autocuidado: Guía de evaluación del autocuidado

El autocuidado se ha convertido en un término de moda en los últimos años, pero merece la pena. En el vertiginoso mundo actual, dedicar tiempo a cuidar de ti es fundamental para la salud, el equilibrio y el bienestar general.

En teoría, es un concepto sencillo, pero el autocuidado con frecuencia es ignorado y es difícil de priorizar.

Para que sea un poco más fácil, presentamos esta guía de evaluación del autocuidado. Está diseñada para ayudarte a analizar cómo estás atendiendo a tus necesidades de autocuidado personal, detectar patrones útiles o menos ideales y priorizar las áreas que necesitan más atención.

Cómo utilizar esta herramienta de evaluación del autocuidado

En esta evaluación de autocuidado, utilizarás un sistema de clasificación para medir la calidad y la frecuencia de tus prácticas de autocuidado en dos categorías de autocuidado: Físico y Psicológico.

A continuación, te presentamos las calificaciones:

  1. Cumplo con esta tarea deficientemente / Cumplo poco o nada
  2. Lo realizo de forma adecuada / A veces lo realizo
  3. Lo cumplo bien / Lo cumplo a menudo
  4. Me gustaría mejorar en esto / Me gustaría hacerlo con más frecuencia

En cada una de estas categorías, tendrás en cuenta las actividades que realizas actualmente o que piensas realizar y asignar una puntuación a cada una de ellas. Ejemplo de ellas son:

Actividades de autocuidado físico

  • Llenas tu plato con alimentos nutritivos y variados
  • Dedicas tiempo a hacer ejercicio de forma que te sientas bien con tu cuerpo
  • Mantienes una higiene personal
  • Vistes de una manera que te hace sentir bien
  • Descansas cuando estás enfermo o cansado

Actividades de autocuidado psicológico

  • Escribir un diario
  • Dedicar tiempo a la autorreflexión
  • Bloquear las distracciones
  • Reconocer los puntos fuertes
  • Practicar la gratitud
  • Pasar tiempo con los seres queridos
  • Practicar un pasatiempo con otras personas
  • Llamar o escribir a un viejo amigo
  • Meditar
  • Participar en una actividad religiosa o una causa significativa
  • Pasar tiempo en la naturaleza
  • Apreciar el arte
  • Participar en el desarrollo profesional
  • Asumir proyectos de interés o gratificantes
  • Encontrar un equilibrio entre el trabajo y la vida privada
  • Conservar un espacio de trabajo ordenado y confortable

Parte del autocuidado consiste en tener amabilidad propia. No pasa nada si no puedes calificarte con un 2 o un 3 en cada actividad.

Recuerda que el desarrollo y la utilización de una práctica de autocuidado es un proceso continuo; si bien al principio resulta laborioso, el hecho de encontrar un espacio para ello en tu vida diaria te reportará beneficios en términos de resiliencia emocional, sensación de bienestar y equilibrio, y salud en general.

Cómo desarrollar prácticas de autocuidado sostenibles

Ahora que tienes la evaluación, ¡asegúrate de que sea sostenible! Aquí tienes sugerencias para garantizar que la práctica pueda encajar en tu ritmo diario a largo plazo:

  • Limítate a lo básico mientras encuentras tu ritmo y desarrollas una rutina. Empieza por comprometerte con una actividad, ¡no te excedas!
  • Planifica activamente la práctica del autocuidado. Anota las actividades en tu calendario o anuncia tu plan de autocuidado a otras personas como forma de responsabilidad.
  • Desarrolla una conciencia de qué actividades mejoran realmente tu estado de ánimo y te hacen sentir bien cuidado. Recuerda que practicar el autocuidado tiene que ser una experiencia agradable que produzca efectos duraderos.
  • Crea una lista de “no”. A veces es más fácil distinguir lo que es perjudicial para tu salud mental y emocional que lo que es beneficioso. El autocuidado también puede significar decir “no” a cosas que no disfrutas.
  • Ten en cuenta la importancia del sueño, los hábitos alimenticios y la actividad física.
  • Sigue con la atención médica.
  • Realiza actividades relajantes y placenteras.

Considera la posibilidad de buscar el apoyo de un terapeuta

Las prácticas de autocuidado pueden ser utilizadas por cuenta propia; sin embargo, cuando te enfrentas a los desafíos de la vida, no siempre es fácil priorizar tu cuidado.

Un terapeuta especializado en los siguientes tipos de terapia es capaz de ayudarte a incorporar prácticas de autocuidado para mejorar tu salud mental, emocional y física:

  • Terapia cognitivo-conductual: Este enfoque de la psicoterapia permite tomar conciencia de cómo los patrones de pensamiento o las creencias inútiles afectan a las emociones y al comportamiento.
  • Reducción del estrés basada en la atención plena: La MBSR es una terapia de grupo que utiliza prácticas de atención plena para aumentar la conciencia y la compasión.
  • Psicología positiva: Este enfoque de la psicoterapia tiene como objetivo mejorar el bienestar emocional y el funcionamiento mediante la construcción de emociones positivas, relaciones y fortalezas.
  • La terapia basada en las fortalezas: Este enfoque de la psicoterapia hace hincapié en lo que va bien en tu vida.
  • Terapia centrada en las soluciones: Con este enfoque de la psicoterapia, el terapeuta y el paciente colaboran para desarrollar soluciones a los problemas utilizando las fortalezas y habilidades personales.

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