En un mundo perfecto, cualquier persona con depresión podría hablar abiertamente de ella en el trabajo.
Bueno, vale, en un mundo perfecto, nadie tendría que lidiar con la depresión.
En un mundo ideal, las personas con depresión podríais hablar con vuestro jefe sobre vuestras luchas sin temer cómo sería recibido. Aunque la sociedad ha avanzado en el tratamiento de la salud mental, aún nos queda mucho camino por recorrer.
Uno de estos ámbitos de preocupación es la salud mental en el lugar de trabajo. Ya se trate de la depresión, la ansiedad u otros problemas que muchos de vosotros habéis padecido antes de empezar a trabajar, o de situaciones en el trabajo que desencadenan reacciones, seguimos sin la facilidad ideal con la que un empleado debería poder hablar de su salud mental.
Si sufres ansiedad o depresión y luchas contra estos problemas en el trabajo, no estás solo. Sigue leyendo para saber cómo puedes encontrar formas de salir adelante a pesar de ello. O si un compañero de trabajo tiene problemas de salud mental y no se desenvuelve bien en el lugar de trabajo, esto te orientara de la mejor manera para que puedas ayudar.
Índice
La concienciación aumenta, pero no siempre implica tolerancia
Ya viste las campañas. Escuchaste las palabras de aliento. Te han dicho que la depresión no es algo de lo que debas avergonzarte, que todos debemos ser receptivos y alentar a quienes luchan contra esta enfermedad.
Todo eso… está muy bien. Pero, ¿se practica siempre?
¿Todos los directivos van a reaccionar favorablemente cuando descubran que un empleado o candidato tiene depresión? ¿Pueden todas las personas con depresión en esta época “ilustrada” hablar libremente con su jefe sobre su lucha?
¿Los empresarios y los compañeros de trabajo, a menudo armados con las mejores intenciones (pero tal vez con poca ayuda), serán siempre capaces de proporcionar adaptaciones y herramientas?
Sabemos que la respuesta es, por desgracia, “no”.
Saberlo y aceptarlo a muchos niveles como “las cosas son así” es un paso importante en tu camino hacia una buena vida. Aunque todos podemos poner de nuestra parte para ayudar a “cambiar el mundo”, la serenidad y la cordura requieren que sepamos que no podemos cambiarlo todo de una vez.
Entonces, ¿qué hacemos ahora?
Los mejores pasos a seguir para gestionar la depresión en el trabajo
Veamos esto desde dos perspectivas: Los empleados y los empleadores.
Los empleados
En primer lugar, para los empleados, los que tenéis depresión, ansiedad u otros trastornos que luchan en el trabajo: sabed que tenéis opciones, que hay cosas que podéis hacer ahora mismo para dar un paso en la dirección correcta.
1. Reconoce que tienes un trastorno
Eso es la depresión. La ansiedad también. Y aunque no pueda ser vista literalmente por los demás, está ahí, y lo estará durante el resto de tu vida. Si ya has asumido esto, estás en el camino. Si esto es nuevo para ti, debes saber que no estás solo, que no estás loco y que tienes amplios recursos a tu disposición.
¿Qué señales es importante buscar?
- Estás muy cansado, aparentemente todo el tiempo.
- El trato con los demás. Especialmente con los compañeros de trabajo o la dirección. Requiere mucho esfuerzo.
- Te encuentras alejándote de la gente, cerrando la puerta de tu oficina o retirándote al baño. Donde puede que te encuentres llorando, quizás sin razón aparente, de nuevo.
- Tardas más en realizar tareas que antes te parecían sencillas.
- La gente se da cuenta de que pareces “retraído” y “fuera de sí”.
- Llamas a la oficina para decir que estás enfermo, aunque no estés físicamente enfermo.
¿Qué hacer, una vez que has reconocido los signos?
2. Busca tratamiento
No tienes que sufrir en silencio. Si tuvieras una enfermedad física, buscarías tratamiento médico, ¿verdad? Irías al médico. Lo mismo ocurre con la salud mental que con la física. La salud mental es ciertamente tratable.
No estamos utilizando la palabra “cura”, porque ese no es el objetivo, sino que estamos hablando de tratar tus problemas para que puedas vivir con esta condición y tener éxito en la vida, y en particular en el trabajo.
Pero, ¿cuánto cuesta? ¿Adónde hay que ir primero? ¿Y quién puede averiguarlo? Es posible que tu empresa te ofrezca prestaciones como un plan de asistencia a los empleados o un subsidio para el asesoramiento. Estos servicios son anónimos; no debes preocuparte por la privacidad.
3. Establece objetivos realistas y encuentra soluciones que funcionen para ti
No existe una fórmula única para todos. Eso es una mala y una buena noticia a la vez. No encontrarás una solución lista. El tratamiento y las habilidades de afrontamiento son un proceso continuo, algo que es único para cada persona.
Tienes que encontrar lo que es adecuado para ti, lo que funciona en tu situación particular y te ayuda a mejorar.
Por otro lado, no tienes que sentir que se te impone nada. La clave es saber de qué eres capaz y esforzarte por conseguir un poco más cada día. No te abrumes con expectativas. Cuando se trata de aspectos específicos del trabajo, muchas personas han encontrado el éxito construyendo sistemas y estrategias que apoyan sus problemas de salud mental y se adaptan a lo que funciona mejor para ellos.
Esto puede implicar o no hablar con tu jefe. Las listas de tareas también son buenas. Es importante establecer prioridades y plazos realistas. Evalúa las cosas sobre la marcha y mantente flexible para encontrar nuevas y diferentes formas de mejorar tu vida.
4. Encuentra apoyo (pero con precaución)
¿Tienes compañeros de trabajo en los que confías? ¿Confías lo suficiente como para revelar tu enfermedad? Si es así, cuando llegue el momento adecuado, puede que quieras tener una conversación con ellos.
Platica con ellos sobre tu enfermedad, explícales con qué estás luchando y cómo pueden ayudarte.
Tal vez te orienten sobre si debes decírselo a tu jefe y cómo hacerlo. Mientras que hablar con un compañero de trabajo puede ser más parecido a hablar con un amigo, contar lo sucedido a tu jefe es, como puedes imaginar, algo que no está exento de riesgos.
Por un lado, es posible que la empresa sea abierta y acepte tu enfermedad y esté dispuesta a hacer adaptaciones. Si es así, esto podría hacer que tu vida laboral fuera mucho mejor. Sin embargo, siempre existe la posibilidad de que esta enfermedad sea recibida con recelo, lo que puede dar lugar a estigmatización y discriminación.
Si crees que tu jefe no es lo suficientemente receptivo, puede que quieras aplazar o evitar la revelación.
Los empleadores
¿Eres gerente, supervisor o compañero de trabajo de una persona con problemas de salud mental?
Las probabilidades de que lo seas son bastante altas.
- Alrededor de uno de cada cinco adultos sufre un problema o enfermedad de salud mental.
- La salud y las enfermedades mentales suelen representar alrededor de un tercio de las reclamaciones por incapacidad.
- Los problemas de salud mental suponen más de 6.000 millones de dólares en costes de productividad perdida.
- La salud mental es un problema legítimo, tanto para los empleados como para los empresarios.
No abordar estas problemáticas puede costar a tu organización grandes sumas de dinero, en forma de disminución de la productividad, pérdida de buenos empleados. Incluso en materia legal.
¿Qué debes hacer?
Si un empleado revela que tiene un problema de salud mental o una enfermedad, ¿qué debes hacer?
Escuchar. Esto podría ser lo más importante. Simplemente escuchar lo que esta persona tiene que decir será: (a) útil para que lo exprese, y (b) útil para que tu lo escuches y sepas cómo puedes ser de ayuda para ellos.
Realiza los ajustes razonables según las conversaciones con el empleado (si te suena un poco loco, debes saber que es la ley).
Sigue incluyendo a tu compañero de trabajo en las actividades habituales del lugar de trabajo.
Cuando un compañero de trabajo se reincorpore al trabajo después de una baja por enfermedad mental, haz que se sienta bienvenido y apreciado.
Aboga por lugares de trabajo saludables, incluyendo la concienciación y la adaptación a los problemas de salud mental.
Recuerda que un empleado con un problema de salud mental no es, a fin de cuentas, diferente de una persona con un trastorno físico. Tienen derecho y merecen ajustes razonables.
Al final descubrirás que tu paciencia y comprensión con estos empleados dará sus frutos, al ver que su productividad aumenta junto con la moral general de tu departamento u organización.
Terapia Online – Camino a la recuperación
En Psicología online Avanzada, trabajamos mediante métodos con una validez científica, acompañándolos de una gran cercanía, comprensión de tu problema y con profesionales certificados.
Mediante la terapia online, buscamos derribar todo tipo de barreras, aplicando la tecnología para la realización de las sesiones por vídeo-llamada.
Para tratarte los problemas de ansiedad, recurriremos principalmente a dos tipos de técnicas que nos permitirán abordar todo tipo de síntomas:
- Técnicas de control del pensamiento: para trabajar la correcta interpretación de amenazas que no existen realmente. También para el control de los pensamientos que pueden incluso, potenciar los síntomas de ansiedad.
- Técnicas de relajación: para el control de los síntomas de tú ansiedad.
Nuestra capacidad de adaptación a los pacientes como tú, es lo que nos está permitiendo ser los números uno en tratamientos de este tipo. Permite que te ayudemos para que así logres dar un paso más en el cumplimiento de tus objetivos.