Las fobias tienen que ver con importantes alteraciones de la actividad cerebral detectadas por estudios de imagen funcional.
Son miedos irracionales y persistentes centrados en determinados objetos del entorno, normalmente cosas vivas. Las fobias más comunes son las arañas, las serpientes, los pájaros, los payasos, los puentes y la sangre. Por extraño que parezca, las personas no suelen tener muchos desencadenantes de fobias diferentes.
Por ejemplo, una persona que tiene fobia a las arañas es posible que no tenga la misma reacción ante las serpientes y una persona que tiene fobia a los payasos no tener miedo a los puentes.
Índice
¿A que puedo tener fobia?
Las fobias son específicas de los objetos. Tienden a centrarse en cosas que generalmente están consideradas como moderadamente, si no profundamente, desagradables, incluso para aquellos que no tienen fobias. Hay algunas excepciones curiosas en las que algunos desencadenantes de fobias estereotipadas no son considerados en general como desagradables.
Por ejemplo, la fobia a los payasos es bastante común y, al mismo tiempo, los payasos son considerados personajes divertidos. Tal vez sea el oscurecimiento de los rasgos faciales normales inducido por el maquillaje lo que hace que los payasos parezcan seres humanos extraños o deformes, lo que desencadena una reacción grave entre quienes sufren fobias a los payasos.
Los pájaros, de forma similar, pueden provocar un miedo inmovilizador que va más allá del razonamiento cognitivo entre las personas que sufren esta fobia.
Y, curiosamente, las fobias no están bien explicadas por los traumas de la vida temprana. De hecho, muchas personas que han tenido encuentros desagradables con criaturas que provocan fobias no llegan a desarrollarlas.
Las fobias y el cerebro
Resulta que las fobias se asocian a importantes alteraciones de la actividad cerebral detectadas por estudios de imagen funcional. Se ha demostrado que los individuos que sufren fobias muestran una mayor actividad de la amígdala cuando están expuestos a estímulos que inducen la fobia, lo que es observado en la resonancia magnética funcional. La amígdala está asociada a las reacciones emocionales.
¿Qué tan importante es la amígdala en relación a las fobias?
Una de las observaciones es que la amígdala derecha es más reactiva en respuesta a las emociones negativas. Como las asociadas a las fobias, mientras que la amígdala izquierda está más asociada a las reacciones emocionales agradables. Curiosamente, un estudio sugirió que cuanto mayor es la activación de la amígdala derecha, mayor es la sensación de angustia inducida por el desencadenante de la fobia.
La estría terminal, el córtex cingulado anterior y la ínsula resultaron estar hiperactivados en individuos que experimentaron una exposición sostenida a imágenes inductoras de fobia en un entorno experimental. Esto sugiere que la exposición prolongada a los estímulos que inducen la fobia no necesariamente “apacigua” la actividad cerebral, como cabría esperar, sino que en realidad compromete más áreas del cerebro.
Anticipación e imaginación de los objetos que inducen la fobia
Para hacer que vivir con una fobia grave sea aún más angustioso, las personas que tienen fobias también experimentan una expectativa exagerada de que pueden llegar a encontrarse con el objeto de la fobia. Esto se denomina sesgo de expectativa, y también tiene una correlación con la actividad cerebral.
Los investigadores han descubierto que, entre las personas que padecen fobias, el sesgo de expectativa está muy relacionado con una actividad insuficiente del córtex prefrontal lateral y del córtex visual.
Sobre la base de las funciones conocidas de estas áreas, los autores del estudio explicaron este hallazgo como una deficiencia de control cognitivo en relación con el objeto que induce la fobia, lo cual sirve para preparar a un individuo que está sufriendo una fobia a anticipar un encuentro con el objeto de angustia.
Una cuerda podría parecer una serpiente, incluso en un entorno en el que no hay serpientes. El cacao derramado puede evocar el miedo a la sangre y un hilo parecer una araña.
Terapia Online ¿Puedo mejorar?
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No nos preguntamos tanto “el por qué”, sino más bien “el para qué”.
Así, trabajaremos la respuesta de Evitación, exponiéndote de forma progresiva al estímulo que te provoca el miedo. Son las denominadas técnicas de Desensibilización sistemática.
Esto siempre se llevará a cabo con el complemento de técnicas de relajación y de control de estrés.
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