Establecer límites no siempre es fácil. El proceso en sí mismo, hacer saber a los demás cuáles son tus necesidades y límites, puede ser a menudo estresante, especialmente para quienes no estáis acostumbrados a ello.
Cuando se está acostumbrado a los límites de la relación en un punto determinado, las personas podrían oponer resistencia si tratas de cambiar tus límites con ellas.
Todo esto a veces resulta estresante, sobre todo si tenemos en cuenta el efecto de los conflictos en los niveles de estrés.
Sin embargo, el resultado final merece la pena: relaciones que implican mayores niveles de respeto mutuo, que satisfacen las necesidades de todas las partes implicadas y que crean mucho menos estrés para todos.
Índice
Tus límites personales
El primer paso para establecer límites es comprender dónde están tus propios límites personales.
¿Te sientes cómodo cuando hay personas que se acercan a ti y se toman ciertas libertades contigo?
A menudo, la primera pista es la sensación que tienes cuando tus límites han sido violados. Como cada persona tiene sus límites, algo que molesta a los demás puede no molestaros a vosotros, y viceversa.
Por lo tanto, es importante comunicar a los demás dónde están tus niveles de comodidad y de incomodidad, para que de esta forma las personas con límites diferentes puedan evitar violar los tuyos.
Las siguientes son pautas generales que te ayudarán a ser más consciente de tus propios límites personales.
Señales de que necesitas trabajar en los límites
- Te sientes resentido cuando te piden demasiado, y parece que eso ocurre a menudo.
- Te encuentras diciendo que sí a cosas que preferirías no hacer, sólo para evitar molestar o decepcionar a otros.
- Te sientes resentido porque haces más por otros que ellos por ti.
- Tiendes a mantener a la mayoría de las personas a distancia porque tienes miedo de dejar que se acerquen demasiado y te abrumen.
- Te encuentras con la sensación de que la mayor parte de lo que haces es para los demás, y puede que ni siquiera lo aprecien tanto.
- El estrés que sientes por decepcionar a los demás es mayor que el de hacer cosas que te incomodan o te agotan en un esfuerzo por complacerlos.
Preguntas que debes hacerte a ti mismo
Hay otras preguntas que deberías hacerte cuando te fijas en opciones específicas que puedes tomar, en lugar de en tus sentimientos en general, que te ayudan a decidir si es necesario establecer un límite o no.
Las siguientes preguntas sirven para aclarar tus límites en situaciones concretas y para navegar por las futuras:
- En caso de que nadie se sienta decepcionado. ¿Preferirías decir que sí o que no?
- Teniendo en cuenta todos los beneficios y costes de esta situación. ¿Merece la pena decir que sí?
- ¿Te sentirías cómodo planteando la misma petición a otra persona?
- Si otras personas se enfadan contigo si dices que no, ¿crees realmente que vienen de un lugar respetuoso y razonable? Y, si no es así, ¿podría ser el momento de empezar a poner algunos límites?
- ¿Es éste un precedente que quieres establecer? Y, si no es así, ¿cuál sería un lugar razonable para trazar la línea?
- Piensa en una persona que crees que tiene unos límites muy sanos. ¿Cómo crees que respondería en esta situación?
Problemas al establecer tus limites
Una vez que determines cómo te sientes, puedes decidir si realmente deseas establecer un límite.
En un mundo perfecto, una vez que somos conscientes de dónde están nuestras zonas de confort personales, sólo tenemos que comunicar esa información a los demás, y se establece un límite en la relación.
Sin embargo, en el mundo real, el establecimiento de límites implica a menudo cierta negociación, y no siempre va bien. Hay personas que tienen sus propios límites que quizás no coincidan con los tuyos, y pueden presionar para que haya más distancia o cercanía por razones propias.
Cambiar los límites del status quo también puede hacer que las personas reaccionen tratando de reforzar los límites anteriores o existentes, a veces de forma que nos hace sentir incómodos. De este modo, establecer límites podría ser una lucha.
Dado que tenemos que pensar en nuestras propias necesidades, así como en las necesidades y reacciones de los demás, es importante ser prudentes al establecer los límites.
Las preguntas que te haces cuando descubres dónde están tus límites personales son diferentes de las que te haces cuando decides dónde establecer realmente los mismos.
Factores que debes tener en cuenta
Cuando estableces tus límites en situaciones concretas, debes tener en cuenta factores prácticos como el “coste” de establecerlos. También te permiten tener claros ciertos factores como el sentimiento de culpa y la motivación, para que puedas avanzar con la menor cantidad de estrés posible.
He aquí algunas preguntas que debes hacerte:
- ¿Qué es lo justo en este caso?
- Si estuvieras en la posición de la otra persona, ¿tu solución seguiría pareciendo justa?
- ¿Te has comprometido a ello, o es una expectativa que la otra persona tiene sobre ti?
- ¿Existe otra solución que podría ser más beneficiosa para todos?
- ¿El acto de hacer un cambio o establecer un límite crea más estrés del que podría aliviar a largo plazo?
- Cuando imaginas los resultados dentro de un año, ¿tienes la sensación de que sería una solución mejor que la que tienes ahora?
- Si estableces un límite y sientes que la otra persona no es razonable al luchar contra el límite, ¿estás dispuesto a dejar la relación en lugar de sentirte herido por el desajuste de los límites?
Es importante tener en cuenta que es probable que tengas que valorar más tus propios sentimientos que los de otros, porque debes vivir con las consecuencias de tus decisiones.
Eres tú quien tendrá que vivir con las consecuencias de tus decisiones. En última instancia, cada uno tiene su propio nivel de comodidad para los límites, pero estas preguntas dan que pensar.
Aunque esto podría ser estresante en el momento, una vez que decidas establecer límites y ponerlos en práctica, el estrés se minimizará.
Trabajar en estrategias de establecimiento de límites y en técnicas de comunicación asertiva aporta resultados positivos a tu vida.
Terapia Online – Puedes lograrlo
Con la psicoterapia online, gracias a los avances de las tecnologías, nos podemos permitir llevar a cabo un mejor tratamiento del estrés, gracias a que nos permite evitar cargas añadidas, como pueden ser los desplazamientos al despacho, imprescindibles en el caso de la terapia presencial. Esto como un ejemplo más.
Porque gracias a la Psicoterapia online, nos podemos permitir estar más accesibles al paciente incluso en esas situaciones puntuales que le generan estrés.
Además, nosotros aplicamos la tecnología para la realización de las sesiones por videollamada y en ello, las técnicas de relajación, que suelen ser unas de las medidas más prácticas en el tratamiento del estrés, ya que permiten transformar el distrés en eustrés, se pueden impartir fácilmente a través de una pantalla.
Si sufres problemas de estrés, quizás haya llegado el momento de ponerle solución, gracias a las facilidades que desde Psicología Online Avanzada te ofrecemos.
Te esperamos.