96 – El manejo de la salud mental en enfermedades crónicas

Jota: Muy buenos días a todos. Un día más aquí para hablar de salud mental y de nuevo estamos con nuestra querida amiga Paula Masa, que como todos sabéis, es psicóloga experta en terapia online, con más de 20 años haciendo terapia, más de siete haciéndolo de forma online y además es supervisora y apoyo del equipo de Psicología Online Avanzada. Muy buenos días Paula, ¿qué tal? ¿Cómo estás? 

Paula: Buenos días, Jota. Encantada de estar aquí contigo. 

Jota: Igualmente. Estaba deseando volver a charlar otro ratito contigo. Hoy tenemos un capítulo especial para hablar sobre las enfermedades crónicas. Y antes de nada, sí que me gustaría que nos explicaras un poquito cómo afecta el saber que tienes una enfermedad crónica a nuestra salud mental. 

Paula: Bueno, afecta de una manera muy clara. Al final, para muchas personas, cuando son diagnosticados de una enfermedad y se les dice que esta es crónica, lo viven como una pérdida, con lo que, por tanto, nos enfrentamos a un proceso tan tan parecido como es el duelo por la pérdida en un fallecimiento u otro tipo de pérdidas, que incluso podríamos encontrar similares etapas en el proceso en cuestión y que tiene un objetivo fundamental, que es la aceptación e integración de esta información que se nos ha dado en nuestra vida. Aprender a vivir con la enfermedad, diríamos que es el objetivo fundamentalmente. Claro, lleva a cabo un proceso y es un proceso en el que llevamos todo un recorrido emocional, muy importante, van variando mucho nuestros sentimientos a medida que vamos pasando por distintas etapas. 

¿Cómo afecta a la salud mental enterarte que tienes una enfermedad crónica?

Jota: Fíjate, una de las cosas que yo te quería preguntar era sobre ese impacto al recibir la noticia de tener esa enfermedad, una vez que tienes el diagnóstico, y que pensaba que el efecto en la salud mental sería uno, y luego, durante el proceso, cómo puede cambiar este estado de ánimo una vez que conoces la enfermedad y sabes un poco más sobre ella y ya asumes que la tienes y cómo afectaba en esa situación la salud mental. Pero ya nos estás diciendo que va a pasar por varias fases, al ser como el duelo. Pero cuéntanos un poco, ¿cómo puede impactar a la salud mental en ese momento en el que te dan la noticia, en ese momento en el que te cuentan por primera vez lo que te está pasando? 

Paula: Sin duda es un shock, es un bofetón emocional. Hablo del duelo y hablo de vivirlo como una pérdida, porque en realidad es una pérdida, es la pérdida de nuestra salud. El que nos llegue esta noticia, el que nos llegue esta información, al final automáticamente nuestro cerebro lo interpreta así como una pérdida, una pérdida de nuestra salud y una pérdida de otras cosas, que luego irá dándose cuenta. O sea, es un duelo complicado. En un principio, pues reaccionamos con pena, con tristeza. Ya sabemos que la emoción de tristeza nos pide parar, para que ante un vacío que ha quedado en mi vida, busque un poquito cómo recolocar mis piezas, con lo que, por tanto, es bastante probable que reaccionemos con ese sentimiento o con esa emoción, la de tristeza. Pero también puede venir la rabia, puede venir el enfado. Todas estas llegan como muy al mismo tiempo. Es difícil determinar qué llega antes, qué llega después. Y hay una muy buena herramienta que nos permite sobre todo poder descargar y liberar todas estas emociones, toda esta tormenta emocional que ha surgido como consecuencia de haber recibido este diagnóstico, que es, por ejemplo, la del llanto. 

Impacto Emocional de las Enfermedades Crónicas

Jota: Claro, ¿y qué ocurre una vez que sabes, tienes el diagnóstico, has asumido que tienes esta enfermedad, ya vives con ella en tu día a día sufriendo las consecuencias que tenga esta enfermedad? ¿Cómo afecta ya, una vez que lo tienes integrado en tu vida, a tu salud mental tener este problema? 

Paula: Bueno, puede afectar de diversas formas, depende de la enfermedad. Y como te decía, dentro de una enfermedad, aunque de primeras hablamos de una pérdida en general estamos hablando de distintas pérdidas. A veces es la pérdida de nuestra movilidad, a veces es la pérdida de determinada funcionalidad. Entiendo que si ya estamos en esa fase en la que ya estamos llevando a cabo nuestro día a día, probablemente estemos en la fase de adaptación, en la fase en la que estamos aprendiendo, de alguna manera, a ajustarnos y a poder desarrollar determinadas habilidades que nos sirvan un poquito como compensación de esas limitaciones que la enfermedad en sí nos pueda estar produciendo. Hay que entender que hay muchas enfermedades crónicas que no manifiestan realmente limitaciones físicas o que no tienen una consecuencia directa sobre nuestra funcionalidad, o por lo menos, no si es en épocas muy concretas. Se me ocurre, por ejemplo, ciertas enfermedades autoinmunes que su funcionamiento o su dinámica está basada un poco en la aparición de brotes. Una persona puede ser diagnosticada de una de estas enfermedades, por ejemplo, una esclerosis múltiple, quizás, pero hasta no vivir un brote no sabe realmente lo que es la enfermedad. En cualquier caso, haber recibido ese diagnóstico y probablemente estar tomando medidas, ya sea de tratamientos, tener que ir a consultas médicas, hacerse pruebas, etcétera, ya se percibe como algo amenazante. Y esto sin embargo, por tanto, genera una gran ansiedad. 

Jota: Sí, me imagino que una de las consecuencias, no? Me imagino que tener una enfermedad crónica añade estrés y ansiedad a tu día a día, de alguna forma, que habrá que gestionar. 

Paula: Sin duda, en muchas ocasiones, por lo que supone el diagnóstico de una enfermedad de este tipo y luego lo que el transcurso de la enfermedad pueda estar suponiendo también, acudir a tratamientos, consultas, pruebas. El tener que estar tomando quizás determinada medicación. Evidentemente, son factores de estrés añadidos a la vida de una persona que le pueden hacer reaccionar de esta forma, efectivamente. 

Conectando con el Dolor: Estrategias para la Gestión Emocional en Enfermedades Crónicas

Jota: Si añadimos a este problema, que la enfermedad, además, pueda tener un componente de dolor que ocasione un dolor crónico que también te está afectando, ¿este añadido cómo afecta a esta salud mental? 

Paula: Pues más difícil todavía, claro. Es otro factor estresante, sin duda. Y además muy molesto y muy incómodo, el cual percibimos también como muy amenazante, el cual también lo percibimos incluso como una pérdida. O sea, que puede confluir en distintos estados afectivos, incluso aparentemente contradictorios o una cierta ambivalencia, no? Nos podemos sentir ansiosos, nos podemos sentir tristes al mismo tiempo, quizás por un estado de dolor. Pero también es importante saber que el dolor, al final, es una expresión de nuestro propio cuerpo, podemos decirlo, una alarma de nuestro propio cuerpo de que algo está pasando. Es decir, podemos hacer con el dolor como un cierto ejercicio de reconciliación. Esto nos permite llegar a esa parte subjetiva del dolor y poder trabajar de alguna manera nuestros umbrales del dolor. No todos tenemos los mismos umbrales del dolor y podemos incluso aprender a graduarlos y a modificarlos. Esto también es algo que se plantea como objetivo, muchas veces en terapia, cuando nos encontramos con enfermedades de este tipo, que además están impregnadas por dolor. Ejercicios como la meditación, el mindfulness, nos ayuda a conectar con nosotros mismos, nos ayuda a funcionar más, como si dijéramos, en coordinación con nosotros mismos, nos ayuda a conectar y nos puede ayudar a llegar a un punto muy importante que es el de la autocompasión. Esto puede tener una conexión también muy importante directamente con la percepción del dolor y nos puede ayudar a gestionar nuestro dolor. 

Enfocándonos en lo que Tenemos: Clave para la Resiliencia en la Adversidad de la Enfermedad

Jota: Claro. Hablabas al principio de que esto supone un duelo para la persona. Al final, esto supone una adaptación a esta pérdida que hablábamos. ¿Hay alguna estrategia que recomendarías para mejorar la resiliencia de estas personas ante este cambio en su vida? 

Paula: Yo cuando hablamos de resiliencia, siempre pienso en tres puntos claves para trabajar la resiliencia. El primero de ellos, creo que ya lo hemos mencionado en otros podcasts, pero lo repito porque me parece muy importante. El primero de ellos es pasar del por qué al para qué. Una de las primeras preguntas, cuando recibimos un diagnóstico, ya sea de una enfermedad crónica o de cualquier tipo de enfermedad, es el ¿por qué a mi? Y en muchas ocasiones sí podemos encontrar a lo mejor ciertas causas. A lo mejor hemos tenido unos hábitos de vida no lo suficientemente adecuados o que finalmente hayan provocado directamente la caída en esta enfermedad. Pero hay otras veces que no. Y la respuesta a ese ¿por qué a mí? Puede ser un ¿y por qué no? Porque en realidad las enfermedades, ciertas enfermedades, nos pueden suceder absolutamente a todos. Y si esto, lo estamos escuchando, esto, quienes lo estén escuchando, son también personas sanas que lo tengan muy en cuenta, no por aquello de asustar, no por aquello de meter miedo, pero también sí por saber un poco cambiar el foco y agradecer. Que si no estamos enfermos, si no estamos pasando por algo así, no hay nada que nos libre de esto. Y que este momento, por tanto, el ausente de enfermedad también es muy disfrutable y muy digno de celebrar, verdad? Entonces, por ejemplo, esto, el pasar del por qué al para qué, es el primer punto que yo recomiendo siempre a la hora de trabajar, la resiliencia. El por qué, quizás no tenga respuesta, el para qué, sí que es lo que me va a aportar esta situación. Y aunque sea una enfermedad y sea algo muy negativo y sea algo muy aversivo, al final nos puede proporcionar un aprendizaje. Nos lo podemos llegar a plantear como un reto o como una oportunidad para poner en funcionamiento herramientas y estrategias propias nuestras, para conocernos un poco más, para crecer, para descubrirnos, para incluso en algunas ocasiones hasta perdonarnos por aquello de que trabajamos también la autocompasión y el contacto con nosotros mismos. Luego hay un segundo punto, que es el de no quedarnos en el papel de víctimas, sí en el de afectados, por supuesto que sí, hemos recibido un diagnóstico, no es nada agradable, como estaba diciendo antes, es muy aversivo, pero no somos víctimas. La víctima es aquella persona que tiene una losa encima y que le impide moverse. No hay situaciones en nuestra vida que supongan realmente una losa. Al principio lo podemos sentir así y es permisible, no? No sé si esa es la palabra, es aceptable, digamos. Pero que sea un periodo lo más corto posible de sentir esa losa y convertirla luego, más adelante, en afectación. Estoy afectada, pero no me impide tirar para adelante, no me impide el movimiento. Este es otro de los puntos, el segundo punto, a la hora de trabajar la resiliencia. Y luego también está el tercero, que es el de ‘Me quedo con lo que tengo y no con lo que me falta.’ Y tiene un poco de relación con lo que estábamos diciendo, incluso para aquellas personas sanas que nos puedan estar escuchando. Tenemos muchas otras cosas que a día de hoy se preservan, independientemente de haber sido diagnosticados o no de una enfermedad. Tenemos muchas capacidades, tenemos muchas herramientas, tenemos muchas funcionalidades, aunque hayamos perdido otras. Estas mismas, incluso el poner el foco en ellas, me pueden ayudar al equilibrio y me pueden ayudar a la compensación. Entonces, esos son los tres elementos clave que hay que trabajar de una manera muy consciente a la hora de desarrollar una actitud resiliente, por ejemplo, concretamente en el caso de las enfermedades crónicas. 

Beneficios del Apoyo Profesional en el Afrontamiento de Enfermedades Crónicas

Jota: Me parece interesantísimo estos tres puntos que acabas de comentar, pero veo que para la mayoría de la gente puede ser complicado hacer ese paso de esos tres puntos y que posiblemente sea mejor hacerlo acompañado y con un apoyo de un profesional para poder quitarse esa losa que comentabas, para que se cambie el discurso del por qué, para llegar a ese para qué y encontrar esos puntos y sobre todo esta última parte de quedarte con lo que tienes y todas las cosas que tienes disponibles ante ti todavía y que no te ha quitado esa enfermedad para que lo potencies y lo disfrutes al máximo todas esas cosas que tienes todavía. 

Paula: Sí, porque en terapia tenemos muchos ejercicios, muchas técnicas que nos permiten trabajar cada uno de estos puntos. Y entonces se puede hacer un trabajo muy interesante. Es algo muy positivo, buscar este apoyo psicoterapéutico. También el apoyo social y el apoyo emocional en nuestro entorno, fundamental. Disponer de una buena red de apoyo es algo básico a la hora de afrontar una enfermedad. Pero además también, el apoyo psicoterapéutico puede ser un complemento estupendo. 

Cómo Apoyar a un Ser Querido con una Enfermedad Crónica: Consejos para Familiares y Amigos

Jota: Justo te iba a preguntar después de esto por el entorno. Has contestado lo importante que es para la persona que tenga ese apoyo en su entorno, pero también estas personas se pueden ver afectadas a nivel de salud mental. El conocer que esta persona querida tiene esta problemática también les puede afectar. ¿Hay algo en especial o cómo lo puede vivir esa pareja, esos familiares, esos amigos que tiene esta persona, el conocer que tienes una enfermedad crónica que te va a estar afectando y que supone un cambio en tu vida? 

Paula: El papel del acompañante de las personas cercanas a una persona que tiene una enfermedad es un papel muy difícil porque genera mucha impotencia. Así como la persona que lo está viviendo en primera persona puede sentir a veces muchas dudas, no saber muy bien por donde tirar, cuanto más la persona que está al lado de. Porque puede ver ciertas actitudes o puede ver ciertos comportamientos que serían útiles y que podrían venir bien llevarlos a cabo, pero al final no es quien lo está viviendo en primera persona. Y esto genera mucha impotencia y genera mucha rabia en ocasiones. Yo lo que recomiendo a las personas que están cerca, que son cercanas a una persona que está viviendo una enfermedad, es que se cuiden. Suena atópico, pero van a convertirse de ahora en adelante en cuidadores, por lo menos en determinados momentos. Entonces, el cuidador siempre ha de ser cuidado y por el primero que ha de serlo es por uno mismo. Han de cuidarse, han de protegerse, han de buscar momentos de desconexión también. Aunque tenga mi familiar que está enfermo, no puedo estar al 100% y viviéndolo en primera persona. En primer lugar, porque esa liberación emocional, porque esa distancia emocional ya va a permitirme proporcionar una mejor ayuda. Lo hago de una manera más objetiva, lo hago de una manera más neutra y eso me permite proporcionar un mejor apoyo. Es un poco como el apoyo que proporcionamos los terapeutas en estos casos. O sea, precisamente el desvincularnos de la parte afectiva y de la parte emocional puede ser una herramienta de ayuda. En el caso del familiar, no va a poderse producir esa desvinculación totalmente afectiva y emocional. Pero por ello mismo, sí que es importante que entonces se proporcione descansos y momentos de desconexión y momentos de liberación para que los momentos en los que está con su familia sean momentos de calidad. Escuchar, proporcionarle momentos de desahogo a la persona que está enferma, evitar dar consejos, pero sí empatizar y tratar, evidentemente, siempre a la persona que está enferma con compasión, que no es pena, es acompañarle en su dolor. 

Acompañamiento sin Presión: Cómo Apoyar sin Dar Consejos

Jota: Me ha llamado mucho la atención lo que acabas de decir sobre los consejos. ¿Por qué se debe evitar ese dar consejos? 

Paula: Bueno, pues porque cada uno al final vivimos las situaciones de manera muy distinta. Es verdad que herramientas o estrategias que a mí me hayan podido servir en determinadas situaciones, quizás te oriente a las estrategias y herramientas que puedas acabar desarrollando tú. Pero al final las tienes que encontrar tú mismo. Yo te puedo eso, te podría sugerir, te podría asesorar. Pero no puedo pretender que tú lleves a cabo, efectivamente, exactamente las mismas actitudes, los mismos comportamientos, que practiques las mismas técnicas que haya podido trabajar yo a la hora de afrontar una enfermedad. Aparte de que un familiar, un acompañante, es bastante fácil que no haya pasado por algo así. Con lo que, por tanto, la persona enferma, más que entendido y comprendido, siente lo contrario. Siente que le está hablando alguien y que le está haciendo creer que es fácil algo por lo que no ha pasado. Entonces, puede transmitir como una cierta sensación de incomprensión, de tú no sabes realmente por lo que estoy pasando, con lo que, por tanto, evitemos los consejos. Otra cosa es que la persona que nos está hablando, que se está desahogando, que nos está contando cómo se está sintiendo ante esta enfermedad, nos pidiera ese consejo de una forma explícita. ¿Tú qué harías? Bueno, ahí sí que nos lo podemos permitir, pero principalmente entender que los momentos de desahogo son momentos de liberación emocional de la persona que se quiere desahogar y que no busca tanto esa recomendación, esa solución, ese consejo. 

Jota: Más la escucha y empatía. Y además que si das un consejo y la otra persona no lo sigue, también la persona que está dando ese consejo igual se siente un poco… 

Paula: Se puede sentir frustrado, se puede enfadar, pero es que nadie te lo ha pedido. 

Jota: Claro, efectivamente. No sé si hay alguna cosa que quieras decirnos antes de terminar, algún consejo último para las personas que estén pasando por una enfermedad crónica, ¿qué mensaje les podemos transmitir antes de terminar este capítulo hoy? 

Paula: Bueno, yo creo que un poco resumen de todo lo que hemos hablado, que hay un elemento muy importante en el afrontamiento de las enfermedades, que es el tema de la aceptación, aprender a vivir con la enfermedad, que eso deriva de un proceso, con lo que, por tanto, no es una cuestión de tiempo, pero sí es algo que debemos de hacer en un tiempo, nos debemos de permitir esos tiempos, que no nos reprochemos, que no nos enfademos con nosotros mismos, si, por ejemplo, vienen momentos de desesperación y rabia. Al contrario, aceptemos nuestras emociones y permitámonoslo expresar. Que también conectemos con nosotros mismos, que nos necesitamos en equipo más que nunca y que una manera de hacerlo, por ejemplo, es con ejercicios de mindfulness y con momentos de meditación. En estos ejercicios, lo que podemos conseguir es trabajar mucho esa conexión con nosotros mismos. Podemos trabajar mucho ese autocuidado y podemos trabajar mucho la autocompasión, que es de lo que antes hablábamos también. Entonces, los ejercicios de meditación y los ejercicios de mindfulness siempre, siempre ante el afrontamiento de enfermedades, es de lo más recomendable. Luego, dependiendo de las características de la enfermedad, podemos acudir a distintos recursos. Entonces, una buena recomendación, que no quiero dar consejos, es acudir a terapia, buscar ese apoyo en el que podamos trabajar nuestra resiliencia y poder conseguir, de alguna manera, de marcarnos el objetivo de poder salir aprendidos, crecidos de esta situación. 

Jota: Perfecto. Creo que ha sido un último mensaje muy importante y te agradezco mucho haber vuelto a pasar por aquí y haber hablado otro día más de salud mental. Muchas gracias, Paula, y espero verte pronto en otro capítulo. 

Paula: Espero yo también. Yo estoy encantada si ayuda a la gente siempre. 

Jota: Por supuesto. Pues pasa muy buen día y nos vemos pronto. Chao, chao. 

Paula: Igualmente, Jota. Gracias.

Paula Massa Terapia Online

Autor: Paula Massa

Psicóloga experta en terapia online con 20 años de experiencia haciendo terapia.
7 años haciendo terapia online.
Supervisora de casos y apoyo del equipo de POA.