Jota: Muy buenos días a todos. Un día más aquí para hablar de salud mental y de nuevo estamos con nuestra querida amiga Patricia, que como todos sabéis es Psicóloga Sanitaria enfocada en población adulta que trabaja desde las Terapias Contextuales y es una pieza fundamental del equipo de Psicología Online Avanzada. Muy buenos días Patricia, qué tal? ¿Cómo estás?
Patricia: Buenos días Jota. Muy bien, con muchas ganas, como siempre, de echar este ratito con vosotros y de hablar de temas interesantes de psicología.
Jota: ¿No tienes ninguna crisis ni nada así vital ni nada ahora mismo?
Patricia: Pues estoy en una edad en la que podría tenerla.
¿Qué es una crisis vital?
Jota: Bueno, yo creo que las crisis las podemos tener a cualquier edad, aunque ahora tú nos especifiques más. No sé si es tan cuadriculado como lo que se habla de cada vez que cambias de década y esto parece que puede llegar una crisis. Pero cuéntanos un poco más que es esto de una crisis vital.
Patricia: Vale, es un término que se escucha mucho a nivel social, no? Es algo como que tenemos todos muy normalizado y que lo decimos con cierta facilidad. Estoy en la crisis de los 30, estoy en la crisis de los 40. No es que este está en la crisis de los no sé qué, es un término que utilizamos con mucha, con mucha normalidad y de una manera muy espontánea, a veces con más razón o con más motivo que otras, no? Y es que al final las crisis suceden a lo largo de toda la vida. Una crisis supone, por decirlo así, un punto, un momento de nuestra vida en el que nos encontramos ante una situación de conflicto en la que nos cuestionamos bueno, pues un montón de cosas acerca de nuestra vida, no? Desde quién soy y si quiero seguir siendo la persona que soy, hasta el estilo de vida. Lo que debería de empezar a hacer ahora que tengo esta edad o que entro en esta en esta nueva fase. Es decir, las crisis se suelen situar como los puntos intermedios de cambio, no? Suponen como el cierre de una etapa, el inicio de otra o por lo menos la presión que a veces nos metemos a nosotros mismos por forzar esa transición, no? Y como ves en la propia, en la propia explicación acerca de las crisis vitales, hay que tener muy presente la idea de la expectativa. Por eso la crisis se vincula siempre a una edad, no? Por lo menos tradicionalmente se ha vinculado a una edad, porque supone o tenemos asociado que el cambio de edad, el cambio de década, por ejemplo, implica que se depositan sobre nosotros a nivel social una serie de expectativas acerca de lo que ya deberíamos haber conseguido o lo que debemos empezar a tener y demás. Por eso lo vinculamos mucho con la edad, aunque las cosas no son tan como tú decías, tan estrictas.
Susceptibilidad a las crisis vitales: ¿Cómo nos afectan a nivel mental?
Jota: Si, no? Imagino que a los 42 puedes tener una crisis igual que a los 40. ¿Y qué supone a nivel mental esto, cuando llegas a estas fases y demás, le pasa a todo el mundo? Cuéntanos un poquito.
Patricia: Creo que es algo bastante generalizado que todos a lo largo de nuestra vida somos susceptibles de entrar en un en un momento de estas crisis vitales. Otra cosa es como la resolvamos, no? Y por lo tanto el peso, o la influencia que eso pueda tener en nosotros y en cómo nos sentimos. Como te decía, todos podemos experimentar una crisis vital y se van experimentando a lo largo de la vida, como tú decías, a lo mejor no necesariamente cuando cumplo 40 puede surgir a los 42 o a los 43, pero es que lo vinculamos más que a una edad a una etapa concreta de cambio. El tema de la repercusión o la influencia que esto pueda tener en la persona, pues dependerá de cómo afronte esa situación de crisis, de cómo la resuelva, de si se genera algún cambio, de si se interioriza y se acepta esa época de de transición y demás. Porque claro, al final toda crisis, como decíamos antes, supone como un cierre, una despedida de un pasado y el comienzo de una etapa nueva. Por lo tanto, hay asociado un duelo, una pérdida, pueden aparecer síntomas de ansiedad por la incertidumbre que supone ese cambio nuevo. Se puede producir una temporada de un bajo estado de ánimo por la pérdida, no? Asociada a la crisis. Es decir, por supuesto que se producen una serie de manifestaciones psicológicas, de emociones y demás asociadas a la crisis. Otra cosa es que esto nos paralice y nos bloquee u otra el que dejemos que eso aparezca con cierta actitud de aceptación.
Fases de transición: Crisis vitales en distintas etapas de la vida
Jota: Claro, ahí hay unas edades. Hemos nombrado aquí unas cuantas, pero, ¿hay unas edades concretas en las que suele suceder esto, en las que es más frecuente?
Patricia: Hay algunos autores, algunos investigadores en Psicología, que sí que han delimitado edades muy concretas, periodos muy concretos que se van repartiendo a lo largo de la vida de las personas, como Erickson, por ejemplo, que sí que delimitó fases muy concretas, crisis muy concretas. Sin querer entrar a mirar esto de una manera muy profunda, sí que creo que hay momentos en nuestra vida como muy, que podemos identificar de una manera muy clara en los que podemos entrar en una situación de crisis vital, no? Por ejemplo, la etapa de la adolescencia. La adolescencia supone una transición brutal en la que rompemos con la niñez y estamos en proceso de pasar a la edad adulta. Es un periodo en el que los adolescentes necesitan despedirse de la infancia. Pero es como necesito separarme de mis padres, necesito dejar de ser un niño y me manifiesto con esa rebeldía porque ya no soy el niño que era antes y quiero que me trates como un adulto, pero a su vez sigo sintiéndome parte de niño. Sigo necesitando la ayuda de mis padres, sigo necesitando cierto control por parte de ellos, no? A su vez, que se mira un poco con ganas y con miedo a la transición de la edad adulta que supone una liberación de ciertas cosas. Supone asumir nuevas responsabilidades, supone ir cumpliendo con las expectativas que recaen sobre nosotros en cuanto a esto de asumir responsabilidades. Es decir, en la adolescencia suele haber y es muy sano que haya esta crisis porque implica poder asumir e integrar una nueva identidad de yo como adolescente. Yo como transición hacia la vida adulta. Creo que luego hay otra crisis también que es bastante identificable, que suele ser como en torno a los 30 años aproximadamente. Igual porque? Porque suele ser a nivel social una época de transición, no? En el que hay unas expectativas sociales de una estabilidad económica, de tener ciertas cosas como una casa, una pareja estable, el empezar a construir una familia. Supone como una transición hacia una vida mucho más adulta que cuando a lo mejor tenemos veintitantos años, no? Fíjate y no vamos a perder el foco que es importante, que todo esto lo estamos contextualizando a nivel social, que las cosas no tienen porqué ser así y cada vez lo son menos y está bien. Cada uno puede llevar sus 30, o sus 34, sus 28 como le dé la gana y va a estar bien. Pero sí que hay una expectativa social de ciertas cosas que debes, entre comillas, haber conseguido en torno a esta edad, no? Entonces, claro, supone despedirme de ciertos hábitos que yo tenía en el pasado más asociados a la juventud, como por ejemplo, pues a lo mejor es salir más de fiesta, de ocio y demás, sentirme como con mayor libertad para gestionar mi tiempo como yo quiero. A lo mejor el tener relaciones más esporádicas con otras personas a entrar en una etapa en la que ya me voy asentando, tengo que priorizar los planes que quiero hacer y algunos ya se van quedando atrás. Incluso a veces se produce un cambio en la parte social, de amistades no? Solemos acercarnos más a aquellos con los que sentimos más afinidad. Es decir, si yo a los 30 y pocos ya soy madre, voy a sentir mucho más afinidad por las amigas que también hayan sido madres ya y viceversa si no soy madre, no? Es decir, también es una época de transición y puede generar cierto malestar. Luego también en torno a los 50 aproximadamente puede darse otra crisis. ¿Por qué? Porque también supone una época de cambio en el que ya mi cuerpo va cambiando a un nivel físico, estético, pero también a un nivel funcional. En algunos casos, no siempre, no? Entonces supone un despedirme de la parte más joven, no? Despedirme de a lo mejor hacer ciertas cosas con la facilidad con las que antes podía hacerlo, para empezar a aceptar que mi cuerpo está cambiando, que mi capacidad está cambiando, que mis necesidades están cambiando. A lo mejor empezamos a entrar en una etapa un poquito más sedentaria o un poquito más selectiva. A lo mejor empezamos a cambiar bastante nuestro estilo de ocio y como decíamos antes, pues supone un cierre de una etapa anterior y el comienzo de otra. Y un poquito más adelante, cuando ya nos acercamos a bueno, a una edad, a la tercera edad, no? A la edad más mayor, por decirlo así. También puede producirse otra crisis muy similar a la de los 50, no? Donde ya amistades o personas de mi entorno quizás están empezando a enfermar o incluso se empiezan a producir los primeros fallecimientos de personas que yo conozco y que compartimos la misma edad. Es decir, nos vamos colocando ya en una etapa de nuestra vida que está mucho más cercana a la muerte y por lo tanto al cierre. Entonces también puede producirse una crisis en este momento de nuestra vida y es habitual que se produzca.
Roles y expectativas: Género y crisis a lo largo de la vida
Jota: Claro. Fíjate que situaciones más diferentes, pero efectivamente se producen esos cambios a lo largo de la vida y suponen estas crisis. ¿Suceden exactamente igual estas crisis con hombres que con mujeres, o hay alguna diferencia de algún tipo?
Patricia: Yo creo que hay una parte bastante generalizada en la que siempre supone una transición en general para todas las personas, de manera independiente a nuestro sexo. Pero sí que hay una parte en la que por supuesto que influyen aquí, pues los roles de género y por lo tanto las expectativas de la sociedad acerca de hombres y de mujeres. Por ejemplo, en la crisis de los 30, creo que la exigencia en torno al hecho de ser madre es mucho mayor en las mujeres que en los hombres, no?
Jota: Claro.
Patricia: Las típicas preguntas que por favor deberían evitarse, no? Y que se hacen mucho en esta edad a las mujeres de: ‘Oye, se te va a pasar el arroz’ o ‘¿cómo es que no te animas a ser madre?’, ‘Uy, es que cómo que no te gusta, cómo que no tienes pareja? Como no empieces ya!’ Eso a los hombres no se les dice tanto o ni siquiera se plantean estas preguntas, no? Entonces creo que hay una parte generalizada de crisis, pero también hay una parte en la que suponen ciertas diferencias en función de nuestro sexo.
Negación y autoexigencia: Consecuencias de las crisis en la adaptación
Jota: Estas crisis, entiendo que habrá gente que, como comentabas al principio, que pueda afectarles más y otras que lo lleven mejor, pero en los casos en los que afecta, qué puede suponer, qué efectos puede tener a nivel mental pasar por estas, por estas crisis?
Patricia: Claro, hablamos de perfiles de personas en cuanto a las personas que puedan tener mayor dificultad para adaptarse a esto, personas con unos rasgos bueno, de mayor rigidez, más inflexibilidad. Claro, por la propia definición encaja mucho con este perfil. Son personas que tienen mucha mayor resistencia al cambio, que son más como de rutinas fijas, por decirlo así, no? ¿Qué les puede suponer? Pues que estas emociones asociadas a este duelo o a esta transición se acentúen mucho más o se sostengan mucho más en el tiempo y que al final acaben generando cierta parte de limitación, no? Por ejemplo, podemos entrar como en una fase de negación de: ‘no, yo me quiero seguir comportando como hace diez años o como hace 20 años.’ Entonces no acepto la transición natural de mi cuerpo, de mi mente, de mi vida y de la sociedad, y eso me puede generar una serie de problemas porque me puede generar muchísima frustración, no? Por ejemplo, si con 50 años o con 50 y tantos, esa flexibilidad de la que hablábamos, no? Yo pretendo tener el mismo estado físico que cuando tenía 20, oye, me va a generar muchísima frustración porque voy a ver que no llego, que no llego, que no llego. Me voy a machacar mucho a mí mismo, voy a tener una autoexigencia muy elevada y por lo tanto esto conlleva que el conflicto interno que supone toda crisis, se agrave mucho más por estar negando una circunstancia que es evidente. Entonces, como ya te comentaba, Jota, las emociones asociadas, o los procesos psicológicos asociados con normalidad a una situación de crisis se agravarán muchísimo más, bajando mucho más el estado de ánimo, entrando en bucles mayores de ansiedad, de muchísima frustración, etcétera.
Flexibilidad emocional y terapia: Navegando las aguas de la transición
Jota: Claro. Y puede ser que estas personas necesiten incluso llegar a ir a terapia.
Patricia: Claro, claro. Efectivamente, por todo este malestar aumentado por decirlo así, que se genera. La terapia, al final lo que posibilita es la adaptación a ese cambio, la aceptación de todo el proceso y también el oye, vamos a aceptar que se produce este cambio y a partir de aquí vamos a ver como tú quieres construir esta nueva etapa de tu vida, que no tiene por qué ser como dictamina la sociedad al pie de la letra. Pero vamos a aceptar que está este cambio en tí y vamos a ver qué hacemos ahora con las piezas que nos quedan del puzzle.
Jota: ¿Y hay alguna forma de prevenirlo antes de que lleguemos a estas crisis, que estemos preparados y que no nos afecte?
Patricia: Bueno, yo creo que es difícil, porque es que al final siempre te vas a topar con ciertos cambios a lo largo de tu vida. Es cierto, como mencionábamos antes, que si yo soy una persona más flexible, que me adapto mejor a los cambios y demás, que soy yo, a lo mejor un poco menos estricta, pues va a ser mucho más sencillo para mí el superar esas crisis. Creo que es algo que tampoco sé hasta qué punto deberíamos prevenir, porque al final de toda crisis se construye también algo nuevo, no? Lo que lo que es importante es lo que mencionábamos de vamos a hacer que eso que construimos sea valioso para nosotros. Entonces no vamos a quitar el resultado, el producto final de pasar por esa crisis solo porque sea desagradable, no? Simplemente vamos a aceptar que eso está ahí, que nos está ocurriendo y vamos a ver qué hacemos con eso.
Compartiendo experiencias: El valor del apoyo mutuo durante las crisis
Jota: Como estamos hablando que esto sucede aproximadamente a una edad, puede ser que tu círculo, tu grupo de amigos que están en una edad similar a la tuya, estéis todos pasando al mismo tiempo por esta crisis, o no esto no pasa, no pasa en un momento, a otros les pasa. Si en tu entorno esto sucede al mismo tiempo, existe alguna forma de apoyarse entre el grupo de gente que estáis pasando por esta misma fase o cómo puede ser? Cuéntanos.
Patricia: Si, desde luego, es que todo lo que implique ver que lo que me está ocurriendo es compartido por otra persona, ya nos genera cierta parte de, lo puedo normalizar, no? Veo que oye, que no me pasa sólo a mí, que no es que yo sea rara, sino que también le pasa a mi amiga fulanita y Pepita o Pepito. Entonces este poder normalizar el malestar que sentimos y esta ambivalencia entre una despedida y un comienzo, el poder hablarlo y compartirlo con otra persona, nos ayuda a poder integrarlo mejor, a poder apoyarnos en el proceso, a poder escuchar distintos puntos de vista, a poder ver que bueno, que al final hay una evolución y que si la otra persona evoluciona y continúa, yo también puedo hacerlo. Todo lo que implique siempre un apoyo social va a ser beneficioso en términos psicológicos para la persona.
La evolución de las crisis: Impacto de los avances médicos en la percepción del envejecimiento
Jota: Claro. Luego hay otra cosa que yo imagino que también influye y es todos los avances que hay a nivel médico, de salud, de cuidarnos, que cada vez nos cuidamos más, que puede hacer que haya gente un poquito más mayor, que siga estando en un estado y que no encuentre esas limitaciones o esos cambios y que a lo mejor la crisis que ahora estás hablando de los 50 igual antes era a los 40, o a lo mejor ahora puede pasar a los 60, no lo sé. Me imagino que evoluciona con las mejoras de la vida.
Patricia: Sí, sí, podría ser. Claro que a medida que se produce este avance tecnológico, sociosanitario y demás, pues estas crisis vayan también evolucionando y cambiando efectivamente. Aunque también aquí hay algo que me ha sugerido tu pregunta Jota, que creo que es interesante, que es la negación de la crisis, no? El cómo hacerme, por ejemplo, sin querer decir que yo esté en contra de ello, no? Pero determinados retoques estéticos que tapen el cambio físico real que experimenta mi cuerpo, cuando eso se lleva a un extremo, al final supone una negación de lo que me toca. Hay personas a quiénes esto, si no lo llevan a un extremo, puede que les haga un poquito más feliz y no hay ningún problema en ello. Pero hay personas a las que esto realmente les puede generar muchísimo malestar, llevarlo a un extremo. Y oye, a lo mejor el que yo tenga 65 años pero aparente 40 no significa que por dentro esté igual que por fuera. Entonces es como de nuevo esa doble cara, no? De me estoy intentando transmitir a mí misma una imagen que no se corresponde con mi capacidad real.
Afrontando las Crisis: Estrategias para Aprovechar los Momentos de Cambio
Jota: Que después de todo esto que hemos sacado aquí, estas crisis, estos momentos, lo que puede suponer estos cambios. ¿Hay algún consejo que podamos dar a la gente que se va, o está pasando ahora mismo por una crisis vital para que lo lleve de la mejor manera, o que se deje, o qué pasos tendría que dar para sacarle provecho a este paso por estas crisis?
Patricia: Creo que en primer lugar vamos a preguntarnos un poco qué me está ocurriendo, porque creo que me ocurre eso, no? Voy a ser muy consciente de la influencia de estas expectativas sociales que todos estamos influidos por ellas. Otra cosa es que le demos más o menos importancia, que nos dejemos llevar más o menos, pero todos estamos influidos por la sociedad en la que vivimos, no? Entonces vamos a ser conscientes de ello. De jo, me estoy sintiendo mal porque tengo 30 y ya debería de tener X, Y, Z y no lo tengo. Pero lo importante es qué es lo que yo quiero tener. Es decir, me siento frustrada porque no alcanzo esa expectativa social o porque a lo mejor yo quisiera tenerlo y no lo tengo y siento que por edad me corresponde entre comillas, no? Vamos a profundizar un poquito más allá de a ver qué me está pasando exactamente, cómo me influye la sociedad, qué es lo que yo quiero, por qué me estoy sintiendo mal? Vamos a hacer un pequeño análisis de todo esto y luego también lo que se me ocurre es vamos a compartirlo con otras personas, vamos a hablar, vamos a comentarlo con amigos, amigas o familiares que tengan una edad similar a la nuestra. Oye, me estoy sintiendo un poco así, tú cómo estás viviendo los 50 o cómo los llevas tú? Vamos a compartirlo porque decíamos que esto es un elemento fundamental de cara a la normalización de lo que nos ocurre. Entonces vamos a hablarlo, vamos a compartirlo, vamos a sincerarnos, vamos a escuchar a los demás, vamos a permitirnos ser humanos en todo esto no? Y en último lugar, como decíamos antes, toda crisis supone como un producto final o una consecuencia final. Vamos a ver cómo queremos construir eso. Vamos a darle forma, vamos a hacer que de esa crisis salga algo lo más valioso posible para nosotros, poniendo el foco en lo que cada uno de nosotros quiere, no tanto en lo que se espera de nosotros.
Jota: Sí, ¡qué bueno! O sea, que al final esto sirva para algo y que el resultado de nuestro nuevo yo sea mejor que el que dejamos ahí.
Patricia: Efectivamente, no sé si mejor, pero sí diferente en la manera en la que queramos.
Jota: Exacto. Pues Patricia, muchísimas gracias por pasarte otro día por aquí y habernos aclarado un montón de cosas que seguro que nos ayudan y espero verte pronto en otro capítulo.
Patricia: Muchas gracias a vosotros. Jota. Siempre es un placer. Un abrazo fuerte.
Jota: Chao, chao.
