Jota: Muy buenos días a todos. ¿Qué tal? Aquí estamos otro día más para hablar de salud mental. Y hoy es un día muy especial porque tenemos con nosotros a Ana Ballesteros, que es Psicóloga Sanitaria que trabaja con población adulta y adolescentes, aplica un enfoque cognitivo conductual y se ha convertido en una pieza fundamental del equipo gracias a su trabajo con Psicología Online Avanzada. Y bueno, en este primer capítulo de la tercera temporada está aquí con nosotros y espero que esté en muchos más capítulos a lo largo de estos meses que vienen por delante. Muy buenos días, Ana. ¿Qué tal estás?
Ana: Buenos días. Muy bien. Encantada de formar parte de este podcast. Y nada, con ganas de empezar.
Jota: Genial. Pues nada, fíjate, empezamos la tercera temporada. Empezamos justo ahora, después del verano, de las vacaciones que mucha gente probablemente ha tenido y se estarán incorporando muchos ahora. Bueno, todavía estamos en septiembre y habrá gente que todavía esté yéndose. Algunos estarán a punto de hacer la maleta, pero la gran mayoría ya estarán de vuelta aquí. Y es una época para la salud mental un poco delicada, ¿no?
Ana: Sí, de hecho hay personas que acuden a sesión precisamente por esto, porque les cuesta adaptarse a la rutina, a las responsabilidades, a ese ambiente laboral que a veces no es del todo favorable. Entonces, bueno, pues aquí estaremos para lo que necesiten, esas personas que se incorporen y que eso les esté generando malestar o ansiedad. Y para los que se incorporen y les vaya genial, pues mejor, por supuesto.
Del Verano a la Rutina: Entendiendo los Desafíos de la Adaptación
Jota: Claro. ¿Y por qué ocurre esto? ¿Qué nos pasa, que después de haber estado unos días de descanso, sufrimos esas consecuencias a la vuelta?
Ana: Pues yo creo que habría que ver qué diferencias hay entre la rutina de tu vida y lo que te está aportando el verano. Es decir, en el verano tenemos calma, podemos ir muchísimo más despacio, quizá conectamos más con nuestros seres queridos. Estamos en un ambiente que nos es mucho más favorable o agradable. ¿Qué pasa? Que en la rutina muchas veces está la impaciencia, la monotonía, la rutina, las responsabilidades. Entonces, ese cambio que a veces es brusco, pues me vuelvo de mi período vacacional y enseguida me incorporo, vuelvo de estar en otra localización distinta y enseguida me incorporo. Pues muchas personas esa adaptación, que es natural y progresiva al final y que poco a poco, evidentemente, te vas adaptando, el ser humano se adapta muy bien a todo, pues muchas veces genera más fatiga o problemas en la concentración o no sé, incluso más problemas en las relaciones laborales. Y yo creo que es esa diferencia que se marca, tan aguda de oye, calma, incluso descansas mejor. Y entonces, hacerle frente a esas responsabilidades de un día para otro, pues bueno, a veces es un poco difícil de superar, digamos.
Volviendo a la Rutina: Reflexiones para una Adaptación Saludable
Jota: Claro. ¿Aquí el problema está en pasar de nuevo a tener unas obligaciones o es el hecho del cambio?
Ana: Es que claro, yo invito un poco a la reflexión, es decir, ¿cómo te sientes tú al volver a tu puesto de trabajo? ¿Tu puesto de trabajo es un lugar en el que te sientas realizado, en el que tengas un buen ambiente o es un lugar hostil para ti? Entonces, invitaría un poco la reflexión de decir, ostras, si tengo ese cambio tan grande, si llega un poco a este término de depresión postvacacional que se llama, que reúna una serie de sintomatología ansiosos-depresiva, durante unos días, yo creo que hay que revisar un poco ahí qué pasa. Porque sí que es verdad que si yo al principio me cuesta un poco, pero en cinco o seis días estoy adaptado, genial, es un proceso de adaptación normal. Pues como una mudanza, cualquier otra cosa que hagamos, que al principio te puede costar un poco. Pero si eso persiste, yo sí que revisaría un poco qué está ocurriendo con ese entorno laboral, incluso qué cambios puedo realizar en mi vida. Porque el verano es un periodo en el que yo pauso y eso me puede invitar a pensar sobre mi vida diaria. Incluso, pues eso, generar un cambio o intentar traer un poco esa calma del verano a mi vida diaria. Pues si he estado haciendo más actividad física, pues oye, a lo mejor hay una alerta de ostras, pues a lo mejor tienes que ser más activo. Si he conectado más con mi entorno, pues a lo mejor tengo que buscar más tiempo en mi vida diaria también para conectar con mi entorno. Entonces, si eso persiste, evidentemente busca ayuda si lo necesitas, pero yo revisaría un poco qué me está pasando en mi vida diaria que me cuesta tanto volver a esa rutina y reengancharme.
Jota: Claro. Hombre, entiendo que la adaptación que comentas, que le puede pasar a todo el mundo de unos días, entiendo que es adaptarte otra vez a los horarios, al atasco y tal, porque puedes tener un trabajo motivante que te apetezca y un entorno agradable, pero aún así tienes una serie de cosas que a poca gente, imagino, que le guste, tener que estar a una hora, tener que trasladarte. Bueno, ahora hay mucha gente que empieza a trabajar más online y tal, pero sí que hay una serie de circunstancias a las que sí que hay que volver a adaptarse sí o sí, que es ese periodo de adaptación que todos van a tener que sufrir mínimamente. Pero pasado esos días, deberías estar otra vez en un ambiente que no te cueste, no?
Ana: Sí.
Jota: Efectivamente.
Ana: Sí, el proceso normal de una adaptación es eso, unos días más de estar un poco más desconcentrado o tener un poco más de malestar, de no saber muy bien dónde estar, de que te cuesta a lo mejor más dormir. Bueno, si dura unos días está bien, pero si llega ya un cuadro más ansioso o más de sintomatología depresiva, entonces habría que revisar qué está ocurriendo en mi vida diaria para que sienta tanto malestar o para haberme dado cuenta del malestar, qué me genera mi puesto de trabajo.
Cuando la Zona de Discomfort se vuelve familiar: La importancia de escuchar nuestras emociones
Jota: Y esa gente que tiene ese proceso a la vuelta de las vacaciones, ¿cómo estaba antes de irse de vacaciones? ¿No estaba notando ese estrés, esa ansiedad, ese malestar? ¿Estaban adaptados dentro de su zona de confort tan incómoda al final?
Ana: Es que sí, a veces la zona de discomfort también nos arropa. Es decir, nos adaptamos tanto que incluso nos adaptamos al malestar también. Y a lo mejor necesito romper con eso para empezar a darme cuenta de ese cambio que a lo mejor tengo que realizar o revisar, simplemente. Vamos tan acelerados, rutina de más responsabilidad y si tienes hijos también. Que no nos damos cuenta de nuestras propias emociones, incluso. Es algo que vamos pasando los días y los días y los días, y de repente me duele aquí o estoy o tengo síntomas digestivos y no sé por qué. Y es porque muchas veces no atendemos a las emociones, que nos dan muchísima información. Si estoy triste o estoy apático, ¿qué me está pasando? Es importante poner foco en eso y en terapia, creo que es súper importante trabajar en emociones y darnos cuenta de eso. Pero sí, a veces estamos tan involucrados en las responsabilidades que necesitamos un parón para darnos cuenta de eso.
Salir de la Zona de Confort: Cómo incorporar lo positivo del verano en nuestro día a día
Jota: Claro. Sí, a mí me llama mucho la atención esto que se llama la zona de confort, que a veces es súper incómoda y estás ahí en ese trabajo que no te aporta nada y tal, que a veces es difícil salir de él porque hay otras cosas. Al final, necesitamos pagar las facturas. Pero se puede hacer un intento de buscar una mejora, un sitio donde te encuentres mejor sin tener que sufrir esas consecuencias. Y una cosa muy interesante que has dicho antes, que puedes haber incorporado durante las vacaciones ejercicio o relaciones o demás que no tienes por qué dejar a la vuelta, ¿no?
Ana: Sí, sí. Es importante la información que estamos recibiendo de lo bien que he estado en el verano. ¿Cómo lo puedo traer a mi día a día? Evidentemente no puedo estar en la playa todo el día porque tengo que trabajar. Pero oye, ¿qué cosas me puede aportar el día a día? Por ejemplo, puedo ir a la naturaleza los fines de semana, porque creo que es algo que me calma y me sana. Debo de estar más en contacto con mis seres queridos o con aquellos amigos con los que me he ido de viaje, pero a lo mejor durante los días no hablo tanto. O sea, ¿qué me ha aportado el verano que yo pueda trasladar el día a día dentro de que evidentemente tenemos que cumplir unas funciones, unas responsabilidades y demás? Pero yo creo que más que verlo como algo negativo, voy a coger esta información y a ver cómo puedo adaptarla. Y al final ahí es donde se puede ir a mejor, superarlo y bueno generar un cambio en caso de que se pueda. Por supuesto, hay situaciones difíciles en las que un cambio no se puede hacer a corto plazo, pero simplemente revisar qué está ocurriendo, pues todo eso que me ha aportado el verano, oye, ¿cómo lo puedo trasladar aquí?
Del Verano a la Rutina: Buscando la Adaptación y la Motivación
Jota: Efectivamente, sí, aunque no lo puedas hacer de forma inmediata, siempre se puede buscar una adaptación o un objetivo a medio plazo para poder alcanzarlo, aunque no sea de forma inmediata. Pero si has detectado algo que puedas mejorar, incorporarlo en algún punto.
Ana: Sí, claro. Pues lo que te digo, generalmente en verano nos movemos más. Nos vamos a la montaña o haces ruta o haces turismo. Pues depende, evidentemente, de cómo se va cada persona. Pero si te vas de viaje, estás en movimiento y a lo mejor ese movimiento lo puedes trasladar a tu día a día, pues saliendo a caminar, retomando el deporte, que es súper importante el ejercicio físico para la salud mental también, para la ansiedad es crucial, ayuda muchísimo cualquier tipo de ejercicio físico, sana mucho y cuidar tu entorno. Y bueno, buscar incluso intereses que puedas salir de ahí. No sé, si estaba en la playa, pues a lo mejor alguna actividad acuática que pueda hacer, no sé, es decir, qué información me da lo bien que he estado en verano y cómo lo puedo trasladar, cómo me lo puedo adaptar en mi día a día. Y al final, yo digo una cosa siempre, que es como que siempre buscamos la motivación. Es que no estoy motivada para iniciar esto, no estoy motivada para tal. A veces la acción tiene que preceder a la motivación. Oye, ponte a hacer esto, intenta este nuevo juego, intenta apuntarte al gimnasio, intentalo, y luego quizá la motivación venga y entonces es lo que te enganche. Entonces, no sé, intentar hacer un cambio de rutina, romper un poco con lo que tenía establecido e intentar hacerlo de otra manera dentro de las posibilidades que tenga cada persona, por supuesto.
Cómo Afrontar la Rutina cuando Todos Parecen Estar de Vacaciones
Jota: Claro. Estaba pensando, además, que estamos centrándonos en la gente que vuelve de vacaciones. Pero, ¿qué ocurre con esa gente que no se ha podido ir de vacaciones, que lleva trabajando todo el año sin haber hecho ningún descanso? No sé. Creo, fíjate, porque a mí me ha pasado alguna vez, que no es tanto el no haber podido hacer una parada y descansar, que siempre es muy necesario, sino el ver que el resto de gente lo está haciendo y tú te quedas. ¿Cómo lo puede llevar esto una persona? ¿Qué le podemos recomendar a una persona que está viendo a todo su entorno irse y ellos, por la circunstancia que sea, siguen sin tener un periodo de descanso y siguen trabajando y en su rutina del día a día.
Ana: Claro, que entra la comparación, que es algo inevitable, pero muy dañino también. Yo aconsejaría, primero, si tienes redes sociales, esos días, oye, desconecta, porque te vas a empezar a comparar. Las comparaciones son odiosas. Tampoco sabes realmente si esa persona de vacaciones está bien o acaba de discutir con su pareja, y entonces, evitar esa información que te está comparando todo el rato con esas personas y focalizarte en lo que tú necesitas. Estás haciendo un proyecto, pues focalizarte en él, pero también lo que digo, buscar ratos de calma, de salir un poco. No sé, el fin de semana se puede hacer una escapada corta y te lo puedes permitir, pues también desoxigenar un poco el tema del trabajo, lo que puedas, evidentemente. Porque claro, aquí existe la limitación. Si no me puedo marchar, pues oye, si lo puedo hacer más adelante, aunque sea unos días súper cerca, pues genial. Cualquier cosa que sea evadirme, por ejemplo, vuelvo a repetir, movilizarse, ejercicio, todo eso ayuda muchísimo para el manejo de la ansiedad, el estrés, de las responsabilidades que tenemos que hacer frente, que suelen ser muchas. Y al final el estrés es eso, la carga de responsabilidades es tan grande que mis recursos personales no son lo suficientes para hacerle frente, entonces aparecen los síntomas. Entonces, tratar de traer la calma a la rutina, como estaba diciendo antes, dentro de la medida en la que puedas, y esas comparaciones de tele, redes sociales y demás, si desconectas unos días, de verdad que hay personas que, incluso quitándose de las redes sociales, mejoran en alguna sintomatología, porque es algo que suele ser bastante dañino y más en estas fechas.
Jota: Hombre, yo creo que la recomendación de dejar las redes sociales es buena en cualquier época del año. Pero en esta, efectivamente, si estás metido en la oficina trabajando y otros están subiendo viendo su foto comiéndose la paellita.
Ana: Sí.
La Ilusión de la Felicidad Vacacional: Encontrando el Bienestar en el Día a Día
Jota: Duele un poquito más. ¿Qué te iba a preguntar? Porque me ha parecido un punto a sacar ahí lo que estabas comentando, de que gente que puede estar subiendo cosas a las redes sociales como súper guay, pero que igual acaban de discutir con su pareja. ¿Qué pasa con la gente que se va de vacaciones y en ese periodo de descanso, de desconexión, lo han pasado fatal por lo que sea? Porque se les ha truncado el viaje, porque han discutido con la persona que se iban, porque han llegado al hotel y aquello era horrible. Había cualquier circunstancia. Yo qué sé. O te has ido a un país a lo mejor un poco exótico y tienes una gastroenteritis y te pasas todo el día en el… Te pueden pasar muchas cosas que hagan que tus vacaciones al final no las disfrutes. ¿Qué pasa con esa gente que está esperando todo el año a tener una desconexión, a pasar unos días estupendos y que luego sale todo mal?
Ana: Yo creo que eso es una creencia errónea de base. El hecho de que solo voy a ser feliz en vacaciones. Todos mis problemas se van en vacaciones. No, la vida real es realmente la que tenemos ahora cuando estamos trabajando. Es el 90 por ciento de nuestra vida. Por qué es así. Por qué necesitamos una economía y etcétera. O sea, realmente tu vida es ésta, tienes que estar feliz con ésta, no con la de las vacaciones. Por eso vuelvo a la reflexión que hice al principio, ¿qué está pasando en tu vida para que al volver de vacaciones te genere esa ansiedades, ese estrés y demás? O sea, lo importante es lo que tienes aquí, no lo que tengas cuando te vayas a ese resort o cuando te vayas con tu pareja, no sé dónde, sabes? Y si has tenido un conflicto con tu pareja en verano, es porque a lo mejor hay cosas que tienes que resolver en el día a día. Al final, aunque estemos de vacaciones, los conflictos pueden aparecer y esta creencia de voy a ser feliz en verano, esta semana va a ser la mejor del año y demás, ya es una creencia errónea de base y es una creencia limitante que se podría trabajar. Es decir, oye, ¿por qué tienes esta creencia? ¿Por qué no el resto del año puedes estar bien o puedes ser feliz o puedes tener bienestar? Entonces, si yo pienso así, evidentemente, si esa semana se me trunca, se me va todo el año. Entonces, claro, lo ideal sería pues oye, ¿qué pasa en tu día a día? Creo que es lo más importante. Tienes bienestar en tu día a día, eres feliz, estás cumpliendo con lo que te gusta, tu trabajo y demás. Porque al final eso van a ser un par de semanas, solo al año y no refleja una realidad.
Encontrando el Equilibrio: Disfrutar del Presente sin Hipotecar la Felicidad Futura
Jota: Claro, totalmente. O sea, hay que disfrutar el camino. Efectivamente, tenemos una serie de responsabilidades y obligaciones que probablemente, si no fuese así, pues no tendríamos que hacer. Pero en esos momentos de responsabilidad y de obligación, también hay que saber disfrutar. El compartir con tus compañeros de trabajo y estar a gusto. El poder salir del trabajo y tener un rato agradable, que no estamos trabajando las 24 horas, pero puedes estar disfrutando cada uno con lo que disfrute, con su gimnasio, o con compartir con los amigos una caña o lo que sea. Y los fines de semana o cuando no trabajes, no hace falta hacer grandes cosas. Un paseo por un parque ya puede ser un momento estupendo y no hace falta tampoco hacer grandes cosas. Pero efectivamente, si lo dejamos toda esa semana, que pueden pasar tantas cosas y que no salgan bien, que no puedes hipotecar tu disfrute del año a 15 días que pueden torcerse, por cualquier razón.
Ana: Sí. A ver, es lo normal, que aparezca la frustración, la tristeza o la rabia. Evidentemente, es un periodo que a todos nos apetece estar por ahí y con nuestros familiares, pasarlo bien. Evidentemente, va a aparecer la frustración. Pero si yo luego vuelvo a mi entorno, día a día y tengo bienestar, eso es mucho más valioso realmente, porque las vacaciones pueden aparecer en cualquier momento. Me puedo ir en diciembre o no sé, hay personas que se van a otras épocas del año, incluso. Si estoy en un proyecto personal que me está costando mucho sacarlo luego, cuando lo saqué, esa satisfacción personal que voy a percibir también es super valiosa. Entonces, lo importante al final es lo que tenemos en el día a día, las personas con las que nos relacionamos, el trabajo que tenemos día a día. Evidentemente, tener también aficiones o situaciones que me resulten agradables. Pero sí al final es todo mi año son esas dos semanas, la frustración va a ser muchísimo mayor y mucho más difícil de gestionar, por supuesto, porque ya voy a volver súper rebotado, el trabajo me va a sentar fatal. O sea, que claro, me descompensa muchísimo más.
Cuando la Frustración Persiste: Saber Cuándo Pedir Ayuda y Cómo Afrontarlo
Jota: Claro. Todas estas frustraciones que, por los distintos motivos que estamos hablando se pueden tener, si son puntuales, como decíamos al principio, pues entiendo que están dentro de lo normal y que a todo el mundo le puede pasar y demás. Pero cuando empiezan a ser algo más, que no me dejan respirar, no duermo por la noche, estoy obsesionado, paso todo el día en el trabajo pensando que me falta un minuto más, un minuto menos, y estoy deseando salir de ahí. Ahí hay que buscar ayuda al final.
Ana: Sí, es lo que digo. Si esa ansiedad, ese estrés persisten en el tiempo, de hecho, es que hay muchas personas con estrés laboral o que sufren algún tipo… Ya no digo acoso, pero algún tipo de maltrato por alguien del equipo, que no se sienten realizados o que económicamente no les compensa. Entonces, hay que ver qué puedo controlar de la situación. Es decir, estás en un punto en el que te puedas permitir cambiar de trabajo o no sé, o comentar algo en el trabajo que no te parece bien. Es decir, tienes recursos para hacerle frente a eso. Y por otro lado, esta gestión emocional, si se está descontrolando, pues por supuesto pedir ayuda. Es decir, pedir ayuda evidentemente nunca es algo malo, es algo positivo que siempre te va a sumar. Y si persiste este malestar por tu entorno laboral o por lo que sea, pues oye, claro que sí, pedir ayuda siempre es algo bueno.
Jota: Genial. Pues, Ana, yo no sé si quieres añadir algo más antes de terminar, pero a mí me has abierto un montón de cositas, que este es un tema muy recurrente que se habla mucho, pero hemos sacado aquí algunas píldoras muy interesantes que creo y espero que a los demás que nos están escuchando también les haya aportado.
Ana: Me encantaría que les aportara. Nada, simplemente pues eso, puntualizar en la adaptación normal que se debe tener, que no pasa nada, solo unos días versus esa adaptación que cuesta mucho, que perdura semanas, que estoy muy irritable, muy ansioso, triste, apático y ahí es cuando hay que revisar. Simplemente eso.
Jota: Genial. Pues muchísimas gracias, Ana. Espero que nos veamos dentro de pronto en otro capítulo y nada, seguimos hablando de salud mental.
Ana: Sí, un placer.
Jota: Chao.
Ana: Chao.