56 – El miedo a opinar en público

Jota: Muy buenos días a todos. Un día más aquí para hablar de salud mental y de nuevo estamos con nuestra querida amiga Patricia, que como todos sabéis es Psicóloga Sanitaria enfocada en población adulta que trabaja desde las Terapias Contextuales y es una pieza fundamental del equipo de Psicología Online Avanzada. Muy buenos días, Patricia, ¿cómo estás? 

Patricia: Hola, buenos días, Jota. Muy bien. ¿Y tú cómo estás? 

Jota: Genial, genial. No estoy convencido de si puedo opinar o no sobre cómo estoy, pero sí, estoy bien, estoy muy bien. ¿Tú cómo estás? 

Patricia: Muy bien. Encantada de estar aquí de nuevo con vosotros, como siempre. 

¿Que es el miedo a opinar en público?

Jota: Sí, la idea es que podamos hoy hablar sobre el miedo a opinar en público. Por eso decía este miedo que tengo así de decir algo y madre mía, me gustaría saber, hemos hablado de miedos muchas veces, pero a este yo le noto un punto distinto. Es el poder expresar lo que yo opino delante de otra gente. Cuéntanos un poco sobre este miedo. 

Patricia: Pues fíjate, Jota, cómo es un miedo muy social, cómo tiene mucho que ver con el juicio que los demás puedan hacer de mi punto de vista, de cómo yo me estoy mostrando de cara a los demás. Y no estamos hablando tanto de un proceso de fobia como tal, por ejemplo, pues el hacer una exposición en grupo ante una audiencia, el presentar un proyecto, etcétera. Si no estamos hablando del miedo que sucede o que tiene el lugar en situaciones en las que simplemente tengo que dar mi opinión, tengo que hacer un juicio, una valoración acerca de algo y lo hago en público, lo hago en un grupo reducido de personas que pueden ser más o menos conocidas. Pero no se basa tanto en el miedo a exponerme, sino en el miedo a lo que los demás puedan juzgar de mi punto de vista. O sea, que es una cuestión bastante diferente. 

¿Este miedo ocurre cuando se conoce la opinion de los demás o incluso puede ocurrir aunque no se conozca?

Jota: Sí, sí, efectivamente. Y a mí aquí me viene el por qué ocurre, por qué no soy yo capaz de decir abiertamente lo que opino y cuándo ocurre, si ocurre, cuando conozco yo la opinión del resto o puede ocurrir incluso sin saber la opinión de la gente. 

Patricia: Yo diría más que ante el mero hecho de que haya una situación de incertidumbre en la que yo no sé cómo va a ser de aceptada o de compartida mi opinión. Entonces, ante esa incertidumbre lo que aparece es un miedo. Un miedo porque desconozco la respuesta que los demás van a tener acerca de mi opinión. Entonces, ¿por qué ocurre? Bueno, pues como todo en psicología, al final es fruto de un proceso de aprendizaje que suele tener su origen en experiencias de la infancia. Esto normalmente ocurre cuando se han dado múltiples experiencias a lo largo de mi vida en las que al exponer mi opinión o mi punto de vista, esta opinión ha sido castigada o invalidada por las personas de mi entorno. Entonces, ¿qué pasa? Que yo al final lo que aprendo es oye, cuando yo doy mi punto de vista, los demás lo rechazan, lo critican, lo juzgan, lo invalidan. Entonces, al final, por puro asociacionismo, yo aprendo a que es mejor callarme, mejor no dar mi punto de vista, porque total, si los demás se van a burlar, se van a reír, no lo van a compartir, pues al final dejo de hacer esto, dejo de exponerme a este tipo de situaciones, porque yo anticipo que lo que voy a obtener es una consecuencia negativa o desagradable para mí o para mi persona. También suele ocurrir esto en personas que, digamos, que tienen un perfil de un yo débil, como decimos en psicología. ¿Qué significa esto? Significa que mi propia identidad, la propia valoración que yo hago de mí misma, depende de la aceptación incondicional de los demás. Es decir, yo solo soy yo cuando soy aprobada por los demás. Esto ha llevado a un punto más extremo, porque al final a todos nos importa o todos buscamos el sentirnos queridos y valorados por los demás. Pero cuando esto se convierte en un elemento condicional que determina el si yo me muestro tal y como soy realmente, pues ya se convierte en un punto más problemático. Entonces, ¿qué pasa? Que como yo tengo miedo a exponerme tal y como soy, a exponer lo que pienso, lo que siento, mis necesidades, etcétera, eso me da miedo porque no sé si va a ser admitido por los demás. Caemos como en un patrón o en un bucle de complacencia, de yo voy a hacer, voy a decir, voy a opinar o me voy a comportar en función de lo que creo que los demás esperan de mí o que los demás necesitan o que los demás quieren ver en mí. Entonces, al final, claro, pierdo mi esencia, por decirlo así, mi identidad, mis necesidades, mis opiniones, mis deseos quedan totalmente relegados a un segundo plano por simplemente la necesidad de ser aceptada y valorada por otras personas. 

Jota: Perdona que te interrumpa. Estás hablando de autoestima, ¿no? Estás hablando de la autoestima de la persona. Si tienes la autoestima baja, lo que ocurre es esto. 

Patricia: Sí, al final esto está bastante ligado a la autoestima, en cuanto a que la valoración que yo tengo de mí misma depende de los ojos de los demás. Es decir, no soy capaz de hacer una valoración propia, de poner en valor mis competencias, mis habilidades, mis aptitudes, sino que todo esto depende de los ojos de los demás. Y claro, esto es muy complejo, porque hay veces que las señales de los demás son más bien ambiguas, hay veces que depende de las personas a las que yo me acerque voy a obtener una opinión u otra. Es decir, mi la valoración que yo hago de mí misma no puede depender al 100 por 100, ni a un 90 por ciento del juicio de los demás, porque entonces, bueno, la visión de mí misma va a estar bastante sesgada o bastante quebrada. 

¿Este miedo suele ocurrir en todos los ámbitos o depende del tema sobre el que la persona va a opinar?

Jota: ¿Y esto ocurre, cuando le pasa a una persona le ocurre en todos los ámbitos o solamente en distintas áreas o depende de cada uno, me imagino? 

Patricia: ¿A qué te refieres? 

Jota: Sí, entiendo que una persona que tenga miedo a opinar en público sobre un tema, puede que le ocurra en entornos laborales, pero a lo mejor no le ocurre con sus amigos, por ejemplo. 

Patricia: Vale, una pregunta muy interesante. Fíjate que lo estamos vinculando bastante, Jota, al hecho de yo sentirme aceptada, valorada, reconocida por los demás. Entonces, las personas que tengan un poquito estos ingredientes de los que estamos hablando solo se van a exponer a expresar su punto de vista en entornos o contextos en los que sientan que ya hay un amor incondicional hacia ellos. Es decir, me lo invento. Yo sé que mi madre me va a querer siempre, sea como sea, pues no tengo ningún problema en dar mi punto de vista con mi madre o a lo mejor con mi pareja, pero sí en el entorno laboral donde no hay una aceptación incondicional o por lo menos no tengo la seguridad de que esto vaya a ser así. Entonces, tiendo más a reprimir mi opinión cuando el entorno es un entorno de incertidumbre en el que no tengo asegurada esa parte de aceptación incondicional. Por lo tanto, sí, puede haber cierta tendencia a comportarnos de una manera más o menos estable, a tener dificultades para expresarnos, pero que esto se pueda agudizar en función del contexto en el que me encuentro. 

¿Ocurre también este miedo cuando la persona es experta en el tema sobre el que va a opinar?

Jota: Si esa persona es experta o una eminencia en alguna temática, entiendo que sentiría que sobre ese tema, al menos, puede dar su opinión abiertamente en cualquier sitio. ¿O también sentiría que puede ser cuestionado, incluso en algo donde él o ella, vamos, tiene una mayor experiencia que la gente que le está escuchando? 

Patricia: Claro, yo creo que no tiene tanto que ver con el conocimiento técnico teórico, con la inteligencia como tal, con el nivel cultural. Creo que no tiene tanto que ver con eso, sino con una experiencia más emocional de miedo. De miedo a la desaprobación, de miedo a no compartir un criterio común con otras personas. Entonces, creo que de manera bastante independiente a que la persona pueda ser experta en la materia, puede aparecer este miedo que me lleve a callarme y a dar una opinión favorable y compartida con respecto al grupo de manera independiente a todo lo demás. O sea que al final el ser experto no nos facilita esto de no tener miedo, por decirlo así. 

Jota: Pero imaginemos una situación. Imagina que yo estoy en un entorno laboral y que me encanta el fútbol. Yo veo todos los fines de semana, me sé todas las equipaciones de todos los equipos de Europa, del mundo vamos y me sé todo lo que ha ocurrido, y sé quién es el bueno, quién es el malo y todo esto. Y estoy en un entorno de donde se está hablando de trabajo y no doy mi opinión porque me da miedo por esto que estamos comentando, pero luego me voy a tomar un café con un compañero o con el mismo grupo con el que estoy y sale el tema del fútbol y ahí me atrevo a decir absolutamente todo. Pues este es genial, este hizo falta, esto fue injusto, esto no sé qué. Eso podría pasar o no daría… me imagino que dependerá mucho de la persona y tal, pero se pueden dar esas situaciones en las que haya cosas que me dan miedo y cosas en las que sí que puedo opinar abiertamente. 

Patricia: Bueno, puede que sí, que te sientas más confiado en ti mismo por el hecho de que tienes más conocimientos acerca de eso. Pero es que, ¿y si con ese compañero con el que te vas a tomar una caña o un café es del Barça y tú eres del Madrid? Por ejemplo. 

Jota: Claro, claro, claro. 

Patricia: Ahí es, eso es ahí donde me refería, ¿no? Que creo que no depende tanto del conocimiento teórico, técnico o lo que sea acerca de un tema en concreto, sino de la experiencia de si voy a ser aceptado por los demás. Porque por mucho que yo sepa, al final soy de este partido y eso es algo más subjetivo, es una elección. Entonces, oye, eso va a ser aceptado por el resto de mis compañeros? Y sí, me dicen que sabiendo tanto de fútbol, justamente, cómo puedo ser del Madrid o del Barça o del equipo que sea. Creo que depende más de eso, pero sí que es cierto que habrá algunos ámbitos en los que a lo mejor yo tenga mayor percepción de capacidad, de conocimiento, etcétera, y que a lo mejor me siento un poco más libre de comentar algo. Pero al final todo esto está muy mediatizado por el miedo. 

¿Cómo se siente la persona que tiene una opinion formada pero deja de darla por miedo?

Jota: ¿Y cómo se siente la persona? Vamos a poner, estamos hablando todo el rato de si doy o no la opinión, pero ¿qué sentimiento tiene la persona cuando hay un tema del que él tiene algo que aportar, pero ella tiene una opinión formada, se está hablando sobre este tema. Por miedo me callo, pero yo podría dar mi opinión y expresarla. ¿Qué pasa por la cabeza de esa persona en ese momento? 

Patricia: Pues tratando de meterme mucho en este papel, pero es bastante complicado, porque al final hablamos mucho de autoestima, de tenemos que tener una autoestima sana, una autoestima buena. ¿Pero qué es la autoestima? Al final la autoestima se mide en base a lo que yo hago. Es decir, lo que yo hago me da un feedback a mí misma de lo legítima que me puedo sentir en determinado momento para hacer X, de lo lícito que puede ser dar esta opinión. Entonces, si yo estoy reprimiendo, reprimiendo, reprimiendo lo que yo opino, lo que pienso, lo que siento, al final el feedback que me doy a mí misma es de que no soy válida para poder comportarme tal y como soy. Entonces, la experiencia de todo esto, pues sumamente desagradable. Al final pierdo mi esencia. Al final estoy tan volcada en agradar a los demás que yo ya pierdo el criterio para discernir entre lo que realmente me gusta, lo que quiero, lo que opino, lo que pienso. Y al final hay como una pérdida de identidad, por decirlo así, que es lo que decíamos del yo débil. Entonces, la experiencia subjetiva de la persona, pues entiendo que bastante desagradable el sentirte como un muñeco que está ahí puesto, que lo único en lo que me fijo es en las sonrisas de los demás para saber si estoy agradando. Y estoy también alerta ante cualquier inicio de amenaza de si no estoy siendo aceptada en ese momento. O sea, que al final son situaciones que pueden producir en la persona bastante ansiedad ante esta incertidumbre y, jo, pues una sensación de muy poca o muy bajita percepción de auto eficacia y de competencia personal. 

¿Qué pasa si una persona está obligada a dar su opinion pero siente miedo a hacerlo?

Jota: Claro. Bueno, yo estoy imaginándome, según estamos hablando, en una situación en la que tienes la opción de opinar o no y que por miedo no lo haces. Pero, ¿qué ocurre cuando estás obligado a opinar? ¿Te preguntan directamente o tienes que dar tu opinión por la razón que sea? Y tienes que hacerlo. Tú tienes el miedo. ¿Qué haces ante eso? Intentas imaginarte qué es lo que quieren que respondas. Respondes lo que tú opinas de verdad, aunque te da miedo o te callas o intentas huir de esa situación. Te levantas y te vas al baño. ¿Qué hace la persona ante una situación así? 

Patricia: Pues fíjate que si de lo que estamos hablando es de esta evitación del conflicto. Yo creo que, por expresar mi punto de vista, este no va a ser aceptado por los demás y por lo tanto me van a rechazar. La forma en la que muy probablemente una persona enfrente o afronte esa situación, pues estará muy mediatizada por esto. Responderá de la manera que crea que va a minimizar la posibilidad de ser rechazada o señalada por el resto del grupo. Opinará en consonancia con la opinión de las otras personas o con lo que crea que los otros quieren escuchar o con lo que los demás van a tener una postura más acertada. 

Jota: Claro. 

Los experimentos de ASCH

Patricia: En este sentido, hay unos experimentos que por si algún, alguna de las personas que nos está escuchando le apetece investigar un poquito más sin querer entrar mucho en detalle, pero hay un montón de experimentos muy interesantes en este sentido al respecto de la conformidad con el grupo. Bueno por mencionar, por ejemplo, en los experimentos de ASCH, que mostraba cómo las personas somos capaces de emitir un juicio de realidad que se aleja totalmente de lo real, simplemente por estar en conformidad con el grupo. Se les preguntaba por la longitud de unas líneas que aparecían dibujadas en unas tarjetas y la respuesta era evidente, señalar cuál es la más corta, pues al final era una respuesta muy evidente. Pues muchas personas, un porcentaje bastante significativo de los participantes, respondían una opinión que era favorable a la del grupo, aún siendo conscientes de que no era la realidad. O sea que fíjate cómo esto de querer ser aceptados por el grupo nos puede llegar a sesgar bastante. 

¿En qué situaciones es más habitual que ocurra el miedo a opinar en público?

Jota: Es increíble este tipo de comportamientos. Ante una evidencia, unos hechos objetivos que tienes delante que tú estás viendo ser capaz de modificarlos por coincidir con el grupo. Muy. Interesante, muy interesante. Hemos comentado, sobre todo al principio comentabas por qué puede pasar esto, se me ocurre que es más frecuente siendo más joven, quizá porque estás… o no, a lo mejor no. Pero me imagino a una persona más adolescente y tal, teniendo más problemas de autoestima y querer quedar bien con el grupo y verse sometido a la opinión de la gente que le rodea, que más a una persona ya más adulta. Pero bueno, si nos puedes identificar en qué situaciones es más habitual que esto ocurra. 

Patricia: Sí, pues efectivamente, Jota, en la adolescencia. Bueno, la adolescencia en sí misma es una fase de la vida un poco problemática, porque al final el adolescente no tiene forjada una identidad sólida. Yo como adolescente estoy todavía explorando para poder discernir o elegir qué es lo que quiero, cómo quiero ser en la vida, qué quiero estudiar, qué quiero hacer con todo, qué música me gusta, qué orientación sexual tengo. Entonces es un momento de muchísimas dudas en las que además lo principal es ser aceptados por el grupo. O sea, los adolescentes rechazan por completo a los padres en este proceso de forjar su propia identidad, ya no como niña, sino como adolescente. Y para ello también hay una parte muy importante que pasa por sentirme parte de un grupo, sentirme aceptada, sentirme valorada, reconocida, etcétera. Entonces, claro, es un momento muy delicado porque en este período afecta muchísimo esta sensación de sentirme que formo parte de un grupo. Entonces aquí lo que ocurre es que suelen tender a mimetizarse con el grupo. Si de repente mis amigas empiezan a escuchar este grupo de música o llevan esta estética, pues yo necesito estar alineada con ellas para sentirme aceptada y por lo tanto me mimetizo o me camuflo con ellas. O sea que sí, te diría que la adolescencia puede ser un periodo especialmente complicado porque es ahí donde se forjan las bases de la identidad. Y luego también, por introducir una variable más Jota, también juega la perspectiva de los roles de género. El cómo a hombres y a mujeres se nos ha educado, se nos ha socializado de una manera diferente y esto influye. Lo típico de calladita estás más guapa, de que las mujeres tenemos que ser más complacientes, menos violentas o agresivas, y los hombres el polo opuesto. Al final esto, por supuesto que la variable del sexo también influye en los comportamientos asociados o más bien esperados, entre comillas, para cada sexo. 

¿El miedo a hablar en público es más frecuente en mujeres que en hombres?

Jota: Claro, claro, claro. Entonces, ¿es más frecuente que esto ocurra en mujeres que en hombres? 

Patricia: Yo por lo menos, que trabajo con muchas mujeres, es algo que veo de una manera bastante habitual. El cómo hay muchísima dificultad para la expresión, para la comunicación asertiva, para la expresión de necesidades, para dar una opinión de una manera firme y bueno, creo que esta influencia de los roles de género está ahí vigente, por supuesto. 

Jota: Claro, claro. ¿En las generaciones más jóvenes también sucede o ahí se nota que hay ya más igualdad en ese sentido? 

Patricia: ¿Igualdad de género? 

Jota: Si. 

Patricia: Ya nos vamos del tema. 

Jota: No, me refiero en este caso en el miedo a opinar, en que si en la gente, quizá a lo mejor todavía no ha pasado tiempo suficiente. Me imagino que si hablamos de gente adulta que ha vivido en un ambiente totalmente, claramente diferenciado entre el rol de una mujer y la de un hombre, pues será más evidente esto. Pero si nos vamos a gente más joven, que esté ahora con 20 años, no sé si esto sigue pasando y nos tendremos que esperar todavía a que lleguen gente más jovencita para que no se note una diferencia en este sentido. 

Patricia: Bueno, yo creo que estamos avanzando, estamos evolucionando, pero quedan muchas reminiscencias y yo sigo viendo la influencia que los roles de género tienen en hombres y en mujeres. Hablo del trabajo, de la faceta profesional. Yo sigo viendo la influencia de todo esto en personas jóvenes también, en sí, personas de 20 años en adelante se sigue viendo esta influencia. O sea que bueno, hemos avanzado, pero creo que todavía quedan reminiscencias y que tenemos que continuar trabajando en ello. 

¿Cómo se trabaja el miedo a opinar en público en terapia?

Jota: Pues habrá que trabajar en ello. Y hablando de trabajar en ello, ¿cómo se trabaja esto o cómo puede trabajarlo una persona para superar ese miedo? No sé si de forma aislada es posible y si no es posible, ¿cómo se hace en terapia? 

Patricia: Bueno, pues hay algunos pilares importantes que sería interesante trabajar en terapia. Fíjate que hablábamos de algo tan de esencia, por decirlo así, o tan esencial como la identidad. Necesitamos en terapia trabajar con esa persona para construir lo que llamamos un yo fuerte, es decir, un yo independiente a los demás. Es decir, que yo me pueda poner en valor a mí misma, que yo pueda respetarme a mí misma, a mí con mis opiniones, con mis necesidades, con mis derechos, etcétera. El que yo sea capaz de sentirme legítima para tomar las decisiones que yo quiera y opinar de la manera que yo quiera, de manera independiente a que eso vaya a ser aceptado o no por los demás. Este sería como un objetivo que se trabaja con un largo recorrido terapéutico, que no es sencillo de hacer, pero que es algo totalmente indispensable para que se produzca un cambio. También es importante trabajar desde el vamos a actuar con miedo. Es decir, me voy a exponer a situaciones en las que pueda no ser aceptada mi opinión, pero no por ello me voy a callar. Vamos a exponernos a ver qué es lo que ocurre cuando mi opinión difiere de las de los demás. Vamos a ver si realmente las consecuencias son tan o tienen tanto impacto como yo creo que pueden llegar a tener desde el miedo. Entonces, necesitamos romper esa asociación entre exponer mi opinión y generar un conflicto. Vamos a romper esa asociación y lo único que podemos hacer es comprobar qué ocurre cuando me expongo ante ese tipo de circunstancias. Y también sería muy interesante trabajar un poco como en deconstruir el concepto de conflicto, qué es un conflicto en realidad. Es algo tan explosivo como pensamos. ¿Y qué ocurre cuando discernimos con otra persona? Quiero decir, cuando no estamos de acuerdo. ¿Qué es lo que ocurre? ¿Realmente es algo tan problemático? ¿Realmente el dar mi punto de vista y que se difiera del de otra persona es tan catastrófico como yo creo? Y aquí es muy importante hablar de comunicación eficaz, de qué estilos comunicativos hay, por qué hablamos mucho de la asertividad, pero bueno, qué es ser asertivo, por qué a veces es necesario ser más bien sumiso y por qué a veces también está bien ser agresivo. Cómo todo ello depende de la circunstancia y de los objetivos que yo quiero alcanzar. Entonces, estos serían un poco los focos principales de trabajo que podríamos hacer en terapia. 

Jota: Claro. Genial. Oye, Patricia, a mí me ha encantado hablar sobre este tema. He detectado ahí cositas, incluso alguna que no se me había ocurrido y a mí me ha aportado un montón. Espero que a la gente que nos ha escuchado tan bien. Y no sé si hay algo que quieras decir antes de terminar. 

Patricia: Bueno, pues que nada, que animo a las personas que nos estén escuchando a que, bueno, si detectan algún tipo de dificultad en este sentido, pues que traten de exponerse, ¿no? Aún con miedo, porque las personas podemos actuar aún teniendo miedo. El miedo forma parte de la vida, entonces podemos actuar con ese miedo. Pero si esto supone un reto demasiado grande para esas personas, pues nada, pues que aquí estamos como psicólogos para poder acompañar en el camino. 

Jota: Efectivamente, genial. Pues efectivamente, todo el que pueda, que opine, que diga lo que piensa, que eso es solo es aporte. No hay nada malo en opinar, sea lo que sea. 

Patricia: Efectivamente, Jota. 

Jota: Pues nada, Patricia, nos vemos pronto en otro capítulo. 

Patricia: Cuídate.Un abrazo a todos. 

Jota: Un abrazo. Chao. 

Patricia: Hasta luego.

Patricia Martinez Psicóloga Online

Autor: Patricia Martínez

Psicóloga Psicóloga General Sanitaria con experiencia de trabajo en población infanto-juvenil y adulta.
Supervisora de casos y apoyo del equipo de POA.
Puedes ver su perfil en este enlace.