Jota: Muy buenos días a todos. ¿Qué tal estáis? Estamos aquí otra mañana más para hablar sobre salud mental, y estamos de nuevo con Patricia, que es Psicóloga Sanitaria enfocada en población adulta, que trabaja desde las Terapias Contextuales y es una pieza fundamental del equipo de Psicología Online Avanzada. Muy buenos días, Patricia, ¿qué tal?
Patricia: Buenos días, José Juan. ¿Cómo estás?
Jota: Pues muy bien, muy bien. Un poco triste, hoy está así el día nubladete. Está así, con ese toque tristoncillo aunque estamos ya metidos casi en verano, pero por qué estamos tristes hoy, Patricia?
Patricia: Vamos a hablar de la tristeza, no?
¿Es bueno sentir tristeza?
Jota: Sí, sí, sí. Así que cuéntanos, es bueno que estemos tristes o es malo? ¿Cómo es esto?
Patricia: Entiendo la pregunta, no? Porque fíjate como al final la tristeza en general es una emoción desagradable. Es una emoción que tratamos de evitar a toda costa, no? Dentro de nuestro repertorio de emociones hay algunas que son desagradables y que por lo tanto está en nuestra naturaleza humana tratar de evitar o de prevenir que aparezca. Sin embargo, como ya hemos dicho en alguna otra ocasión, la tristeza cumple una función adaptativa, está aquí por algo, ¿no? Siempre digo, no sé si hemos hablado de este ejemplo, pero tenemos dos ojos porque nos permite tener una visión mucho más profunda, por decirlo así. Tenemos dos orejas porque igual mejora la audición y eso nos permite protegernos de una amenaza. Tenemos cinco dedos en la mano porque nos permite tener una mayor sujeción. Todo lo que está puesto en el cuerpo humano cumple una función adaptativa, está aquí porque ha favorecido la supervivencia. Con las emociones pasa exactamente lo mismo. Hay algunas que son desagradables, que son incómodas de sentir, pero están aquí por algo, porque cumplen una función. Entonces es necesario que estén aquí y tenemos que identificarlas. En este caso la tristeza, tenemos que identificarla y tenemos que permitir que haga acto de presencia. O sea que podríamos decir que sí, que es bueno, que es humano sentir tristeza.
¿Qué función cumple la tristeza?
Jota: Y bueno, esto ya me imaginaba que ibas a contármelo porque nos lo has dicho con otros sentimientos que tenemos. ¿Pero qué función tendría en este caso la tristeza, en qué nos ayuda sentirnos tristes?
Patricia: Fíjate que la tristeza suele aparecer en la mayor parte de los casos porque se produce una pérdida, una pérdida física, material, una pérdida acerca de que las expectativas que yo tengo en mi vida no se van a cumplir por lo que sea, es decir, no voy a poder acceder a una meta concreta. Un poco la raíz de todo esto es la situación de pérdida que yo tengo que asumir. Es ahí cuando aparece la tristeza. Fíjate que cuando estamos tristes se produce como una sensación, como de apatía, de desgana. Parece que la tristeza nos moviliza como a la inacción, ¿no? Estos días de tristeza lo que nos apetece es quedarnos en casa, tumbados en la cama, estar pensando, estar tranquilos. Bien, esto que se instaura nosotros, esta sensación de desgana, de quedarnos en casa como un poco una parte pequeña de aislamiento, tiene su función y es que está ahí porque nos permite precisamente reponernos de esa pérdida, asumir las circunstancias presentes y buscar nuevas nuevas soluciones. Es decir, la tristeza es esencial porque nos permite hacer una pausa en nuestra vida para poder asimilar esa situación de pérdida. Si yo no sintiese tristeza, continuaría con mi vida, pero también continuaría con esta pérdida en mente. Es decir, no se produciría un afrontamiento de la situación y por lo tanto no habría un proceso de aceptación. Entonces la tristeza es fundamental, como decía, para asimilar esa situación de pérdida, para tratar de buscar soluciones, para fijarme en qué cosas puedo cambiar si se da una situación parecida, cómo puedo dar un enfoque distinto en el futuro. Es decir, en cierto modo podría ser incluso un proceso que me permite evolucionar, que me permite buscar unas alternativas diferentes. O sea que fíjate lo útil que es, y no solo José Juan, por la parte del quedarme en casa, del pensar en cómo puedo cambiar, cómo puedo aceptar la situación, sino que también fíjate que la tristeza tiene un componente hacia afuera, un componente que me permite comunicarme, que permite comunicar a los demás que estoy pasando por un momento complicado. De hecho, el mayor signo, el signo más visible de tristeza, es el llanto, las lágrimas. Esto tiene una función de comunicar a los demás la situación en la que estoy. Por lo tanto, me va a permitir que los demás me protejan, me acompañen en este proceso. Me permite obtener nuevos recursos que me permiten afrontar la situación con este acompañamiento social. Por lo tanto, fíjate lo importante que es que permitamos que esté la tristeza como mecanismo de afrontamiento de la pérdida, pero también como una búsqueda de un apoyo social. Es fundamental que podamos comunicar a aquellas personas con las que tenemos confianza, complicidad, etc, que nos sentimos tristes, que estamos pasando por esa situación, para poder beneficiarnos de esta parte comunicativa y de esta parte de apoyo social.
¿Qué pasa cuando no podemos dejar de sentirnos tristes?
Jota: Que bien entenderlo, el proceso. Qué ocurre si nos empezamos a sentir tristes, buscando que todo este mecanismo que nos cuentas entre en acción y evolucionemos. Qué ocurre si esto se empieza a alargar, empieza a enquistarse y empieza a no sé, el hecho de que no consigamos encontrar esa evolución o esa salida.
Patricia: Mmmmm. Claro, fíjate como el problema quizás no estaría tanto en experimentar tristeza, sino en la manera de gestionar esa tristeza, como ocurre con todas las emociones. Fíjate que los intentos de las personas normalmente van en la línea de deshacernos de la tristeza, de no quiero sentirla, no quiero experimentarla, quiero que se vaya, ¿no? Sin embargo, quizás viendo que la tristeza es una emoción que cumple una función, que es funcional, que me permite adaptarme a mi contexto. Claro, debido a esto, quizás los esfuerzos no tengan que ir tanto de cara a eliminar esa tristeza, sino a gestionarla de una forma, digamos, productiva, de una forma que me permita salir de la situación o buscar el apoyo necesario. Entonces, lo problemático empieza a darse cuando yo no hago nada con esa tristeza, cuando simplemente está ahí y no hago nada con ella. Cuando esa tristeza me lleva a una situación de aislamiento, de abandono, cuando empieza a afectar a otras áreas, cuando empiezo a faltar al trabajo, cuando empiezo a faltar a eventos sociales, es ahí donde está el problema. En lo que yo hago, o más bien en lo que dejo de hacer a raíz de estar triste. Y ahí empezaremos a entrar en un bucle de evitación en el que yo empiezo a desconectar de mi vida y por lo tanto entraríamos en una situación depresiva.
Diferencia entre tristeza y depresión.
Jota: Claro. Entonces, una de las cosas que a mí me me apetecía preguntarte era eso, la diferencia entre la tristeza y la depresión. Y parece que es esto, la tristeza puede ser algo más pasajero, más puntual, y la depresión ya es algo cronificado dentro de nosotros.
Patricia: Eso es la depresión, la situación de depresión termina instalándose en base a lo que yo he dejado de hacer, en base a todas esas pérdidas que yo estoy llevando a cabo por empezar a desconectar de la vida. Además, habitualmente vinculamos tristeza con depresión, no? Como si la tristeza tuviese que ser un requisito para decir que estamos en una situación depresiva. Sin embargo, cuando yo estoy en un contexto depresivo no siempre tiene porque aparecer tristeza. También es muy frecuente que aparezca irritabilidad. O sea que una cosa no es condición de la otra. En este sentido.
Jota: Y cómo puede una persona que está empezando con todo este proceso, porque muchas veces envuelves lo que dices, no te quedas en casa, estás. Y aunque todo sea para intentar evolucionar, pero tiendes un poco, a lo mejor a ponerte esa música más melancólica, a ponerte películas. Cómo debe gestionar esto una persona realmente para que la tristeza cumpla su función y que evolucionemos? ¿Es bueno poner esta música triste, estas películas más dramáticas, o cómo deberíamos actuar?
Patricia: Bueno, hay una parte necesaria de desahogo en todo esto, no? Fíjate que sabias, por decirlo así, son las emociones que nos llaman, nos dicen oye, que necesito salir, que necesito hacer acto de presencia. Y eso precisamente es el desahogo, esa necesidad por conectar con mi emoción, con identificarla, con darle el valor y el peso que tiene y poder sacarla hacia fuera. Entonces, efectivamente puede ser muy útil, pues esto que comentas de escuchar determinadas canciones, ver determinadas películas, también la parte de desahogo con otras personas, siempre que vaya en la línea de permitir que la tristeza esté aquí y exteriorizarla creo que es un camino adecuado y que estamos permitiendo que la tristeza esté ahí. Fíjate que todo esto pasa por identificar la emoción, por identificar que me estoy sintiendo triste y permitir que me acompañe. Si yo empiezo este camino, puedo permitir que la tristeza cumpla su función. Ahora, si nos empezamos a meter en un bucle, como decíamos anteriormente, en el que yo dejo otro tipo de actividades por continuar en esta parte de desahogo continuo, pues ahí quizás estamos, está siendo peor el remedio, como se dice, que la enfermedad, por nombrarlo de alguna manera.
Jota: Si. Te quería preguntar sobre esto porque yo he escuchado alguna vez que es bueno sonreír incluso aunque no te apetezca, no? Como forzándote para instaurar ese sentimiento, el simple hecho de ya de forzar la sonrisa te hace, no? Que te sientas más contento, saliendo un poco de la tristeza. Sería esto aconsejable o para nada? Si no, si no te apetece sonreír no tienes que forzarlo.
Patricia: Tiene mucho sentido lo que comentas, de hecho hay una alguna investigación, una investigación que recuerdo concretamente que a los participantes les hacían que sujetarse en un bol y entre los dientes horizontalmente, y fíjate que con esto lo que estaban haciendo era cambiar la expresión facial de la persona. Bueno, pues se encontró que este cambio totalmente artificial en la expresión facial tenía un efecto positivo en la percepción del estado de ánimo de la persona. O sea, entiendo el sentido, ¿no? Pero claro, si esto lo llevamos a la realidad, al día a día de la vida de las personas, bueno, hay veces que no tenemos porque forzarnos a sonreír o a tratar de sentir algo que en realidad no estamos sintiendo. Creo que esto puede llegar a generar frustración en la persona, de si jo, voy a este evento y tengo que sonreír, pero en realidad estoy sonriendo de una manera no genuina y entonces me siento frustrado porque debería estar disfrutando, porque debería de tal, empezamos como un poco a entrar en el bucle de la culpa y del reproche. Creo que si no apetece sonreír, bueno, pues no apetece sonreír, ¿no? Ahora vamos a tratar de continuar con esto, con nuestra vida, aún con la tristeza. Vamos a permitir que permanezca un tiempo a nuestro lado, pero sin que ello sea un factor limitante para continuar con nuestro día a día.
Jota: Y entonces sería más un propósito de encontrar algo que nos devuelva la felicidad o la alegría, algo que nos entusiasme para poder empezar a sentirnos mejor, más que forzarnos a sonreír sin sentirlo. Esa postura que tiene la persona triste, que a lo mejor está más encogida alrededor, con los hombros hacia delante, esa persona triste, cabizbaja y todo ese tipo de situación que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en alguien triste. No forzarlo, sino encontrar una motivación para seguir adelante. ¿Sería un poco por donde hay que ir?
Patricia: Eso es. Permitir que todo esto surja de manera natural y de forma espontánea. El volver a conectar con las actividades de la vida, el efectivamente plantearnos nuevos retos, nuevos proyectos que al principio quizás no generen mucha motivación, pero que poco a poco esa motivación va a ir apareciendo. Cuando yo hago es cuando eso tiene unos efectos. Esta idea de no hago algo porque porque no me apetece, voy a empezar haciéndolo, y la apetencia o la motivación vendrá después. Efectivamente, no creo que debamos de forzar nada, sino simplemente continuar con nuestra vida, plantearnos nuevos retos aún con tristeza, y permitir que de forma natural y espontánea, esa emoción vaya abandonándonos progresivamente.
¿Cómo debería actuar el entorno de una persona que está triste para ayudarle?
Jota: Claro, claro, claro. Y en esta situación que tiene la persona, el entorno, me imagino que también influye para bien y para mal. ¿Cómo debería comportarse ese entorno familiar, escuchar, forzar a salir? ¿O es mejor acompañar y ver esa película triste aunque no te apetezca? ¿Cómo debería comportarse un poquito el entorno de la persona?
Patricia: Fíjate que lo que ocurre cuando vemos a otra persona triste es que, por decirlo de alguna manera, que se produce como un pequeño efecto de contagio, como que somos seres humanos, empatizamos con las otras personas, por suerte. Entonces nos hace sentir incómodos el ver a una persona triste, el estar delante de una persona que está triste y esto en ocasiones nos puede llevar a tratar de que la persona deje de estar triste y así yo también dejo de estar incómoda no? Y es aquí cuando entran frases del tipo: “Bueno, no es para tanto, ya pasará, tú puedes con todo.” O la típica frase más entre adolescentes de: “no te rayes”, ¿no? Claro, lo que ocurre es que, fíjate, hablábamos antes de que la tristeza, una de sus funciones, es comunicar para buscar ese apoyo social. Si yo como persona que acompaña a la persona que está triste, no permito que se dé ese espacio de expresión emocional. La tristeza no puede cumplir su función de protección o de acompañamiento. Si yo no permito que la otra persona esté triste, la otra persona va a tratar de ocultar esa emoción de luchar contra ella y por lo tanto no va a poder cumplir esta función protectora, aunque nos salga instintivamente, porque la otra persona nos preocupe, porque no queramos que esté mal, tenemos que entender que la tristeza está ahí por algo y que es necesaria y que de hecho tiene un sentido porque se ha dado una situación en la vida de la otra persona. Entonces, quizás pueda ser de mayor utilidad dar un enfoque de acompañamiento en el que aceptamos la situación de la otra persona y aceptamos que eso le haga sentir triste. Generar un espacio de confianza facilitando el desahogo. Y la pregunta más importante de todas: ¿Qué necesitas? ¿Cómo necesitas que permanezca a tu lado, necesitas tu espacio, necesitas que vayamos a dar un paseo, necesitas que simplemente esté contigo sin que hablemos nada? ¿O prefieres que hablemos del tema? Preguntar a la persona qué necesita es fundamental para que se pueda generar ese espacio que decíamos en el que la emoción tenga un sentido. Entonces, en primer lugar eso, facilitar este proceso de acompañamiento, el no juzgar a la otra persona, no dejarnos guiar por esa prisa de quiero que se te pase esto. Y en segundo lugar, poco a poco pues acompañar a la persona a lo que necesite, el facilitar el que la persona pueda volver a conectar con su vida, el proponer planes, el mostrarnos disponibles para lo que la persona quiera, al final.
Jota: Y se sabe siempre por qué te está pasando, por qué te sientes así. Hablábamos de que es un motivo la pérdida, y a lo mejor, si has perdido un trabajo, o un familiar, o un tal, lo tienes claro, ¿no? Me ha pasado esto y estoy así. Pero ocurre siempre o hay veces que simplemente estás triste por lo que sea, ¿no? Una apatía general, o tienes algo concreto que sabes, me ha pasado esto y la solución, la puedes encarrilar más, me imagino si eres consciente de que lo ha originado.
Patricia: Efectivamente, siempre hay una causa, siempre hay algo que origina la tristeza. Lo que pasa es que dentro de esta causa es bueno, es multicausal. Hay muchísimas variables que influyen en esto desde el tiempo que hace, por ejemplo, en países en los que no hay apenas horas de luz, eso influye muchísimo en el estado de ánimo. Entonces, un montón de variables externas e incontrolables, pero también otras cosas que forman parte de la vida particular de cada persona. Y claro, dentro de estas múltiples variables hay veces que puede ser muy sutil o muy difícil de identificar exactamente qué es lo que está haciendo que hoy concretamente me sienta triste. Efectivamente, identificar estas causas permite que yo entienda el porqué estoy triste y por lo tanto que lo atribuya a algo pasajero y que por lo tanto pueda gestionarlo. Aunque hay veces que que es complicado de identificar, pero siempre hay cosas, siempre hay factores que hacen que nos sintamos tristes.
Jota: Genial. Genial. Patricia. Yo creo que se me ocurre, y dime si estoy equivocado, que podemos recomendar hoy a todos los que estén un poquito tristes, que se pongan una canción, una película. Y que después desahogarse un poco, que busquen, no? Que empiecen a buscar una motivación, algo que les entusiasme o que les pueda dar un pasito para sentirse un poquito mejor y que bueno, que tengan ese objetivo en la vida, de sentirse bien consiguiendo sus metas.
Patricia: Eso es. Eso es. Identificando o tratando de identificar, de hacer esta lectura de paro, acepto, asumo que estoy sintiendo tristeza y veo a ver por qué. Que ha pasado en mi día o que me lleva pasando unos días para que yo me pueda sentir así. Es fundamental el que nos permitamos sentir tristeza y que podamos vivirla y comunicarla tanto hacia nosotros mismos como hacia el exterior. De hecho estaba pensando que hay una película de dibujos que es “Inside Out”, “Del revés” de Pixar, que recomiendo a todos nuestros oyentes que la vean porque habla, bueno, el tema central son las emociones, pero en concreto, a través de esta película podemos ver cómo la tristeza ejerce un papel fundamental en la vida de la protagonista y como es necesario permitir que aparezcan determinados momentos. O sea que si no la has visto, te la recomiendo.
Jota: Pues no la he visto y me la apunto para verla.
Patricia: Estupendo.
Jota: Inside out.
Patricia: Eso es, “Del revés” en español.
Jota: Perfecto. Pues nada, pues apuntarosla todos para que la podamos ver y entender un poquito más todo esto que nos estás contando. No sé si hay alguna cosita que quieras añadir antes de despedirnos.
Patricia: Ummm. Bueno, quizás que todo esto tiene mucho más que ver o lo que puede llegar también a convertirse en un problema, ya no sólo cuando se convierte en algo crónico y entramos en ese bucle de situación depresiva, sino también el tema de aceptar todas las emociones, lo importante que es el que yo permita que las emociones hagan acto de presencia, si en nosotros, si nosotros no tenemos esa permisividad hacia nosotros mismos, de oye tengo derecho a sentir tristeza, o está bien sentir tristeza, me hace ser humano. Ahí es cuando se convierte también en un problema, porque lo que ocurre es que la emoción se enquista, se enquista y yo trato de tapar, la pongo tiritas, pongo tiritas, pongo tiritas, pero se va generando una infección por dentro, como con una metáfora, con una herida. Entonces es ahí cuando también se empieza a convertir en algo problemático. O sea, para las personas que nos estén escuchando, si identifican que tienen quizás esta dificultad para permitirse sentir determinadas emociones, en este caso hablamos de la tristeza, quizás sea algo que también haya que trabajar, el por qué ocurre eso, por qué no me permito experimentar estas emociones, que hay detrás de todo esto?
Jota: Genial, genial. Pues muy importante. Todo esto nos hace ver la tristeza de otra manera. Todo lo que nos has contado. Y nada, muchísimas gracias Patricia por darnos todos estos consejos y aclararnos todas estas cosas, que fíjate que todos podemos pensar que sabemos lo que es la tristeza y a mi me has descubierto prácticamente un mundo ahí, ¿no? Con todas estas cositas.
Patricia: Perfecto. Nada. Muchas gracias a ti como siempre y espero que pueda ser de utilidad para las personas que nos escuchan.
Jota: Por supuesto. Un saludo y hasta la semana que viene.
Patricia: Adiós. Un saludo.