154. El Trastorno Bipolar: qué es, cómo detectarlo y cómo vivir con él

Jota: Muy buenos días a todos, un día más aquí para hablar de salud mental y de nuevo estamos con nuestra querida amiga Ana Ballesteros, que como todos sabéis, es psicóloga sanitaria que trabaja con población adulta y adolescentes, aplica un enfoque cognitivo, conductual y además es una pieza fundamental del equipo de Psicología Online Avanzada. Muy buenos días, Ana, ¿qué tal? ¿Cómo estás? 

Ana: Buenos días, ¿qué tal? ¿Estás tú? Muy bien. 

Jota: Pues aquí deseando otro día más, aquí hablar. No sé si estoy deseándolo o no deseándolo. Estoy ahí que que sí, que no, que sí, que no. Porque bueno, hoy vamos a hablar del trastorno bipolar. Vamos a descubrir un poco qué es todo esto, pero así de momento a mí me parece que es alguien que se comporta de unas maneras distintas, unas veces de un extremo, otras veces otro. Pero si quieres, empieza contándonos un poco qué es exactamente este trastorno, el trastorno bipolar.

Qué es el trastorno bipolar y sus causas

Ana: Bueno, empezamos derribando ese mito, esa creencia de que es una persona que cambia de opinión constantemente y ya está. Se utiliza un poco en el coloquialismo, es cierto, pero es verdad que es un trastorno mental, que es un trastorno del estado de ánimo. Es un trastorno, además, crónico, es decir, es algo que está presente durante toda la vida de la persona y se caracteriza por tener episodios depresivos, que la depresión sí que la conocemos un poquito más, y episodios de manía o hipomanía, que explicaremos un poquito más adelante qué significa esto, este nombre tan raro de un episodio maníaco. Entonces, evidentemente, no es una persona simplemente que cambie de humor, por supuesto, sino que es un trastorno mental en sí mismo que debe ser tratado. Y bueno, que se conocen algunas cosas sobre su etiología, es decir, de dónde proviene esto, cómo se produce. Sabemos que tiene una fuerte heredabilidad, que evidentemente cuando hablamos con un paciente que tiene trastorno bipolar, solemos revisar el árbol genealógico para ver si se ha podido presentar en alguno de sus familiares, pero no sabemos al 100%, cuál es el gen asociado y lo que sabemos sobre los factores psicosociales, es decir, los factores ambientales que producen en la persona. Sabemos que puede ser desencadenantes de episodios mucho más intensos, episodios mucho más largos, más crónicos, un desencadenante más rápido. Pero no sabemos mucho más sobre su etiología, pero evidentemente es un trastorno mental con todas las letras que se debe de tratar. Son personas que necesitan tanto de la farmacología como de la terapia. 

Jota: Entonces, por lo que nos has dicho, tienen dos estados, de ahí se da el nombre de Bipolar. Uno es el depresivo y otro, has comentado que es la fase maníaca. 

Ana: Exacto. 

Jota: Lo de la depresión es verdad, que hemos hablado muchas veces de ello y que más o menos lo entendemos.Pero esto de la fase maníaca… 

Ana: Claro, suena difícil, suena como algo fuerte, digamos. 

Jota: Cuéntanos qué es exactamente esta fase maníaca. 

Fase maníaca e hipomaníaca: síntomas y riesgos

Ana: Pues la fase maníaca se caracteriza por un estado de euforia muy grande. Hay una gran hiperactividad. De hecho, suele haber alteración del sueño. Esas personas durante la fase maníaca pueden estar sin dormir apenas, no sienten que tengan que dormir, a veces no sienten ni siquiera que tengan hambre. Eso también va asociado muchas veces a aquí, sí, este estado de ánimo muy irritable, de ira, pueden tener enfados constantes, enfados sin ningún tipo de estímulo que esté asociado. Es decir, no está bien explicado ese enfado. Una disminución también de, ya lo he dicho, del sueño, de la necesidad de comer, incluso. Hay un pensamiento acelerado también, tienen ideas como muy rápidas, fugaces. De repente se me ocurre montar un negocio, gastarme todo el dinero en eso. Hay conductas de riesgo, como el gastar mucho dinero, la conducción temeraria. Y muchas veces está asociado al consumo y abuso de sustancias. Por eso también hay que tener un control sobre estas personas, porque en una fase maníaca aguda pueden echar su vida a perder, incluso. Mucha impulsividad también, incluso a veces puede ir asociado a ideas delirantes, a pensar que no sé, que Dios a lo mejor me ha encomendado una misión, algo así. Luego también está la fase hipomaníaca, que no llega a ser una fase maníaca completa, sino que todos estos síntomas que digo están mucho más disminuidos. Y no siempre una persona que tiene un trastorno bipolar llega a una fase maníaca tal o tiene todos los síntomas de los que hemos hablado, pero más o menos se asociaría a esto. Hay como una excitación muy grande, habla muy rápido, unas ideas muy locas en ese momento y de manera muy rápida y, por supuesto, como ese estado de euforia. Ellos realmente en ese momento se sienten bien, porque tú imagínate que estás en un momento de euforia, en el que crees que todo es posible, en el que vas a montar el negocio de tu vida y vas a gastar todos tus ahorros ahí porque te va a ir maravillosamente bien. Entonces, no lo sufren, entre comillas, pero claro, cuando ya empiezan a tener conciencia de enfermedad, es muy importante empezar a identificar cuándo se está entrando en este estado para que el paciente pueda empezar a regularse. Y como digo, siempre debe ir acompañado de la medicación, no solamente aquí entramos los psicólogos, sino que los psiquiatras son muy importantes. 

Episodios depresivos y riesgo de suicidio

Ana: Ahora mismo, digamos que el medicamento que más se suele dar para ese trastorno es el litio. Pero bueno, es verdad que también hay otras medicaciones. Y el estado depresivo, por añadir un poquito, que aunque ya lo conozcamos, la anhedonia, que es no disfrutar de las cosas que me gustan, esta inactivación que te genera la depresión. Y en el trastorno bipolar están muy asociadas las ideas y los pensamientos suicidas. De hecho, hay un riesgo bastante elevado. Hay una mortalidad relativamente elevada por suicidio en personas con trastorno bipolar, por lo que vuelvo a recalcar que es muy importante que tanto esas personas como incluso los familiares vayan a terapia. 

Jota: Vale. 

Ana: Mucha información. 

Jota: Y me han surgido miles de preguntas. Vamos a empezar por alguna sencillita, y es: estas fases, ¿cuánto suelen durar? Porque no sé si en el mismo día puedes pasar por estas fases o duran semanas o ¿cuánto es lo habitual o puede variar? 

Duración de las fases y tipos de trastorno bipolar

Ana: Sí, puede variar en las personas. Si es de tipo ciclotímico, si hay ciclotimia, significa que no suelen entrar al 100% en las fases. Es decir, estoy algo deprimido, estoy en fase hipomaníaca, pero no suelo tener un episodio completo de manía o un episodio completo depresivo. Luego está la ciclación rápida, que esto significa que son personas que entran muy rápido en cada una de estas fases, pero generalmente suelen durar un tiempo, digamos, unas semanas, por ejemplo, incluso los periodos depresivos pueden durar meses. También hay un tipo que es estacional, que durante las estaciones de otoño-invierno, por ejemplo, aparece la fase más depresiva y luego empiezan a entrar en episodio maníaco en primavera o verano. Entonces, va a depender mucho de cada persona y va a depender también de los factores externos, evidentemente, de cómo es la vida de la persona. Si tengo problemas familiares o en el trabajo y de relaciones de parejas sentimentales, todo eso va a favorecer a que esos episodios se puedan dar de manera más rápida, más aguda y más persistente en el tiempo. Lo que nosotros intentamos lograr es que haya eutimia. La eutimia es un estado normal, como el que estamos tú y yo ahora, no estamos ni de manera eufórica ni en estado depresivo. 

Ana: Y no siempre están en manía o en depresión, muchas veces están en eutimia o están en esta ciclotimia de no llego a entrar en uno y en otro. Entonces, entre la medicación y la terapia, se trata de que el estado sea de eutimia el mayor tiempo posible y poder prevenir que haya un estado depresivo agudo o una fase maníaca en la que aparezca el abuso de sustancias o cualquier otra conducta de riesgo que pueda incluso, que pueda estar en riesgo incluso la vida de la persona o de algún familiar. 

Jota: Has comentado, dentro de la fase maníaca, este estado eufórico, que no necesitan dormir ni comer, que están viviéndolo a tope, que parecía que ya fueran drogados en esta fase. Pero aún así dices que es común que consuman sustancias. ¿Por qué van a consumir sustancias si ya parece que la han consumido? Es un poco como si ya estás ahí. 

Ana: Sí, bueno, no siempre se está en este estado tan exaltado. Evidentemente, no siempre se está en este estado tan agudo, pero sí, muchas veces va asociado al abuso de sustancias. Así que imagínate esa euforia asociada con un abuso de sustancias. O sea, evidentemente hay un peligro y puede haber muchos cambios conductuales en esa persona. Ya te digo, esa persona no suele tener malestar en la fase maníaca, que es un poco lo que desde fuera nos puede llamar la atención. De hecho, las personas con trastorno bipolar suelen sufrir mucho más la depresión, porque es cuando entran en este estado de no querer vivir. Pero es cierto que tanto la manía como la depresión, ambas tienen riesgo para la persona, tanto por el abuso de sustancias, la conducción temeraria, el gasto de dinero, por ejemplo, como, por otro lado, los pensamientos suicidas que aparecen muchas veces. Entonces, tanto en una fase como en otra, tenemos que tener muchísima precaución. Tanto si conocemos a alguien, tenemos un familiar o si, evidentemente, tenemos a un paciente en terapia. 

Jota: ¿Qué hace que pases a una fase o a otra? ¿Habrá algo que lo desencadene? ¿O puedes pasar porque sí? O sea, ¿qué sucede? 

Ana: Depende de cómo se desarrolla el trastorno en la persona, de cómo sea su sintomatología. Generalmente, se va estudiando un poco cuáles son los ciclos de esa persona. Hay personas, de hecho hay dos tipos, está el tipo uno y el tipo dos. A lo mejor hay personas que solamente han tenido un episodio maníaco en toda su vida y luego solamente han tenido fases depresivas. Siempre que se ha entrado en un episodio maníaco sería el tipo uno, y el tipo dos se caracteriza por los episodios depresivos y episodios hipomaníacos, no llegas a la manía. Entonces, dependiendo de cada tipo, entrarás o no más en uno de esos estados. Y como digo, los factores externos o estacionales. Si yo, por ejemplo, soy de tipo estacional, probablemente yo ya sé que a partir de septiembre, octubre, voy a entrar en fase depresiva. O que si estoy en mayo, junio, puedo entrar en esta fase ya hipomaníaca. Entonces, dependerá del curso de cada persona y de los factores externos, evidentemente. De repente una ruptura sentimental, a lo mejor puede detonar uno de esos… Yo a lo mejor estoy en eutimia y quizá una ruptura sentimental, por ejemplo, puede arrollar mi vida y precipitar que yo entre en uno de esos estados. Entonces, se intenta prevenir conociendo cómo ha sido el curso del trastorno en el paciente, pero no siempre se da de la misma manera y hay veces que puede ser algo impredecible. 

Jota: Por lo que comentas de las fechas, ¿es normal entrar en ese periodo de depresión cuando llega el frío y en euforia cuando llega el verano. O sea, que si estás en el Polo Sur, pasará en otros meses, que has dicho hay unos meses. Si nos está escuchando alguien en Argentina, igual es al revés. 

Ana: Entiendo que sí ocurriría de esa manera, pero no todas las personas que tienen trastorno bipolar son de tipo estacional, ojo. Es decir, hay personas que sí entran en este tipo, otras que no, otras que, como digo, son de ciclación rápida, otras que son de ciclotimia, es decir, no entramos 100% en ninguno de los episodios. Y luego hay personas que están en eutimia mucho tiempo porque han conseguido regularse, su vida está bien. Es decir, también dar una perspectiva positiva de que cuando hay un tratamiento y cuando sobre todo, hay una psicoeducación, que es entender bien mi trastorno, que mi terapeuta me explique lo que me pasa, cuáles son las fases. La prevención es crucial para no entrar en estos estados, tanto de la manía como de la depresión, que puedan tener un riesgo para mi bienestar. Entonces, también dar esta perspectiva positiva de que se puede regular muy bien y que hay personas que logran tener una vida completamente normal. 

Cómo se diagnostica el trastorno bipolar

Jota: Cuando no has sido diagnosticado y estás… O sea, ¿cómo es la primera vez que dices algo me pasa o hay alguien a tu lado que dice: Oye, tiene pinta de que puedas ser bipolar, pasas de la euforia y tal a estos momentos de depresión. ¿Cómo sucede en una persona y cuándo se detecta normalmente? 

Ana: Como te digo, depende un poco de cuál sea el carácter del trastorno de cada persona. Lo que más suele llamar la atención desde fuera son las fases maníacas, porque es lo más raro, lo que no solemos ver. Cuando una persona está en fase depresiva, lo podemos quizá confundir con una depresión mayor. Entonces, aquí habría que hacer lo que se llame un diagnóstico diferencial, es decir, de los diferentes diagnósticos que tienen similitudes en cuál está el paciente, y hay que hacer, evidentemente, entrevistas, incluso pasar pruebas, etcétera. Pero lo que más suele llamar la atención a los familiares es cuando entran en fase hipomaníaca o maníaca, porque no es normal ver a un familiar tuyo con esa euforia tan grande, gastándose el dinero, teniendo ideas delirantes, que de repente yo cojo hoy un viaje a Japón, por ejemplo, cuando a lo mejor no tengo muchos ahorros, y me estoy cogiendo un vuelo. Es esta euforia de pensar que lo puedo todo, de que… Bueno, sí, de este chute de energía, de hiperactividad, de repente duerme muy poco. Entonces, lo que yo he solido escuchar de parte de los familiares, suele venir más de estas fases porque suelen llamar más la atención. Es cierto que estamos medianamente acostumbrados, entre comillas, a en algún punto poder estar deprimidos, que nos ocurra alguna decepción en nuestra vida y no encontrarnos bien. Entonces, puede ser relativamente más común ver a una persona en un estado depresivo y confundirlo quizá con una depresión. Pero sí que es verdad que desde fuera lo que más llama la atención son las fases maníacas, la irritabilidad, de repente la ira, de repente se pone a gritar, no entiendes por qué. Y esto es lo que más suele llamar la atención a los familiares, lo que más suelen referir cuando vienen a consulta y tienen esta preocupación por un familiar o cuando se lo dicen al propio familiar. Es lo que yo más he detectado, que es esta fase como más inusual, digamos, en las personas. 

Jota: Luego, en su día a día, en el trabajo, cómo afecta tener un tipo de trastorno como este, en el que pases por estas fases? Si tienes un trabajo normal, vas a una oficina, unas veces vas deprimido, otras veces vas queriendo salvar la empresa, imagino. 

Ana: Claro. 

Jota: ¿Cómo afecta? 

Ana: Bueno, pues aquí cuando ya tienes conciencia de enfermedad, empiezas a estar atento a todos esos síntomas y a prevenir lo que generalmente te solía pasar. Si tú generalmente en este estado hipomaníaco, digamos, discutías mucho más con tu jefe, te tirabas 14 horas trabajando, pues tratar de regular desde ahí. Necesitas dormir, tenemos que regular todo lo fisiológico, tratar de prevenir estas conductas impulsivas también. Cuando ya hay conciencia de enfermedad, esa persona puede lograr regular eso todo, regular mucho más. Incluso a veces, valernos del propio trastorno, si estás en fase hipomaníaca, puede ser una fase, incluso de creatividad, de trabajar más, porque a lo mejor luego va a haber una fase en la que no te apetezca hacer nada. Entonces, a veces te puedes valer, incluso de esa euforia, para trabajar en alguno de tus proyectos cuando sabes que luego puedes pasar a esa fase depresiva, es que incluso puede ser una ganancia, entre comillas, cuando ya te conoces y sabes cómo estás, si sabes que vas a entrar en fase depresiva o que estás ahí, valerte mucho de tus recursos personales, del apoyo familiar, trabajar mucho con esas ideas de no querer estar en el mundo, de sentir que tu vida no vale nada. 

Ana: Y por supuesto, la medicación es lo que más ayuda a regular todo esto en este sentido. Es muy importante que haya un tratamiento farmacológico y, como digo, al final es una condición crónica. Entonces, cuando tu ya te vas estudiando, te vas conociendo, lo vas trabajando en terapia, hace que puedas regularte mucho más y que tu vida la puedas llevar con normalidad y que las personas que tienes en tu entorno al final te conozcan, conozcan que esto tiene que ver, que esto está contigo, que va a estar contigo siempre. Y que los familiares también tengan esa parte psicoeducativa, creo que es crucial. A los padres o a la pareja, hablar sobre esto abiertamente para que la persona que está contigo entienda y que sepa que esto no es un arrebato, que no es que te estés volviendo loco, sino que es un trastorno que va a estar contigo siempre. 

Jota: Claro. Entiendo que pasando por estas fases, es normal que estas personas acudan a un especialista y que no se queden en el olvido, que no queden sin tratar. Entiendo que una vez que pasas por algunas fases, no es como otros trastornos que hemos hablado alguna vez, que a lo mejor dar el paso de pedir ayuda es más complicado. Una vez que se sabe que se tiene este trastorno y el paciente está con la ayuda de un psiquiatra y de su terapeuta o su psicólogo, entiendo que puede vivir de una manera normal y bastante ajustada. Cuéntanos un poco cómo se trabaja, en este caso, en conjunto y cómo acaba siendo la vida de una persona bipolar, pero bien tratada. 

Tratamiento y vida con trastorno bipolar

Ana: Sí, se ve una diferencia abismal entre una persona que no está tratada, la descompensación es brutal, los problemas interpersonales son muy grandes, en los trabajos también. O sea, esa persona, que si no está tratada, no logra al final tener una vida estable, lo más probable. Entonces, la diferencia es muy grande conforme una persona viene a terapia. La primera parte, super importante, es regular la medicación que le va a venir a esa persona, como vemos, generalmente es el litio, pero existen otras, que lleve ese tratamiento farmacológico con su psiquiatra. Y luego también en la terapia, lo primero es la psicoeducación, es decir, explicar al paciente qué es todo esto, hablar con los familiares. Este abordaje terapéutico es el inicial y para mí es el más importante, que la persona se conozca. Algo que yo hago mucho es una tabla de síntomas. ¿Quién quién soy en eutimia, quién soy en fase maníaca o hipomaníaca y quién soy en fase depresiva? Para que esa persona ya vaya viendo si esa sintomatología está apareciendo. Pues de repente me dice: ‘Mira, Ana, estoy notando ya que tengo menos ganas de dormir, siento que otra vez estoy ansiosa y hiperactiva.’ Entonces, ya empiezan a ser síntomas de que estamos entrando en esta escalada. 

Ana: Entonces, entre la medicación, ese conocimiento que tenemos, que las personas de tu entorno conozcan cuáles son tus síntomas de riesgo, esa persona sabe que cuando entra en esa fase, generalmente coge el coche a una velocidad muy alta, por ejemplo. A lo mejor, prevenir que eso ocurra, etcétera. Hacer mucha prevención de esas conductas de riesgo, super importante para preservar, evidentemente, lo primero, el bienestar de la persona. Y luego, dependiendo de la sintomatología que haya, por ejemplo, si estamos en fase depresiva y tengo una visión horrible de mí mismo, trabajar con esa visión de uno mismo, la autoestima. En ese momento trabajaremos como si tuviésemos a un paciente que está en depresión, la activación conductual, tener esa rutina, hacer cosas, trabajar con las ideaciones o pensamientos intrusivos, con reestructuración cognitiva, o sea, dependerá en la fase en la que se encuentre, será un abordaje u otro, pero siempre entendiéndolo como un trastorno bipolar y que puede haber ciclos y episodios distintos. Pero, repito, siempre tiene que haber un tratamiento farmacológico y un tratamiento terapéutico. 

Jota: Genial. Oye, a mí me has abierto la visión, lo tengo bastante claro. Me ha venido a la cabeza alguna persona que conozco, que no sabía dónde encajar y digo: Vale. Pero muchísimas gracias por toda esta información y espero que todos hayan aprendido muchísimo. Te veo pronto en otro episodio. 

Ana: Espero que sí. Te veo muy pronto. Hasta luego. 

Jota: Chao, chao.

Ana Ballesteros psicologa Online

Autor: Ana Ballesteros

Ana Ballesteros es una experimentada psicóloga especializada en las áreas forense y sanitaria. Su trayectoria abarca la atención a menores y adultos, y actualmente se dedica principalmente a la psicoterapia con enfoque cognitivo-conductual.

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