Jota: Muy buenos días a todos. Un día más aquí para hablar de salud mental y de nuevo estamos con nuestra querida amiga Paula Massa, que como todos sabéis, es psicóloga experta en terapia online, con más de 20 años haciendo terapia, más de ocho haciéndolo de forma online. Y además, es supervisora del equipo de Psicología Online Avanzada. Muy buenos días, Paula. ¿Qué tal? ¿Cómo estás?
Paula: Buenos días, Jota. Encantada de estar aquí.
Jota: Sí, yo también estaba deseando hacer otro podcast contigo y que siguiéramos hablando de estas cosas tan interesantes que hablamos siempre. Hoy hablamos de otro tema que mezcla varias cosas, porque al final, cuando tienes una enfermedad, la que sea, te afecta psicológicamente, que es otra enfermedad, se te añade ahí otra. Entonces, hoy vamos a hablar de cuando tienes una enfermedad crónica. Cuéntanos un poco qué tipo de enfermedad estamos hablando y qué es esto de cómo te llega a afectar a la salud mental.
Qué son las enfermedades crónicas y cómo impactan en la salud mental
Paula: Bueno, enfermedades crónicas, nos referimos a todas aquellas enfermedades que van a generar, desde el momento en el que se nos diagnostican, un compromiso con nuestra salud, que van a generar un seguir un tratamiento que van a provocar tener que pasar por determinadas revisiones y evaluaciones constantes para analizar y valorar el avance de la enfermedad y que van a requerir de un autocuidado. Se entiende por enfermedad crónica aquella que no tiene hoy por hoy una curación, pero que tampoco tiene por qué ser algo 100% limitante y que de la misma manera en que cuando se recibe el diagnóstico se siente como una invasión, no hay que entender que esta invasión va a perdurar de por vida. Es precisamente de esto, de lo que queremos hablar, de cómo afrontar algo así, porque al final no deja de haber muchas creencias y muchos pensamientos desde el primer momento, que luego, sin embargo, no se cumplen.
El impacto emocional del diagnóstico: del shock a la aceptación
Jota: Claro. ¿Qué ocurre en una persona cuando le dan esta noticia de que tiene alguna enfermedad? Puede que haya algunas personas que ya lo sepan, que no tienen que darles la noticia, que vivan con ello. Estoy pensando ahora mismo en el hijo de un amigo que es diabético y ahí quizá la noticia es más para los padres, es diabético de nacimiento y entonces vive con ello todavía. Pero, ¿cómo lo asume un paciente este primer mensaje que le llega normalmente de un médico avisándole que tiene una enfermedad que probablemente le dure para siempre?
Paula: Hombre, pues es un shock, es un palo, es algo que afecta, que afecta como de una forma bastante aguda, de forma bastante intensa, genera una serie de emociones que, como te decía al principio, requiere de trabajarlas, de observarlas, de abrazar esas emociones y entender que aunque las estamos sintiendo con gran intensidad y en esos momentos pueden ser recibidas como con mucha invasión, al final se puede trabajar con ellas y conseguir que se transformen. Y así será, y así será efectivamente. O sea, eso mismo que piensas y que sientes en el momento del diagnóstico, no lo vas a pensar y sentir igual a medida que avance el tiempo. No estoy queriendo decir con esto que sea una cuestión de tiempo el afrontamiento de la enfermedad, pero el proceso de afrontamiento está ubicado en el tiempo. Hace falta que pase tiempo para poderlo llevar a cabo. Y es ahí donde trabajaríamos en terapia, en ese proceso.
Jota: Sí, entiendo que la personalidad de cada persona va a influir mucho en este sentido. Yo he leído en algún momento que cuando te ocurre un accidente o te enteras de una noticia como esta, que a los seis meses vuelves a vivir en el mismo estado que tenías en el momento que te ocurre o que te dan esa noticia, que si eras una persona feliz y alegre, vuelves a ese estado, si tenías otra situación. No sé si estos tiempos se cumplen y dependerá de muchas cosas.
Paula: Hablar de tiempos, en cuanto a lo que se refiere a nuestra mente y a nuestras emociones, es difícil. Pero sí, sí puede servir un poquito como guía para orientarnos y es un poco lo que te estaba diciendo. Al final, no es que sea una cuestión de tiempo, pero son procesos ubicados en el tiempo. Y nuestro objetivo primordial es que volvamos a ser los que éramos antes, quizás antes de recibir el diagnóstico o incluso más. Es decir, que hayamos crecido y que nos hayamos fortalecido, porque hacer ese trabajo de aceptación también es importante. Es decir, no se trata de recurrir a la negación, que en un momento dado, dada la intensidad de nuestras emociones, es un mecanismo de defensa, pero hay que dar un salto a esa negación y marcarnos el objetivo de la aceptación. Y es cuando llegamos a esa aceptación, cuando podemos volver a ser los que éramos antes o incluso mejores.
Las etapas emocionales y el proceso de duelo en enfermedades crónicas
Jota: ¿Cómo se vive todo esto desde que te enteras, hasta que pasados esos seis meses o dos años o el tiempo que necesitemos cada uno para volver a ese estado inicial o mejore? ¿Cómo es el recorrido que se hace?
Paula: Se va pasando por una serie de etapas. Como hablábamos en el duelo, al final esto también es una especie de duelo, porque es la pérdida de la salud. Y entonces, en ese sentido, puede tener una cierta similitud. Vamos pasando por una serie de etapas donde nuestras emociones, nuestros sentimientos van cambiando. Es como una procesión de sentimientos, de diferentes sentimientos, a los cuales es muy importante abrazar, a los cuales es muy importante observar, entender, comprender desde nosotros mismos, trabajar la autocompasión en ellos y permitirnos, y permitirnos y validar. ¿De acuerdo? Porque hay sentimientos intensos y sentimientos fuertes, como puede ser el miedo, como puede ser la tristeza, como puede ser la desesperanza, incluso. El permitirnos y validarlos, estos sentimientos, nos va a ayudar a pasar a la siguiente fase, donde, por ejemplo, aparecen otros sentimientos nuevos que quizás sí que sean más adaptativos, que sean más adecuados y vayan más en dirección a este objetivo final, que como te decía antes, es la aceptación.
Enfermedades degenerativas y la necesidad de readaptarse continuamente
Jota: ¿Influye de alguna forma que lo que nos ocurre sea algo que te pasa? Vas a necesitar… No sé, imagínate que has tenido un accidente y has perdido un brazo o una extremidad, la que sea, y simplemente es aprender a vivir así. O si lo que te ocurre es otra enfermedad degenerativa que va a ir evolucionando con el tiempo y puedes estar empeorando a lo largo de tu vida, en tu situación? ¿Influye en algo esto, o una vez que ya sabes que esto te puede pasar, lo empiezas a asumir y ya no importa el grado de cambio que haya a lo largo de la enfermedad?
Paula: Pienso que sí que influye, si que influye el hecho de que sea no una línea constante, no que lo esperable de la enfermedad, de aquello que se nos haya diagnosticado, vaya a mantenerse dentro de una constante, dentro de lo que cabe, dentro de lo cambiante, que es nuestra vida, que es nuestro cuerpo, que son las circunstancias, sino que ya sabemos que es una enfermedad, a lo mejor degenerativa, que igual se manifiesta y que se da a base de brotes, por ejemplo, como existen algunas. Entonces, el trabajo de afrontamiento es diferente. Claro, porque en una enfermedad así, que va evolucionando, como si dijéramos, en cada paso que va dando la enfermedad, debemos de hacer como un microtrabajo también, de nuevo, de aceptación, de adaptación, de entender, de duelo, incluso, porque ha podido suceder una pérdida más. No es lo mismo que en un caso en el que hay una constancia, que quizás ese trabajo se haga de una forma más profunda y más intensa al principio y luego ya, queden como asentadas unas bases. En una enfermedad de este tipo, se hace ese trabajo inicial, que será también más intenso y más profundo. Se asentarán unas bases de las cuales aprendes muchísimo y que van a servir para otras próximas fases. Pero aún así, en cada fase, es importante pararse, volver a observar tus emociones, volver a escucharte, volver a entenderte. Ya tienes una parte muy importante trabajada, y es que esa parte de la escucha, de la aceptación, del abrazar tus emociones, lo has practicado, lo has entendido y te ha funcionado. Entonces, es volverlo a hacer en distintas épocas, en distintos momentos según la enfermedad te vaya sorprendiendo.
El papel de la terapia psicológica en el afrontamiento de una enfermedad crónica
Jota: Yo aquí veo que en esta situación en la que te enteras de que tienes una enfermedad, tienes que pasar, probablemente, por muchos médicos, pruebas, empezar a entender lo que te pasa y cómo controlarlo, tomar medicamentos, diagnósticos o cosas. Muchas cosas no relacionadas con la medicina. Y probablemente hay una parte que nos sería muy útil, que es acudir a terapia para afrontar todo esto que nos dices, que te lo puedes saltar porque nadie te lo está diciendo o… Sin embargo, te vendría muy bien y a lo mejor, tampoco tienes muchas ganas de añadir un extra ahí en ese momento. ¿Qué sería lo recomendable en este caso?
Paula: Yo recomiendo en esos casos en los que ya hay como una saturación médica de consultas, etcétera. No hay que olvidar que venir a terapia no es acudir a una consulta médica. No somos médicos, pero sí que se puede parecer bastante. Entonces, claro, ya estás como agotado. Has pasado por pruebas, has pasado por, a veces, incluso tratamientos, has pasado por muchas consultas médicas y además añadir una más, pues quizás no te apetezca nada. Entonces, yo en estos casos lo que recomiendo es dar un poco cabida a esa parte más técnica, donde estás recogiendo información, que esa información va a ser muy importante, porque te va a ayudar de alguna manera, aunque producirá un efecto ambivalente, ya que por un lado cada vez que recibimos una noticia o nos van dando información, es bastante probable que nos haga daño. Pero al mismo tiempo es información y esto nos ayuda a tomar el control. Y eso es algo que para nuestro cerebro es muy importante, tomar el control. Porque cuando recibes un diagnóstico de este tipo, sientes que lo pierdes. Entonces, estar recabando esa información va a ser siempre de mucha utilidad y así se lo transmito a las personas que se puedan estar encontrando en este momento en algo así, que aunque no estén haciendo un trabajo más emocional o un trabajo más psicológico, que por lo menos entiendan que en el momento en el que están recogiendo esa información, están trayéndose un material muy importante que luego más adelante, no tiene que ser mucho más tarde, cuando ya todo más o menos esté asentándose, ya haya pasado todos esos procedimientos médicos, etcétera, entonces sí que puedas recopilarlo todo y traértelo a consulta. Y entonces, es ahí el momento igual más idóneo para pedir ayuda, para pedir ayuda de este tipo, ayuda psicoterapéutica.
La importancia del entorno y el apoyo familiar sin sobreprotección
Jota: ¿Qué ocurre con el entorno cuando te enteras de esto? Pues tu pareja, tu familia, tus amigos. ¿Cómo pueden ayudarte? ¿Cómo pueden apoyarte? Y si es normal que te entiendan y te comprendan ante lo que estás pasando.
Paula: Al principio, no. Al principio es bastante fácil que te encuentres con una incomprensión, con demasiada presión, con exigencias, incluso por parte de aquellos que más te quieren. ¿Por qué? Porque a ellos también les toca emocionalmente. Entonces, claro, salen mensajes muy del tipo que son muy válidos, pero claro, dependiendo del momento en el que lleguen, pueden suponer cierta presión, como la del: ‘Venga, vamos a poder con esto, tienes que ser fuerte, venga, no te derrumbes.’ Cuando, sin embargo, lo que en esos momentos necesitas es alguien que te diga: ‘Derrumbate, si lo necesitas, sácalo todo.’ Pero, ¿qué es lo que ocurre? Pues tú piensa en alguien a quien quieras mucho. Si le ves derrumbado, si le ves llorando, si le ves hablando de emociones que no son nada cómodas de sentir, si le ves sufriendo, lo primero que te va a salir es evitar ese sufrimiento. No te gusta oírlo, no te gusta escucharlo. Es bastante fácil que salga un poco esa barrera de protección.
Jota: También se me ocurre que puede haber otra gente que sienta que tiene que ayudarte mucho y protegerte. Y a lo mejor sobreprotegerte.
Paula: Igual te atosiga también.
Jota: Te atosiga de: ‘Yo voy a hacerlo todo por ti, te voy a cuidar.’
Paula: Protejo, exacto.
Jota: Y que te invalide: No te muevas, ya voy yo. Y que a lo mejor eso tampoco sería…
Paula: Claro, hay algo muy importante en el proceso que puede llegar antes o después, pero es recuperar de alguna forma tu normalidad. Y eso significa que hay cosas en las que, por mucho que estés viviendo un momento importante porque te han diagnosticado una enfermedad, la enfermedad no ha de ser la protagonista de tu vida. La enfermedad no te define. Hay muchas cosas que conservas y que preservas. Entonces, claro, si ese acto sobreprotector por aquellos de quienes te quieren, se da, pueda ser que incluso supriman esa parte en la que todavía puedes y no te sientes limitado y no te sientes… Bueno, pues eso, absorbido por la enfermedad. O sea, en esos momentos en los que la enfermedad no está presente, está bien que tú saques adelante aquello que preservas. Evidentemente, no ayuda, no ayuda la sobreprotección, sin duda. La sobreprotección, ya lo sabemos, siempre atrofia. Así que sí, mostrar un apoyo, mostrar un acompañamiento y mucha comprensión dentro de la dificultad que emocionalmente para la persona que acompaña, puesto que tendrá un vínculo personal con la persona que está sufriendo el diagnóstico, sea difícil.
Jota: Cuando la noticia de esta enfermedad es sobre tu hijo, tu hijo pequeño, ¿cómo gestionas esto? Claro, tu hijo a lo mejor es tan pequeño que ni siquiera es consciente que le pasa nada o puede ser que ya sea un poquito más mayor y sí sepa que le ocurre algo. Pero claro, la gestión de todo esto la tienen los padres, que son los que van a gestionar esto. ¿Cómo lo deben hacer?
Paula: Bueno, al final es verdad que aquí el proceso de afrontamiento quizá se enfoca más en ellos. Y aquí es un poco lo mismo, pero en ellos. El abrazar y escuchar y observar sus emociones, sus propias emociones al respecto de lo que está pasando, será importante. El poderlo contar a otras personas. Siempre contar aquello que está pasando, sirve de bastante ayuda. Pedir ayuda, por supuesto, y no adoptar un poco esas actitudes de las que estábamos hablando de sobreprotección al niño o de atosigarle, porque como tú bien dices, a lo mejor él ni siquiera se está enterando. Y los niños tienen muy buenos mecanismos de defensa. Esto es muy importante que los padres lo sepan, porque muchas veces se nos olvida que los niños, cuando hay algo que no pueden procesar, se protegen muy bien y rápidamente nos hacen saber que aquí ya he recibido demasiada información, que con esto ya no puedo y hasta aquí. Y gracias a esos mecanismos de defensa, que por desgracia cuando somos adultos perdemos, tienen mucha facilidad para enfrentarse y afrontar situaciones de este tipo. Y siempre entenderlo dentro de que es una faena y que es algo que no te apetece que pase a tu hijo, al final no va a dejar de ser algo que le haga grande, que le fortalezca, que le haga adoptar y asumir una herramienta bastante importante que luego va a necesitar y que le va a ser muy útil en otros momentos de su vida, como es la del ser resiliente.
Perspectivas para afrontar una enfermedad crónica: emociones, autocuidado y resiliencia
Jota: Claro. ¿Hay algo más que quieras contarnos que sea importante para estas personas que están pasando por una enfermedad crónica o algo similar, que sea importante para ellos?
Paula: Sí, yo quiero que sobre todo recuerden que aquí hay un abordaje desde tres perspectivas diferentes. Una es la emocional, que es lo que principalmente hemos dicho que se trata de entender tus emociones, saber que se va a producir una sucesión de emociones que aunque no sean cómodas vivirlas y sentirlas hay que pasar por ellas y que el mostrarse comprensivos con uno mismo y encontrar un lugar, como por ejemplo el de la terapia, para poderlas expresar, para poderlas entender, para poder hacer esto de abrazarlas, les va a venir muy bien. Pero esa es solo una dimensión del afrontamiento de la enfermedad. Luego está otra dimensión que es como más física o más conductual, que es la basada en hábitos y está muy basada en el autocuidado, en cuidar funciones tan importantes como es el sueño, el llevar a cabo una buena alimentación, practicar ejercicio físico en la medida de lo posible, en aquello en lo que la enfermedad no limite. Siempre ese autocuidado físico va a favorecer muchísimo también al afrontamiento y va a ayudar mucho a la calidad de vida en general, independientemente de cuál sea la enfermedad. Y luego ya hay como una dimensión más vital, que es la que está basada en el aprendizaje, que el pasar por una situación así genera, que al final fortalece y que como te estaba diciendo, ayuda a desarrollar esa herramienta tan importante que es la resiliencia, que nos va a servir para otras muchas situaciones en nuestra vida. Entonces, el verlo así desde esas tres dimensiones, creo que ayuda bastante, que hace entender más a lo que nos vamos a someter y que al final hasta hace recibir un poco el proceso con esperanza. ¿De acuerdo?
Jota: Muy importante todo esto que comentas. Yo me he quedado con un mensaje que has dicho antes, que me parece que es la clave y es que la enfermedad no sea la protagonista de tu vida.
Paula: De tu vida, por supuesto que no y no te tiene que definir, por mucho que sea invasiva y que sea engorrosa y molesta. No, no, no te define en absoluto.
Jota: Perfecto. Paula, muchísimas gracias por otro capítulo estupendo y espero verte muy, muy pronto otra vez.
Paula: Ahí ya estaré, Jota.
Jota: Chao, chao.
Paula: Adiós.



