138. ¿Soy demasiado sensible o me están haciendo daño realmente?

Jota: Muy buenos días a todos. Un día más para hablar de salud mental y de nuevo estamos con nuestra querida amiga Paula Massa, que como todos sabéis, es Psicóloga Experta en Terapia Online, con 20 años de experiencia haciendo terapia, más de siete haciéndolo de forma online y además es supervisora de casos y apoyo del equipo de Psicología Online Avanzada. Muy buenos días, Paula, ¿cómo estás? 

Paula: Buenos días, Jota. Encantada de estar aquí contigo. 

Sensibilidad vs. Daño Real

Jota: Estaba deseando volver a hablar contigo sobre otro tema de salud mental y no sé si estamos lo suficientemente sensibles para arrancar con este tema. Cuéntame. 

Paula: Bueno, que si estamos sensibles, no pasa nada. Las emociones son válidas, todas ellas. 

Jota: ¿Qué ocurre con estos sentimientos cuando hay una persona que parece o que le están haciendo daño, que siente que, no sé, que todo el mundo a su alrededor le provoca estar incómodo? ¿Esto ocurre? ¿Es una persona demasiado sensible? Cuéntanos un poco qué ocurre aquí. 

Paula: A ver, a la pregunta del título de nuestro podcast, que es: ¿Soy demasiado sensible o de verdad me están haciendo daño? Yo contestaría que ambas cosas. ¿Por qué? Porque además es una pregunta muy frecuente que nos hacemos en muchas de las sesiones de psicoterapia, que los pacientes se hacen. ¿Por qué te decía que yo diría que ambas cosas? Bueno, pues porque… Estaréis siendo sensibles desde el momento en el que lo siento, ¿no? Ese daño. Ser sensible no es malo. Ser sensible es detectar que algo está pasando ante lo que tengo que tomar medidas. Si me están haciendo daño o no, pues a lo mejor no me lo están haciendo, pero yo lo estoy sintiendo. O sea, a lo mejor la persona que tú consideras que ejecuta ese daño, realmente no lo está haciendo o al menos no tiene la intención, pero tú lo estás sintiendo, con lo que, por tanto, ambas cosas serían válidas, ambas opciones cabrían en la misma respuesta. ¿Qué ocurre? Bueno, pues que muchas veces, no, muchas veces no, siempre, de la realidad, al final, lo que nosotros procesamos, la realidad que poseemos sólo se corresponde con la verdad en un 0,5%. Esto no lo podemos olvidar. Es decir, que de la realidad que nos estamos contando nosotros mismos nos equivocamos en un 99,5%. Y estos son estudios científicos que nos reflejan, que nos demuestran esto que está pasando en nuestra cabeza, con lo que, por tanto, nuestros pensamientos no son nada más que propuestas de nuestro cerebro y debemos de aprender a darlos por válidos o no, a cuestionarlos, basándonos en esto, en que no somos poseedores de la realidad, simplemente nos sentimos ante ella. 

La Percepción de la Realidad y la Sensibilidad

Jota: Estamos hablando mucho desde el principio de ser sensible o estar sensible o ser demasiado sensible. Cuéntanos un poco qué significa exactamente ser sensible. 

Paula: Bueno, ser sensible significa algo tan simple como sentir. Sentir. Y hablamos de sensibilidad emocional, pero a veces las personas altamente sensibles, además tenemos un podcast que hablamos sobre ello, también tienen sensaciones más intensas. Es decir, a nivel de sentidos, a nivel de oler, a nivel de oír, les pueden llegar a molestar incluso más ciertos ruidos o ser más sensibles a ciertos olores. O sea, que ya no estamos hablando solo de emociones cuando hablamos de sensibilidad, sino que también hablamos de sensaciones. 

Jota: Claro, pero aquí, además, hay una persona que está percibiendo, aunque sea de manera incorrecta, como nos decías, que le están haciendo daño. ¿Por qué una persona se puede estar inventando que le están haciendo daño? ¿Qué es lo que hay detrás? 

Paula: No se lo está inventando, se lo está contando de esa manera. Y no pasa nada, porque quiera confrontar con ese hecho, con esa, entre comillas, realidad, no nos olvidemos que es una realidad muy, muy relativa. Pero sí con, por ejemplo, el agente de ese daño, confrontar por qué me estás haciendo esto o para qué me estás haciendo esto, o mejor hacerlo desde un punto de vista más asertivo, que también tenemos algún capítulo por ahí que hemos hablado de ello, sino desde el cómo me siento, me siento dolido con esto que está pasando. Hablamos desde el cómo me siento. Entonces, es contrastar, es confrontar. Quizás esta pueda ser una opción. Pero si no existiera la posibilidad, entonces podemos un poco volver a esa norma que nos dice algo así como que no podemos cambiar lo que sucede fuera de nosotros, pero sí podemos cambiar la relación que tenemos con ello. Entonces, se trataría de encontrar una nueva forma de relacionarme con esto que está pasando. Se trataría, en resumidas cuentas, de contármelo de una forma diferente. Intentar encontrar alternativas. Un detalle también importante, un dato que hay que tener en cuenta. Nuestro dolor, nuestro sufrimiento, es directamente proporcional a lo que está sucediendo, perdón, a la distancia que existe entre lo que está sucediendo y lo que nos gustaría que sucediera. Entonces, a lo mejor esa persona que está sintiendo ese dolor, que le están haciendo ese daño, en realidad lo que le está doliendo no es tanto eso que se le está haciendo, sino que hubiese esperado que se hiciera una cosa diferente. No sé si aquí me estoy poniendo demasiado compleja. 

Expectativas y Dolor Emocional

Jota: Bueno, pero creo entenderlo. Es que tú estás esperando ciertas cosas que no están ocurriendo o que están ocurriendo de una manera distinta, y eso es lo que te está produciendo el daño. 

Paula: En realidad, es lo que me duele, que no esté sucediendo lo que yo esperaba que iba a suceder. Depende mucho de las expectativas que yo tuviera. 

Jota: Probablemente, en esta situación que nos estás explicando, la otra persona no está intentando hacerte daño ninguno. Lo que pasa es que tú esperabas que ocurrieran ciertas cosas y te duele que no esté pasando. 

Paula: E incluso olvidémonos un poco de la intención de la otra persona, porque ahí no podemos hacer nada. A lo mejor la otra persona tenía esa intención de hacernos daño. Pero yo, al final, de lo que me tengo que hacer responsable es de mi dolor, no de la intención o no de la otra persona, sino de mi dolor. ¿Y cómo me puedo hacer responsable de él? Pues quizás teniendo esta conversación conmigo misma. ¿Es esto lo que me duele y esto qué está pasando, es tan doloroso? ¿O a lo mejor es que yo esperaba que sucediera esto otro? Que no estoy diciendo con esto que no tengamos expectativas ante las situaciones, pero es como hablarnos de una manera más honesta. Es como, pues eso, lo que te decía, cambiar un poco nuestra relación con lo que nos contamos. 

Jota: Pero claro, dices que a lo mejor otra persona quería hacernos daño. También eso influirá bastante. Depende de la relación que tengamos con esa persona, igual deberíamos tomar medidas. Si nosotros realmente pensamos que nos está queriendo hacer daño, deberíamos alejarnos de esa persona. 

Paula: Sí. Y aunque llegaramos a la conclusión de que no nos está intentando hacer daño, si es una persona que finalmente no me viene bien, no me sienta bien, igual también tenemos que tomar medidas. Pero volvemos a lo mismo, las medidas dependen de mí, no tanto del otro. No porque el otro no tenga ninguna intención en hacer lo que me está haciendo sentir. A lo mejor no es una persona con la que yo me sienta cómoda o me sienta a gusto en mi vida, con lo que, por tanto, a lo mejor prefiero alejarme. Puede ser una forma de también asumir la responsabilidad sobre esto que estoy sintiendo. 

Jota: ¿Hay alguna forma de que podamos identificar que realmente hay algún tipo de intención de que nos están haciendo daño? Para diferenciarlo de que yo soy sensible. ¿Habrá alguna forma? A lo mejor si la otra persona está ahí invalidando lo que yo hago, lo que yo digo, o si hay alguna dinámica de manipulación o de poder, algún tipo de maltrato verbal, psicológico. 

¿Cómo Manejar Situaciones de Daño Percibido?

Paula: A ver, es que yo lo que quiero aquí un poco transmitir es la idea de que nos olvidemos de alguna forma de la otra persona y encarguemonos de lo que de verdad nos podemos hacer cargo, que es de nosotros mismos. ¿Hay alguna forma de saber si la otra persona de verdad tenía la intención o no? Preguntándoselo. Pero, ¿tú crees que te contestaría? 

Jota: Ya, pero a lo mejor… Bueno, incluso aunque sea una cosa que estoy yo notando. Si yo creo que la otra persona no me deja expresar o cada vez que yo expreso algo me invalida, si me hace sentir inferior, si por la razón que sea no estoy cómodo en esa situación, una de las medidas que debería tomar sería alejarme ante ese daño que yo estoy sintiendo. 

Paula: Sí, como te decía, es otra manera de tomar, de asumir la responsabilidad sobre lo que estoy… 

Jota: ¿Cómo podría cambiar, si no, esa situación? Porque puede haber que sea una persona de la que es difícil alejarse, si es un familiar que me lo voy a tener que encontrar en circunstancias en las que nos encontramos, irremediablemente, o alguna otra situación. ¿Cómo puedo hacer para intentar estar lo menos posible con una persona con la que no me siento a gusto? 

Paula: A ver, a nivel psicológico, a nivel mental, podemos dejar ir. Nos podemos alejar de las personas. Y esto significa que si yo, por ejemplo, no me gustara el comportamiento de alguien a quien tengo que tener a mi lado, quizás pueda verlo con una cierta independencia. Quizás pueda permitirme entender que el problema es de esa persona, no mío, con lo que, por tanto, yo no me voy a hacer cargo y voy a intentar en la medida de lo posible, y esto es autoprotección, que a mí no me afecte, porque es de alguna manera como si yo me estuviera responsabilizando de lo que está haciendo el otro. Y volvemos un poco a repetir: yo me puedo responsabilizar de lo que yo hago y de lo que yo siento. Y cuidado, que yo aquí no estoy diciendo que con que nos responsabilicemos de nuestras emociones o de nuestro dolor, es que lo cambiemos y que nos sintamos como unas castañuelas a partir de ahora. No, no, no. Me responsabilizo de mi dolor significa que este dolor que siento, lo siento de una manera consecuente y habiéndomelo contado como yo realmente me lo quiero contar. Y haciéndome cargo del dolor que estoy sintiendo. Pero es que a veces es un dolor insufrible. Entonces, para que no me bloquee, para que no me paralice, para que me permita avanzar en mi vida, es cuando me conviene quizás encontrar otra manera diferente de contármela, que puede ser simplemente aparcarlo. Y entender que, por ejemplo, existen otros aspectos de mi vida a los que les puedo centrar atención y no tengo que estar siempre focalizada ante ese dolor. Si ese dolor fuera invasivo, me impediría estar mirando otras áreas de mi vida. Así es como definimos un problema en psicología. Un problema es problema cuando empieza a resultar desadaptativo, cuando empieza a afectar a otras áreas de nuestra vida. Mientras lo sepamos, acotar en el área, en el aspecto en el que ha surgido y ahí se quede. Bueno, lo estamos sabiendo manejar. 

Cuando el Problema Persiste en Diferentes Ámbitos

Jota: Si nosotros detectamos que no es una cosa de que este daño venga de una única persona, sino que nos sentimos atacados o perseguidos o dañados por muchas personas en diferentes ambientes, me estaría dando señales también de que hay algo que está fallando en mí, ya sea de percepción o igual no me estoy comportando correctamente. ¿Cómo deberíamos actuar ante eso? 

Paula: Mira, a mí me parece que uno de los sesgos cognitivos que tendemos a cometer es el de la totalización. No sé si es la palabra el de totalizar, vaya, el de generalizar. Cuando decimos siempre, nunca, todo, nada, en nuestros pensamientos, en nuestros argumentos, ahí ya hay sesgo, ya hay error. Porque es imposible que todo sea siempre. Que siempre sea nunca. Que nunca sea siempre o que nada sea todo, vaya. 

Jota: Ya, pero me parece importante si yo estoy recibiendo daño y me siento sensible con una persona, está claro que puede haber un problema con esa persona, que me puede estar tratando mal y tal. Pero si me pasa en el trabajo, me pasa con mi familia, me pasa con algunos amigos, me pasaba de pequeño, me pasa ahora, según estoy creciendo, o soy yo que soy muy sensible y hay algo que me afecta más de lo normal, estoy percibiendo a lo mejor las cosas de una manera incorrecta y voy siempre buscando algo incorrecto. O a lo mejor mi forma de ser no gusta y estoy siendo de alguna forma desagradable para los demás que hace que me ataquen? 

Paula: Dudo que no le guste a nadie. Dudo que no guste en ninguna de las áreas de tu vida. Tampoco es que sea muy sensible. Por muy sensibles que seamos, ser sensibles no es un problema. Ser sensible simplemente es una característica de nuestra personalidad. Por muy sensibles que seamos, que esa sensibilidad se focalice en el dolor, en el daño, es un sesgo, es un error. Es a eso a lo que me refiero. Entonces, ya es lo que te decía, cuando aparece un todo, un nada, un siempre, un nunca, ya es algo donde se nos tiene que despertar la alarma para decir, cuestiona ese pensamiento. En realidad, todos nuestros pensamientos los podemos cuestionar. Insisto, son propuestas de nuestro cerebro. Una propuesta la aceptamos o no. Te vienes a tomar un café, pues mira, ahora no puedo. Eso es una propuesta. Eso es lo que hace nuestro cerebro con nuestros pensamientos. No le demos tanta credibilidad. No están en posesión de la verdad. No son la realidad. 

Jota: Sí, vale. Entiendo. Quieres decir que si yo soy una persona sensible y estoy siempre viendo las partes negativas de lo que se me está ofreciendo, debería cuestionármelo y cambiar esa percepción. Pero podría estar pasando que no sea una percepción, sino que sea real. 

Paula: Podría estar pasando la profecía autocumplida. Como yo ya tengo esa idea preconcebida de que en todas las áreas de mi vida provoco rechazo o no gusto o me hacen daño, yo ya voy a ir con esa predisposición, de tal forma que o filtro la información y me quedo con aquello que corrobora mi hipótesis, o incluso yo misma me puedo acabar comportando de esa manera que genere ese rechazo. ¿Cómo? Pues a lo mejor siendo antipática, poniéndome la defensiva, contestando mal. 

Jota: Claro. ¿Qué medidas? Entiendo que esa persona está sufriendo, está teniendo una situación incómoda. 

Paula: Seguro, seguro. 

Buscando Ayuda: La Importancia de la Terapia

Jota: ¿Hay alguna forma de que pueda tomar alguna medida para corregirlo? ¿Es necesario que acuda a terapia para hacer o realizar algún tipo de cambio? ¿Qué debe hacer esta persona? 

Paula: Yo acudiría. Acudiría a terapia porque creo que este tipo de etiquetas, incluso que nos colocamos a nosotros mismos, vienen instauradas desde hace mucho tiempo. Hemos estado durante mucho tiempo aprendiendo a pensar así. Entonces, de lo que se trata es de desaprender y volver a aprender. Es un trabajo que no es difícil, pero sí es una ardua tarea. Con lo que, por tanto, es un trabajo muy de meticulosidad y creo que en terapia es donde mejor lo podríamos hacer. Desde luego, por ti mismo, tú solo, cuando siempre has tenido un formato de pensamiento, que además ha llevado a esta negatividad y a esta percepción de ti mismo, incluso hablaríamos de una baja autoestima, un mal concepto de ti mismo, porque al final lo que te estás diciendo, aunque en un principio parece que tienda a la victimización, nadie me quiere o caigo mal a todo el mundo, también te estás diciendo, por tanto, que a lo mejor no eres una persona que se merezca ser querida. Y estar con este discurso, contigo mismo, siempre, evidentemente, produce mucho dolor. 

Jota: Me has hecho verlo de una forma que inicialmente no tenía y creo que has dado muy buenas claves para la gente que se esté sintiendo así, que busquen ayuda y que inicien el cambio para que empiecen una vida mejor, ¿no? 

Paula: Exacto, exacto. E insisto, o sea, que todas nuestras emociones son válidas, por supuesto, tengámoslo en cuenta y siempre vienen con una función y son adaptativas. El problema es cuando no lo están siendo, cuando no están siendo adaptativas. Entonces, ahí a lo mejor se nos debe de despertar una alarma que es la de la mala gestión. A terapia muchas veces acudimos solamente, bueno, solamente, que es mucho, a trabajar nuestra inteligencia emocional. ¡Animo! ¡Animo a que se venga a ello! 

Jota: Pues muchas gracias, Paula, por otro capítulo estupendo y espero verte muy pronto de nuevo. 

Paula: Gracias a ti, Jota. Encantada de estar aquí. 

Jota: Chao, chao. 

Paula: Adiós.

Paula Massa Terapia Online

Autor: Paula Massa

Psicóloga experta en terapia online con 20 años de experiencia haciendo terapia.
7 años haciendo terapia online.
Supervisora de casos y apoyo del equipo de POA.