137. La Vergüenza

Jota: Muy buenos días a todos. Un día más aquí para hablar de salud mental y de nuevo estamos con nuestra querida Ana Ballesteros, que como todos sabéis, es Psicóloga Sanitaria que trabaja con población adulta y adolescentes, aplica un enfoque cognitivo conductual y además es una pieza fundamental del equipo de Psicología Online Avanzada. Muy buenos días, Ana. ¿Qué tal? ¿Cómo estás? 

La vergüenza y su impacto en nuestra vida

Ana: Buenos días. ¿Qué tal? ¿Eras vergonzoso cuando eras adolescente o por ahí? Que es una etapa… 

Jota: Y ahora mismo… 

Ana: Ya, también. 

Jota: Sí, sí, sí. Yo llevo siendo vergonzoso toda mi vida. Mira, ya me pongo nervioso. Y otra cosa es que no me enfrente a ello, pero sí que lo siento, siento ahí que soy vergonzoso, sí. 

Ana: Se pasa mal, eh? 

Jota: Sí, sí, sí, regular. 

Ana: Yo me acuerdo toda la adolescencia, claro, luego al final la vida te lanza a no poder serlo, porque tienes que hacer muchas cosas que implican no ser vergonzoso y te tienes que exponer. Pero yo recuerdo antes, o sea hasta pedir unas pipas en un sitio, o sea es que no… super mal. 

Jota: Yo ir a la panadería a comprar pan ya lo paso mal. 

Ana: Sí? Ostras. 

Jota: Sí. Pero creo que es culpa del sistema formativo, la educación… 

Ana: Sí, la educación. 

Jota: Que no se nos expone lo suficiente, que cuando, por lo menos antes, ahora no lo sé, pero cuando te exponías a hacer algo, estabas con más miedo de ser criticado, de las risas de tus compañeros, de tal, no era un espacio seguro donde te pudieras expresar fácilmente. Y eso condiciona mucho. Yo creo que eso ha cambiado bastante, y si no lo ha hecho, lo debería hacer. Pero desde luego, antes no era así. 

Ana: Es que yo creo que, claro, el colegio, instituto, a veces es un lugar un poco cruel donde, a ver, si tú eres adulto y estás haciendo una exposición y te trabas o lo que sea, evidentemente ningún adulto se va a reir de ti, pero un niño sí. Entonces, entre niños y demás, creo que… no es que los niños sean crueles por sí, pero bueno, pues tienen una forma de ser mucho menos ajustada a las normas sociales. Entonces, si alguien se traba o lo que sea hablando en público, pues jajaja, y tú eres un no sé qué. Entonces, claro, eso también… pero bueno. 

Jota: Pero ahí está el adulto responsable de ese aula, que debería poner un poco y decir: Oye, no os riáis, que os puede pasar a cualquiera, tal, quitar la importancia y… 

Ana: Sí, y valores también de casa. 

Jota: Claro, entonces hay muchas cosas que antes no sucedían. Ahora a lo mejor es distinto, ya te digo, pero desde luego era un ambiente en el que… 

Ana: Hostil, ¿no? 

Jota: Empujaba a que fueras vergonzoso, tímido y te diera un poco respeto enfrentarte a ciertas cosas. 

Ana: Sí, es que yo creo que lo único que se hace así, las pilas de exposiciones orales o algo así, que odias hacerlo, que lo pasas fatal y que no creo que te ayuden. Entonces, bueno, sí, que es verdad que creo que no hay mucho apoyo para superar todo esto y de verdad se pasa muy mal, porque al final la vergüenza es la emoción que aparece del juicio social. Tú consideras que tu conducta, lo que sea que vayas a hacer, va a tener un juicio social negativo, de sensación de ridículo, de que se pueden reir de ti o que pueden pensar algo. Entonces, ese miedo al juicio se instaura de una manera que te acaba condicionando en el día a día y afecta muchísimo también a la autoestima. Es decir, al final tu valoración, la valoración que haces de ti mismo es mucho más negativa de la realidad. Así que bueno, decir a la gente que la vergüenza se puede trabajar y que se puede mejorar mucho. Evidentemente, yo siempre que una persona muy vergonzosa le digo: No vas a ser la persona más sociable del mundo, habladora. No, es decir, al final esto tiene un componente de personalidad también. Cada uno tenemos un carácter, somos de una manera y no es algo negativo tampoco el ser vergonzoso. Pero sí que es verdad que se puede trabajar sobre todo para no pasarlo mal, no tener ansiedad y no estar todo el día con este juicio interno o pensando en que te van a valorar negativamente.

Origen y desarrollo de la vergüenza

Jota: Claro, hombre, como te contaba antes, lo he sufrido, pero además creo que lo que comentas es totalmente cierto y enfrentarte a ello te hace abrirte. Yo sigo sintiendo esa vergüenza, pero me enfrento yo. Me he enfrentado muchas veces. He tenido que exponerme en ciertos sitios, en muchos trabajos, en muchas situaciones en las que no me ha quedado más remedio y lo he pasado fatal, pero al final, cuando ves que no pasa nada, te puedes enfrentar un poco mejor a ello. Aparte de que muchas veces, enfrentándote a estas cosas, consigues cosas que si no lo hicieses, no las consigues nunca. Entonces, merece la pena. Pero cuéntanos tú la verdad, no sé si tiene sentido todo lo que hemos hablado, el origen y desarrollo de la vergüenza. Hemos hablado de la infancia, si es ahí donde se… si es algo más innato. Cuéntanos un poco y así sabemos a lo mejor, ¿Por qué? 

Ana: El origen, ¿no? El porqué. 

Jota: Sí, por qué la gente es vergonzosa. 

Ana: Bueno, pues si nos vamos a cuando nacemos, cuando somos muy pequeños, tenemos un carácter. Si tú comparas a varios bebés, cada uno tiene un carácter. Uno duerme más, duerme menos, uno llora mucho, otro no, otro es súper tranquilo. Ese es un carácter con el que nosotros nacemos. Y después se forma lo que es la personalidad, los rasgos de personalidad, es decir, quién eres tú. Que eso no solamente depende de ese carácter que nosotros tengamos, sino de nuestras vivencias. Evidentemente, si he vivido vivencias muy negativas en el entorno social, puede propiciar a ser una persona más vergonzosa, si me han valorado negativamente o si mis padres no me han ayudado construir una buena autoestima. A lo mejor he tenido padres muy sobreprotectores, por ejemplo, puede haber muchos factores contextuales que faciliten que una persona sea más vergonzosa. Pero independientemente de ese origen, lo más importante es conocer que hay muchos recursos para trabajar esa vergüenza. Y algo muy importante que tú has dicho es que luego me doy cuenta de que no pasa nada. Esto es cierto. ¿Por qué? Porque la vergüenza tiene una parte muy anticipatoria de: Yo creo un montón de escenarios en los que eso de lo que va a ocurrir es negativo, de que el juicio social va a ser negativo, pero en la mayoría de los casos eso no se cumple. Es decir, yo hago esa acción y no ocurre nada. Es decir, nadie se está riendo de mí, ni nadie está diciendo nada malo de mí, ni siquiera un juicio social negativo, o sea, probablemente sea un juicio social neutro o muchas veces positivo. Entonces, sí hay una parte de nuestro carácter, que somos nosotros mismos, y esa personalidad que se va forjando a lo largo del tiempo. Y luego también importante, muchas veces confundimos la vergüenza con ser introvertido o extrovertido, y no necesariamente es lo mismo. Una persona introvertida no tiene por qué ser vergonzosa. Una persona introvertida es una persona que tiene mucho mundo interior y que no necesitan mejor tanto estímulo social o externo para estar bien. Y una persona extrovertida es una persona que necesita mucha estimulación para poder sentirse bien y no necesariamente va ligado, pero sí que es cierto que yo creo que la mayor parte de personas extrovertidas creo que sí que son menos vergonzosas, quizá tienen una parte social más desarrollada. 

Cómo influye la infancia en la vergüenza

Jota: Claro. Entonces, por lo que vemos, sí que esa infancia influye un poco en esta situación. 

Ana: Claro. 

Jota: ¿Qué debemos evitar que se exponga, sobre todo si somos a lo mejor adultos, padres y tal, que tengan nuestros hijos para que no sean vergonzosos? O incluso los profesores en sus aulas, que también tienen cierta influencia. 

Ana: Bueno, pues incentivar mucho que se desarrolle en diferentes áreas. Por ejemplo, en el área social, si, por ejemplo, en el grupo del colegio no tiene muy buenos amigos, pues le apunto a otras cosas para que se pueda desarrollar socialmente. El desarrollo social facilita no tener esa vergüenza, a abrirme, a exponerme al final. Luego también un desarrollo personal de hacer alguna actividad que le guste, porque cuando nos sentimos bien con nosotros mismos, tenemos una valoración positiva de nosotros mismos, tenemos menos ese sesgo de que los demás van a pensar mal de mí, porque yo ya me estoy valorando positivamente. Luego, ayudar mucho a los logros y a los fracasos. Si yo a mi hijo lo incentivo a desarrollarse, le premio con los logros, él va poco a poco a sentirse mejor consigo mismo. La autonomía también es importante para favorecer la autoestima. Es decir, que en los momentos adecuados, en el momento adecuado se vaya a dormir a casa de un amigo, por ejemplo, o que vaya a esta excursión, es decir, que vaya un poco acorde con su edad a ir pasando por esas etapas de la vida. Favorecer la autonomía, favorecer la seguridad en uno mismo es muy preciso, sobre todo la parte social, porque al final la vergüenza está directamente relacionada con la parte social. 

Jota: Bueno, pues son cosas importantísimas para crecer como persona, como adultos, y evitar esa vergüenza, que creo que es fundamental, y has pasado así un poco por ello, el tema de la autoestima. 

Ana: Sí, super importante. Sí, al final la autoestima se va forjando a lo largo de nuestra vida. Tiene que ver con muchas áreas, es confiar en uno mismo, es hacer una valoración positiva de uno mismo, es respetarse, es cuidarse. Entonces, cuando yo tengo una autoestima ajustada a la realidad, una autoestima que es positiva, está ajustada a quién soy, es mucho más difícil pensar que los demás me van a valorar negativamente. Si yo sé que soy una persona capaz, que tengo estas habilidades, que me conozco, probablemente me de menos vergüenza exponerme o al menos me de menos miedo ese juicio social. No quiere decir que todas las personas que tengan vergüenza tengan una autoestima baja o negativa, porque es lo que digo, también hay algo que tiene que ver con nuestro carácter personal y eso es innato y tampoco tenemos por qué cambiarlo. Una persona que es vergonzosa o tímida, pues probablemente no sea la persona más abierta del mundo y no pasa nada. Pero sí que es cierto que hay una parte en la que a lo mejor esa autoestima no está muy bien ajustada, a lo mejor tengo un entorno social pobre, un entorno social que quizá me ha hecho daño, unos padres que a lo mejor no han favorecido a que yo me valore de la mejor manera, etcétera. Es como que todo al final va sumando. 

Jota: Claro. Ya hemos pasado por la infancia, hemos crecido, llegamos con nuestras vergüenzas y nuestra autoestima un poco tocada. ¿Qué podemos hacer para mejorar todo esto y no tener vergüenza, poder ir tranquilo a los sitios, comprar pan sin preocuparte o lo que necesites? 

Estrategias para superar la vergüenza

Ana: La clave principal es la exposición. Si yo no me expongo a las situaciones que me dan miedo, siempre me van a dar miedo. Tenemos que imaginar el miedo como una montaña. Yo escalo esa montaña del miedo, llego arriba y cuando ya lo he hecho, el miedo va bajando, estoy un poquito más aliviado. ¿Qué pasa? Que si no lo hago nunca, al final esa montaña es cada vez más grande, más grande, más grande, y cuando lo haga, me va a costar muchísimo más y va a ser más difícil, porque he generado muchísimos escenarios, porque no me estoy atreviendo y al final también me siento mal conmigo mismo por no estar haciéndolo. Por tanto, la exposición es muy importante a situaciones sociales que me den vergüenza, por supuesto, de manera gradual. Luego también es muy importante con quién me relaciono. Es decir, las personas con las que me relaciono favorecen esa sensación mía de no abrirme de vergüenza, de timidez o favorecen que yo esté bien, que esté a gusto, que me abra poco a poco, que me apetezca comunicarme. O sea, al final hay que revisar mucho cuáles son mis amistades, qué relación tengo con mi familia, porque como digo, la parte de la vergüenza está directamente relacionada con la parte social. Entonces, un entorno sano siempre favorece que yo no sea tan tímido o que al menos en mi entorno tenga un entorno de… Si me he enfrentado al trabajo, algo muy difícil para mí, luego tener un entorno social de apoyo y de seguridad en el que me siento yo mismo. Creo que es muy importante para las personas tímidas tener alguien con el que decir: Me siento yo, no tengo que estar fingiendo que soy así, que soy simpático, que tal, porque muchas veces las personas que son tímidas enmascaran mucho y tratan de ser alguien que no son, pero no porque quieran ser falsos, sino porque tratan de tapar esa vergüenza. Entonces, creo que es muy importante después tener esa persona o ese entorno con el que estoy relajado. Ya, soy yo, ya está, esa persona me conoce, y probablemente con esa persona no seas nada tímido. Creo que esto pasa un poco, es decir, la persona con la que más confianza tienes: ¿eres tímido?, ‘qué va, con mi mejor amiga soy, no sé qué.’ Y es como, vale, no hace falta que seas así con todo el mundo, porque no pasa nada. Pero tener un entorno social con el que poder estar relajado, ayuda mucho también a enfrentarme a todo eso. Luego también ayudar mucho a la parte mental, es decir, esos escenarios negativos probablemente no ocurran, hacer lo que le llamamos en terapia, hacer reestructuración cognitiva de esos pensamientos, es decir, no hay casi evidencia de que esto vaya a ocurrir, vamos a generar un pensamiento alternativo un poco más amable. Lo más probable que ocurra es que cuando, como tú dices, vaya a comprar el pan, me pregunten qué es lo que quiero, pague y me vaya. O sea, probablemente no ocurra nada más. Entonces, trabajando esa parte de esos pensamientos intrusivos y negativos, me ayuda mucho. Y ser un poquito compasivo conmigo mismo, porque lo que digo, si creo que lo hago todo, es que lo voy a hacer fatal, ostras, pues igual no, vamos a tratarnos un poquito mejor. 

La vergüenza en la era digital: redes sociales y exposición pública

Jota: En la actualidad, ahora mismo, hay un mundo, un universo nuevo que no existía antes, las redes sociales, los videos. Estamos aquí metiéndonos a través de las ondas digitales por todos los sitios. Pero la gente se está exponiendo de otra forma distinta a como se hacía antes, las redes, lo que comentábamos. Entonces, ¿hay algo que esté generando mayor vergüenza? Porque fíjate, por un lado, la gente se expone más de otra forma, no cara a cara con la persona, sino a través de una pantalla. Pero hay cancelaciones, hay comentarios negativos. Todo eso, ¿qué caldo de cultivo se genera ahí para la vergüenza? 

Ana: Ya. Pues mira, por un lado, te diría que todo esto puede ayudar a una persona vergonzosa, porque no es lo mismo la exposición en vivo con alguien que a lo mejor, aquí estoy grabando un podcast, estoy en mi entorno seguro, yo no veo las personas que me están oyendo. A lo mejor si tuviese que decir, si tú y yo estuviésemos en un sitio en el que nos estuviesen escuchando personas que interactúan con nosotros, a lo mejor podríamos a estar más nerviosos, ya que creo que, por una parte, puede ayudar un poco a la vergüenza, pero por otra están, como tu decías, comentarios negativos, bueno pues, esa exposición muchas veces no favorece a que yo me sienta bien conmigo mismo. Por lo tanto, lo que yo diría es: Si tú te vas a exponer a las redes sociales, tienes que estar muy preparado para lo que te vas a encontrar en ellas, si no, no lo hagas. Porque al final, si vas a subir fotos y esas valoraciones te van a sentar mal, si te vas a exponer de X manera y te va a sentar mal, quizá no estás preparado para esa exposición. Y luego también decir a la gente que lo que ocurre de verdad es el día a día. Es decir, es mucho más importante que tú sepas relacionarte con las personas con las que… con el grupo de amigos que has conocido los viernes, que que te expongas en redes sociales, porque es una exposición como a medias, realmente. Entonces, la exposición en vivo al final es lo que cuenta. 

Jota: ¿Y puede ocurrir que la gente, haya personas que le pase que en redes sociales se sienten cómodos, que puedan grabar sus vídeos y sus cosas y que como están solos, como comentas, lo hagan sin problemas y que luego en el mundo real tengan una barrera y que no sepan enfrentarse y que tengan muchas limitaciones ahí por la vergüenza? 

Ana: Claro, por eso las redes sociales yo no las demonizo. Es decir, nos pueden brindar muchísimas cosas, pueden ser muy positivas, pero tienen que ser en su justa medida. Si yo solamente estoy conociendo amigos por internet, no? Es como que a esa persona tenemos que incitarla a que eso ocurra en la vida diaria, no? A que el día de mañana, si voy a un curso de no sé qué y una chica me cae bien, pues que le pueda decir: Oye, ¿te apetece tomar algún día?. No sé qué. Es decir, poder hacer amistades en el día a día, como hablábamos también en el episodio en el que hablábamos sobre Tinder y demás, pues creo que eso también favorece a: Me enmascaro un poco, me quedo aquí. Y yo creo que las redes sociales realmente no ayudan a relacionarnos en el día a día, más bien lo contrario. 

Jota: Y en el otro lado, ¿si nosotros detectamos que tenemos en nuestro entorno una persona que es vergonzosa, ¿podemos ayudarle de alguna forma, animarle o no, o apoyarle de alguna forma para que pierda esa timidez, esa vergüenza? 

Ana: Sí. Bueno, si esa persona quiere ser ayudada, sí, como en todo. Muchas veces, intentamos ayudar a una persona que a lo mejor en ese momento como que no está preparada para dar el paso, pero sí que siempre que te muestres disponible a alguien a quien quieres para ayudarle, creo que siempre es positivo. Entonces, creo que como entorno, lo que podemos hacer es favorecer esa confianza de esa persona, ser capaces de decirle las cosas que hacen bien, las cosas que nos gusta de esa persona, es decir, ayudarles un poco en ese ajuste de la autoestima y un poco incentivarles. Pero, por ejemplo, incluso los padres, creo que si yo estoy percibiendo que mi hijo es muy tímido, creo que debo incentivar precisamente a romper un poco esa barrera. O sea que sí, evidentemente el entorno siempre puede ser de gran ayuda, Es super importante. 

Conclusión: ¿Cuándo buscar ayuda profesional?

Jota: ¿Y si a pesar de todo nos está limitando la vida, estamos viendo que es un problema, entiendo que en terapia se podrá salir de este problema? 

Ana: Claro, aquí hay grados, como en todo. Yo puedo ser un poco tímido, pero bueno, me desenvuelvo bien o puede ser una gran limitación en mi vida. Por lo tanto, aquí habría que revisarlo, incluso a lo mejor pues algún caso de ansiedad social, podríamos estar hablando, en los casos como más difíciles o más extremos. Entonces, si todo lo que nos limite la vida nos dificulte… de hecho, cuando tú diagnosticas, por ejemplo, la depresión o cualquier otro diagnóstico, siempre hay un ítem que habla de que eso interfiere en mi vida diaria. Es decir, siempre que algo interfiere negativamente en mi vida diaria de manera sistemática y prolongada en el tiempo, tengo que revisarlo muy bien y probablemente lo que necesite es un proceso terapéutico. 

Jota: Claro. Pues Ana, muchísimas gracias por otro capítulo estupendo, que nos has descubierto un montón de cositas sobre la vergüenza y espero verte muy, muy pronto en otro capítulo. 

Ana: Nos vemos pronto. Chao. 

Jota: Chao, chao. 

Ana: Adiós.

Ana Ballesteros psicologa Online

Autor: Ana Ballesteros

Ana Ballesteros es una experimentada psicóloga especializada en las áreas forense y sanitaria. Su trayectoria abarca la atención a menores y adultos, y actualmente se dedica principalmente a la psicoterapia con enfoque cognitivo-conductual.

Puedes ver su perfil en este enlace.