127 – Mas allá de la pantalla: cómo cultivar un bienestar digital real

Jota: Muy buenos días a todos, un día más aquí para hablar de salud mental y de nuevo estamos con nuestra querida amiga Ana Ballesteros, que como todos sabéis, es Psicóloga Sanitaria que trabaja con población adulta y adolescentes, aplica el enfoque cognitivo conductual. Además, es una pieza fundamental del equipo de Psicología Online Avanzada. Muy buenos días, Ana. ¿Cómo estás? 

Ana: Buenos días. Muy bien. Encantada de estar aquí y de tratar este tema, que vamos, yo creo que nos puede ayudar a todos, o sea, sin excepción. 

Jota: Totalmente. Teníamos que haber quedado de forma presencial y haber hecho la reunión sin tecnología de por medio. Y habíamos cumplido un poquito más, aunque lo hubiéramos tenido que grabar al final de alguna forma. Pero bueno… 

Ana: Sí, el cara a cara también está bien. Pero bueno, no hay que demonizar la tecnología tampoco, no queremos eso. 

¿Qué es el bienestar digital y por qué es esencial en nuestra vida conectada?

Jota: Pues vamos a empezar un poquito por el concepto. Vamos a hablar del bienestar digital y por qué es fundamental. Cuéntanos un poquito qué es esto del bienestar digital. 

Ana: Bueno, pues el bienestar digital es el uso adecuado de las tecnologías. A día de hoy, evidentemente, es muy difícil desvincularse de la tecnología. O sea, prácticamente yo creo que ninguna persona está exenta de utilizar, aunque sea su teléfono móvil y la televisión, incluso, que al final no es una red social, pero hay gente también muy enganchada a esto. Entonces, es como hago un consumo responsable de la tecnología, en concreto del móvil, porque al final creo que es donde es más importante incidir y donde hay mucho más enganche a las redes sociales, al WhatsApp, incluso a las series también, si vamos un poquito más allá, que está muy bien ver series, pero si veo una detrás de otra, al final quizá no estoy invirtiendo mi tiempo de la mejor manera, esté pasando algo que hace que esté aquí todo el rato intentando estar conectado. Y de qué manera puedo tener la tecnología en mi vida, pero de manera responsable y también limitada, que al final nos alejamos un poco de lo que está ocurriendo en el día a día. Yo creo que todos hemos presenciado la escena de grupo de amigos, pareja, lo que sea, que están todos con el móvil. Y esto no se entiende mucho y creo que hace que nos perdamos a veces momentos. Por ejemplo, el tema de los conciertos, que tú solamente veas móviles, me parece tremendo, porque Jolín, creo que no lo vives. 

Jota: Totalmente. Estamos muy, muy enganchados todos de una manera u otra, de alguna forma. Llevamos un dispositivo encima todo el día. Y también podrías contarnos un poquito qué ocurre con esa persona que un día sale de su casa y se le ha olvidado el teléfono móvil. 

Ana: Drama. 

Jota: Drama. Poca gente no volverá. Tengo que engancharme. Es una pieza más nuestra que sin ella estamos desnudos prácticamente y desprotegidos. 

Ana: Sí, es como una parte de nuestro cuerpo y es un poco preocupante. Es verdad que nos dan muchas facilidades y tienen muchas utilidades. Como digo, no quiero demonizar la tecnología. Nosotros hemos utilizado la tecnología para llegar a muchas personas y dar terapia online, pero, ostras, no podemos estar todo el día enganchados al teléfono. Es que es perjudicial. 

Cómo la tecnología afecta nuestra capacidad de estar presentes y concentrados

Jota: No es lo mismo utilizar la herramienta para lo que necesitamos al final del día a estar enganchados y tener una adicción que no nos permite controlar nuestra vida, sino que nos controla la tecnología a nosotros. Cuéntanos un poco los problemas más claros que tú tengas así identificados de los daños que está haciendo la tecnología o, aunque has revisado ya bastantes, un poquito de qué manera nos está afectando todo esto. 

Ana: Bueno, primero es la incapacidad a estar presentes. El tener que estar enganchado me hace incapaz de, no sé, estar con unos amigos, disfrutar de la conversación, disfrutar de un momento sencillo de la vida que te puede aportar muchísimo más que una pantalla. También se pierde mucho la capacidad de concentración a la hora de estudiar, por ejemplo, en niños, el saber estar pendiente de una lectura. O sea, ha reducido mucho las personas que leen. Incluso, estoy leyendo cuatro páginas y claro, como no va tan rápido como las redes sociales, pues me vuelvo otra vez al teléfono. Al final, ese chute que te está dando la tecnología es tan instantáneo y tan momentáneo que necesitamos que todo sea inmediato e instantáneo. Y luego perdemos la capacidad de disfrute de otras cosas en la vida que funcionan de manera mucho más lenta. Yo lanzo un proyecto y ese proyecto va a tardar un tiempo. En cambio, en el móvil, puedo estar todo el rato riéndome o puedo estar todo el rato con una gratificación instantánea, que la vida no funciona así, no es ni tan rápida ni estás todo el rato con gratificaciones. Y consecuentemente, me ayuda mucho menos a regular mis emociones. Me está pasando algo malo, cojo el móvil, me río un rato y lo dejo. Y no estás ayudándote en nada, evidentemente. Primero, porque cuando pasas mucho tiempo en redes sociales, no consigues nunca un estado emocional mejor, probablemente peor, y no estoy aprendido a regular ese momento de malestar emocional. Es decir, todo lo que haga que no sea estar en redes sociales, probablemente me ayude mucho más. Entonces, la necesidad de estar conectados todo el rato, de no estar en el presente y de no saber estar en un momento negativo y decir: Oye, ¿qué puedo hacer para encontrarme un poco mejor? Pues veo una serie, pum, pum, y al final, pues no. Eso es una conducta de evasión y no de regulación. 

Del consumo inconsciente al uso responsable: claves para una relación saludable con las redes

Jota: Claro. ¿Qué estrategias podríamos adoptar para tener una mejor relación, una relación saludable con las redes sociales? 

Ana: Pues mira, todos en nuestro móvil tenemos precisamente esta aplicación, que se llama Bienestar Digital, o este apartado, que creo que está en los ajustes de nuestro teléfono, que nos indica las horas que hemos pasado en cada una de las aplicaciones. Entonces, lo primero que tengo que hacer es responsabilizarme, ser consciente del problema, cuánto tiempo estoy pasando en cada una de las redes sociales y cómo lo puedo limitar. Si yo no soy consciente y no lo pongo en horas, es mucho más difícil saberlo. Si he pasado cuatro horas al día en YouTube, digo: Ostras, a lo mejor puedo empezar a limitarlo. Luego también creo que es muy importante saber qué estoy consumiendo. Si, por ejemplo, he pasado un cierto tiempo en YouTube, pero estoy viendo un podcast que para mí es interesante, que tiene que ver a lo mejor incluso con mi trabajo, que tiene que ver con el crecimiento personal, pues probablemente me pueda aportar algo. Pero si estoy viendo un contenido de mala calidad que no me está aportando nada al final del día, pues evidentemente no va a ser lo mismo. O para qué utilizo Instagram, para hablar con amigos o para compararme con las vidas y cuerpos de otras personas. ¿Para qué utilizo TikTok? Oye, pues mira, me gusta mucho hacer recetas y generalmente lo utilizo para ver un par de recetas y luego lo cierro. O sea, ¿cuántas horas estoy? Y luego, ¿qué uso le estoy dando a cada aplicación? Porque la tecnología también es maravillosa y también hay contenido muy interesante que, por supuesto no tenemos por qué descartar, pero realmente cuando ya salgo de esa aplicación me ha aportado algo o no me ha aportado nada y encima me ha hecho estar peor? O sea, un poco identificar cuál es la sensación posterior a ese consumo. 

Cómo la comparación en redes influye en nuestra percepción y autoestima

Jota: Claro, ¿Cómo influye la comparación social o del tipo que sea para nuestro bienestar? 

Ana: Pues sobre todo, también en adultos, pero la gente joven yo creo que es la más vulnerable y afecta un montón. O sea, primero porque tú no vas a ver en redes sociales nada triste. Es decir, las personas probable… Bueno, ahora hay mucha tendencia a llorar en redes, pero generalmente la gente sube viajes, sube supuestamente relaciones perfectas, fotos muy preparadas y muy bien hechas, por supuesto, con retoques y afecta mucho. Porque claro, tú estás a lo mejor un lunes trabajando y estás viendo todo esto y dices: Dios mío, ¿qué estoy haciendo?. Entonces, te empiezas a replantear cosas que al final es una irrealidad. Tenemos que entender que parte de las redes es completamente irreal. Es como cuando estamos viendo una película. Tú ves Jurassic Park y sabes que no está ocurriendo. Creo que es mucho más fácil saber separarnos cuando vemos una película que cuando vemos redes sociales, porque al final son personas reales con sus vidas, pero tenemos que entender que están compartiendo un 1% de sus vidas y que eso que están compartiendo, lo están compartiendo para tener más likes. Es decir, voy a compartir la mejor foto que tenga, la que mejor salga y al final te voy a mostrar lo que yo quiera. Entonces, yo creo que hay que proteger mucho estas personas tan vulnerables como las personas adolescentes. Y por supuesto que los niños no entren en redes sociales, que es que es demencial. Hay niñas que salen maquillándose con un montón de seguidores que se están poniendo productos en la cara que no son adecuados para su edad y que ahí no está habiendo ningún adulto responsable. Entonces, ojo con los menores de edad y el límite también en esas redes sociales. 

Desconectarse de uno mismo: el verdadero riesgo del FOMO

Jota: Efectivamente, efectivamente es tremendo el daño que causa todo esto y que una vez que te vuelves, como comentábamos al principio, adicto, cada vez es más complicado salir y desconectar de ahí. ¿Qué papel juega el FOMO, el miedo a perderse algo en la desconexión digital? 

Ana: Sí, pues ahora está esa tendencia de que tengo que estar en todo. Tengo que estar en todo, incluso tengo que estar en las noticias. Es decir, si yo no me he enterado del último trend de TikTok, del último baile que se ha puesto de moda, es como que estoy fuera de todo. Y no, es que la vida no son las redes sociales. Al final, a lo que tienes que tenerle miedo es a perderte cosas de tu vida real. Es a no estar con las personas a las que quieres, a no saber conectar o motivarte en tu trabajo, a no estar cuidándote. Eso es a lo que realmente le tenemos que tener miedo a nuestro propio autocuidado, de qué manera me estoy desconectando, porque al final esto genera una desconexión contigo mismo. En este plano digital no existe nada, solamente existe la pantalla. Entonces, no estoy en mis emociones, no estoy en mis pensamientos y mucha gente lo hace para evadirse precisamente de eso. Entonces, a lo que tenemos que tenerle miedo es a desconectarnos de nosotros mismos, a no tener un momento presente de calidad. Y tenemos que tenerle miedo a esas horas tan altas en las que yo paso en redes. De hecho, hay muchos estudios sobre la adicción a las nuevas tecnologías y se le pone este nombre y con razón. 

Jota: Claro, pasa a todos los niveles puede ser el baile último de tendencia o puede ser estar conectado a las noticias informativas, dependiendo… 

Ana: También, también. 

Jota: O a otros niveles de la gente, a lo mejor que en su grupo lo que se habla es de ciertos cotilleos o de tal, o a realities. Puede ser conexiones que tiene mucha gente, pero cada vez conozco más gente, poquitas, pero que están saliendo y se están desconectando totalmente, que no tienen redes sociales, que no ven noticias, que no saben nada. Se enteran porque al final hay gente con la que te relacionas que te comenta, pero que están totalmente fuera de todo esto, que ya no tienen televisión en su casa, que no ven absolutamente nada y viven fuera de esto. ¿Cómo en este mundo tan digitalizado puede sobrevivir alguien desconectado prácticamente? Al final, lo que decías tú, tienes un teléfono y aunque no tengas redes sociales, las cosas por otros medios te van a llegar. ¿Cómo vive esa gente en el lado opuesto de lo que estamos comentando? 

Ana: Estaría muy bien hacer un estudio de realmente son más felices, tienen mas bienestar? Hemos vivido así muchos años el ser humano y no lo hemos necesitado. Y ahora hay muchos problemas de salud mental también, porque hay mucha más concienciación, pero estamos en un punto en el que la salud mental está apretando, o sea los problemas de salud mental están apretando fuerte de manera casi más temprana, hay muchas personas medicándose. Entonces, no te sabría decir exactamente cómo de bien están esas personas, pero creo que sería muy interesante investigarlo, porque probablemente puedan tener un mayor bienestar emocional. Sí que es verdad que yo creo que hay que intentar llegar al punto intermedio en el que nosotros nos sintamos bien, no necesariamente tienes que quitar la televisión de casa si no quieres. O sea, al final también es una decisión personal, no es necesario que lo hagas, pero yo estoy segura de que si todos redujésemos ese tiempo que pasamos en redes, estaríamos un poquito mejor. 

El equilibrio necesario: reducir el tiempo en redes para un mayor bienestar emocional

Jota: Claro. ¿Cómo se es capaz de convivir en una buena relación, como comentas, poder estar en redes sociales sin tener necesidad de estar constantemente mirando si te han puesto un like más, si esta persona ha subido alguna información nueva, subir tú constantemente algo más o esa serie nueva que todo el mundo está viendo y que tú todavía estás con la anterior que no has terminado? ¿Cómo puedes estar compaginando una buena relación y aunque sí que tengas redes sociales, no estar a la última y que te estés perdiendo algunas cosas? 

Ana: Yo creo que también habría que revisar un poco cuáles son las motivaciones de mi día o mis metas. Pues una persona que a lo mejor no tenga una motivación muy clara o no tenga una vida social muy amplia. Es decir, qué está pasando en tu vida para que tiendas a esto tanto. ¿Qué pasa en tu vida para que tú necesites esos likes? Y yo fomentaría, en vez de empezar quitando, que eso creo que es más difícil, porque si yo intento como terapeuta decir que reduzcas, pero no estoy poniendo algo en tu vida que te genere una satisfacción real, es muy difícil mantenerlo. O sea, en mi vida tiene que existir satisfacción real para que yo sea capaz de estar en una reunión social y es que ni mirar el móvil en cuatro horas. ¿Y por qué ocurre esto? Pues por la conexión con las personas, porque estoy a gusto, porque estoy presente. Es decir, ¿qué hay en tu vida que te pueda mantener presente? Yo trataría de sumar más que de restar, porque yo he visto que solamente tratando de quitar horas no funciona. ¿Y qué hago con el resto de horas si yo generalmente estaba en TikTok? Tengo que tener algo en mi vida que me motive, que requiera de mi atención, una nueva tarea, un nuevo hobby, para poder suplir este tiempo que yo le dedicaba a las redes o esa satisfacción instantánea que le dedicaba a las redes. Pero yo considero que es mucho… hay redes que creo que no te aportan nada, o sea, tipo Instagram, que es subir cosas, ver, es decir, qué hay ahí que realmente te esté haciendo bien. Pero eso creo que es muy importante: que contenido quiero consumir y si ese contenido me está aportando y si no, pues a lo mejor soy capaz de quitar mi Instagram y ya está, y no pasa nada. 

Jota: Claro. ¿Cómo puedo diseñarme una estrategia diaria o semanal para llevar a cabo todo esto que comentas? Poder pasar momentos en los que pueda lidiar con mis redes, pero poder desconectar y tener momentos en los que esté dedicándome a otras cosas que algunas podrán darme satisfacción, pero algunas son a lo mejor cosas que tengo que hacer, estudiar, trabajar y tal. Y no solo estar ahí perdiendo el tiempo con las redes. 

Ana: Pues creo que se puede hacer, creo que puedes hacer como un límite en tu móvil, que te deja de permitir estar X tiempo, con lo cual te obligas un poco a no estar tanto tiempo ahí. Entonces, yo lo que trataría es hacer, bueno, primero vamos a hacer la fase de concienciación. Cuánto tiempo paso y qué emociones me genera estar ahí y qué contenido veo. Un poco estas tres. En esa fase de concienciación, yo empiezo a trazar los cambios que quiero hacer. Me gustaría mantener esta red social, pero esta no. Quisiera metas realizables, quisiera seguir viendo estos podcasts en YouTube, pero no me gustaría seguir subiendo fotos a Instagram porque estoy viendo en esa fase de concienciación que no me está aportando nada más. Y esas pequeñas metas, como te digo, esos tiempos en los que yo no voy a dedicar a las redes sociales, tratar de suplirlo con otra cosa que me esté aportando un poco más, aunque sea más a largo plazo, pero aquí está el problema. Al final estamos en la era de la inmediatez, que lo queremos todo ya, y yo veo tres vídeos de perritos y qué guay, ¿no? Y es que hasta que te cambia el estado de ánimo ya, pero es que a largo plazo no hay nada. Entonces, oye, ¿por qué no construyo una meta más a largo plazo? Pues mira, siempre he querido patinar. Pues a lo mejor empezar desde ahí. Y por supuesto, si tienes que estudiar, por ejemplo, tienes que hacer responsabilidades y el tema del teléfono te está perjudicando, pues desconectarte de ahí. O sea, lo apago directamente X horas y creo que es lo más sencillo, lo dejo en un cajón y ya, ya volveré a él. 

Jota: Claro, yo creo que cuando llegas a este punto, que te está afectando y aún así no lo dejas, está claro que hay que tomar otras medidas que a lo mejor por uno mismo no son suficientes, ¿no? 

Ana: Sí, al final es como todo. Yo llego hasta donde llego y si no, pues puedo buscar ayuda. Es decir, no hay ningún problema. Muchos psicólogos lo hemos trabajado en terapia y sobre todo con personas muy jóvenes. El tema de los estudios creo que genera mucha afección, porque estar estudiando y muchas horas al final es como muy fácil la tentación del móvil y es como ¿Cómo me organizo? ¿Cómo gestiono mis descansos, por ejemplo? ¿Estoy comiendo bien para tener esa energía del estudio? Entonces, es ver un poco, es trazar al final las metas individuales a las que quiere cada uno, porque probablemente cada persona tenga un objetivo distinto. Y este diseño de estas metas, un terapeuta probablemente te puede ayudar muy bien. 

Teletrabajo y tecnología: consejos para evitar el sedentarismo y la sobreexposición digital

Jota: Hay un último tema que podemos hacer algún pequeño resumen, que es… Bueno, llevamos unos cuantos años que cada vez es más frecuente el teletrabajo, que nos mantiene gracias a la tecnología, pues da la posibilidad de seguir trabajando, pero lo hacemos de forma digital, que también añade un poquito más de extra a todo lo que estamos hablando, no solo en el trabajo, también muchos estudios que se hacen de forma remota. Esto también afecta un poquito más. ¿Qué estrategias podemos seguir para compaginar todo esto que también afecta? Al final, el estar remotamente te impide compartir momentos físicos con tus compañeros. Añadimos este último punto a lo que estamos hablando para ver cómo mejorar ese bienestar digital, a pesar de tener que teletrabajar o telestudiar. 

Ana: Yo trataría de ver qué interferencia tiene el móvil en mi teletrabajo, porque probablemente estemos con un ordenador en el que tengamos ahí las tareas que sean. Si veo que está interfiriendo mucho, tratar de limitar de una manera más radical posible, desconecto unas horas del teléfono. Si no puedo desconectar del teléfono, tratar de ver… Imagínate que me llega un WhatsApp del trabajo. Voy a ver en qué momentos del día lo voy a ir revisando, porque no hace falta a todos los minutos no vas a tener que revisar esa información. Voy a ver en qué momentos puedo revisar esa información. Luego creo que son muy importantes cómo gestiono mis descansos y qué hago. Pues si estoy todo el rato sentado en una silla, tratar de moverme un poquito, de estar bien. Y creo que es muy importante lo que hago después. Y estoy todo el día mirando una pantalla, eso tiene al final una afectación, me puede doler la cabeza un día, por así decirlo. Entonces, tratar de que lo posterior que yo haga en mi día no esté tan implicada a la tecnología, porque yo ya tengo muchas horas sumadas con la tecnología. Por lo tanto, a estas personas incluso les diría que tratasen de implementar lo máximo posible fuera de su trabajo. Es decir, si me voy de ordenador al sofá a ver una serie, al final estoy todo el día mirando una pantalla y eso la verdad, es nocivo para las personas. Entonces, es mucho mejor que haga un plan en el que esté fuera, salir de casa a la medida de lo posible, aunque sea a dar una vuelta, porque al final es como que estás todo el rato en el mismo espacio y sentado y demás. Y creo que algo que puede venir muy bien es la movilidad, porque al final el sedentarismo de teletrabajar es mucho mayor. Porque a lo mejor otras personas se están desplazando o van andando a tal sitio. Entonces, podemos tener ese hándicap de que haya menos movilidad, de estar todo el rato en la tecnología. Entonces, yo fomentaría que fuera de mi espacio laboral tratar de que exista la menor tecnología posible dentro de lo permitido. Por supuesto que puedo ver una serie un día. Es decir, al final es tratar de llegar al punto intermedio, creo que es lo más sano. O sea, si quiero ver esa serie de la que todo el mundo está hablando, está bien, es decir, no pasa nada, pero tengo que tener otras cosas también que me generen una gratificación en mis días. 

Jota: Totalmente. Muchísimas gracias, Ana. 

Ana: A ti. 

Jota: Gracias por otro capítulo estupendo que nos has informado super bien de todo esto. Espero que este capítulo sí lo escuchéis, aunque sea a través de la tecnología, para poder ayudaros con el resto. Y nos vemos pronto en otro capítulo. 

Ana: Pues sí, espero que haya ayudado un poquito, aunque sea, y nos vemos muy pronto. Chao. 

Jota: Chao, chao.

Ana Ballesteros psicologa Online

Autor: Ana Ballesteros

Ana Ballesteros es una experimentada psicóloga especializada en las áreas forense y sanitaria. Su trayectoria abarca la atención a menores y adultos, y actualmente se dedica principalmente a la psicoterapia con enfoque cognitivo-conductual.

Puedes ver su perfil en este enlace.