121 – La Hipocondría

Jota: Muy buenos días a todos, un día más aquí para hablar de salud mental y de nuevo estamos con nuestra querida amiga Patricia, que como todos sabéis, es Psicóloga Sanitaria enfocada en población adulta que trabaja desde terapias contextuales y es una pieza fundamental del equipo de Psicología Online Avanzada. Muy buenos días, Patricia. ¿Qué tal, cómo estás? 

Patricia: Buenos días, Jota. Muy bien, muy bien, aquí con muchas ganas de echar este ratito contigo, que lo pasamos muy bien siempre, se hace muy entretenido. 

Introducción a la Hipocondría: ¿Qué es y cómo afecta a quienes la padecen?

Jota: Sí, yo la verdad es que estaba a punto de no venir porque creía que tenía un montón de enfermedades, no sabía cuál de todas era la la que me iba a afectar hoy. Y qué malos son estos chistes, los voy a dejar de hacer, porque vamos a hablar de un tema que parece así un poco gracioso, pero el que lo tenga realmente debe estar pasándolo bastante mal. Vamos a hablar de la hipocondría y me gustaría que nos empezaras explicando un poco qué es. 

Patricia: Sí, efectivamente. Es como que cuando lo vemos en alguna película, algún personaje que está como muy caracterizado por tener hipocondría, como que nos puede resultar muy llamativo y generarnos como un poco de gracia. Sin embargo, para las personas que realmente están en este bucle tan problemático que ahora entenderemos, es un proceso que implica mucho sufrimiento y del que a veces puede ser un poco complicadillo salir si no contamos con la ayuda adecuada. ¿Qué es la hipocondría? Pues verás, Jota, la hipocondría es el miedo irracional a padecer alguna enfermedad, sobre todo, pueden ser enfermedades más de carácter físico o a padecer algún tipo de patología mental grave. Entonces, claro, este miedo continuo a tener alguna enfermedad, sea del tipo que sea, lleva a la persona a padecer altos niveles de ansiedad, con lo cual, como decíamos antes, el sufrimiento que hay detrás es bastante elevado. Y lo que ocurre es que nos acabamos metiendo en un bucle, que podemos comentar después con más detalles si quieres, pero esto lleva a la persona a meterse en un bucle en el que, claro, al tener mucho miedo por tener alguna enfermedad, desarrollo mucha ansiedad y esto me lleva a enredarme en una serie de comportamientos de comprobación, de hipervigilancia, que lo que hacen justamente es mantenerme en ese estado de ansiedad. Justamente por esto es difícil salir a veces de todo el proceso que hay detrás. 

Diferencias entre la Hipocondría y el Cuidado de la Salud: ¿Dónde está el límite?

Jota: Claro, al final lo que ocurre es que es una persona preocupada extremadamente por su salud. Ahora que está tan de moda estar, bueno, es una moda y está muy bien, preocupados por nuestra salud, por la alimentación, por hacer deporte, por cuidarnos un poco, dormir bien y todo este tipo de cosas. ¿Qué diferencia hay entre ser un hipocondríaco a estar preocupado por la salud? 

Patricia: Sí, una pregunta que viene muy al caso. Claro, es que efectivamente no tiene nada que ver, en absoluto. Una cosa es que a mí me preocupe mi salud y esto me lleve a tener un enfoque de autocuidado, a tener cierto control sobre mi alimentación, a practicar deporte regularmente, evitar hábitos que no son saludables, estar pendiente de tener un descanso adecuado, limitar mis horas de trabajo. Todo esto implica un cuidado por la salud y una preocupación por la misma. Fíjate que el enfoque que estamos planteando es un enfoque desde la salud, desde realizar acciones de autocuidado, pero no necesariamente hay una ansiedad elevada por el riesgo de encontrar una enfermedad. Esto ya es más característico del bucle de la hipocondría. Cuando una persona está en este bucle hipocondríaco, la principal diferencia, otra de las diferencias que existen con respecto al cuidado a secas con la salud, es que la hipocondría empieza a limitarnos en nuestro día a día, de tal manera que el grueso de las decisiones que tomo en mi rutina diaria están guiadas por ese miedo a la enfermedad, con lo cual cada vez dejo de hacer más cosas que realmente son beneficiosas y, por lo tanto, esto acaba afectando a mi estado de ánimo y a mi rendimiento en cualquier área de la vida. Podemos empezar, por ejemplo, a restringir el salir a cenar a algunos restaurantes, porque me genera miedo el no saber cómo están cocinados los alimentos y, por lo tanto, poder contraer alguna intoxicación alimentaria. Empezamos a ser muy escrupulosos, por ejemplo, con el tema de la higiene, esto también puede ocurrir. Empezamos a dejar de tener contacto social por considerar que puede ser de alto riesgo, a llevar elementos de seguridad en espacios públicos, como mascarillas, desinfectante de manos y todo esto que lamentablemente conocemos a raíz de la pandemia. Es decir, mi vida ya no gira en base a lo que yo quiero, necesito o deseo, sino que gira en torno a mi miedo extremo de contraer alguna enfermedad, con lo cual la vida cada vez se nos va acotando mucho más y claro, esto acaba derivando en otros problemas. 

Factores que Facilitan la Hipocondría: Sensibilidad a la Ansiedad y Experiencias Previas

Jota: Claro, tremendo. ¿Qué ocurre en una persona para que desarrolle este problema? 

Patricia: Normalmente, Jota, hay una serie de particularidades de base que ya tiene la persona, como cierta sensibilidad a la ansiedad, personas que tienden a experimentar ansiedad con mayor frecuencia o con mayor intensidad, personas que ya de por sí tienen como, digamos, un carácter más miedoso que suelen tender a evitar situaciones un poco de riesgo, a las que todavía no les había llevado un extremo, pero que ya tienen como un poquito esa tendencia más preventiva, por decirlo así. Es decir, a vincularme o relacionarme con el mundo más desde el miedo y no tanto desde una sensación de estabilidad o de seguridad. Es decir, hay como una serie de rasgos o de tendencias de base en estas personas que pueden facilitar el que en algún momento se termine desencadenando un episodio de hipocondría. El desencadenante, además de esta base en la personalidad, como decíamos, suele haber siempre un desencadenante, que es el que empieza a disparar este miedo mucho más intenso. Y el desencadenante suele ser una enfermedad tanto propia como en un entorno, en el entorno conocido. ¿Por qué? Porque fíjate que cuando contraemos una enfermedad, una enfermedad Jota, que puede ser una gastroenteritis o tensión muscular o lo que sea, no tiene por qué ser una enfermedad realmente grave. Pero, ¿qué es lo que ocurre? Que cuando yo contraigo una enfermedad, la enfermedad, por definición, es incontrolable. Es algo que aparece de repente, que yo me puedo tratar con fármacos y demás, pero no tenemos mucha sensación de control cuando enfermamos. Entonces, esta sensación de pérdida de control empieza a generar un miedo irracional, la ansiedad como tal, a contraer alguna enfermedad. Es como jolín, de repente tomo contacto con que no puedo controlar mi cuerpo, ni los virus, ni las bacterias, ni las enfermedades, y eso ya me mete en un bucle en el que el miedo a enfermar es el eje central de mi vida. Entonces, este suele ser un poco el desencadenante en líneas generales. 

Conductas de Búsqueda de Seguridad en la Hipocondría: Entre Visitas al Médico y Búsquedas en Internet

Jota: Vale. Entiendo que entonces influye el entorno. ¿Puede que una persona en un entorno familiar o algo desencadene esta enfermedad? 

Patricia: Sí, efectivamente, el entorno siempre influye enormemente. Y no solo, como decíamos, mi propia persona o el entorno más cercano, sino que, por ejemplo, a raíz de la pandemia que sufrimos hace ya unos cuantos años, también se desencadenó un aumento muy elevado de la sintomatología hipocondríaca. Claro, somos más conscientes de la existencia de virus a nuestro alrededor. Esto es amenazante, nos genera un nivel de ansiedad y hace que estemos más atentos a evitar contraer algún tipo de enfermedad. Entonces, también el hecho de tomar contacto con la existencia de enfermedad en un contexto más social, por decirlo así, también puede empezar a generarnos esta preocupación excesiva. 

Jota: Claro. Esta gente que tiene este problema va más al médico que el resto, o sea, por cualquier cosita que le ocurra, imagino que se preocuparán, enseguida irán a verlo o buscan en internet. ¿Qué suelen hacer estas personas cuando tienen algún síntoma pequeño de cualquier cosa? 

Patricia: Sí, hay una serie de comportamientos como más característicos de las personas que están padeciendo en ese momento hipocondría. Verás, me gusta explicarlo, Jota, como una pila, una batería. Todos necesitamos que esa pila esté cargada. Todos necesitamos sentir en nuestro día a día cierta parte de seguridad y de control. Eso nos da seguridad, estabilidad y nos permite estar tranquilos y afrontar el día a día con calma. Entonces, partiendo de la base de que todos necesitamos tener esa pila más o menos cargada, todos necesitamos esa seguridad, existen como dos vías de comportamiento que nos ayudan a mantener esa pila cargada. Por un lado, estarían los comportamientos comportamientos más saludables, por decirlo así, más funcionales, como por ejemplo, el cuidar mi salud de una manera equilibrada, de una manera en la que no todo gira en torno a mi salud, sino que lo es un todo, que es algo importante para mí, pero que no guía al 100% de mis decisiones. Por ejemplo, pues el ir al médico a realizarme una analítica una vez al año, ir al médico cuando realmente me siento enferma, el llevar una dieta equilibrada, en fin, gestos como los que decíamos antes que definen la preocupación natural y normalizada por la salud. Todo esto me da una sensación de control y de seguridad que me permite recargar mi pila, pero son comportamientos sanos que no me llevan a meterme en bucles problemáticos. Sin embargo, hay otra vía para mantener, para tener esa sensación de seguridad y control, que es una vía como mucho más inadecuada, más disfuncional y que me genera limitaciones en mi día a día. Estos serían los comportamientos que definen la problemática hipocondríaca. ¿Qué comportamientos estarían aquí? Como tú comentabas antes, efectivamente, en realizar visitas muy frecuentes y muy continuas al médico ante cualquier mínimo cambio o indicio de mi cuerpo, necesito acudir al médico para comprobar si realmente es un síntoma de una enfermedad grave. No solo ir al médico, sino también hoy en día con el acceso a Internet que tenemos, buscar compulsivamente síntomas de: Me duele la cabeza y me tiembla el párpado izquierdo, me está dando un ictus, por ejemplo. Claro, aquí el problema es que esto es una trampa, porque cuanto más busco, al final las búsquedas en internet ya sabemos que basta buscar un síntoma para que ya me salga que tengo la peor enfermedad del mundo. A corto plazo, eso nos genera, nos puede generar alivio, porque tengo la sensación de que estoy controlando, es decir, estoy recargando mi pila, pero la estoy recargando a través de una conducta que me genera una dependencia. Es decir, estas conductas son disfuncionales porque generan que yo tenga una necesidad continua de estar recargando esa batería que se descarga a un muy corto plazo. Entonces, claro, aquí es donde nos metemos en el bucle más hipocondríaco. Además, otros comportamientos, Jota, que se me ocurren es el chequear continuamente mi cuerpo, el estar pendiente de si me ha salido un lunar nuevo, de si ayer me picaba esta parte, a ver si me sigue picando hoy, de comprobar de si hoy me duele la cabeza en qué grado de intensidad exactamente siento este dolor. También el pedir muchas opiniones médicas. No me vale solo lo que me hizo un médico, sino que necesito, me engancho a esa comprobación y necesito distintas opiniones médicas. Al final son diferentes tipos de comportamiento, como puedes observar, pero que persigue la misma función, que es la búsqueda de seguridad a corto plazo, pero que a largo plazo me generan esta extrema dependencia. 

El Papel del Entorno en el Reconocimiento y Apoyo de la Hipocondría

Jota: Tremendo. Me imagino que cuando empiezas a hacer este tipo de visitas tan frecuentes al médico y tal. Aquí al médico, si estás acudiendo siempre al mismo o si hay un historial, le saltará también una alerta. Me imagino que desde este lado también se podrá hacer algo, detectar que esta persona está acudiendo por esta problemática, ¿se hace algo desde este lado? ¿Se invita al paciente a acudir a lo mejor al psicólogo o a algún servicio que le puedan gestionar la real enfermedad que tiene el paciente y no la que va buscando? 

Patricia: Efectivamente, claro, esto suele ser una señal de alerta para los médicos de cabecera, para los médicos de familia, porque claro, cuando una persona vemos que está acudiendo al médico una vez a la semana, durante mucho tiempo y que realmente muestra signos de muchísima alerta, de muchísima ansiedad, pues estos los médicos, que al final también están entrenados para eso, lo pueden detectar fácilmente Y sí, lo que suelen hacer, efectivamente, es derivar a recursos de salud mental. 

Jota: Me imagino que también el entorno, no solo el médico, sino el entorno de la persona, su familia detectará esto. ¿O es algo que se comparte, se transmite? ¿Cómo se vive en el entorno de la persona con esta problemática? 

Patricia: Claro, efectivamente las personas del entorno también lo pueden detectar fácilmente. Cuando yo observo que mi compañero de piso, esta persona de mi familia o quien sea, continuamente habla de síntomas, de dolencias, de molestias, veo que tiene un nivel de ansiedad muy alto, que le genera muchísima preocupación, empiezo a ver en la otra persona que restringe cada vez más su vida en base a la sensación de enfermedad. Todo esto, claro, nos genera una alerta de: ‘Oye, está pasando algo que quizás no tiene tanto que ver con una dolencia física, sino con un tema de ansiedad’. Entonces, claro, en muchas ocasiones lo que ocurre es que personas externas son las que, bueno, le dan a la persona un poco como este feedback de: Oye, igual se te está yendo un poco de las manos, en este sentido, la preocupación por la enfermedad. 

Jota: Sí, pero es fácil de ver, porque yo me imagino cómo ocurre el caso y si yo he detectado que me duele aquí, tengo estos pinchazos y me ha salido no sé qué, y lo que tengo creo que es un cáncer, estoy muy preocupado y me provoca ansiedad, pero es lógico, creo que tengo un cáncer y luego me lo miran y no sé qué, pues resulta que esto tenía aquí, no sé qué, podría haber sido, pero no, pues tal. O sea, que la preocupación es real porque podría haber pasado y me imagino que lo camuflan de: ‘Es algo que me está pasando de verdad, no me lo estoy inventando.’ 

Patricia: Claro, lo que lo diferencia o lo que más supone como un signo de alerta es la frecuencia con la que esto ocurre. Una cosa es que yo de vez en cuando me pueda quejar o pueda comunicar que tengo algún tipo de malestar y que eso me preocupe. Pero otra cosa es que esto suceda cada día con un síntoma nuevo, cada semana es un tema diferente y cada semana estoy con una alarma excesiva porque creo que tengo cáncer o que tengo una enfermedad neurodegenerativa. No solo la frecuencia, sino también la intensidad del malestar que se desencadena. Realmente, claro, es que aquí hay un tema de cómo la persona interpreta las señales de su cuerpo. O sea, el cuerpo tiene que sonar, el cuerpo tiene que moverse internamente, el cuerpo tiene que picar, tiene que doler. Todo esto son señales de que nuestro cuerpo está vivo. El problema está cuando yo interpreto erróneamente desde mi marco de ansiedad que todas estas señales de mi cuerpo son un signo de enfermedad. Esto también lo que ocurre, Jota, que también es un proceso interesante de nombrar, es que muchas veces la ansiedad es una emoción que conlleva una serie de cambios físicos y fisiológicos. Entonces, muchas veces lo que ocurre es que como yo estoy experimentando un nivel muy alto de ansiedad por la percepción de amenaza que supondría el padecer una enfermedad, se generan en mí un montón de respuestas, de cambios físicos, que no es que sean signos de enfermedad, sino que son respuestas a la ansiedad. Pero claro, la interpretación que yo voy a hacer es de que: ‘ves, me está pasando algo’, ‘ves, es que me está dando un ictus’, ‘ves, es que tengo un problema cardíaco’. Una taquicardia es normal si acabo de subir las escaleras del metro, por ejemplo, el corazón se acelera o si realmente mañana tengo un examen y estoy muy preocupada por cómo puede ir el examen. Sin embargo, la lectura que hacen estas personas no es tanto desde un vale, es normal que tenga taquicardia porque tengo ansiedad, sino que lo que leen es un: ‘Ostras, me está dando un infarto, tengo que ir al hospital corriendo porque me voy a morir’. Ese es el problema. Entonces, claro, esto externamente, a ojos del círculo familiar, social y demás, se puede detectar con cierta facilidad. El ostras, es que la lectura que hace esta persona es desproporcionada con respecto al elemento que la está desencadenando y además esto ocurre ya con mucha frecuencia. 

De la Ansiedad a la Terapia: El Proceso de Aceptar que el Problema es Psicológico

Jota: Claro, está claro. ¿Es fácil convencer a estos pacientes que la ayuda que necesitan es otra, que el problema que tienen hay que tratarlo en un psicólogo y no en un cardiólogo? ¿O es complicado? 

Patricia: Es bastante complicado, la verdad. De hecho, un poco los casos que yo me encuentro, que ya están metidos en este bucle hipocondríaco cuando acuden a terapia es después de ya haber estado en muchísimos médicos, haber descartado un mogollón de pruebas médicas, distintas opiniones profesionales. Claro, desde esta perspectiva del pánico atroz que tengo a enfermar, necesito la seguridad de saber que no es una enfermedad física. Entonces, eso hace que queme todos estos cartuchos de recurrir a vías más médicas, de que de alguna manera me puedan tratar de asegurar que no tengo ninguna enfermedad médica. Y cuando esto ya me lo han confirmado seis profesionales diferentes, me han hecho pruebas de todo tipo y son ya varias las personas que me están indicando que esto no tiene una causa física, entonces ya ahí la persona tiene un poquito más de apertura a probar con otras vías, en este caso la terapia psicológica. Pero es cierto que suele haber un recorrido detrás en el que la persona se está encontrando fatal durante los meses que está evaluando el estado de salud físico. Y aún en el punto en el que ya estamos en terapia, claro, cuesta entender que la ansiedad puede llegar a generar todo este repertorio físico de síntomas. Entonces, requiere un tiempo el que las personas puedan entender cómo funciona este bucle y cómo se está aplicando en concreto en su caso. 

Ayudar sin Juzgar: Apoyando a los Hipocondríacos y sus Familias

Jota: ¿Hay algo que podamos hacer para ayudar a estas personas o al entorno de estas personas que les podamos decir y transmitir desde aquí? 

Patricia: Bueno, a las personas que puedan sentirse identificadas con estos bucles de los que estamos hablando, yo les animaría, entendiendo el malestar de verdad que hay detrás y el desgaste que supone todo este proceso médico y este desgaste en el día a día. Pero les animaría, que al final la terapia también implica un grado de salud. También hablamos de salud psicológica. Entonces, que se animasen a probar a ir a terapia, a poner a prueba esta hipótesis de: ‘Oye, quizás sea algo más somático o más característico de la ansiedad’, porque desde terapia esto se puede trabajar muy bien y hay un proceso detrás que genera muchísimo autoconocimiento en la persona. Y por otra parte, a las personas que tengan a otras familias cercanas y demás que vean que están envueltos en este bucle, creo que es importante no transmitir juicio hacia la persona que está en esto, el que podamos transmitir la preocupación, pero desde un estado de aceptación, de: ‘Jo, es que entiendo que si te estás notando síntomas continuamente por el cuerpo, entiendo que estés tan preocupado. Sin embargo, oye, ¿por qué no probamos una vía diferente?’ El que puedan animar, pero sin quitarle peso a lo que la persona está sintiendo, porque realmente es muy incómodo estar experimentando este grado de ansiedad de una manera continua. Entonces, tratar de trasladar comprensión y empatía hacia el otro y de construir juntos una solución, una vía diferente, como puede ser la atención psicológica. 

Jota: Claro. Pues muchísimas gracias, Patricia, por todos los datos que nos has dado, la información tan bonita y valiosa que nos has transmitido, porque yo desconocía muchas de estas cosas que nos has contado. A ver si podemos estar ayudando a gente. Y espero verte muy pronto en otro episodio. 

Patricia: Igualmente, Jota. Como siempre, un placer y os mando un abrazo muy fuerte. 

Jota: Muchas gracias. Chao, chao.

Patricia Martinez Psicóloga Online

Autor: Patricia Martínez

Psicóloga Psicóloga General Sanitaria con experiencia de trabajo en población infanto-juvenil y adulta.
Supervisora de casos y apoyo del equipo de POA.
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