Ansiedad social y las conductas de seguridad

Cuidado con la trampa de seda de las conductas de seguridad

Cuando te enfrentas a un animal peligroso, ¿qué haces? Te alejas lo más rápido que puedas, luchas contra el animal si no puedes huir, o permaneces muy quieto y esperas que el animal no se dé cuenta de tu presencia.

Si bien esto puede haber sido una actividad habitual en la prehistoria, cuando los humanos vivían en selvas con animales depredadores, hoy en día vivimos en una “jungla” humana con seres humanos que tienen opiniones y juicios. Para una persona con ansiedad social, el mundo parece una jungla llena de personas, en su mayoría críticas, que pueden atacar con juicios negativos.

Las personas parecen tan peligrosas como los animales depredadores y se encuentran respondiendo como si vivieran en una jungla.

Jugar a lo seguro

No es de extrañar que si experimentas ansiedad en situaciones sociales te esfuerces por evitar, escapar y no atraer la mirada juzgadora de otros. Estos comportamientos son denominados conductas de seguridad.

Las conductas de seguridad se adoptan en respuesta a pensamientos derivados de las creencias donde si eres una persona socialmente ansiosa te informan de que estás en riesgo. No obstante, la adopción de estas conductas de seguridad sólo parece confirmar que las situaciones sociales que evitas y huyes no son realmente peligrosas.

Por otra parte, esta adopción también refuerza la creencia de que no estarías en riesgo si no fuera por el uso de las conductas de seguridad.

El uso de conductas de seguridad te ayuda a sentirte menos ansioso en el momento, pero a largo plazo las conductas de seguridad te imponen muchas limitaciones y funcionan como una trampa que te impedirá vivir tu vida plenamente.

Así, si eres una persona socialmente ansiosa puedes experimentar insatisfacción propia y con tu vida. Estas conductas te ofrecen un alivio a corto plazo, pero a cambio tienen un malestar a largo plazo. Las conductas que mantienen tu “seguridad” impiden que aprendas que no todas las personas juzgan, e incluso que si ciertas personas juzgan no ocurre nada devastador y no tiene mayores implicaciones.

Comportamientos de seguridad más comunes

A continuación, presentamos ejemplos de comportamientos de seguridad en acción:

  • Elegir una posición en situaciones sociales que te permita evitar un escrutinio excesivo (por ejemplo, sentarte al fondo de la sala).
  • Asumir roles en situaciones sociales para no tener que interactuar (mantenerte ocupado entre bastidores, como ayudar en la cocina o montar el equipo).
  • Evitar el contacto visual para huir de la interacción o que otras personas se fijen en ti.
  • Preparación excesiva de las presentaciones o reuniones para garantizar que no exista un juicio negativo.
  • Ensayar mentalmente las conversaciones antes de que sucedan y preparar un guion sobre lo que dirás durante la conversación.
  • Tener siempre a un amigo o familiar de confianza al lado para que la responsabilidad de la participación social sea limitada y el escrutinio también sea menor.
  • Comprobar con frecuencia los aparatos electrónicos durante las interacciones sociales para limitar la interacción.
  • Consumir alcohol, drogas recreativas u otras sustancias para frenar la ansiedad.
  • Evitar las situaciones sociales que aumentan la ansiedad, rechazando las invitaciones a la mayoría de los eventos.
  • Llevar ropa muy neutra o excesiva cuando estás en público para evitar la atención.
  • Hablar rápido durante una reunión u otras situaciones sociales para poder abandonar la situación rápidamente después de decir lo que debes decir.
  • Hacer muchas preguntas a la otra persona cuando hablas con ella para no llamar la atención.
  • Llevar ropa de cuello alto o peinarte de determinadas maneras para disimular el rubor.
  • Actuar y aparecer de la manera más perfecta posible.
  • Ser agradable y no hacer nada que desagrade por miedo a ser juzgado y rechazado.

Romper las conductas de seguridad con la terapia cognitivo-conductual (TCC)

Las conductas de seguridad funcionan como los padres protectores que alejan a su hijo del patio de recreo por miedo a que sufra daño en una caída u otro accidente.

El niño aprende, sin querer, que el patio de recreo es peligroso y que es mejor evitar estar allí, al igual que las personas socialmente ansiosas aprenden que las personas son críticas y que es mejor evitar todo contacto.

La única manera de que el niño aprenda que el parque infantil no es peligroso y que puede hacer frente a los retos y, en última instancia, pasarla bien, es ir al parque y explorar por etapas. De igual manera, una persona socialmente ansiosa aprenderá que no todas las personas son tan peligrosamente críticas sólo al hacer frente a situaciones sociales que provoquen ansiedad y renuncia a las conductas de seguridad.

Aquí es donde es muy útil buscar la ayuda y la orientación de un terapeuta cognitivo-conductual (TCC).

Trabajarás junto con el terapeuta para construir una jerarquía de situaciones de ansiedad social que son clasificadas de menor a mayor dificultad (en base a la calificación relacionada con la angustia dada a cada situación). A continuación, abordaréis estas situaciones mientras las conductas de seguridad son dejadas atrás por etapas.

Desarrollo de nuevas habilidades

El proceso da lugar a un aprendizaje experimental de que las situaciones que habías identificado como inseguras y que requerían el uso de conductas de seguridad para sobrevivir no son inseguras y las puedes afrontar con éxito. Este aprendizaje hace que disminuya tu ansiedad.

Los comportamientos de seguridad se vuelven más fáciles de abandonar y con el tiempo dejan de ser necesarios. ¡Es como reconocer que el tigre que temías era en realidad un tigre de papel todo este tiempo!

Los terapeutas de TCC también trabajarán para ayudar a desarrollar habilidades que permitan hacer frente a la ansiedad que suele estar desencadenada antes y durante los ejercicios de exposición. De igual manera llevan a cabo un trabajo de reestructuración cognitiva para modificar los pensamientos que provocan la ansiedad y las cavilaciones autocríticas que aparezcan.

Conclusión

Aprender sobre el trastorno de ansiedad social y cómo es tratada es el primer paso. Encontrar un buen terapeuta con el que te sientas cómodo es el siguiente. La eliminación de la ansiedad social puede causar molestias al principio, pero la recompensa vale la pena.

Ten en cuenta la recompensa a largo plazo de vivir una vida cargada de valores, sin trabas y libre, a medida que avanzas en tu viaje para liberarte de los lazos de seda de los comportamientos de seguridad.

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Para tratarte los problemas de ansiedad, recurriremos principalmente a dos tipos de técnicas que nos permitirán abordar todo tipo de síntomas:

  • Técnicas de control del pensamiento: para trabajar la correcta interpretación de amenazas que no existen realmente. También para el control de los pensamientos que pueden incluso, potenciar los síntomas de ansiedad.
  • Técnicas de relajación: para el control de los síntomas de tu ansiedad.

Nuestra capacidad de adaptación a los pacientes como tú, es lo que nos está permitiendo ser los números uno en tratamientos de este tipo. Permite que te ayudemos para que así logres dar un paso más en el cumplimiento de tus objetivos.

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