Jota: Muy buenos días a todos. Aquí estamos otro día más para hablar sobre salud mental y como siempre con nuestra amiga Patricia, que como todos sabéis es Psicóloga Sanitaria enfocada en población adulta que trabaja desde las Terapias Contextuales y es una pieza fundamental del equipo de Psicología Online Avanzada. Muy buenos días Patricia.
Patricia: Hola Jota. Buenos días. Un placer estar aquí. ¿Cómo estás?
¿Qué es la culpa?
Jota: Pues genial. Genial. Y me siento un poco culpable de estar de nuevo, que mal digo estas cosas. Como estaréis viendo en el título hoy vamos a hablar sobre eso un poco sobre la culpa. Y sobre todo este sentimiento que puede tener algunas personas que hace que se sientan culpables prácticamente por todo, constantemente. Entonces de ahí esa gracia que no sé que no la tengo yo para hacer la introducción, que si quieres Patricia, antes de meternos en harina, por qué no nos cuentas qué es la culpa?
Patricia: Efectivamente, vamos a hablar de esta emoción que en ocasiones es desagradable, bueno, siempre es desagradable de sentir, pero más aún cuando nos vemos involucrados en un bucle culpógeno, casi constante en la vida. Vamos a empezar hablando de sí, de qué es, qué es la culpa como tal. Ya sabes que tengo una manía y es que resalto que no hay emociones ni positivas ni negativas. Todas las emociones son útiles y están aquí por algo, porque nos resultaron útiles a lo largo de la historia de la evolución del ser humano y a día de hoy nos siguen resultando útiles. Entonces, no es que la culpa sea una emoción negativa. Negativa no es lo mismo que desagradable, es una emoción desagradable, pero que es útil y que por eso permanecen en nuestro legado. Entonces la culpa como emoción vinculada al malestar, surge en situaciones en las que yo considero que ha actuado de una forma que considero reprobable, es decir, cuando yo siento que debería de haber actuado de otra forma o que debería de haber actuado o que no debería de haber actuado, no? Fíjate que lo que tienen en común, todas estas situaciones, es que hay una parte de juicio. De hecho, la culpa es una de las emociones que los psicólogos denominamos emociones autoconscientes. Esto implica que yo hago una acción, por decirlo así, emito una respuesta, una conducta, un lo que sea. Y hay una parte de mí que está juzgando y que está evaluando mi proceder en esa situación en la que me he involucrado, en mi actuación. Qué ocurre? Que este juicio a veces puede ser más o menos consciente, pero siempre hay un juicio detrás, aunque yo sea un poquito menos consciente de que me estoy juzgando en realidad. Y además, la culpa es una emoción de las que llamamos emociones sociales. Por qué? Porque surgen en el transcurso de la socialización. Es decir, para que yo sienta culpa tengo que haber interiorizado una serie de normas y valores socio culturales acerca de lo que es correcto y lo que es incorrecto. Si no, no existiría la culpa como tal por su propia definición, no? Además, para qué sirve la culpa? Fíjate que el concepto de emoción viene del latín emovere, que significa movimiento. Es decir, toda emoción es una sensación interna que experimentamos y que nos debería de movilizar a la acción a resolver eso que estoy sintiendo por dentro. Entonces, cuál sería esta función movilizadora de la culpa? Pues justamente la culpa lo que nos está movilizando es hacia la conducta moral, es decir, hacia la resolución de esa situación que yo he podido generar o en la que me he podido ver involucrada a reparar los daños que se han podido producir, o cuanto menos a reconsiderar mi conducta de cara al futuro. Es decir, si yo he hecho esto y me he dado cuenta de que podría haberlo hecho diferente o que he generado algún daño, pues que esa culpa me movilice en el futuro, no repetir esa misma acción. Por lo tanto, podemos, creo entonces, estar de acuerdo de que la culpa en sí misma no es mala ni es maligna, sino que es una emoción muy útil y necesaria para poder convivir en sociedad, para poder tener un código ético que me permita relacionarme con los demás de una forma sana y sociable, por decirlo así.
¿Por que nos podemos llegar a sentir culpables por cosas que no son nuestra culpa?
Jota: Y estaba pensando mientras comentabas todo esto en casos que se salen de esta situación que estás comentando, que es entiendo lo estándar y lo habitual, pero se me venían el típico caso de película de que hay una persona que da una idea, que hay otra persona que ejecuta y ocurre una desgracia. Esta persona da una idea, hay otra persona que toma acción y ocurre algo malo. La culpa es del que dio la idea de lo que sea y realmente a lo mejor no es culpable de nada, pero se siente así. Vamos, si quieres ponemos un algún ejemplo para que se entienda más claro, pero yo puedo dar una idea de hacer un juego. Nos ponemos a jugar a no sé qué y ese juego hace que una persona se caiga y se haga un daño. Esa persona dice que propuse yo este juego. Si no hubiera propuesto este juego no pasaría nada. ¿Esa culpa sirve de algo? ¿Qué aprendizaje puedes sacar? Entiendo por todo lo que has dicho antes que hay otros, lo normal, no? Que estoy haciendo un informe en el trabajo para un cliente y meto unos datos de una manera que hace que no consiga un proyecto. Es culpa mía que he hecho esto mal y tenía que haber metido los datos de otra forma. La próxima vez aprendo y lo hago bien para no cometer ese error. Ahí hay un aprendizaje. Pero en este caso que estamos hablando de una cosa que yo propongo, algo que la persona luego se siente culpable, por qué se siente la gente culpable a veces por cosas en las que no es culpable en el fondo?
Patricia: Bueno, si yo me siento culpable es porque estoy evaluando, considerando que ha habido parte, que he tenido parte de responsabilidad en ese resultado que ha acontecido. Este juicio puede ser más o menos ajustado. Puede estar realmente, puede ser un juicio bastante realista, o puede ser más una idea que yo me construyo en base a mis tendencias interpretativas, en base a mi historia de vida, en base a muchas cosas, no? Entonces, desde luego que todo juicio, por definición, no tiene por qué ser real, sino que es una interpretación de la situación. Bueno, en este ejemplo concreto que has puesto de esta persona que plantea un juego y al final otro ejecuta y sale mal. Bueno, pues si esa culpa yo permito que ejerza su función y oye, pues reparo el daño, por decirlo así, de oye, pues hablo con la persona, oye, lo siento si al llevar esta idea práctica te has hecho daño, he salido mal, no era mi intención, simplemente yo quería pasarlo bien un rato. Y aparte de eso, pues yo aprendo que oye, que este juego no es válido porque hay personas que se ven lastimadas. Pues oye, la culpa estaría ejerciendo su función. El problema es cuando esto yo lo extiendo a todo tipo de situaciones o cuando la culpa como tal no me moviliza a resolver la situación. De hecho es ahí cuando cuando se convierte en un problema. Este tema de la culpa es muy interesante porque cuando comentabas esto se me planteaba a mi otra situación, no? En base a esta idea de uno da la orden y el otro ejecuta. Por ejemplo, en situaciones más bélicas, situaciones de conflicto, de guerra, etcétera. No quisiera profundizar muchísimo en esto, pero es muy interesante que para aquel que ejecuta esa orden, por ejemplo, estoy en un helicóptero y un cargo superior al mío, me dice que tengo que pulsar el botón que va a desencadenar pues una bomba o un misil, lo que sea, no? A veces, lo que ocurre frecuentemente es que la persona que ejecuta, que pulsa ese botón no se siente culpable de esa situación, aún provocando un desastre la muerte de un montón de inocentes. Y esto suele ocurrir por una cosa que es muy interesante, que es la difusión de responsabilidad, no? Esta cadena de no, yo lo hice porque tal me dijo esto, pero es que hace tal, se lo dijo este otro y al final en esa cadena la responsabilidad acaba siendo tan difusa que yo como persona que ha pulsado ese botón, me desentiendo un poco de lo que he causado, no? Y busco culpables de una manera externa. Y luego también hay otras variables que afectan a esta difusión de la responsabilidad, como por ejemplo el anonimato. Cuando en una manifestación multitudinaria yo cometo un acto incívico, me amparo en esta parte del anonimato de somos muchos, yo solo soy uno más dentro de esta multitud, nadie va a saber que he sido yo. Y entonces la culpa pasa a un segundo plano y me permito hacer cosas que en otras situaciones no haría. Pero bueno, que me voy por las ramas, este es otro tema, pero al final es la culpa, es una emoción bastante interesante.
Jota: Sí, sí, sí, yo entiendo todo lo que has contado al principio, la utilidad no práctica que tiene en muchas situaciones, pero también detecto muchas personas que se sienten culpables por cosas que no son culpables. Si yo te digo cuando vuelves a casa: no, hombre, no te vayas andando, coge mi coche y te doy las llaves de mi coche y te vas y tienes un accidente ese momento porque has cogido mi coche y la otra persona no sabemos el accidente como ha sido, puede ser culpa del tercero en discordia, pero si yo me siento culpable porque si yo no le hubiera dado las llaves de mi coche, si hubiese ido andando, si ese tipo de culpas no entiendo su utilidad y es muy frecuente que la gente sienta esa culpa de Ay, no tenía que haber hecho esto y me siento culpable, ha sido culpa mía esta acción?
Patricia: Depende de lo que yo me quede enredada en ese bucle. Al final, aquí es realmente necesario hacer un análisis objetivo y realista de la situación del que yo le haya dado las llaves del coche realmente ha producido ese accidente, no lo que ha producido ese accidente es el coche de adelante o la propia persona ha tenido un descuido, lo que sea. Pero yo con haberle dado las llaves del coche no puedo atribuir una relación de causa efecto en el resultado que ha habido, no? Fíjate que al final la culpa es una emoción que puede aparecer en un sinfín de situaciones, pero que en ocasiones puede haber un desajuste, puede convertirse en una culpa más disfuncional, por decirlo así, menos sutil, porque se generaliza a todo tipo de situaciones y al final esto responde a una tendencia personal. Al final, cuando yo me siento culpable en situaciones en las que no tiene sentido que aparezca esa culpa. Significa que me estoy juzgando todo el rato a mí misma y que probablemente haya una tendencia de una elevada autocrítica en mi forma de percibirme a mí misma o en mi personalidad, por decirlo de alguna manera.
¿Cómo es que una persona puede llegar a sentirse culpable cuando no lo és?
Jota: Claro. ¿Por qué puede darse esta situación de que una persona se plantee como problemática una culpa que realmente no es suya?
Patricia: Como siempre, esto viene de cuando somos niños de la infancia, del estilo educativo que hemos recibido, de nuestro entorno familiar. Cuando una persona tiene una tendencia a sentirse culpable de una manera generalizada e inútil o disfuncional, lo que hay en el origen de todo esto es que en el entorno familiar muy probablemente se haya inducido a esa persona a hacerse cargo, a sentirse responsable de un montón de situaciones de las que realmente no tenía culpa o responsabilidad. Es decir, cuando los padres tienden a responsabilizar a los hijos de cosas de las que no deberían de hacerlo porque son niños, no? Y sobre todo, ante circunstancias muy difusas en las que realmente el niño no puede hacer esta relación de causa efecto. Esta relación de vale esto ha ocurrido porque yo he hecho esto y le veo un sentido. Cuando esto ocurre en el entorno familiar de una manera muy continuada y muy difusa, al final ese niño crece un poco con esa idea de cualquier cosa que yo haga puede tener una consecuencia brutal, por decirlo de alguna manera, en mi entorno y por lo tanto tengo que tener cuidado, tengo que estar todo el rato controlando lo que hago y midiendo mi conducta, por decirlo así. Y si a esto le añadimos que en la familia esa familia tiende a tener una rigidez en cuanto al código moral, es decir, esto está bien y esto está mal y punto. No tolero grises, no hay pasos intermedios, esto es tolerable y esto es completamente inaceptable. Cuando existen, cuando se inculcan estas ideas tan estrictas, es difícil que ese adulto que, ese niño que cuando sea adulto crezca con una noción de más flexibilidad, no? De bueno, las cosas no tienen porqué estar bien o mal, no son buenas o malas, sino que depende del contexto, depende de la intención, depende de miles de variables, no? Es decir, esta persona va a ser una persona muy rígida que va a tender por ese patrón, a adjudicarse la responsabilidad de cosas que realmente no estaban en su mano. Entonces, al final esa persona va a basar toda su identidad, el quién yo soy en cuanto al juicio que yo hago de mi misma, voy a tender a ser muy autocrítica porque es lo que yo he visto, porque es de la manera que me han educado. Y esa autocrítica constante va a llevar a que siempre va a haber un juicio de todo lo que hago. Y ese juicio en muchas ocasiones me va a llevar a sentirme culpable. Es decir, dos de los principales ingredientes que yo veo que puede haber detrás de una persona que tiende a experimentar culpa de una manera disfuncional, son una elevada autocrítica y una rigidez extrema en cuanto a la forma de interpretar y de desenvolverse en el mundo.
¿Cómo vive una persona la sensación de culpa cuando se siente culpable por todo lo que ocurre a su alrededor?
Jota: Y cómo se siente esa persona que todo es culpa suya? Entiendo que eso que nosotros, nosotros, que las personas que sólo sienten culpa cuando tienen culpa, esa sensación es incómoda, no? Es una sensación desagradable, pero no la tienes constantemente. Es una sensación que tienes a veces. Pero cuando una persona se siente prácticamente culpable por todo lo que ocurre a su alrededor, cómo vive con esa sensación tan desagradable todo el tiempo?
Patricia: Pues esto puede ir muy de la mano con otro tipo de respuestas emocionales, de estrés, por ejemplo, porque todo lo que ocurre en mi entorno va a ser una situación potencialmente dañina para mí porque puedo causar algún mal. Entonces todo lo voy a vivir con muchísimo estrés y con una sensación de sobrecarga continua. También una parte de ansiedad, como yo no puedo controlarlo todo y yo lo quiero controlar por esa parte autocrítica, pues ahí aparece la ansiedad ante las situaciones de incertidumbre. También incluso puede llevar a situaciones de depresión, de oye, si es que haga lo que haga, hago las cosas mal porque me siento culpable por todo. ¿Qué hago si es que no puedo hacer nada? Porque todo está, todo lo que hago está mal. Entonces, cuando hay este patrón, esta tendencia a experimentar culpa por esta autocrítica, por esta rigidez, creo que es importante que podamos trabajarlo, si la persona no lo puede hacer de forma autónoma, en terapia para prevenir el que esté en otro tipo de situaciones como las que comentábamos de una situación más depresiva, de estrés, de ansiedad, etcétera.
¿Cómo se trabaja la culpa en terapia?
Jota: Y cómo se tratan estos casos, una persona que está teniendo estas dificultades, cómo se lleva esto en terapia? Si nos puedes dar al menos unas pinceladas.
Patricia: Sí, sí, sí, unas cuantas pinceladas. Pues en primer lugar, creo que es importante que la persona pueda entender por qué le ocurre lo que le ocurre. Esto se aplica a toda situación terapéutica, pero creo que es fundamental el que yo pueda entender por qué me siento culpable por todo, continuamente. ¿De dónde viene esto? Cuando yo entiendo que esto tiene un origen y que ese origen no es que esté en mí, sino que está en mi historia de vida. Eso suele generar mucho alivio y es un importante antídoto contra la culpa el que yo pueda entender que esto tuvo un origen seguramente de carácter familiar y relacional en esa parte más educativa. Por otra parte, importante trabajar sobre la raíz del problema que decíamos, no sólo sobre la culpa como tal o sobre las situaciones que me generan culpa, sino sobre esa parte de tendencia a la autocrítica, la rigidez en cuanto a lo que tiene que estar bien y lo que tiene que estar mal. El objetivo sería trabajar fomentando la flexibilidad psicológica de esa persona y también con esa parte de arriba que comentábamos de la culpa, de de trabajar en cuanto a la gestión emocional, la gestión que yo hago de esa emoción, que me permita regular cómo me siento y generar una respuesta más adaptativa en esas situaciones en las que me siento culpable.
Jota: Qué interesante, qué interesante. Me imagino que como dices, en cuanto la persona ve el origen no? De que está provocando todo esto, en empezar a entender un poco lo que le ocurre y empezar a dar pasos a esa mejoría que que se busca. ¿Hay algo más que quieras añadir sobre el tema de la culpa?Que me parece apasionante, es que podríamos, sobre todo sacando ejemplos, hablar sobre muchas cosas y es algo que también se utiliza mucho en se me ocurren un montón de ejemplos de películas de series de tal que se basan un poco en la en la culpa, no?
Patricia: Sí, sí, efectivamente. Un montón de investigaciones y experimentos muy, muy ilustrativos. Jo, pues me parece que es fundamental hacer un trabajo terapéutico aquí de cara, porque fíjate, como decíamos que esto está muy, muy vinculado a la identidad. Si yo me siento la responsable de todas las desgracias que pasan en el mundo es que soy una mala persona. Es muy fácil hacer esa asociación de ideas, que no es realista, pero que es fácil de de tender a esa asociación. Entonces creo que son situaciones en las que cuando esa persona ya está llegando a un punto en el que esto le está repercutiendo a nivel de tranquilidad, a nivel de su vida diaria, de cómo se relaciona con los demás, de cómo toma decisiones, etcétera, creo que es muy importante que lo podamos trabajar en terapia.
Jota: Claro. Y luego los demás, los que sienten esa culpa porque realmente son culpables de algo, de cosas que pueden ser pequeñitas o lo que sea, que lo utilicen para lo que es, para la utilidad que tiene la culpa y es aprender de lo que se ha hecho para mejorar, para lo siguiente, que tampoco creo que haya que tomarse más allá el hecho en sí, más que tomarlo como un aprendizaje.
Patricia: Efectivamente, como siempre, dejar a la emoción que cumpla su función de una manera regulada, de una manera controlada, pero permitir que oye, pues el reparar el daño que se ha podido causar o generar ese aprendizaje alternativo para que no se vuelva a repetir en el tiempo. Y también sobre todo, creo que es muy importante el que podamos mirarnos a nosotros mismos con amabilidad. Somos humanos, no somos perfectos, porque si no seríamos robots y todos somos susceptibles de equivocarnos, de cometer un error, de hacer daño a otras personas sin querer hacerlo. Entonces creo que es muy importante que podamos tener este foco siempre presente de soy humana, me puedo equivocar, me he equivocado, vale, reparo el daño o aprendo para una situación, pero puedo permitirme equivocarme al igual que lo hacen el resto de personas. De hecho, esta parte de intervención en la terapia es fundamental, lo que se llama autocompasión, esa mirada más amable hacia uno mismo.
Jota: Genial, Pues Patricia, muchísimas gracias por darnos esta visión de la culpa y esperamos que le pueda ser de utilidad a los que nos están escuchando. Y nos vemos pronto en un próximo capítulo.
Patricia: Nos vemos pronto. Un abrazo fuerte, Jota.
Jota: Chao. Chao, chao.