Si tienes TDAH, probablemente has tenido tu cuota de momentos embarazosos o estresantes. Tal vez fuiste demasiado entusiasta, te distrajiste o no fuiste consciente de cómo se sentía otra persona. Este tipo de situaciones pueden ser tan extravagantes como brillantes. Veamos una serie de estrategias que te ayudarán a recuperarte y a mostrar tus talentos.
Las personas con TDAH no somos conocidas por tener cara de póquer.
Por lo que sí somos conocidos es por ser entusiastas y, muy frecuentemente, distraídos. Es parte de nuestro encanto. Pero cuando causa confusión y malentendidos (como suele ser el caso) ese “encanto” puede parecer más una maldición que agota la energía y daña la confianza. Esto es así cuando no contamos con estrategias de recuperación.
TDAH en adultos: Más común de lo que crees
Si tienes TDAH, es posible que te veas reflejado en las reacciones descritas aquí. Si no es así, este artículo quizás te proporcione un contexto para esas reacciones extrañas que has compartido con un ser querido, un amigo o un compañero de trabajo con TDAH.
Las investigaciones demuestran que una de cada cinco personas tiene un problema de aprendizaje o de atención, pero un número considerablemente menor entiende el diagnóstico y cómo se manifiesta esta “discapacidad” invisible en la vida real. Con frecuencia, podemos encontrar personas que digan que debemos ser menos expresivos ya que mostrar lo que realmente tenemos en mente puede ser desconcertante.
¿Por qué ocultar las diferencias, incluso cuando pueden ser incómodas? El enmascaramiento solo aumenta los sentimientos de inadecuación y ansiedad, así como frena las expresiones de amor, preocupación, incomodidad y comprensión.
El Instituto Cato (un respetado grupo de política pública) descubrió que el 62% de las personas tienen miedo de discutir o compartir lo que creen, especialmente cuando está relacionado con la política. ¡No es de extrañar que existan tantas malinterpretaciones!
Conoce mi cara de TDAH: La neurodiversidad luce diferente
La neurodiversidad es la idea de que las diferencias neurológicas -como el TDAH- son el resultado de variaciones normales y naturales en los genes. El término representa una nueva forma de ver condiciones que fueron patologizadas en el pasado. El TDAH es descrito cada vez más como un rasgo en lugar de un trastorno. No cabe duda de que ves el mundo a través de una lente diferente, pero hay que considéralo una fortaleza, no una debilidad.
Saber lo que pasa dentro de nuestra cabeza es increíblemente útil. Para ayudar a personas sin TDAH a entender un poco más a las personas afectadas por este trastorno, Denise Brodey, colaboradora sénior de Forbes que cubre la salud mental y la discapacidad en el lugar de trabajo y diagnosticada con TDAH, ha ideado esta guía que sirve de recurso para que terceros descifren tu cara.
#1. La cara de impaciencia
“Nuestro ritmo de trabajo es más rápido que el de otras personas, por lo que poner una cara de juego las 24 horas del día es un reto extra”.
– Denise Brodey
Tenemos más ideas y expresiones de las que una persona media podría soñar antes del desayuno. Vemos patrones e intuimos sentimientos como un murciélago experto en ecolocalización. También podemos ser pensadores poco convencionales capaces de ser directos, emotivos y empáticos, todo en una sola frase. Hay personas que dicen que estas cualidades son el sello de los líderes del pensamiento.
El ceño fruncido de los impacientes también es común en las personas con TDAH cuando ya tuvimos suficiente o perdimos el interés. Si detectas esto durante una reunión o fiesta en persona, el ceño impaciente es una señal de que estaremos esperando afuera.
En las reuniones largas o en las llamadas de Zoom, esa ligera inclinación de la boca, los dientes apretados o la barbilla recogida probablemente indican que estamos totalmente saturados de información y necesitamos un descanso.
“Comunicar rápidamente que la situación se ha desviado puede ahorrar tiempo y ayudar a la colaboración” dice Brodey.
#2. La cara de asco o de gusto
Como los profesores suelen decir a los niños en la cafetería, no hagas asco a la comida de otra persona. Nosotros hacemos esto a menudo. A veces, sin ser conscientes de ello, utilizamos nuestra cara para hacer asco a una idea de un colega. Probablemente no sea tu intención hacer esto, pero tu cara se apodera de ti.
Sin querer, puedes estropear la presentación de PowerPoint de tu colega; y no ser tu intención en absoluto.
Vale la pena señalar que, debido a las restricciones por COVID-19 que tuvimos en estos últimos años, es posible que la práctica a la hora de socializar este un poco oxidada. Las consecuencias se traducen en un aumento de los sentimientos involuntarios que aparecen en nuestras caras.
La buena noticia es que podemos afinar estas expresiones practicando frente al espejo del baño. También puedes mirar las fotos de tu teléfono. ¿Notas un patrón de ceño fruncido?
Tu boca no es un arma. Utilízala para el bien. Práctica en casa cómo lucir un aspecto agradable.
#3. La cara de desconcierto
Esta es la cara que aparece cuando crees que fuiste claro, pero las personas a tu entorno no entendieron tus palabras. Esta situación te hará sentir como si estuvieras hablando en griego.
Brodey recomienda encarecidamente el libro If I Knew What You Were Talking About Would I Have This Look on My Face? escrito por el galardonado actor Alan Alda. Trata sobre el uso de la improvisación para ayudar a las personas a perfeccionar sus habilidades de comunicación y trabajo en equipo.
Muchos programas para personas con problemas de aprendizaje y atención ofrecen cursos de improvisación. Es una de las técnicas clave que han demostrado ayudar a las personas a entender y transmitir los pensamientos con claridad en entornos de equipo.
Uno de los ejercicios favoritos de Brodey es la intervención facial. Se puede hacer en todos los lugares. Consiste en prestar atención a tus emociones y tratar de interrumpir tu tendencia natural a fruncir el ceño. En lugar de ello, mueve los labios hacia arriba en una sonrisa rápidamente 10 veces. Acabarás con una mirada neutra o más tranquila.
#4. La cara roja
No hay maquillaje lo suficientemente opaco para cubrir este aspecto. Está causada por cosas como el leve pánico ante una entrevista de trabajo o por conocer a otra persona por primera vez a través del Zoom. Pensar en ello hace que tu pulso se eleve como si estuvieras huyendo de un edificio incendiado con los pantalones en llamas.
“Enrojecer la cara (y perder el aliento) resulta mortificante, pero si eres consciente de ello, puedes tomar prestada una técnica que aprendí en yoga. Cálmate inspirando por la nariz y espirando por la boca hasta contar hasta cuatro” explica Brodey
“Ser consciente de la respiración es esencial para la concentración y ralentiza la mente. Qué importa si este nuevo enfoque comienza con un poco de resoplidos y bocanadas. Ahora que sabes lo que está pasando, puedes transformar ese momento mortificante en un momento de aprendizaje”.
– Denise Brodey
#5. La cara de juego, también conocida como la mirada en blanco
¿Conoces esa expresión de solidez que las personas hacen cuando están tratando de enfocar su atención? Sí, bueno, eso no es instintivo para nosotros los TDAH.
Nuestra cara de juego se parece más a una mirada en blanco, una mirada que oculta el verdadero yo. La mente que está tramando ideas brillantes o resolviendo problemas a la velocidad de un coche de carreras.
La próxima vez que sientas que los músculos de tus ojos se congelan para parecer “normal” y atento, gira la cabeza de lado a lado una o dos veces. Comenzarás a relajarte y volverás a fluir.
Ser hipersensible (especialmente a lo que percibimos como críticas) forma parte del trato con el TDAH. Olemos, percibimos y saboreamos el doble, tal vez el triple, de lo que lo hacen las personas sin este trastorno. Así que todos esos comentarios negativos sobre nuestro comportamiento realmente duelen. (Los expertos dicen que escuchamos mucho más que la persona media, por poner un ejemplo).
Te animo a que seas visible. Habla de los malentendidos y dedícate a vivir.
Terapia Online
En Psicología Online Avanzada, trabajamos mediante métodos con una validez científica, acompañándolos de una gran cercanía, comprensión de tu problema y con profesionales certificados.
Además, nosotros aplicamos la tecnología para la realización de las sesiones por vídeo-llamada. Mediante la terapia online, buscamos derribar todo tipo de barreras, para que tú, nos dejes ayudarte. De este modo estarás un paso más cerca de cumplir tus objetivos.
Si tú o un ser querido están luchando con este problema, ponte en contacto con nuestro programa. Estaremos encantados de poder ayudarte.
Te esperamos.