Jota: Muy buenos días a todos. Hoy tenemos aquí con nosotros a Patricia. Como bien sabéis que es
psicóloga sanitaria, enfocada sobre todo en población adulta, que trabaja desde las terapias
contextuales y es una pieza fundamental de nuestro equipo de Psicología Online Avanzada que
apoya al resto de los psicólogos de la plataforma, supervisa casos y nada. Bienvenida Patricia, cómo
estás?
Patricia: Hola Jose, buenos días. Cómo estás?
Jota: Muy bien, muy bien aquí. Encantado de saludarte otra vez y deseando que hablemos del tema que
nos traes hoy, que me parece ya decirlo así como de película. Quizá por mi ignorancia, porque vamos
a hablar de agorafobia. Y claro, a mi este tema desde el desconocimiento absoluto me recuerda a
muchas series o películas. Pero claro, quizá sea por que no conozco ningún caso real y me
encantaría que me desvelaras hoy pues toda la realidad que hay detrás de este problema, que
seguramente quien lo sufre no lo ve como una película, no? Es totalmente lo contrario. Así que
cuéntanos si quieres, antes de que empiece ya a preguntarnos exactamente que es la
agorafobia.
¿Qué es la agorafobia?
Patricia: Vale. Efectivamente, conocemos un poco esto de la agorafobia, no? Pues por lo que nos transmiten
ciertas películas, ciertas series. Pero bueno, ya sabemos que al final nos muestran sólo una parte de
la realidad. Y efectivamente, como comentas, para la persona que lo padece no es una situación
realmente agradable, no es precisamente agradable. Pues si Jose, te comento, verás desde lo más
básico, no el concepto de agorafobia como tal, fíjate que viene del griego, no? Y lo que significaría
sería ágora, significa espacio público y fobia que significa temor. Por lo tanto, un poco la traducción
sería el temor a los espacios públicos, no? A los espacios abiertos. Sin embargo, la agorafobia es
algo mucho más complejo que esto, porque no sólo implica un temor a los espacios abiertos,
sino que también se puede dar a los espacios cerrados, a las aglomeraciones de gente, a los
transportes públicos. Es decir, al final la agorafobia no sólo es un miedo a estar en la calle como tal,
sino que al final se acaba convirtiendo en un miedo a la pérdida de control, en un miedo a volverse
loco, en un miedo a morir. Por lo tanto, fíjate que es un problema realmente bastante complejo y
bastante importante.
Jota: Madre mía, pero entonces puede ser miedo, o sea, a quien le ocurre le ocurren todas esas cosas o le
ocurre alguna de ellas? No? Me imagino que el que tiene miedo a un espacio abierto no lo tiene
nada al espacio cerrado o puede darse las dos opciones o como?
Patricia: Pues como veremos un poquito más adelante, si te parece. Al final es un tema demasiado complejo
porque se empieza asociando a una situación concreta este miedo, pero se acaba generalizando a
otras situaciones. Entonces, si la persona no recibe tratamiento a tiempo, si no empieza a trabajar en
ello, el problema se puede cronificar y se puede extender a muchas áreas de la vida y a muchos
contextos. Por lo tanto, efectivamente empieza asociándose a una situación, pero puede acabar
derivando en un miedo mucho más generalizado.
¿Cómo surge la agorafobia?
Jota: Y que te iba a preguntar, esto es muy frecuente, ocurre mucho?
Patricia: Pues verás, lo que ocurre Jose es que se produce un primer ataque de pánico y luego lo vemos un
poquito más en profundidad, pero se produce un primer ataque de pánico que se acaba asociando a
una situación o un lugar, a un contexto determinado, no? Y claro, esto es importante porque al final,
siempre que hay un ataque de pánico o la mayor parte de las veces que una persona tiene un ataque
de pánico al asociarlo a la situación en la que esto ocurre, se acaba generalizando y es ahí cuando
surge la agorafobia. Es decir, una cosa es el ataque de pánico, pero al asociarse la situación es
cuando surge la agorafobia y por lo tanto es muy probable que una persona que una vez en un
momento determinado sufra un ataque de pánico, acaba desarrollando un patrón agorafóbico, por
decirlo así.
¿Cómo puede surgir este primer ataque de pánico?
Jota: Fíjate. O sea que todo esto viene asociado o iniciado por un ataque de pánico. Y nos puedes poner
algún ejemplo de ese primer caso de ataque de pánico que puede ocurrir para que una persona le
ocurra la primera vez este ataque.
Patricia: Efectivamente existen ciertos factores, ciertas variables que pueden probabilizar o hacer más
probable el que una persona tenga un primer ataque de pánico. Por ejemplo, una persona que tiene
una situación de estrés crónico e intenso, estrés derivado del trabajo, un pico de trabajo muy fuerte
que se mantiene en el tiempo, el meterte en nuevos proyectos profesionales. Al final todo eso puede
generar un estrés que si se mantiene en el tiempo, al final la persona tiene un nivel de activación muy
alto y eso puede acabar derivando en un ataque de pánico. También cuestiones hormonales. Y
bueno, cuando hay una pequeña alteración hormonal, por lo que sea, eso puede desembocar en que
la ansiedad esté un poquito más alta y por lo tanto se desencadena un primer ataque de pánico.
También, por ejemplo, el consumir determinadas sustancias, no? Hay una alteración de la conciencia
o una alteración a nivel fisiológico que puede derivar en esto. También personas que tengan cierta
predisposición a tener miedo a las sensaciones vinculadas a la ansiedad. Si yo me fijo, me estoy
fijando mucho en mi cuerpo e interpreto las señales de mi cuerpo y que de repente me late el corazón
un poquito más deprisa o noto que me falta un poquito el aire. Y yo ya de por sí tengo un poco de
miedo a todas esas sensaciones, a la ansiedad como tal. Ese temor me puede desembocar en este
ataque de pánico. Y también hay otra variable que es la reactividad fisiológica. Qué significa esto?
Significa que hay personas que tienen ya de base en su día a día, por decirlo así, un nivel de
activación un poquito más alto de lo habitual. Por lo tanto, generan una mayor sensibilidad hacia las
señales de su cuerpo. Es decir, si yo, es muy habitual en mí que sude mucho cuando me pongo
nerviosa, por ejemplo, o que tenga cierto temblor cuando me pongo nerviosa. Al final acabó cogiendo
un poquito de miedo a tener esas sensaciones y al final todas estas variables pueden desembocar en
un primer ataque de pánico, que es un ataque de pánico como tal, que también sería interesante.
¿Qué siente una persona cuando tiene un ataque de pánico?
Jota: Si, justo te iba a preguntar ahora que nos explicaras un poco eso, no? Que ocurre cuando pasan todas
esas cosas que dices previas y de repente ocurre el ataque. Me imagino que el que lo ha sufrido lo
sabe, pero la persona que no ha pasado nunca por ello, que es lo que ocurre? Qué pasa?
Patricia: Pues verás precisamente la persona que lo ha padecido, que lo ha sufrido, lo sabe, porque de hecho
las sensaciones corporales que se producen son tan súbitas y tan repentinas que en la mayor parte
de los casos las personas van al médico, van a urgencias porque realmente creen que están teniendo
un ataque al corazón, que les está pasando algo grave, algún tipo de problema cardíaco. O sea que
no es algo que pase desapercibido, quiero decir. El ataque de pánico en lo que consiste es una
reacción de miedo y muy repentina y muy súbita, es decir, yo de repente empiezo a notar sensaciones
de activación en mi cuerpo, por ejemplo, taquicardia, sensación de que me falta el aire, sensación de
ahogo, temblor, mareo, parestesias que es hormigueo en las manos, hormigueo en los pies, presión
en el pecho. Fíjate que son síntomas que también pueden darse en un ataque cardíaco. Claro, esto
genera muchísimo miedo. Entonces la persona empieza a interpretar todas esas señales de su
cuerpo como que está ocurriendo algo. Entonces empieza a pensar me está pasando algo, voy a
perder el control, me voy a morir, me voy a volver loca. Es decir, aparece el miedo a perder el control o
el miedo a la propia muerte. Es decir, es un episodio de ansiedad en su máximo esplendor, unas
sensaciones muy, muy, muy intensas.
Jota: Y claro, imagino que en estos casos que comentas, ante la sensación de que estás teniendo un
infarto o alguna cosa así, vas al médico corriendo, no? Y me imagino que allí te hacen las pruebas y
ven que no te está pasando realmente, por lo menos un infarto, no, no lo tienes, no? Y claro, en ese
caso, te hacen alguna prueba para ver que estás teniendo un ataque de pánico o se da por sentado
que lo que te está ocurriendo es eso?
Patricia: Realmente claro, se descartan otro tipo de patologías, sobre todo patologías cardíacas, el que te esté
dando un infarto, en fin todo este tipo de problemas vinculados al corazón como tal. Y una vez se
descarta eso, es como que ya se se da por hecho, se entiende que esa sintomatología es propia de
un ataque de pánico, pero efectivamente claro, asusta mucho a la persona, no?
¿Cómo se pasa de tener un ataque de pánico a desarrollar una agorafobia?
Jota: Ya, ya, claro, totalmente. Y una vez que se origina este primer ataque de pánico con estas
sensaciones, qué hace que lleva a que esto se convierta en agorafobia?
Patricia: Vale, te pongo un ejemplo: imagina que vas en el metro. Y bueno, pues como decimos que es una
situación de estrés, has tenido un mal día, estás especialmente nervioso o lo que sea, alguno de
estos factores que comentábamos anteriormente, entonces tienes un primer episodio de pánico.
Recordamos que es una activación muy elevada, que es una sensación muy, muy desagradable.
Entonces, oye, me ocurre esto en el metro, yo me asusto muchísimo, me voy del metro corriendo
porque no sé lo que me está pasando, no me voy al hospital y lo que sea, pero me voy de esa
situación. Qué pasa? Que ahí yo ya he asociado el ataque de pánico o sensaciones tan intensas,
miedo a perder el control al final, como decíamos, con estar en el metro. Qué ocurre? Lógica y
esperablemente yo no voy a querer volver a montar en el metro porque voy a anticipar. Voy a pensar
que la próxima vez que me monte en el metro me va a pasar lo mismo. Y esta asociación Jose es
muy potente y además tiene un sentido evolutivo. Vamos a la época de la prehistoria. Imagina un
hombre del Paleolítico, por ejemplo, que va andando por la ribera de un río y de repente se encuentra
con un mamut que le va a atacar. Que surge miedo, tensión, una necesidad de huir de ahí. Lo que
ocurre es que esta persona no va a volver a andar por ese mismo sitio, porque ha asociado que en
ese lugar del río va a aparecer mamuts, por lo tanto es un sitio de peligro. Se asocia esa respuesta
emocional de miedo con el sitio en el que ha sufrido la amenaza, no? Claro, esto a nivel evolutivo es
muy importante porque permite a las personas permitía en su momento a las personas el evitar
situaciones de riesgo el evitar morir al final. Entonces todo esto digamos que se plasma en nuestros
genes, no? Porque facilita el desarrollo de la especie. Y entonces, a día de hoy tenemos esta
capacidad, por decirlo así, de hacer asociaciones tan potentes con que solo se haya dado una
situación porque favorece la supervivencia, me permite evitar el peligro. Entonces fíjate lo potente
que es esta asociación, que con que solo una vez haya tenido un solo ataque de pánico en el metro
se va a desencadenar esta respuesta de temor a que vuelva a ocurrir y por lo tanto voy a evitar
montarme en el metro.
¿Qué pasa cuando una persona no puede evitar la situación o lugar que le ha generado un ataque de pánico?
Jota: Que interesante, entonces, estas personas evitan a toda costa, porque a ver, imagínate que lo que te
ocurre es en un sitio que puedas más o menos evitar. Pero el ejemplo que nos pones del metro es
probable que esa persona necesite seguir utilizando el metro, probablemente. Entonces, qué ocurre si
esa persona vuelve a subirse al metro aunque lo quiera evitar? Puede ocurrirle que le dé otro ataque
de pánico simplemente por el hecho del miedo que está pensando que le puede ocurrir. Si no le da,
esto se suaviza? Cuéntanos un poco qué podría pasar en esos casos.
Patricia: Claro, lo esperable es que la persona trate de evitar, lo esperable o lo habitual, quiero decir, si yo he
tenido un episodio de miedo intensísimo en el metro, lo más probable es que evite montarme en el
metro y que si en vez de ir en metro a trabajar puedo ir en autobús, o puedo ir en bici, o ir andando o
lo que sea, pues prefiera hacerlo de esa forma, no? Que es lo que ocurre? Y dónde está el problema?
Que esto que hablábamos de asociar, no de asociar una emoción con un determinado contexto o
lugar, es tan potente que ya no es que sólo ocurra con que se dio un solo episodio, sino que además
se acaba generalizando a otras situaciones. Es decir, aunque yo al día siguiente diga venga, vale,
como como me da tanto miedo, no quiero que me vuelva a pasar lo mismo, no voy a montar en
metro, pero a lo mejor voy andando por la calle y sé que voy a pasar al lado de una marquesina de
metro, yo ya voy intensa, porque había pensado ostras, aunque no me vaya a meter en el metro y si
me da otro ataque de pánico con solo ver el cartel del metro, yo ya voy intensa. Qué pasa? Fíjate
cómo se generaliza esa respuesta de miedo, ya no es al vagón de metro, a estar dentro del metro,
sino que ya sólo con pasar al lado de una marquesina de metro. Si yo continúo puedo acabar
generalizando esto a una calle como tal o a otro medio de transporte. Es decir, me genera un estado
de tensión hacia determinadas situaciones que va a desembocar en que yo cada vez evite más cosas
al respecto de lo que me comentabas, que me parece muy interesante. Claro, si a la persona no le
queda otra que coger el metro? Claro, fíjate, imagina dos personas a las cuales les ha dado un ataque
de pánico en el metro. Una de ellas necesita el metro si o si para ir a trabajar todos los días y la otra
no. La otra solo ha montado en metro esa vez y probablemente hasta dentro de un mes no tenga que
va a volver a coger el metro. Cual es más probable que afronte mejor la situación? La persona que
tiene que coger el metro todos los días, porque si al final yo me obligo a exponerme a esa situación,
acabo un poco rompiendo esa asociación. En cambio la persona que ha tenido un único episodio y
no se vuelve a enfrentar a la situación, acaba cogiendo más miedo, no? Si yo evito algo, el miedo se
hace más grande. Lo veo como más potencialmente peligroso aún. Sin embargo, hacer esto de
enfrentarte a la situación, oye, no es nada fácil.
Jota: Claro, el problema sería que la persona que vuelve a enfrentarse a la situación lo pasase mal de
nuevo. No sé si llegando al punto del ataque de pánico, pero si realmente el paso por allí es un
calvario, imagino que también significará algo, es que claro, fíjate que ahora me lo estás contando y
me pongo en contexto y claro, yo evitaría, pues eso buscaría el autobús. A lo mejor en el camino que
has escogido alternativo en el autobús, vas todo el camino pensando en lo que has hecho y estás
planteándote: Y si no es el metro? Y si? Y si me da aquí también y lo que dices tú de pensar y decir:
pues es que el autobús también lo tengo que evitar.
Patricia: Efectivamente.
Jota: Y claro, esto es como una bola de nieve.
Patricia: Ese es el mayor problema, que es exactamente eso, una bola de nieve que cada vez se hace más, se
hace más grande. Y el problema Jose está en que si yo tenía un primer episodio de pánico en el
metro y al día siguiente vuelvo. Yo ya voy, como decimos, en estado de alerta, en tensión, lo cual hace
que esté más nerviosa, etc. Y yo me monto en el vagón y me empiezo a activar. Empiezo a notar las
mismas sensaciones y huyo de la situación, escapo de la situación, el miedo se hace aún más grande
porque no estoy enfrentándome como tal a esa situación, la estoy gestionando a través de una
evitación, de huir de la situación. Oye, que es humanamente esperable que esto ocurra porque todos
evitamos el malestar, al final, pero el problema está en esa respuesta en la que yo escapo de la
situación y no me enfrento a ver qué pasa realmente, si paso un poco esa curva de la ansiedad como
decimos, no?
¿Qué pasa cuando una persona comienza a tener ataques de pánico y éstos siguen avanzando?
Jota: Claro, claro, claro. Cómo una persona que empieza a tener estos problemas, que empieza a
desencadenarlos y que sigue avanzando, cómo termina, que es lo que ocurre con ellas, en qué
situación pueden acabar?
Patricia: Lo que ocurre, como decíamos Jose, es que intervienen estos dos factores de la asociación entre
ataque de pánico con una situación determinada. Y además, como eso se acaba generalizando a
otras situaciones, no? Fíjate que al final entramos en un bucle, como decíamos, no? Yo a lo mejor
decido vale hoy no cojo el metro, pero sé que voy a pasar por una calle en la que tengo al lado la boca
del metro. Claro, al final yo acabo generando una respuesta de hipervigilancia, es decir, yo estoy
constantemente observando mi cuerpo, fijándome venga, tengo taquicardia ahora o cómo va la
respiración? O me noto un poco mareada. A lo mejor estoy un poco mareada porque hace mucho
calor o porque no he dormido bien, pero yo ya lo estoy empezando a interpretar como una señal de
peligro, es decir, las sensaciones corporales que podrían atribuirse a una situación normal en la que
me va el corazón más deprisa porque acabo de subir escaleras o me falta el aire porque estoy un
poco cansada. El problema es que yo las empiezo a interpretar como señales de peligro, de anticipar
un ataque de pánico. Entonces el yo estar tan vigilante hacia las sensaciones de mi cuerpo, al final
me coloca en un estado de tensión. Estar constantemente atenta a ver cómo estoy, como voy con las
manos, como voy con la respiración, como va mi corazón, etc. Y el estar en tensión acaba generando
que me ponga más nerviosa en cuanto detecte algo que yo interpreto como anómalo en mi
organismo, me voy a poner más nerviosa porque voy a estar todo el rato anticipando el miedo a que
se desencadene un ataque de pánico. Al final, si yo me pongo más nerviosa, mi cuerpo se acelera, se
activa y acabo desencadenando un ataque de pánico. Fíjate, es un bucle que tiene muchísima lógica
y del que es complicado salir. Entonces, al final lo que ocurre Jose es que acabo evitando muchas
cosas de la vida, acabo evitando, por ejemplo, determinados transportes públicos, lugares con
multitudes, con mucho ruido. Todo este tipo de situaciones que me colocan en un estado de alerta
las acabo evitando. Y al final, claro, tú imagínate lo que constriñe eso la vida, no? Mi vida queda
reducida a un espacio muy pequeñito de seguridad, que puede ser mi casa, puede ser la necesidad de
ir siempre acompañada, puede ser la necesidad de ir siempre con alguna clave de seguridad que me
relaje, por ejemplo medicación o ir siempre con el móvil en la mano. Es decir, mi vida acaba
dependiendo de evitar esta respuesta del miedo. Y claro, fíjate en lo que se convierte al final la vida
de una persona, lo que limita.
Jota: Claro, claro. Pero me estoy dando cuenta de que es un poco el nombre engañoso, no? Porque es,
como comentabas al principio, el miedo a los espacios abiertos, pero puede ser miedo a pues eso, lo
explicabas muy bien, a perder el control, que pueda ser en cualquier situación. Podría, lo veo más
complicado, a lo mejor, pero que si te está ocurriendo esto en tu casa, precisamente el concepto que
ponemos de que la persona acaba encerrada en su casa, sería el sitio que quieres evitar, no? Si te
ocurriera así. Bueno, a lo mejor es una cosa rara que no ocurre.
Patricia: No, si efectivamente puede ocurrir. Ahí quizás lo que asociamos son otras señales del contexto, por
decirlo así. Imagínate que hay una persona que tiene ataques de pánico y que le dan por la noche, o
sea, tiene un primer episodio de pánico que le da cuando oscurece. Lo que asocia precisamente es la
oscuridad, la noche a una respuesta de miedo. Entonces quizás pueda permanecer en su casa
durante el resto del día normal, siga siendo un espacio de cierta seguridad, pero que el problema sea
cuando cae la noche o por la mañana, es decir, acabamos asociando determinados factores o por
ejemplo nos de después de comer. Entonces, claro, esta facilidad de asociar la respuesta emocional,
como decíamos con la situación, oye, puede ser con olores, puede ser con lugares, con horas del día,
se asocia, como decimos, por esta clave evolutiva, no? Se asocia con cualquier señal que me indique
que hay un peligro.
Jota: Entonces me imagino que este problema lo puede tener gente que sufre situaciones muy, muy
distintas. El que no puede subirse en transportes públicos, el que no puede ir sin compañía, el que
habrá casos extremos, no? Que no salgan ni de su casa. Y situaciones, pues muy, muy diferentes. Me
imagino que a lo mejor cuando llega un paciente a consulta lo identificáis enseguida. Pero pienso que
te puede llegar alguien con un problema que es muy, muy diferente a otro. Sois capaces de identificar
que el problema que tiene es agorafobia rápidamente o necesitáis avanzar en la terapia? Quiero decir,
si alguien te dice pues mira, es que pues me da miedo coger cualquier transporte público o no puedo
salir de casa sin mi medicación como comentabas, o sin el móvil si me quedo sin batería. Ese tipo de
cosas las identificáis rápidamente y veis que es esto? Qué situaciones se os dan?
Patricia: Efectivamente como en todos los casos al final fíjate, el concepto de agorafobia es como una
etiqueta, un nombre que se le da a un estilo de respuesta a las sensaciones fisiológicas, a como yo
las interpreto, a que eso me genera una respuesta de evitación o de escape, etc. Pero al final estas
etiquetas nos sirven un poco a los psicólogos para guiarnos. Pero en realidad cada persona es un
mundo, cada persona tiene su propia problemática, su propia casuística, no? Entonces al final en la
terapia siempre tenemos que analizar la situación particular de esa persona. Eso es algo
fundamental, no? El no guiarnos por conceptos generales o por etiquetas diagnósticas así muy
generales, sino conocer en profundidad el problema de la persona, de qué forma le afecta
particularmente a esa persona. Esto requiere un pequeño proceso de evaluación, en el que
identificamos cuál es el problema, como se está manifestando, como lo gestiona la persona, etc.
Pero sí que es cierto que en estos casos concretos, de agorafobia, suele ser algo que se suele
identificar muy fácil, porque en cuanto detectamos que hay ataques de pánico que son de verdad,
son algo muy sencillo de identificar por la forma tan súbita y tan intensa en la que aparece, en cuanto
hay ataques de pánico, ya es fácil identificar que va a haber una respuesta de evitación y por lo tanto
ya hay un proceso agorafóbico detrás.
¿Cómo afecta al tratamiento si la persona no acude a terapia cuando comienza a tener ataques de pánico?
Jota: Y me imagino que no es lo mismo alguien que llega a una consulta con: “He tenido un ataque de
pánico y acaba de empezar el problema”. A una persona que ya está en una situación de: “Estoy
encerrado en casa, no salgo, no tengo vida” y incluso a lo mejor es hasta un problema acudir a
terapia, gracias a que Psicología Online Avanzada funcionamos de forma online, pero a lo mejor de la
forma tradicional y acudir a una terapia presencial incluso llega a ser una limitación.
Patricia: Efectivamente, efectivamente. La variable un poco del tiempo, de cómo se va cronificando el
problema es algo que afecta al tratamiento. Efectivamente, no es lo mismo el que la persona haya
tenido 3 ataques de pánico y acuda casi inmediatamente a terapia, que una persona que ya está
bastante incapacitada, por esto de la evitación y del escape. Bueno, están en puntos diferentes y
entonces la intervención se adapta al punto en el que esté la persona, pero por eso es tan importante
el acudir a terapia en cuanto a este tipo de problemas, empiezan a aparecer porque cuanto antes
empecemos a trabajar podemos facilitar o agilizar todo el proceso. Y efectivamente, el problema está
en que si dejamos que esto se cronifique en el tiempo puede ser incluso problemático el hecho de
acudir a terapia presencial. Porque claro, la persona tiene asociado, tiene tan generalizada esa
respuesta de miedo que tiene incluso la dificultad para salir de casa. Estamos hablando en casos
muy extremos, esto no siempre ocurre así, pero hay casos en los que esto ocurre. Entonces
efectivamente, es bastante complicado en estos casos. Se puede trabajar, pero es complicado.
¿Una persona que sufre agorafobia, puede mejorar y resolver su problema por sí misma?
Jota: Y te iba a preguntar, porque hay cosas o problemáticas por las que de una manera u otra todos
vamos a pasar a lo largo de nuestra vida por un duelo por bueno, situaciones que podemos vivir
todos. Y estas situaciones pueden ayudarte a acudir a terapia o no. Todos los que hemos pasado
alguna vez por un duelo, hayamos pasado por terapia o no, la podemos haber necesitado o no, lo
hemos vivido. Pero en un caso como éste de agorafobia, sin acudir a terapia, puedes ser capaz de,
una persona sola sobrellevarlo, no sólo de llevarlo, sino avanzar y resolver el problema? O es la única
forma de poder volver a tener una vida normal es acudiendo a terapia?
Patricia: Muy buena pregunta. Como te comento, depende de esa respuesta de escape. Si yo empiezo a
meterme en ese bucle de evitar situaciones, es como un torbellino, no? Que desde el centro es muy
pequeñito, pero se va haciendo cada vez más grande. Si yo entro en ese bucle es complicado,
escapar de ese bucle de evitar por una parte y de estar hiper vigilante hacia mis propias sensaciones
corporales, de estar constantemente atenta a los indicios de peligro que que se puedan dar en mi
cuerpo. Realmente si yo me enredo como te comento en este bucle, es complicado salir de el.
Depende de muchos factores, como decíamos, si al final tengo que coger el metro todos los días
porque tengo que ir a trabajar y no existe otra alternativa, u otras alternativas son inviables o son más
problemáticas, al final me tengo que enfrentar a esa situación sí o sí, entonces de forma quizás un
poco natural, el enfrentarme yo a esa situación y por lo tanto que no haya una respuesta de escape
me facilita el que esto sea algo puntual y que de forma natural se extinga o desaparezca esa
sensación de alerta, de miedo, no? Pero claro, como ya decimos, depende de esta respuesta de
escape, de si yo puedo evitar la situación o no, de si decidido enfrentarme a ella. Depende un poquito
de esto.
¿Qué consejos podemos dar a los familiares o amigos de una persona que sufre agorafobia?
Jota: Claro, claro. Qué podríamos decirle? No sé si el entorno de la persona que sufre esto pueda hacer
algo. Hay algún consejo que se le pueda dar a la familia o a los amigos de alguien que sufre
agorafobia para que puedan ayudarle de alguna manera?
Patricia: Ya, pues mira, en primer lugar Jose, como siempre comprender a la persona, no? Comprender que
realmente la persona no está decidiendo no salir de casa o no ir al teatro por capricho, por lo que sea,
sino que es que realmente tiene asociada una respuesta de pánico, de miedo intenso. No es una
decisión agradable para nadie tener que abandonar parte de su vida por este miedo. Entonces el
comprender, el empatizar con la persona, con lo mal que lo está pasando, con el sufrimiento que le
produce, no? No juzgar, no juzgar, porque realmente es complicado a veces meternos en la piel de
una persona y más cuando está sufriendo o cuando es algo a lo mejor, que quizás si no lo hemos
vivido, nos cuesta entender. Precisamente como no lo hemos vivido tenemos que tratar de hacer este
ejercicio extra de empatía con la persona. También respetar el ritmo, no? Preguntar abiertamente a la
persona: oye, qué necesitas, en qué puedo ayudarte, cómo podemos gestionar esto, no? Preguntar
por las necesidades que tiene la persona y adaptarnos al ritmo que ella necesite, no? Oye, pues
entiendo que ahora mismo para ti es inviable ir al teatro, bueno, qué otra alternativa podemos buscar
que no sea ir al teatro, no? Paralelamente, es necesario, como ya decimos, cuando esto se planifica,
cuando entramos en este bucle, claro, en este bucle, que la persona vaya a terapia no, pero por parte
de las personas más allegadas o cercanas, es esto lo que podrían hacer un poco. En cuanto a la
actitud con la que se enfrentan a la situación o a la persona.
¿Qué pasa si obligamos a una persona que sufre agorafobia a hacer aquello a lo que teme?
Jota: Me imagino que será complicado en algunos casos. Me imagino a la persona que no entiende el
problema que hay detrás, incluso forzando: “Cómo que no? Venga, vamos a ir, venga que si, si no te
puedes quedar aquí, vamos ahora mismo.” Y estamos hablando, comentabas el tema de ocio, de ir al
teatro, pero incluso pueden estar forzando otras cosas que ya no es ocio. Es decir, cómo que no vas
a ir al trabajo? Claro que vas a ir. Algo que no comprenden. No hay excusa. Estás poniendo una
excusa absurda, no? Que puede entender esa persona que es absurda, sin conocer exactamente lo
que está pasando esa persona con agorafobia. Cómo de malo es el forzar a la persona a hacer esto
que no quiere hacer por nada? Es peor? Es una situación que es, que está siendo peor, no?
Patricia: Efectivamente, si. Al final es normal y podemos entender, el que ante el desconocimiento pues surjan
este tipo de reacciones por parte de las personas, no? De: “Oye, realmente yo no he tenido un ataque
de pánico nunca, entonces no entiendo a lo que te está pasando. Y venga, no será para tanto si eso
está todo en tu cabeza. Venga, sal. Venga, vamos a hacer lo que sea.” Surge del desconocimiento y
por lo tanto es normal que determinadas personas reaccionen de esta forma. Pero efectivamente,
Jose, esto es problemático. Si a mi me están obligando a hacer algo que realmente me está
generando pánico, va a hacer que esté más tensa aún porque me está metiendo presión, me están
diciendo que tengo un problema, en fin, que estoy exagerando, están tratando de minimizar lo que yo
estoy sintiendo cuando lo que yo siento es pánico realmente, no? Entonces me están presionando de
alguna forma, eso genera que yo me presione a mí misma, que me vea como cada vez más inválida,
más incapaz. Y al final, efectivamente, este tipo de forma de gestionar el problema pues bueno, no
ayuda. Es humanamente comprensible que suceda, pero efectivamente no ayuda a la persona.
Jota: Claro, claro. Y que se le podría recomendar o aconsejar a la persona que está viviendo estos ataques
de pánico? Es fácil para esa persona, tomar la decisión de ir a terapia? O hay casos en los que la
gente no es consciente del problema en el que está entrando y no acude a terapia?
Patricia: Creo por la experiencia que yo tengo con las personas con las que trabajo, estoy trabajando, creo
que realmente en la mayoría de los casos acude a terapia, porque es que al final tu vida acaba
quedando totalmente limitada a la evitación de la ansiedad, a la evitación del pánico, no? Y realmente
esto acaba desencadenando también otras cosas: bajo estado de ánimo, problemas relacionales, en
las relaciones de pareja, me distancia de mis amistades, en fin, al cronificarse eso acaba generando
otros problemas. Entonces normalmente las personas acuden a terapia, o por las propias
consecuencias que está teniendo su situación, o por la propia situación en sí cuando se está llevando
a cabo. Como decimos, es fundamental que en cuanto la persona está detectando que está entrando
en este bucle, acuda lo antes posible a terapia para que no se cronifique el problema para que no se
enquiste. Entonces mi mayor recomendación puede ser esa: oye, si esto te está ocurriendo, si notas
que esto se está generalizando, que estás empezando a coger miedo de cosas que antes no tenías y
estás empezando a evitar, oye, acude a terapia porque es algo realmente que se puede trabajar y que
cuanto antes lo hagamos mejor, no? Al final el objetivo es que la persona recupere su vida, que tenga
una vida con valor, una vida valiosa. Y hay veces que es complicado retomar esta vida. Por lo tanto
acude a terapia y piensa en ti, date valor, no? Y vamos a trabajar en esto que se puede hacer.
Jota: Genial, genial. Me has aclarado un montón de cosas. Empezamos, no sé, para mí esto era era un
problema, como comentaba un poco así de película. Fíjate que hemos visto que puede ser bastante
más normal y lo tenemos identificado con cosas, o yo por lo menos, por mi desconocimiento lo tenía
así asociado. Y me ha parecido super interesante ver que bueno que todos estamos expuestos a una
cosa así que podemos de repente tener ese origen con un ataque de pánico, sin darnos cuenta por
situaciones que pueden estar en la mano de todos, de situaciones de estrés y de todo este tipo de
cosas que comentas y que fíjate, hay algo más que quieras decir que se nos haya podido escapar
sobre sobre esto antes de terminar? O crees que lo hemos conseguido contar todo más o menos? A
mí me has aclarado, ya te digo, muchísimo el tema.
Patricia: Creo que hemos tocado un poquito todos los palos, por decirlo así. Bueno, espero que esto pueda ser
de ayuda para alguien que nos está escuchando, que se pueda sentir identificado con esto. Y al final,
como siempre, es un poco la idea de dar importancia también a nuestro cuidado en cuanto a salud
mental, el atendernos, el escucharnos, el prestarnos atención, y si en algún momento de nuestra vida
detectamos que hay algo que queremos cambiar, que sentimos que no nos encontramos bien, darle
valor a esto, al igual que vamos al médico, vamos al fisioterapeuta, al dentista no? Pues al final dar
ese valor a nuestra salud mental.
Jota: Claro que sí. Pues oye Patricia, muchísimas gracias y espero que coincidamos prontito otra vez y
hablemos de otro tema tan apasionante.
Patricia: Estupendo, encantada, Jose. Un placer como siempre.
Jota: Un saludo.
Patricia: Un saludo.