62 – La relación entre el estrés y la salud física

Jota: Muy buenos días a todos. Un día más aquí para hablar de salud mental y de nuevo estamos con nuestra querida amiga Patricia, que como todos sabéis es Psicóloga Sanitaria enfocada en población adulta, que trabaja desde las Terapias Contextuales y es una pieza fundamental del equipo de Psicología Online Avanzada. Muy buenos días, Patricia. ¿Qué tal? 

Patricia: Hola, buenos días, Jota. Muy bien. ¿Y tú cómo estás? 

Jota: Genial. Aquí deseando hablar otro ratito contigo sobre salud mental. Estoy un poco estresado porque esto me genera mucha presión. Mis gracias son malísimas, lo voy a tener que dejar de hacer. Pero bueno, hoy vamos a hablar un poco del estrés, sobre todo la relación que tiene con la parte física de nuestro cuerpo y ver cómo nos puede afectar el tener estrés. 

Patricia: Efectivamente, porque como comentaremos ahora Jota, la respuesta de estrés moviliza un montón de cosas a nivel fisiológico, en el organismo, en el cerebro, hormonas, etcétera. Que cuando esto se sostiene a largo plazo, pues tiene una consecuencia, o puede llegar a tener una consecuencia para la salud física importante. También de cara a hacer como una señal de alarma, de oye, vamos a prestar atención a esto para prevenir que podamos tener algún tipo de enfermedad física. 

¿Qué es el estrés y qué relación tiene con nuestra salud física?

Jota: Madre mía, yo ya estoy asustado con lo que acabas de contar. Cuéntanos un poco eso, ¿qué es el estrés y qué relación tiene con nuestra salud física? 

Patricia: Vale, pues si te parece, Jota, empezamos definiendo un poquito qué es el estrés para que podamos ponernos en contexto, aunque ya en otro momento lo definimos en otra reunión, en otro podcast con más detalle, pero por refrescar un poquito conocimientos. Vale, pues decíamos que el estrés es una respuesta fisiológica, una respuesta que se produce en el organismo y que me permite adaptarme a un cambio en el contexto en el que estoy. Este cambio siempre suele corresponderse con una sobredemanda. Es decir, se produce un cambio al que yo me tengo que adaptar y por lo tanto, en mi organismo se tienen que movilizar ciertas cosas que me permitan responder a esa situación de cambio. Esto de la sobredemanda conlleva el que yo hago una valoración de la situación. Yo me di cuenta de ostras, se ha generado este cambio en el trabajo, en mi relación de pareja, en mi familia, en mi casa, donde sea, se ha producido este cambio y yo ahora mismo con mi nivel de funcionamiento actual, no tengo capacidad para responder tal y como lo estaba haciendo, a este cambio. Entonces tengo que poner en marcha un extra, un plus, por decirlo así, de recursos que me permitan solucionar o sobrellevar este cambio que se está produciendo. Fíjate entonces, como en todo momento, en todo momento estamos hablando de una parte de sobre esfuerzo, un sobre esfuerzo físico, un sobre esfuerzo mental, un sobre esfuerzo relacional que necesito pues para adaptarme a ello. Entonces se movilizan un montón de cambios en el organismo que van a facilitar ese proceso de adaptación. 

¿Cómo nos afecta el estrés?

Jota: Claro. ¿Y cómo nos afecta esto? Porque entiendo que no es lo mismo que tengas ese sobreesfuerzo puntualmente y tengas un estrés a corto plazo o que dure poco a que esto esté prolongado en el tiempo. 

Patricia: Efectivamente, fíjate que tal y como la estamos definiendo, la respuesta al estrés es un proceso adaptativo porque me permite adaptarme a una situación novedosa o de cambio. En sí mismo, el estrés no es algo malo, es algo que necesitamos. Yo necesito, si tengo un pequeño pico en el trabajo, adaptarme a esa situación y eso me lo va a facilitar mi propio organismo, que va por una parte a movilizar un montón de recursos extra, este plus que decíamos para poderme adaptar a la situación, pero a su vez necesitamos poner en pausa, por decirlo así, paralizar temporalmente otros procesos fisiológicos que no son relevantes o que no son decisivos para el afrontamiento de esa situación. Y eso tendrá una serie de consecuencias que nombraremos después. Esto es cuando el estrés es puntual, pero cuando el estrés se mantiene en un largo periodo de tiempo o la demanda, la exigencia es tan alta que mis recursos son insuficientes, es cuando se produce un estrés patológico o un estrés dañino para la salud fisiológica, pero también para la salud mental. 

Jota: Comentabas al principio que es una adaptación al cambio. Si yo vivo sometido continuamente a una presión extra, realmente no hay cambio. Si siempre estoy, no sé, imagino en el trabajo que me están exigiendo continuamente hacer, a lo mejor más cosas de las que yo puedo abarcar y tengo que dedicar ahí un esfuerzo, pero es continuo, es siempre igual. No es un cambio, entiendo que no solo es el cambio, sino el verte sometido a algo que te cuesta o que no puedes lograr o no es fácil. 

Patricia: Sí, aunque la tendencia sea que mi trabajo, por ejemplo, sea muy cambiante y requiera una respuesta de adaptación continua, aunque la tendencia sea esa, pero cada cambio implica aportar algo diferente a lo que yo me voy a tener que adaptar. Claro, te preguntarás cómo se gestiona esto una persona que en su trabajo cambia todo el rato o que cambia todo el rato de sitio, de lugar de residencia, que se muda constantemente. Es muy interesante que hayas mencionado esto, Jota, porque no solo es la cronicidad en el tiempo lo que es patológico en sí mismo, sino que también debemos hablar de los períodos de recuperación. Es decir, yo puedo estar sometida a mucho cambio en mi trabajo, pero siempre y cuando haya una parte que contrarreste eso, que me permita recuperarme, espacios propios en los que cuidarme, ejercicio físico, alimentación saludable, tiempo de desconexión, de ocio, de conectar con otras personas, todo esto va a facilitar, digamos que contrarresta un poquito el efecto que puede llegar a ser nocivo del estrés. O sea que justamente esa herramienta es la que permite a determinadas personas sobrellevar un trabajo de mucho cambio, una circunstancia vital de mucho cambio, muy cambiante. 

¿Cómo afecta el estrés a nuestra salud?

Jota: Claro. Y lo que queríamos contar, ¿cómo nos afecta a nuestra salud? 

Patricia: Fíjate que estábamos diciendo que se produce una respuesta a nivel fisiológico, a nivel del organismo en el cuerpo, que me permite poner en marcha un recurso, una serie de recursos extra para afrontar esa situación. ¿Qué cambios se tienen que producir en el organismo? Normalmente coinciden con un aumento de la tasa cardíaca, un aumento de la tasa respiratoria y un aumento de la presión arterial. Es decir, todo esto tiene que ver con la activación, ¿verdad? Como cuando hacemos deporte y se activa todo nuestro cuerpo. Pues es algo así. Se producen cambios fisiológicos que hacen que yo esté más activa y por lo tanto más alerta y más resolutiva para poder gestionar esa situación de cambio. ¿Qué ocurre? Que para que toda esta activación se produzca en el organismo, requiere que haya en mi cuerpo una serie de ingredientes que faciliten esta activación. Estos ingredientes o mensajeros suelen ser las hormonas y neurotransmisores. Son como mensajeros que se empiezan a segregar en mi organismo, llegan a otros órganos y le dicen oye, espabila, que necesitamos adaptarnos, necesitamos responder a esto que está ocurriendo. O sea, son mensajeros que son muy útiles, que nos permiten esto de movilizarnos, de tener ese extra de energía. Por mencionar unos poquitos, quizás sin entrar mucho en ello, porque tampoco sea necesario, pero por mencionar algunos de ellos, hablamos de adrenalina y noradrenalina. La adrenalina y la noradrenalina permiten justamente esto, que me active, que mi cuerpo se ponga a la alerta, que esté atenta, que sea resolutiva en ese momento, pues ese estado de activación del que hablábamos. También se movilizan unas sustancias que se llaman glucocorticoides. Aquí quizás nos suene el cortisol, que siempre se ha vinculado como la hormona del estrés. Lo que permiten los glucocorticoides es un aumento del nivel de glucosa en sangre. Oye, si mi cuerpo tiene que estar más activo de lo normal, necesito que mi cuerpo tenga más alimento, por decirlo así, más gasolina de lo normal. Como cuando hacemos mucho deporte, necesitamos cuidar mucho la alimentación para que nuestros músculos puedan comer, puedan nutrirse. Pues esto es lo mismo. Si la situación requiere que yo esté muy activa, mi sangre, mis músculos requieren muchísima glucosa. Entonces, justamente estas hormonas se encargan de esto, de dar este aporte energético a nuestro organismo. Y luego también se activan otras hormonas y neurotransmisores que se llaman endorfinas y encefalinas, que lo que hacen es disminuir la percepción del dolor. Si yo tengo que estar muy enfocada en mi trabajo por ese pico, por ese extra de trabajo que tengo, necesito desatender, como decíamos, otros procesos. Necesito un poquito que mi sensación, mi percepción del dolor, baje para poder estar más alerta, para no focalizarme tanto en eso que me está dañando, por decirlo de alguna manera. O sea, es una respuesta adaptativa. No significa que deje de sentir dolor, sino simplemente que mi percepción del dolor disminuya un poquito, porque lo que es importante en ese momento es responder a la situación y no tanto focalizarme en si me duele la cabeza un poquito. Por eso ocurre esto. Entonces, se activan estos mensajeros y como decíamos, se inhiben otros procesos. Si yo necesito darlo todo durante 15 días en el trabajo porque estoy teniendo una serie de congresos importantísimos o lo que sea, hay otros procesos que no son prioritarios para esa circunstancia. ¿Qué procesos? Sobre todo aquellos ligados con el sistema digestivo y con la respuesta sexual. Si tengo que estar pensando en el congreso, no me sirve de nada tener una respuesta sexual de excitación en ese momento, sería contraproducente. Me distraería, por decirlo así, de lo que es urgente. Y con la digestión igual. Si yo tengo que estar dando un congreso centrada en lo que tengo que decir, en no perder el hilo, en saberme expresar de la manera más adecuada, pues quizás no sea tan importante estar haciendo la digestión en ese momento, por decirlo así. Entonces, se ralentizan o incluso se paralizan un poquito otros procesos que no tienen tanto que ver con la situación alarmante, por decirlo así. 

Jota: Fíjate, esto ya indica aquí cosas que nos va a afectar, el estrés. 

Patricia: Eso es. 

¿Qué implicaciones tiene la ralentización del sistema digestivo por estrés?

Jota: Claramente, la vida sexual. ¿Qué implicaciones tiene el que ralentice el aparato digestivo? 

Patricia: Bueno, pues lo que ocurre, ya decimos, cuando es un estrés puntual, no pasa nada, no hay unas consecuencias muy lesivas, pero cuando esto se mantiene, a partir de ahora vamos a hablar de estrés patológico, de cuando esto se extiende en el tiempo o de cuando yo no introduzco mecanismos compensatorios, cuando yo no me distraigo, cuando no tengo tiempos de desconexión. Cuando esto ocurre, pues claro, el proceso digestivo se ve alterado de forma que se producen digestiones muy pesadas, acumulación de gases, etcétera, porque el sistema digestivo no está funcionando de una manera óptima, entonces todo el proceso se entorpece y eso puede desarrollar un montón de problemas gastrointestinales, diarreas, vómitos, molestias abdominales, etcétera. Claro, nuestro sistema digestivo nos está diciendo Oye, que no le estamos prestando todos los recursos que son necesarios para esto y entonces se dañan determinadas partes de este proceso. 

¿De qué otra manera nos afecta el estrés?

Jota: Fíjate, ¿y hay algo más que se vea afectado? 

Patricia: Sí, en general un montón de cosas, porque como es una respuesta cuando se convierte en algo patológico, pues es algo que nuestro organismo necesita darnos una señal de oye, para, porque está afectando otros procesos. Entonces, afecta un montón de cosas. Afecta, por ejemplo, al sistema cardiovascular. Claro, si yo necesito, decíamos que sube la tasa cardíaca, que sube la frecuencia respiratoria, por lo tanto, sube la presión arterial. Si la presión arterial se mantiene muy alta durante un periodo largo de tiempo, lo que ocurre es que los vasos sanguíneos se dañan. Los vasos sanguíneos son esos tubitos por los que pasa la sangre. Entonces, cuando están sometidos a mucha presión durante mucho tiempo, el tejido se daña. ¿Y qué es lo que pasa? Que para curarse, por decirlo así, de alguna manera, a esas paredes de los vasos sanguíneos se adhieren, se unen, pues, triglicéridos, colesterol, una serie de sustancias que lo que hacen es estrechar aún más los vasos sanguíneos. Entonces empiezan a formarse placas y esto al final afecta al sistema cardiovascular. Y se pueden ver afectados a nivel de corazón, a nivel del cerebro y a nivel también de los riñones. Fíjate, decíamos antes, todo lo que no sea relevante se paraliza o se bloquea. Si yo estoy sometiendo a mi cuerpo a una activación muy alta, decíamos, necesitamos que nuestro cuerpo esté bien alimentado, que aumente el nivel de glucosa en sangre. También necesitamos que aumente la cantidad de líquido disponible en el organismo. Entonces, ¿qué pasa? Que la eliminación de líquidos, por decirlo así, se reduce. Como necesito más líquido en el organismo, pues deshecho menos líquido. Entonces, se va acumulando líquido en el organismo y claro, esto puede llegar a ser muy lesivo a nivel de los riñones y puede llegar a causar incluso insuficiencia renal, entre otros problemas. 

¿Cómo podemos hacer para contrarestar los efectos negativos del estrés?

Jota: Madre mía. Un desastre esto del estrés. Entiendo que estamos hablando de una persona que está centrada, has contado en algún momento así de dedicarse tiempo y tal. ¿Qué pasaría si esa persona que está con estos cambios, con este estrés en su vida diaria, sí tiene un hueco, sale a hacer deporte una hora. ¿Es suficiente tener un espacio? No sé si he dicho deporte, no sé si es meditación, si es relajación. ¿Qué es lo que debe hacer? ¿Suficiente como para que esto se reduzca o hace falta poner más medidas? 

Patricia: Bueno, es suficiente y necesario que esté esta parte de contrarrestar, no solo a través del ejercicio físico, sino de todas aquellas actividades que impliquen desconectar de esa fuente de estrés, de ese estresor. Como tú decías, puede ser meditación, puede ser ejercicio físico, pero puede ser cualquier actividad de ocio que me permita tener períodos de recuperación en los que la activación de mi organismo baje para que así se compense un poquito esa activación. Si es suficiente, bueno, lo ideal es que no estemos sometidos a procesos de estrés de una manera crónica o muy alargada en el tiempo, o con una intensidad muy elevada. Esto sería lo ideal. Cuando esto no puede ser así, porque la circunstancia en la que estamos viviendo no podemos escapar de ella por lo que sea, pues es muy importante poder compaginarlo con estos períodos de recuperación diarios. No vale solo con tener solo el fin de semana para descansar. Necesitamos un descanso y un autocuidado diario, generar una parte de rutina también de autocuidado y bienestar propios. 

¿Es suficiente el ejercicio físico si mientras lo realizamos nuestra mente aún está pensando en nuestra fuente de estrés?

Jota: Me estoy imaginando a esta persona estresada en el trabajo y tal que decide ir al gimnasio para desconectar durante un rato, que se va con otro compañero de trabajo y están haciendo pesas, hablando todo el rato sobre la reunión. Eso no sería desconexión al final, ¿no? Estás todavía… 

Patricia: Claro, efectivamente, porque hay una parte de mí, en mi mente, a nivel mental, estoy todavía enganchada a esa fuente de estrés. Sigo hablando de trabajo, entonces no estoy desconectando del todo. De hecho, lo que estoy haciendo es que mi organismo se mantenga alerta, porque al estar pensando lo que me genera estrés, mi cuerpo sigue alerta, mi cuerpo sigue reaccionando como si esa situación aún estuviese presente. Por eso utilizamos el concepto de desconexión. No importa tanto lo que haga, sino que eso que haga me implique desconectar y desviar mi foco de atención hacia otras cuestiones del día a día. 

¿Cómo podemos hacer para desconectar realmente?

Jota: Entiendo que además es complicado cuando tú estás bajo esta presión que supone algo que te está causando el estrés, es algo en lo que prestas atención y estás pensando en ello. A lo mejor no estás ni dialogando con tu compañero, pero estás corriendo y vas pensando en los problemas. Igual llegas a la cama por la noche para descansar y ni siquiera porque estás todavía dándole vueltas a todo lo que ha pasado, lo que va a pasar, lo que tienes que hacer. Es complicado, ¿no? A lo mejor poner ese límite y decir bueno, ahora voy a hacer esto, tengo que parar porque me toca dormir o porque quiero desconectar durante un rato. ¿Cómo podemos hacer ese paso, ese interruptor que diga esto, luego continúo con ello, pero ahora desconecto? 

Patricia: Bueno, pues esto se trabaja generando una serie de hábitos saludables en cuanto a la gestión de esta situación. De cuando estoy en el trabajo, estoy haciendo cosas del trabajo y es aquí donde puedo pensar en soluciones, en qué hacer, en hablar del tema, en gestionar lo que está ocurriendo. Nos estamos focalizando en el trabajo porque quizás sea el ejemplo más sencillo, pero lo podemos trasladar a cualquier otra situación o contexto que nos genere estrés. Cuando estoy en esta situación de estrés, estoy en esta situación de estrés y el resto del tiempo lo debo emplear en otras cosas. Y sí, hacer ese clic es difícil, pero por ello es muy importante llevarlo a la conducta, a cuando estoy en el trabajo hago cosas de trabajo, cuando estoy en casa hago cosas de casa, cuando estoy en el gimnasio estoy en el gimnasio. El tratar de tener una rutina, una organización que me permita gestionar o separar muy bien todos esos ambientes. Implica mucha parte de conciencia, de darme cuenta de oye, vengo al gimnasio a desconectar y estoy en la cinta de correr y estoy pensando en la reunión de mañana, no estoy desconectando. Tengo que darme cuenta para desviar la atención hacia lo que estoy haciendo en este momento. Para ello, fíjate cómo también puede ser muy útil el tema del mindfulness, de la atención al momento presente, de conectar con lo que estoy haciendo en este mismo momento. Y si se me pasa una idea por la cabeza que puede ser útil para el trabajo o para mi problema de pareja o lo que sea, oye, pues lo anoto y ya lo veré mañana cuando esté en el contexto adecuado. Pero ahora no es tiempo de estar pensando en ello. Es decir, establecer unos límites muy claros que no es sencillo de hacer, pero que hay estrategias que nos pueden ayudar a ello. 

¿Cómo ayuda la terapia a gestionar tanto el estrés como la salud física?

Jota: Claro. Sí, yo creo que el mejor ejemplo que has puesto es el del mindfulness, el centrarte en lo que estás, si ya no estás en ese como decías, a lo mejor el estrés no es en el trabajo y lo tienes en casa y es en el trabajo donde desconectas y quitas ese estrés que te supone estar. Efectivamente, sí, no sé si hay en terapia alguna forma de ayudar a todo esto, a que tanto tu salud física, que a lo mejor, fíjate, vamos al psicólogo para conseguir mejorar nuestra salud mental, pero en este caso lo que mejoramos son las dos cosas. ¿Cómo puede ayudar la terapia en este caso, a manejar tanto el estrés como esa salud física que se ha sentido perjudicada? 

Patricia: Efectivamente, hay una interacción entre la salud psicológica y la salud física. De hecho, la OMS, la Organización Mundial de la Salud, habla de que la salud o un estado de salud o de bienestar se produce cuando hay un equilibrio entre el bienestar a nivel bio, a nivel psico y a nivel social. Necesitamos que estos tres componentes estén en cierto equilibrio para que yo pueda tener un estado de salud generalizado. Y bueno, hay una relación muy importante entre la parte psicológica y la parte fisiológica y viceversa, cómo lo fisiológico también afecta a lo psicológico. Entonces, en terapia, claro, por supuesto que puede ser muy útil para prevenir la aparición de problemas de carácter fisiológico y para intervenir a tiempo antes de que todo esto ocurra. Bueno, en terapia el estrés se puede trabajar de múltiples formas. Ya mencionábamos un poquito algunas de ellas a través de la organización de rutinas, del establecimiento de límites, de mejorar la comunicación, porque hay veces que el estrés viene de que yo no estoy sabiendo marcar límites a determinadas personas. Es decir, tendremos en terapia que identificar cuáles son esas fuentes de estrés, por qué se están produciendo, más bien por qué se están manteniendo en el tiempo y que podamos trabajar sobre esa raíz del problema. Si el estrés se produce porque pues eso, porque tengo problemas de comunicación, porque no me sé organizar bien, porque no tengo tiempo de calidad para mí, porque soy una persona a lo mejor más introvertida y entonces me cuesta mucho buscarme tiempos de autocuidado porque me da vergüenza hacerlo por lo que sea. Tenemos que trabajar sobre la raíz del problema. También mejorando algunas rutinas saludables en cuanto al sueño, en cuanto a la alimentación. En fin, la terapia se adapta siempre a la persona, se hace de una forma muy particular y muy concreta. 

Jota: Claro. No sé si hay algo más que quieras añadir sobre todo esto del estrés y cómo afecta a la salud física. 

Patricia: Bueno, creo que es importante para cualquier persona que nos pueda estar escuchando, porque hay veces que no nos damos cuenta de que estamos sintiendo estrés y lo notamos en el cuerpo. Si estamos empezando a tener algún problema de salud, que no identificamos muy bien la causa, por ejemplo, mencionábamos antes que también afecta a la respuesta sexual en los hombres. Cuando hay un problema de disfunción eréctil o de eyaculación precoz, suele haber un proceso de estrés detrás. Siempre tenemos que descartar una causa orgánica, pero si no hay una causa orgánica, muy probablemente es que esa persona esté viviendo una situación que le esté generando estrés. A nivel de la mujer, no beneficia en absoluto el tema del estrés con el tema de la fertilidad. Muchos problemas de fertilidad se ven agravados justamente por situaciones de estrés o incluso el tema de la dispareunia del vaginismo, que al final es dolor al mantener relaciones con penetración y contracciones involuntarias de la musculatura de la vagina. Esto se suele producir también por procesos de estrés. Es decir, cuando tenemos algún síntoma fisiológico de los que podemos estar nombrando. ‘Es que me pongo enferma con mucha frecuencia. Siempre estoy enferma, siempre estoy acatarrada, siempre es muy fácil para mí estar enferma.’ Es que el estrés también afecta al sistema inmune de forma que lo debilita. Interfiere en la formación de linfocitos o incluso los llegan a destruir algunas hormonas vinculadas con el estrés. Entonces, si alguna de las personas que nos está escuchando detecta que algo de esto le está ocurriendo sin que haya una causa orgánica aparente o que no haya sido detectada, pues quizás lanzarle un poco la pregunta de Oye, ¿qué está ocurriendo en tu vida? Quizás te está sobrepasando alguna situación que estás viviendo y si es así, puede que estemos hablando de un estrés patológico. Entonces, invitar y animar a todas estas personas a que acudan a terapia antes de que se conviertan en un problema de salud más grave. 

Jota: Claro. Y muchas de estas enfermedades que comentas a veces son difíciles de detectar. Hemos hablado antes de presión arterial, de todo eso. Hasta que no llega a un punto ya muy grave, no somos conscientes de tener a lo mejor ese tipo de problemas. Y a veces estamos tan acostumbrados a vivir bajo estrés que ni siquiera somos conscientes de que tenemos estrés y podemos tener estos problemas. Y curiosamente, a lo mejor llegan las vacaciones, nos vamos a la playa y estamos tranquilamente, por fin desconectando de todo lo que nos trae estrés y aparecen síntomas de los que decimos ¿Y esto por qué ahora? 

Patricia: Eso es, de hecho, eso es algo bastante frecuente, Jota. Cojo vacaciones y de repente me pongo mala o aparecen dolores que digo ¿Pero y esto por qué si no he hecho nada?. Fíjate que antes estábamos hablando de que el estrés hace que baje la percepción del dolor, pero no significa que el dolor no esté ahí. Entonces, cuando mi estrés baja, afloran todas esas sensaciones de las que no he podido ser consciente antes. Y el tema de los resfriados y tal en vacaciones, pues igual como he estado, digamos, atacando, por decirlo así, a mi sistema inmune se ha debilitado. Por lo tanto, es mucho más sencillo que me pueda resfriar cuando baja el estrés como tal. Entonces vamos a atender no solo a estos problemas de salud, sino a ser posible antes. Si yo siento que estoy en casa y que no puedo dejar de pensar en el trabajo, o que estoy en el trabajo y no puedo dejar de pensar en mi problema de pareja, por ejemplo, cuando no puedo desconectar de algo que me está sobrepasando, eso es una señal lo suficientemente significativa como para que nos planteemos qué puede estar ocurriendo y que pongamos en marcha estrategias para cambiar esta situación. 

Jota: Genial. Patricia, muchísimas gracias. Me ha encantado conocer un poquito más todo esto del estrés y cómo está relacionado con nuestra salud física. Y espero verte pronto en otro capítulo. 

Patricia: Muchas gracias a vosotros. Un abrazo fuerte. 

Jota: Chao, chao. 

Patricia: Hasta luego.

Patricia Martinez Psicóloga Online

Autor: Patricia Martínez

Psicóloga Psicóloga General Sanitaria con experiencia de trabajo en población infanto-juvenil y adulta.
Supervisora de casos y apoyo del equipo de POA.
Puedes ver su perfil en este enlace.