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Jóvenes adultos y la adicción
Los años de la escuela secundaria, el instituto y la universidad pueden ser uno de los momentos más emocionantes de la vida de un individuo: cuando conoce a personas nuevas, tiene nuevas experiencias, asume riesgos, aprovecha las oportunidades y amplía sus horizontes.
Sin embargo, durante estos años los jóvenes también experimentan ciertos momentos de mayor presión en sus vidas.
Ya que sucumben a la presión de los compañeros y se sienten agobiados por una serie de expectativas establecidas por la familia, los amigos e incluso por ellos mismos.
Una de las presiones más evidentes de este periodo tiene que ver con sustancias como el alcohol y las drogas.
La mayoría de los padres esperan que las drogas y el alcohol se conviertan, en un momento dado, en una sustancia que se introduzca o consuma en el transcurso de la joven vida de su hijo.
Con la educación adecuada en torno a estos elementos, el uso podría ser simplemente recreativo o una breve fase de la vida de un joven.
Sin embargo, hay otros momentos en los que las drogas y el alcohol pueden adueñarse de la vida de los adolescentes y jóvenes de formas que resultan insospechadas. Es en este momento que ni los padres ni los hijos están debidamente equipados para abordar el comportamiento o los resultados relacionados con la salud que derivan de ello.
Señales de advertencia de abuso de estupefacientes
Aquellos que estéis preocupados por si el adolescente o el joven adulto de vuestra vida está sucumbiendo al consumo y la adición de sustancias, podréis encontrar una serie de señales:
Problemas con la ley, como:
- Conducir bajo los efectos del alcohol.
- Romper el toque de queda.
- Robar en una tienda o hurtar.
Problemas en la escuela, como:
- Retrasos excesivos.
- Malas notas y suspensiones.
- Cambios de humor.
- Pérdida de interés por las actividades favoritas.
- Acumulación de objetos relacionados con las drogas.
- Comportamiento violento.
- Retraimiento.
- Depresión.
- Falta de higiene.
- Pérdida de dinero.
Comprender los efectos de las drogas y el alcohol
No debería sorprendernos que las drogas y el alcohol produzcan efectos negativos en nuestra vida.
Es un hecho al que muchos aluden, ya sea en las campañas de anuncios de servicio público sobre las drogas y el alcohol. En las campañas de educación sobre las sustancias e incluso en las advertencias de los padres, los educadores y el personal médico.
Sin embargo, muchos no sois conscientes de hasta qué punto las sustancias son capaces de cambiar todo, desde el cuerpo hasta la cuenta bancaria. Estas transformaciones incluyen:
- Alteración de la química cerebral.
- Complicaciones de salud.
- Infecciones.
- Problemas legales o financieros.
- Lesiones accidentales.
- Muerte.
Al comprender todos los efectos que las drogas y el alcohol son capaces de tener en la dirección de tu vida. Tú, como adulto joven y curioso, puedes tomar decisiones informadas sobre el tipo de hábitos que te gustaría desarrollar y las elecciones por las que te gustaría guiar tu vida.
Aunque muchos pensáis que el alcohol y las drogas son un componente normal para la vida de un adolescente y un joven adulto, hay ciertamente casos en los que esos comportamientos normalizados podrían llegar a ser particularmente destructivos. Incluso cuando la intención era simplemente “pasar un buen rato”.
Efectos nocivos
Entonces, ¿qué efectos tienen exactamente las drogas y el alcohol en la vida de los adolescentes? ¿Y cómo podéis evitar los padres, en colaboración con vuestros hijos que corran los riesgos asociados al abuso y al mal uso del alcohol y las drogas?
A menudo ocurre que los jóvenes recurren a las sustancias para enmascarar o abordar otros problemas en sus vidas.
Por ejemplo, el abuso de drogas suele provocar o enmascarar problemas emocionales como la ansiedad, la depresión, los cambios de humor, los pensamientos suicidas y la esquizofrenia. De hecho, es frecuente que los jóvenes que se enfrentan a una depresión grave digan que utilizan las drogas para sobrellevarla.
El resultado negativo de esta decisión es que el consumo de drogas también es capaz de aumentar la gravedad de estos problemas emocionales y duplicar el riesgo de depresión y ansiedad.
Desde el punto de vista del comportamiento, el consumo de sustancias a veces repercute negativamente en los problemas sociales existentes, los pensamientos suicidas y la violencia. Según una encuesta de la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias, los jóvenes que optan por abusar de las drogas tienen más probabilidades que los adolescentes que no abusan de ellas de tener comportamientos delictivos como peleas y robos.
Los efectos en el desarrollo del cerebro
Una vez que el adolescente y el adulto joven comienzan a abusar de las drogas y el alcohol, ya sea en la fase experimental o no, estos elementos pueden tener un impacto considerable y peligros biológicos en el cerebro.
El cerebro es el órgano más complejo del cuerpo humano, incluso con menos de 3 libras.
La razón es que, como agentes adictivos, muchas drogas activan el circuito del placer del cerebro y, por ello, los consumidores se ven obligados a repetir los mismos comportamientos negativos. Lo que comúnmente lleva a los usuarios a pasar de una fase de experimentación a una posible adicción.
El consumo de drogas modifica las funciones del cerebro humano de forma considerable. Dado que los cerebros de los adolescentes están todavía en pleno desarrollo. Esto significa que los patrones de trabajo del cerebro. Es decir, los procesos fisiológicos e intelectuales, se transforman tanto que se produce una forma de daño de neurotransmisión química.
Entre los adolescentes, los patrones neuronales de sus cerebros son mucho más vulnerables a los peligros del abuso del alcohol y de las drogas.
De acuerdo con los expertos, el abuso de drogas entre los adolescentes puede dar lugar a graves trastornos mentales o a daños permanentes e irreversibles en el cerebro o el sistema nervioso, como:
- Contracción del cerebro.
- Deterioro de la capacidad de aprendizaje.
- Amnesia y problemas de memoria.
- Deterioro del razonamiento.
- La percepción y la intuición.
- Aumento o disminución de la socialización.
- Cambios en el deseo sexual.
Con el consumo de sustancias, el cerebro libera dopamina que lleva a los usuarios a experimentar una sensación de euforia.
Con el uso constante en forma de adicción, el cerebro acaba por acostumbrarse a la dopamina adicional, y finalmente los usuarios no pueden funcionar normalmente sin ella. Esta transformación empieza a afectar a todo, desde la personalidad, la memoria y los procesos corporales.
Como mínimo, el abuso de drogas daña la memoria a corto y largo plazo y puede provocar problemas de aprendizaje y memoria más adelante en la vida.
El riesgo de sufrir problemas de salud es mayor
Existen complicaciones adicionales que afectan a otros aspectos del cuerpo físico.
Aparte del cerebro, el consumo de drogas y alcohol afecta a casi todas las partes del cuerpo, desde el corazón hasta los intestinos.
Esto significa que los consumidores pueden esperar experimentar cierto tipo de frecuencias cardíacas anormales y ataques cardíacos. Así como venas colapsadas e infecciones en sus válvulas cardíacas como resultado específico del consumo de drogas.
Por otra parte, el consumo de drogas podría provocar que los huesos dejasen de crecer de forma adecuada o correcta, calambres y debilidad muscular y, si el consumo es prolongado, daños renales y hepáticos.
Los consumidores de drogas y alcohol también se exponen a otros tipos de vulnerabilidad, como las infecciones.
Por ejemplo, a veces, cuando los jóvenes están bajo la influencia de las drogas o el alcohol, es posible que opten por prácticas sexuales inseguras que potencialmente pueden dar lugar a la contracción de una enfermedad de transmisión sexual.
De hecho, los adolescentes que consumen drogas tienen cinco veces más probabilidades de mantener relaciones sexuales que los que no las consumen. Asi mismo también son más propensos a mantener relaciones sexuales sin protección y con un desconocido.
Esto conlleva un mayor riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual, embarazos en la adolescencia y agresiones sexuales.
Por otra parte, la infección en forma de hepatitis C, hepatitis B y VIH también está presente al compartir agujas al consumir determinadas drogas. Se trata de formas de infección muy graves. Sin embargo, también hay otros casos de infección que son menos graves, como los resfriados comunes y la gripe, que también llegan por compartir otras herramientas para el consumo de drogas, como las pipas y los bongs.
Relaciones sociales
El consumo de drogas y alcohol también puede provocar una serie de resultados sociales negativos.
Por ejemplo, como resultado del abuso, los jóvenes pueden tener que afrontar consecuencias legales que van más allá del uso a corto plazo o de un momento experimental de riesgo. Esto incluye:
- Ser sometido a una prueba de drogas aleatoria antes de que la empresa realice una oferta de trabajo.
- Pasar un tiempo en la cárcel si es declarado culpable de conducir bajo los efectos de las drogas.
- Tener el permiso de conducir suspendido durante un periodo corto o largo de tiempo.
- Pagar una fuerte multa.
- Otros.
En cuanto a los compromisos sociales, el abuso de las drogas y el alcohol también afecta en gran medida a la productividad en el trabajo o en el instituto, y a otros intentos de mejorar las habilidades y avanzar en la carrera.
Por último, en el peor de los casos, el abuso de drogas y alcohol es capaz de provocar graves lesiones físicas (como en los accidentes de tráfico) y la muerte (en el caso del suicidio y el homicidio).
De acuerdo con las estadísticas, el consumo de alcohol ha provocado cerca de 5,2 millones de lesiones accidentales y 1,8 millones de muertes cada año desde principios de la década de 1980.
La Organización Mundial de la Salud estima que 1 de cada 4 muertes está causada por las drogas y el alcohol.
En el caso de los adolescentes en particular, el abuso de sustancias y la adicción, incluso en el caso de la experimentación, ha ido en aumento, sobre todo en el caso de drogas como la cocaína, el éxtasis y otras diversas drogas asociadas a la experiencia de las discotecas.
Entre los adolescentes, las sustancias de las que más se abusa son:
- La marihuana (31,5%).
- El Vicodin (9,7%).
- Las anfetaminas (8,1%).
- Los medicamentos para la tos (6,9%).
- Los sedantes y tranquilizantes (6,6% cada uno).
Muchas de estas tienen resultados increíblemente perjudiciales, si no potencialmente mortales, en caso de consumo excesivo.
Debido al aumento de los riesgos asociados al abuso de drogas y alcohol, hay una gran cantidad de documentación que sugiere la importancia de salvaguardar y proteger a los jóvenes de los efectos negativos del consumo de sustancias.
Por este motivo, los expertos subrayan la relevancia de que los padres detecten pronto el consumo de sustancias por parte de los adolescentes y adultos jóvenes.
Si los padres detectan el consumo desde el principio y lo controlan, se pueden curar los cambios iniciales en la transmisión neuronal. En el caso del consumo prolongado de drogas, no todo está perdido. Más bien, aunque los cambios en la función cerebral son ciertamente más fundamentales, es decir, en forma de enfermedad cerebral, no son cambios completamente irreversibles.
Qué significa esto para ti
En consecuencia, es increíblemente importante identificar los casos de abuso de sustancias e intervenir si es necesario.
Cuanto antes nos ocupemos de esta situación, más probable será que el consumidor sea capaz de evitar las consecuencias duraderas.
Los planes de tratamiento combinados con psicoterapia, especialmente si el abuso de sustancias ha provocado sentimientos de depresión, ansiedad o pensamientos suicidas han demostrado ser eficaces para ayudar a los adictos a desarrollar hábitos más saludables, tanto para los adultos como para los adolescentes.
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