La salud mental forma parte de la vida, al igual que la salud física.
Conforme tus hijos crecen, pueden empezar a tener preguntas sobre la salud mental, especialmente si un miembro de tu familia tiene un diagnóstico. Mantener una conversación honesta y adecuada a una edad determinada puede contribuir a que sepan navegar por su curiosidad y que aprendan a hacer de su propia salud mental una prioridad.
Índice
¿Qué significa salud mental?
La salud mental abarca el bienestar psicológico y emocional. Entre los problemas de salud mental más comunes figuran el trastorno de ansiedad, la depresión, el trastorno bipolar y el trastorno obsesivo-compulsivo. Al igual que los hábitos saludables, como comer alimentos nutritivos y hacer ejercicio, contribuyen a la salud física, hábitos como hablar con un terapeuta y tomar la medicación con regularidad permiten mantener una buena salud mental.
Cuanto ántes aprendan tus hijos a incorporar estos hábitos saludables en la vida cotidiana, mejor equipados estarán para hacer frente a los problemas de salud mental que experimenten a lo largo de su vida.
¿Por qué es importante hablar de salud mental?
Cuando inicias una conversación sobre salud mental con tu hijo, ayudas a romper el estigma y la vergüenza que rodean a las enfermedades mentales. Los niños pueden ser reacios a confesar cuando tienen problemas.
Si creas un entorno en tu casa en el que te animes a hablar abiertamente sobre la salud mental, tu hijo aprenderá a no tener inconvenientes en hablar de los problemas de salud mental con los que está luchando.
Cómo iniciar una conversación sobre salud mental
Los siguientes consejos te ayudarán a iniciar una conversación con tu hijo sobre la salud mental:
- Reserva un tiempo para hablar del tema. No te precipites en la conversación y evita las distracciones, como mirar el teléfono. Hablar de salud mental es importante y si tu hijo quiere compartir un tema importante para él, es esencial que escuches atentamente para que puedas entender completamente estos sentimientos y experiencias.
- Utiliza emojis o una tabla de imágenes para ayudar a los niños pequeños a identificar y expresar sentimientos. Los niños más pequeños quizás tengan más dificultades para expresar por medio de palabras las emociones que experimentan. Utilizar emojis o imágenes para describir las emociones suele ser útil.
- Formula preguntas abiertas. En lugar de preguntar: “¿Qué tal el día?”, haz preguntas abiertas como: “¿Qué has disfrutado hoy?” o “¿Qué te ha resultado difícil hoy?”. Este tipo de preguntas fomentan un debate más productivo.
- Crea una lista de adultos de confianza. Es posible que, a pesar de que eres el padre o la madre, no siempre se sientan cómodos contándote todo, y eso está bien. Trabaja con ellos para identificar a los adultos de confianza con los que pueden hablar si tú no estás disponible o si están incómodos. Por ejemplo, otro miembro de la familia, un profesor, un orientador o un entrenador.
- Comparte tu experiencia personal. Si tu hijo tiene preguntas sobre por qué acudes a un terapeuta o para qué sirve la medicación, no dudes en ser sincero con él. Asegúrate de ser apropiado para su edad. Por ejemplo, es posible que los niños pequeños no entiendan lo que es la depresión, pero saben cómo es la sensación de tristeza.
- No te lances a ofrecer soluciones. Como padre, es natural querer solucionar las cosas, especialmente cuando están relacionadas con tu hijo. Pero saltar inmediatamente a las soluciones hace que tu hijo sienta que no es escuchado. Permite que se exprese completamente y que complete sus pensamientos. Cuando termine, valida el sentimiento de tu hijo, reconoce las formas en las que ha intentado solucionar el problema y trabajad juntos para encontrar una solución.
Aprende a saber cuándo es el momento de hablar con un profesional
Es importante entender los síntomas y las señales de advertencia de un problema de salud mental. Si reconoces un cambio repentino en el comportamiento de tu hijo, como arrebatos emocionales o dificultades en la escuela, es posible que ocurra un problema mayor.
Deberías buscar ayuda inmediata si empiezan a hablar de hacerse daño o de hacer daño a otros, o si dicen que oyen o ven cosas que otros no pueden ver.
Independientemente de lo que tu hijo esté experimentando, hay ayuda. El asesoramiento puede ayudaros a ti y a tu hijo a superar sentimientos y experiencias difíciles. El viaje de cada persona hacia la salud mental es diferente.
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