La diabetes y la enfermedad de Alzheimer son dos de las enfermedades más comunes que afectan a los adultos mayores en todo el mundo. La diabetes es una enfermedad crónica que afecta a la capacidad del organismo para procesar la glucosa. El Alzheimer es una enfermedad cerebral progresiva que daña las células del cerebro y las conexiones celulares, lo que provoca la pérdida de memoria y de otras funciones mentales esenciales.
Las investigaciones sugieren que la diabetes aumenta el riesgo de que una persona padezca la enfermedad de Alzheimer. Entre las personas sin diabetes, casi 2 de cada 1.000 desarrollarán Alzheimer. En el caso de las personas que sí tienen diabetes, esta tasa aumenta a 6,25 por cada 1.000 personas.
Índice
La conexión entre la diabetes y el Alzheimer
Los investigadores aún no comprenden del todo la relación entre la diabetes y el Alzheimer, pero saben que la diabetes aumenta la inflamación y daña los vasos sanguíneos del cuerpo.
Esto provoca daños en muchos órganos del cuerpo, incluido el cerebro. Según la Asociación de Alzheimer, los elevados niveles de azúcar en sangre que con frecuencia son un distintivo de la diabetes de tipo 2 también están relacionados con el aumento de la proteína beta-amiloide, una característica clave de la enfermedad de Alzheimer.
Los investigadores creen que la resistencia a la insulina característica de la diabetes de tipo 2 exacerba las placas cerebrales que se producen en la enfermedad de Alzheimer. La enfermedad de Alzheimer es a veces llamada “diabetes de tipo 3” debido a la conexión con la resistencia a la insulina en el cerebro.
Las pruebas indican también que la hipoglucemia crónica, o el bajo nivel de glucosa en sangre, acelera los problemas cognitivos en las personas con Alzheimer. La glucosa es una fuente de energía primaria, por lo que el cerebro se ve privado de combustible cuando los niveles de azúcar en sangre descienden. Esto provoca daños cognitivos. Un meta-análisis descubrió que las personas diabéticas que experimentaron eventos hipoglucémicos tenían un 44% más de riesgo de desarrollar demencia.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo compartidos que aumentan las posibilidades de que una persona desarrolle ambas afecciones son:
- El gen ApoE4: No existe un gen específico que cause directamente el Alzheimer o la diabetes. Con todo, las personas con una variación de la apolipoproteína E en el cromosoma 19 (APOE4) tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Este gen también es un factor de riesgo para desarrollar diabetes.
- Niveles elevados de azúcar en sangre: Los niveles elevados y crónicos de azúcar en sangre están asociados al desarrollo de estas dos enfermedades. Las investigaciones demuestran que las personas con niveles elevados de azúcar en sangre, a pesar de no tener diabetes, tienen más probabilidades de padecer la enfermedad de Alzheimer.
- Antecedentes familiares: Los antecedentes familiares de diabetes o Alzheimer indican que una persona tiene más posibilidades de desarrollar estas enfermedades.
- Factores relacionados con el estilo de vida: La falta de actividad física, los malos hábitos alimenticios y otros factores relacionados con el estilo de vida también son factores que pueden elevar el riesgo.
Complicaciones de la diabetes y el Alzheimer
Tener diabetes y la enfermedad de Alzheimer supone graves consecuencias para la salud y el funcionamiento. El Alzheimer provoca una pérdida de memoria progresiva y un deterioro de las funciones. Con el tiempo, las personas pierden la capacidad de gestionar las tareas necesarias para la vida diaria, entre ellas la capacidad de controlar y gestionar los niveles de azúcar en sangre.
El Alzheimer aumenta el riesgo de una diabetes mal controlada, lo que contribuye a muchos otros problemas de salud. La diabetes tiene una serie de complicaciones, como provocar enfermedades cardíacas, insuficiencia renal, ceguera, daños en los nervios y derrames cerebrales.
¿Cuándo acudir al médico?
Si tienes síntomas de pérdida de memoria, debes consultar a un médico para que te haga una evaluación y pruebas adicionales. A pesar de que no existe una cura para la enfermedad de Alzheimer, hay tratamientos que permiten ralentizar el avance de la enfermedad y mejorar el funcionamiento de ésta.
Diagnóstico de la diabetes y el Alzheimer
La diabetes es diagnosticada mediante análisis de sangre que comprueban los niveles séricos de glucosa inusualmente elevados. Para valorar la diabetes se pueden utilizar varios análisis de sangre, como las pruebas A1C que miden los niveles medios de glucosa en sangre durante los últimos dos o tres meses. Un nivel de A1C del 6,5% o superior indica diabetes.
Los médicos utilizan una serie de pruebas y herramientas para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer. En ocasiones administran pruebas de estado mental, evalúan el historial médico, realizan un examen neurológico y llevan a cabo pruebas de imagen cerebral para observar los cambios físicos en el cerebro.
Si experimentas síntomas cognitivos, el médico te podrá diagnosticar un trastorno neurocognitivo grave o leve debido a la enfermedad de Alzheimer. El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5-TR) es la herramienta que utilizan los profesionales para diagnosticar las enfermedades mentales.
Autocomprobación de la enfermedad de Alzheimer
Si estás preocupado por los primeros síntomas de problemas de memoria, la evaluación de tu memoria podría ayudarte a determinar mejor si debes hablar con tu médico sobre tus preocupaciones. El Examen Gerocognitivo Autoadministrado (SAGE) es un autotest de papel y lápiz diseñado por investigadores de la Universidad Estatal de Ohio.
La evaluación SAGE no es una herramienta de diagnóstico, pero es útil para detectar el deterioro cognitivo leve (DCL), una afección que aumenta el riesgo de que una persona desarrolle la enfermedad de Alzheimer.
Tratamiento de la diabetes y el Alzheimer
Los tratamientos de la diabetes están centrados en el control de la enfermedad crónica. Esto significa tomar medidas como vigilar los niveles de azúcar en sangre, hacer modificaciones en el estilo de vida y utilizar medicamentos para controlar los niveles de glucosa. Los tratamientos de la enfermedad de Alzheimer, por otro lado, tienen como objetivo principal ralentizar la progresión del deterioro cognitivo.
Psicoterapia
La psicoterapia puede ser útil para afrontar el estrés y los efectos emocionales de un diagnóstico de diabetes o Alzheimer. La psicoeducación y la educación para el control de la diabetes permiten comprender mejor la enfermedad y aprender a gestionarla con eficacia.
Cómo afrontar la diabetes y el Alzheimer
Tras el diagnóstico de diabetes o Alzheimer, tanto tú como tus familiares deberéis explorar formas de afrontar la situación. Varias estrategias que te ayudarán a mejorar el afrontamiento son:
Cambios en el estilo de vida
Aprender más sobre la diabetes y el Alzheimer es un buen punto de partida. Las primeras etapas después de recibir el diagnóstico son un momento de ajuste y aprendizaje. Saber más sobre la enfermedad y lo que puedes esperar te ayudará a planificar mejor el futuro.
Los ajustes en el estilo de vida son útiles para controlar los síntomas. Aumentar la actividad física, seguir las recomendaciones dietéticas, perder peso y dejar de fumar son medidas imprescindibles.
Si bien es difícil, también es esencial empezar a hacer planes para el futuro. Si tienes Alzheimer, es esencial planificar cómo gestionar tu diabetes una vez que ya no puedas hacerlo solo. Habla con tus seres queridos y con tu médico para determinar lo que funcionará en tu situación.
Grupos de apoyo
También hay varios grupos de apoyo disponibles para las personas con diabetes. Para los familiares de los enfermos de Alzheimer, los grupos de apoyo son una fuente valiosa de consejos prácticos, ánimo y comprensión.
Considera la posibilidad de pedir a un profesional información sobre grupos de apoyo en tu zona.
Hacer frente a la diabetes y al Alzheimer es un reto, sobre todo a medida que avanzan los síntomas de deterioro mental. Con el apoyo y el tratamiento adecuados, podrás controlar mejor tus síntomas. Habla con un profesional sobre las opciones que tienes y sobre cómo planificar la gestión futura de ambas enfermedades.
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