El estrés y la ansiedad sabotearon la motivación para el ejercicio durante la pandemia

Puntos claves

    Una encuesta realizada a más de 1.600 personas reveló que los niveles más altos de depresión y ansiedad pueden haber afectado a la motivación para hacer ejercicio durante la pandemia.

    La falta de apoyo social, la escasez de espacio y la falta de acceso a equipos de entrenamiento también dificultaron el ejercicio de muchos participantes.

    Las personas podéis incrementar vuestra motivación para el ejercicio comenzando con actividades de bajo impacto y formando equipo con un compañero de entrenamiento.

¿Te preguntas por qué no has estado motivado para hacer ejercicio durante el último año, aunque sabes que es bueno para tu bienestar físico y emocional?

El impacto de la pandemia en la salud mental podría ser el culpable, según una nueva investigación.

En abril, PLOS One publicó los resultados de un estudio basado en una encuesta realizada a más de 1.600 personas. Los resultados indican que quienes experimentaron mayores niveles de depresión y ansiedad durante la pandemia también tendían a ser los menos activos.

Las personas también manifestaron que la ansiedad, la falta de apoyo social y el acceso limitado a equipos y espacios de entrenamiento dificultaban la motivación para hacer ejercicio.

En este artículo detallaremos la investigación sobre cómo el estrés y la ansiedad de la pandemia sabotearon la motivación para hacer ejercicio para muchas personas. Y comentaremos varios consejos para volver a la actividad física.

El estudio

Un equipo de investigadores de la Universidad McMaster y de la Universidad Western de Ontario, Canadá, encuestó a 1.669 personas. Para conocer cómo cambiaron su actividad física, su comportamiento sedentario y su salud mental durante los cierres iniciales de COVID-19, en comparación con los que se produjeron antes de la pandemia.

  • Más del 80% de los participantes eran mujeres.
  • La mayoría vivía en Canadá.
  • La edad comprendida fue de 18 y 45 años.
  • Contaban con una licenciatura o niveles de educación superiores.
  • Casi la mitad de los participantes conocía a una persona con alto riesgo de contraer la COVID-19. Lo que puede haber contribuido a incrementar sus niveles de estrés y ansiedad.

La encuesta de 30 preguntas se realizó en línea del 23 de abril al 30 de junio de 2020. En ella se pidió a los participantes que compartieran información sobre sus datos demográficos, así como su actividad física actual y anterior a la pandemia y sus síntomas de salud mental.

Los resultados

Los resultados mostraron que, en general:

  • Las personas experimentaron mucho más estrés y niveles moderados de ansiedad y depresión durante la pandemia.
  • Hicieron menos ejercicio que antes de los cierres.
  • Semanalmente, la actividad aeróbica se redujo en una media de 22 minutos y el entrenamiento de fuerza disminuyó en 32 minutos.
  • Los participantes también pasaron 33 minutos adicionales de sedentarismo.

“Debido a que muchos adultos trabajáis más horas en casa y lucháis por conseguir un equilibrio saludable entre la vida laboral y la vida doméstica, realizar actividades de autocuidado como el ejercicio se ha sentido como un uso improductivo del tiempo”.

–  Desreen N. Dudley, PsyD

“Especialmente si ese tiempo lo podemos llenar fácilmente con tareas esenciales. Como tiempo adicional para ser productivo en el trabajo y atender las necesidades de tu familia”, explica Desreen N. Dudley, PsyD, psicóloga clínica licenciada en Teladoc, que proporciona atención médica virtual.

Los participantes cuya salud mental “empeoró” o “empeoró mucho” experimentaron los mayores descensos en la actividad física durante COVID-19. En comparación con los que tuvieron mejoras o ningún cambio en el bienestar emocional.

“Cuando consideramos lo que se requiere para que una persona se dedique a hacer ejercicio. El tiempo, la motivación, el objetivo y la disposición a soportar algunas molestias. Se aclara un poco más por qué una persona que está lidiando con el estrés y la ansiedad sería menos probable que se dedique a ello”, dice P. Priyanka, MD, psiquiatra y director médico de Community Psychiatry.

“A pesar de tener tiempo libre, esta persona está luchando contra el malestar psicológico debido a los pensamientos negativos, lo que resta motivación y energía para realizar actividades, y mucho menos para hacer ejercicio”.

– P. Priyanka, MD

Obstáculos para hacer ejercicio físico

Hubo muchas razones por las que los participantes hicieron menos ejercicio durante el cierre inicial.

La “falta de motivación” fue citada como una barrera para hacer ejercicio por casi la mitad de los participantes durante el COVID-19. En comparación con el 40% anterior a la pandemia.

Otro factor fundamental fue el cierre de los gimnasios y otras instalaciones de fitness. Alrededor del 45% de las personas dijeron que la falta de acceso a los gimnasios les impidió hacer ejercicio durante la pandemia. En comparación con sólo el 5% antes.

La falta de equipamiento se convirtió en un obstáculo para cerca del 30% de las personas. Un aumento de aproximadamente 25 puntos porcentuales respecto a los niveles anteriores a la pandemia.

Obstáculos emocionales

Más allá de las barreras prácticas, también hubo obstáculos emocionales que afectaron a la motivación para hacer ejercicio durante la pandemia.

Más del 20% de las personas consideraron que el aumento de la ansiedad fue un obstáculo para la actividad física. Frente a un 15% antes de la pandemia.

La “falta de apoyo” como barrera para el ejercicio aumentó de alrededor del 7% de las personas antes de la COVID-19 a casi el 15% en medio de los cierres.

Un análisis más detallado mostró que las personas que tenían un aumento de los síntomas de ansiedad y depresión fueron más propensas a citarlos como barreras para hacer ejercicio durante la crisis de salud pública.

“Por mucho que conozcamos el lado positivo de la actividad física y el ejercicio, una persona que padece depresión y ansiedad tiene dificultades para realizar dichas actividades porque la baja energía y la falta de motivación son síntomas bastante comunes”.

–  P. Priyanka, MD

“Las personas tendéis a renunciar a las cosas que no son absolutamente necesarias para vivir y, por desgracia, el ejercicio es una de esas cosas. Pronto esto se convierte en un círculo vicioso. Ya que una menor actividad disminuye aún más el nivel de energía. Lo que a su vez hace que sea aún menos probable realizar actividades físicas”, añade.

Entender y aumentar la motivación para el ejercicio

La pandemia no sólo afectó a los hábitos de ejercicio de los participantes en el estudio, sino que también cambió ciertos motivos por los que hacían ejercicio.

La pérdida de peso, el desarrollo de la fuerza, los objetivos de apariencia y el disfrute. Se convirtieron en razones menos importantes para que muchas personas fueran físicamente activas durante el cierre. En comparación con cómo se sentían antes de la pandemia.

En cambio, las personas empezaron a estar más motivadas por los beneficios de la actividad física en la salud mental.

  • El alivio de la ansiedad fue una motivación para casi el 60% de las personas durante la pandemia. Frente al 45% anterior.
  • La proporción de personas que utilizó la actividad física para reducir el estrés aumentó en unos 5 puntos porcentuales.
  • Un número ligeramente mayor de personas consideró la mejora del sueño como un factor de motivación para quemar energía.

Estos y otros beneficios de la actividad física podrían ser de mayor importancia durante la pandemia, mientras muchas personas experimentáis dificultades para dormir y mayores niveles de estrés y ansiedad.

¿Qué se puede hacer para aumentar la motivación?

Lo difícil para muchos puede ser encontrar la manera de aumentar la motivación para hacer ejercicio y convertir la actividad física en un hábito regular. Empieza dando pasos de bebé, dice el Dr. Dudley.

“Cambia tu forma de pensar sobre el ejercicio. En lugar de verlo como una tarea desalentadora que tal vez no realices bien, enfoca tu pensamiento a que incluso un poco de movimiento es mejor que ninguno”.

– Desreen N. Dudley, PsyD

Recomienda enfocarse en los ejercicios de bajo impacto al principio, especialmente si te preocupa el esfuerzo físico después de meses de sedentarismo.

“Mientras que los ejercicios aeróbicos como correr y nadar son estupendos para el cerebro y el estado de ánimo. El yoga centrado en la respiración, la meditación y la atención plena es útil para reducir la ansiedad y aumentar la confianza en la capacidad de realizar una actividad física”, explica.

Hacer ejercicio con un amigo. Ya sea de forma virtual o en persona. También te puede ayudar a mantener tus objetivos de entrenamiento, añade la Dra. Dudley.

Abordar los síntomas de salud mental

Y aunque el ejercicio puede influir positivamente en el bienestar emocional. Es posible que tengas que abordar los síntomas de salud mental en un entorno más estructurado para aumentar tu motivación y sentirte mejor en general.

Para aquellos que tenéis problemas con la actividad física porque los niveles de ansiedad o depresión son demasiado altos. O que no estáis seguros de que la actividad física pueda realmente ayudaros. Considerad la posibilidad de buscar el apoyo de un profesional de la salud mental”.

– Desreen N. Dudley, PsyD

Lo que esto significa para ti

Si el impacto emocional de la pandemia ha dificultado el cumplimiento de tus planes de entrenamiento, no estás solo.

Este estudio descubrió que las personas que experimentaron mayores niveles de depresión y ansiedad durante la crisis de salud pública también tendían a ser las menos activas físicamente.

Sin embargo, encontrar la motivación para hacer ejercicio puede ayudar a mejorar tanto tu salud física como mental. Los expertos recomiendan hacer equipo con un compañero de entrenamiento y facilitar el inicio de la actividad física mediante ejercicios de bajo impacto, como el yoga.

También puede ser útil abordar los síntomas de la depresión y la ansiedad con el apoyo de un profesional de la salud mental.

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Autor: Psicología Online Avanzada

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